Por Daniel Vargas Minerbi Después de explorar las tierras y costas ligures, lombardas y piamontesas italianas por casi 50 días, y de regreso ahora empezaré otra etapa desde las tierras del condado de Maricopa, enfocándome en los atractivos culturales de La FIniquera. Después de casi 39 años de vivir en el Valle del Sol, he tenido muchos momentos de disfrutar los lugares y comunidades culturales de este gran lugar que hace más de 800 años fue dotado de canales de agua por las culturas prehispánicas que lo habitaban. Eso marcó el contorno y distribución de sus barrios, ciudades y zonas que hoy lo conforman. Se distinguen alrededor las diferentes elevaciones como Camelback Cholla Trailhead, Papago, South Mountain, McDowell Sonoran Preserve, Lookout Mountain Preserve, Phoenix Mountain Preserve, Piestewa Peak entre otros. Sería interesante encontrar los nombres prehispánicos de todos estos sitios elevados, así como el Río Salado, Tempe Lake de los pobladores Hohokam que planearon estos canales por allá en el año de 1300 DC. SIn embargo sus amaneceres, atardeceres y saguaros han trascendido los tiempos. Una visita al Museo Heard es esencial para iniciar este recorrido, con una mezcla cronológica del arte de los pueblos Akimel O'odham (Pima), Maricopa, Yavapai, and Yaqui, además de los Hohokams, en esta región. Las obras textiles, cerámica, piedra, metal, madera, cestería, etc., tienen una riqueza, colorido con sus estructuras geométricas que provee la naturaleza de esta región. Los símbolos del agua, fuego, cielo y tierra están perfectamente reflejados en la mayoría de sus piezas. Cada vez que visito este museo, me transporta a mis idas al Museo de Antropología e Historia de la CDMX. Sus salas permanentes y temporales lo hacen un lugar muy importante para empezar a entender cómo se ha formado y continúa desarrollándose este gran espacio y sus diferentes culturas. Otro detalle no menos importante es la fragmentación que hay de las reservas nativoamericanas y los asentamientos más modernos desde el estilo de viejo oeste en Scottsdale, la faja de las granjas y ranchos pegados a South Mountain por las calles Baseline y Buckeye, el escondido pueblo yaqui de Guadalupe, así como los asentamientos suburbanos de Tempe, Chandler, Gilbert, Glendale y otros más suburbanos como Fountain Hills. La visita al mirador de Fountain Hills me recuerda un paisaje realizado por el gran pintor mexicano José María Velasco. En esta vista se pueden apreciar muchas terrazas diferentes de casi todo el Valle del Sol, como el paisajista mexicano lo hizo con el Valle de Anáhuac. Los pequeños museos y zonas arqueológicas de Casa Grande, Montezuma Castle y el mismo museo de Fountain Hills, entre otros, le dan al visitante otra perspectiva temporal y geográfica de esta cuenca. Viajo por el Valle del Sol a pie por el centro de Phoenix, el de Scottsdale, el de Mesa, el de Tempe y descubro muchas historias que este gran lugar ofrece al visitante o residente recién llegado. La herencia hispana colonial también ha traído no solamente nombres, sino barrios, casas y estilos de vida a La Finiquera. En el siguiente número cubriré las zonas del centro de La Finiquera. He visto Jeeps arreglados para viajar por los caminos terraceros de Arizona, así que montémonos a mi Jeep para explorarlos.
0 Comments
Por Daniel Vargas Minerbi Jueves 8 al sábado 17 de agosto Este jueves y viernes de mi séptima y última semana de estancia en Italia me despido de Génova, este sábado voy a Milán, para pasar mis últimos 5 días de este magnífico y más largo (en tiempo) viaje de mi vida. Aunque el miércoles me despido también de Turín y de mis tíos, hasta el próximo verano, por fortuna. El jueves, ya sin la desvelada de los podcast, un poco triste debido a esto ello, por la mañana empiezo caminando al Mediterráneo. Todo llega a su fin. Este jueves de mi séptima y última semana de estancia en Italia me despido de Génova, mañana sábado me voy a Milán, para pasar mis últimos 6 días de este magnífico y más largo (en tiempo) viaje de mi vida. Inicio mi caminata matutina, esta vez para despedirme primero del Mediterráneo, temprano me encamino al Corso de Italia en Foce. Veo el mar con su quietud característica, escucho a las gaviotas y veo las embarcaciones que lo cruzan. Me desayuno mi acostumbrado cuernito con café y un litro de agua en la terraza del Bar Atlántico. De regreso a mi apartamento paso por el mercado comunitario. Al mediodía tomo un buen almuerzo en las alturas del barrio de Castelletto con dos rebanadas de pizza, la dependienta me pregunta si hay otra persona que come. Le respondo solo yo. Se queda sonriendo. También pido café y postre. Después de otra parada obligada en la gelatería, me acerco a la terraza del este que ofrece una vista panorámica de la ciudad. Me siento a terminar mi gelato y a escuchar a las cigarras, es una vista preciosa y tranquila. Decido asomarme también a otra de las terrazas, la del sur, veo y escucho la música de dos artistas callejeros, están tocando “Stairway to Heaven”, una canción perfecta para estas alturas. Les pongo dos monedas en su charola y me lo agradecen. Uno de ellos nota mi camiseta de los Rolling Stones del tour de 1975 y empieza a tocar “Satisfaction”, me elogia mi camiseta y yo noto algo de acento argentino en su voz. Le contesto en español y se hace la conexión mágica latinoamericana. Alan viene del norte de Argentina cerca y Javier es de Punta Arenas en Chile. Los tres conversamos sobre música, Latinoamérica y ser inmigrantes. Por una hora me quedo a escucharlos y a conversar. Luego los acompaño, bajamos por el elevador. Los tres nos dirigimos al centro, ellos para seguir tocando en su trabajo en las calles de Génova y yo para despedirme del centro. Les invito un trago en un bar para sellar nuestro encuentro. Me despido de ellos que hacen un break para tomar el almuerzo que les lleva la esposa genovesa de Javier. Se despiden de mí tocando de nuevo “Stairway to Heaven”. Espero volver a verlos el próximo año. Me despido de los callejones céntricos de Génova, de mi edificio y me retiro a descansar para preparar mi viaje por la mañana a Milán. El sábado, como despedida, la compañía ferroviaria italiana me juega un truco y cancela mi tren. Pero como ya estoy avezado en estos menesteres cambio mi boleto para un tren que sale unos 30 minutos más tarde. Me doy cuenta que mi nivel de hablar italiano ha mejorado bastante. Viajo cómodamente en un tren ultramoderno hasta Milán y después de tomar el metro en Stazione Centrale mi primo me recoje en la estación de Romolo. Esa noche damos un paseo por los canales de Milán, Navigli. Contrastado con las calles que están desoladas por la temporada del Ferragosto, hay bullicio turístico, restaurantes y bares abiertos con centenas de personas caminando y cruzando los puentes peatonales luminosos. Pasamos por un bar donde hay un anuncio que se lee como la destilería más pequeña del mundo. De regreso pasamos por una pequeña fuente de agua y mi primo me enseña un truco. Duermo muy a gusto en la buhardilla de la casa de mis primos en mi primera noche en Milán. Por la mañana correo un aire fresco por la casa entre las ventanas de la cocina y la sala. Mi primo es un buen cocinero y le gusta agasajar a sus invitados. Disfruto mucho su café, el desayuno, el almuerzo y la cena. También sus paseos por las calles, canales y parques aledaños, caminamos dos a tres veces al día. La vista desde su terraza es excepcional. En los días venideros disfruto de su hospitalidad y atenciones, luego llega mi sobrina y la paso también muy bien con los dos. Nuestras actividades están limitadas a preparar comida, dar paseos y buscar gelaterias. Dos noches antes de mi partida, hago un simulacro de empacar todas mis pertenencias y me doy cuenta que debo comprar otra mochila. Al siguiente día, tengo una misión, pasear por el centro de Milán y comprar una mochila. Temprano tomo el metro en Romolo y me bajo en Cardona. Camino a ver la iglesia que aloja la Última Cena de Leonardo, al llegar veo un letrero y una larga fila mayormente integrada por turistas asiáticos. Decido rápidamente que puede esperar para mi próximo viaje en mayo de 2025. Veo que la tienda que me ha recomendado mi primo La Rinascente, está al lado del Duomo, así que me enfilo caminando para allá disfrutando de los edificios, monumentos y gente (turistas en su mayoría) que pasa por las calles. Al llegar al Duomo, disfruto de las multitudes y la magnificencia de los edificios, pasajes, portales, con sus cafés y tiendas. Milán es un centro mundial de la moda y sus atractivos arquitectónicos también la colocan como una de las ciudades elite para visitar. En el 7o piso de La Rinascente encuentro también un atractivo de productos comestibles italianos muy espectacular. Ya me lo había recomendado mi primo. Está a la misma altura o más de la tienda del Corte Inglés en la Plaza Callao en Madrid, España. Un día antes de mi planeada partida, el jueves, el miércoles viajamos los tres primos a Turín a despedirnos de mis tíos. Ahora puedo disfrutar mejor de la Stazione Centrale de Milano como edificio. Me recuerda a Union Station en Chicago y a Grand Central Station en Nueva York. En el camino, pasamos por Novara, que me trae tantos recuerdos de mi madre, ella vivió allí de los 5 a los 12 años y muchas veces escuché sus historias con sus hermanas y sus primos. Con mis tíos disfrutamos de su compañía y comimos juntos, les dije que les dejaba la tarea de volver a verlos sanos y salvos para mayo de 2025. Ellos se alegraron de esa promesa. Turín nos despide con un aguacero placentero, ya se me ha olvidado que se siente sentir las gotas de la lluvia caer sobre mi rostro y cuerpo. De regreso, en Milán, aprovecho el tiempo y mis primos me dan un último tour del centro, esta vez por la zona de la estación de Garibaldi y Cardona, la parte más moderna de Milán con varios rascacielos modernos. Por la mañana del jueves, mis primos me acompañan a Cardona para tomar el tren que va al aeropuerto de Malpensa, pero una vez más, el destino no me permite irme de Italia. A los pocos minutos de llegar a la terminal correspondiente, mi vuelo para Nueva York está cancelado, me ponen en un vuelo para el día siguiente. Por suerte mis primos me recibieron con mucho gusto en su casa de nuevo por un día más. Me doy un último paseo por la zona de los canales y disfruto de mi último gelato, una copa con dos bolas, una de pistache y otra de nuez. Una combinación perfecta. Al día siguiente tomo mi vuelo, esta vez sin ningún contratiempo hacia Nueva York, solo que no me da tiempo como en el vuelo de ida, de ir al centro de la ciudad ya que solo tengo 4 horas de espera. A lo lejos del aeropuerto puedo ver la silueta de Manhattan. Celebro mi regreso con la última comida en un restaurante italiano en el aeropuerto, los platillos son similares pero no tienen la frescura de Italia, solo el agua es auténtica. Aquí les dejo la crónica de este gran viaje de 48 días, que deja una gran experiencia en mi cuerpo y alma. Ahora solo pienso en volver en mayo de 2025 para continuar esta historia.
Fin. Por Daniel Vargas Minerbi Jueves 1 al jueves 8 de agosto Este jueves de mi sexta y penúltima semana de estancia en Italia me estoy despidiendo de Génova, el sábado me iré a Milán, para pasar mis últimos 5 días de este magnífico y más largo (en tiempo) viaje de mi vida. Con muchas experiencias todavía por contar, regreso al jueves 1 de agosto por la tarde, después de terminar las publicaciones en Peregrinos y sus Letras y comer en Il Mannarino, una deliciosa carne con tomate acompañada de un plato de verduras a la parrilla: Camino a la Librería Feltrinelli en Via Ceccardo Roccatagliata Ceccardi y me encuentro el libro de Gloria Anzaldúa con el título en italiano, Terre di confine: La Frontera (2022) traducida por Paola Zaccaria y con citas originales publicada por Black Coffee de Florencia. Inmediatamente la compro, esto será un tesoro para cuando escribiré desde este lado del mundo sobre los Studi Chicani. Regreso a mi apartamento en Corso Buenos Aires y descanso para prepararme para el último episodio de mi podcast de Misceláneo Espiritval madrugador desde Italia, el próximo será desde La Finiquera el 22 de agosto, el cual abordará todas las experiencias de este gran viaje. Me alegro de ver a Yoly y Felipe desde Fexam Media, como siempre listos para ayudarme a realizar este esfuerzo cultural. Aprecio muchísimo su gran amistad y colaboración. Me quedo despierto hasta las 4:00 a.m., al terminar el programa de Yoly Full Conexión con la entrevista a Patty Loya, otra amiga y colaboradora de este gran proyecto cultural. Es un orgullo colaborar con todos ellos. Después de una “siesta” madrugadora, me dirijo a mi saludo marino a la costa este de Foce, Génova... y el café en la terraza del agradable Bar Atlántico. La fresca brisa marina refresca mi rostro agradablemente para disfrutar un desayuno. Descanso con otra breve siesta antes de subir por las colinas genovesas de Castelletto, sus rincones y el callejón de Via de S. Sebastiano para terminar mi paseo del viernes. El sábado, repito mi ritual de dar los buenos días al Mediterráneo y tomar el Café en el Bar Atlántico. Por el mediodía después de un almuerzo casero con burrata, berenjena, tomate encima de una focaccia de tomate y jamón crudo, que fácil y agradable es comer la tavola fredda aquí en Génova… Me desplazo a la calle peatonal que contiene Le Palazzi dei Rolli, en la cual se puede disfrutar de la arquitectura de estos palacios en el centro histórico, encuentro una tiendita de fotografía que me transporta a la era de los rollos fílmicos y el sistema Polaroid. Esto termina mis caminatas sabatinas. El domingo, con mi ya ritualezco saludo matinal al Mediterráneo, doy los buenos días con un café, agua mineral y un cuerno de jamón crudo y mozzarella, refrescado por la brisa de la terraza. Dentro del supermercado, descubro una pequeña sección de comida Tex-Mex. Esto me da la idea que tengo que hacer una gran labor cultural para cambiar la cocina mexicana aquí en esta región. México necesita que se traduzca el libro de Gustavo Arellano en italiano para difundir y refinar el paladar de este lugar para continuar con la meta del Ristorante Veracruz. Por la tarde, subo por la escalinata de Piazza della Vittoria y camino por Mura del Prato para disfrutar de las espectaculares que ofrece al caminante de Foce y Via XX de Settembre desde las alturas. De regreso, disfruto de un plato de pasta al pesto en el Caffé del Teatro cuya vista domina a Piazza Ferrari en el centro histórico genovés. Al terminar, exploro más callejones del centro y me interno el laberinto encontrando varias pequeñas plazas y un callejón que creo, tiene el mayor número de pequeños comercios de la zona, Via S. Pietro della Porta, uno de los más concurridos. El lunes por la mañana, ya saben, saludo al Mediterráeno desde la terraza del Bar Atlántico y recibo esa refrescante brisa en mi rostro. Luego paseo por los pasillos del Esselunga para tomar imágenes de algunos de ellos que alegran mi vista. De regreso en Foce, me encuentro con un gigantesco mercado sobre ruedas que debe abarcar unas 10 cuadras a la redonda del Mercato Commune SCIO, uen miniatura, me recuerda mis años en el barrio de Coyoacán, su mercado al cual caminaba y disfrutaba en mis años de juventud. Por la tarde, voy a caminar al centro de Génova, pasando por Il Mannarino, otro lugar favorito para comer un buen almuerzo carnívoro. Mientras como, leo un cartel en la pared, ¿será cierto? Il gusto dalla parte del manico "In Italia no si mangia, ci si siede a tavola. L’atto stesso di mangiare diventa ricerca di esperienze, di connessioni con le tradizioni, con ricordi e le persone che amiamo"… No tomo postre a propósito y me voy caminado por Via S. Lorenzo hasta la Titilla Papilla Gelatería Artigianale para una probada de su sabor guayaba. De regreso, paso por la Librería Feltrinelli para pasar por el libro que había encargado sobre la cultura italiana, La Lettura 1901-2021: Una storia della cultura italiana que recopila crónicas publicadas en el diario Corriere della Sera. Este acto termina mi caminata del lunes. El martes repito mi ritual al Mediterráneo en una mañana preciosa y nublada. Es realmente espectacular la vista, me paro sobre el riel que separa Corso Italia y la playa y obtengo estas imágenes. Para el almuerzo camino hasta el MOG, Mercato Orientale di Genova y pido un atún a la parrilla acompañado de una ensalada, muy saludable y agradable a la vista. Como me gustaría ya vivir por acá e inscribirme a una de sus clases de gastronomía. Sigo caminando hasta otro de mis lugares favoritos, Piazza Corvetto para disfrutar del día. Al regresar, me detengo en la Accademia Liguistica de Belle Arti en la Piazza Ferrari y entro a ver sus salas. Realmente es un placer ver obras de todos los tiempos, desde la época del imperio romano hasta nuestros días que alberga el museo, y es gratuito. Una señora que trabaja ahí, me dice que hablo muy bien el italiano y procede a darme una charla de 5 minutos sobre la colección del museo en italiano. Entiendo casi todo, es increíble cómo ha progresado mi capacidad para entenderlo en estos más de 40 días de estancia en Génova. Al salir veo un par de anuncios en el tablero de la academia. Voy a revisar las películas en el ciclo Fuori dal Centro y encuentro información sobre cursos y un taller de fotografía. Me gustaría tomarlo también. Me estoy despidiendo de esta gran ciudad y tratando de encontrar actividades que me ayuden a vivir mi siguiente etapa, mi sueño jubilatorio el próximo año. Se me antoja un café y después de gugulear encuentro el Caffé degli Specchi que se encuentra a solo unos pasos desde donde estoy. Un lugar perfecto para refrescarme, descansar y ver gente pasar la la concurrida Piazza G. Matteotti. Dice el letrero en la entrada: Entro una grotta di porcellana sorbendo caffé guardavo dall’invetriata la folla salire veloce Dino Campana “Caffé degli Specchi” Esto concluye mis caminatas de hoy martes. Me debo preparar para mi viaje del mismo día a Turín del miércoles. Este día empieza muy bien, sin despertador abro los ojos como relojito a las 5:10 a.m. y me alisto para salir a la estación de Genova Brignole a solo unos pasos de mi apartamento. Después de un café, salgo para la estación y reviso el tablero de salidas, todo en orden, mi tren sale a tiempo para arribar a Turín, donde me esperan mis tíos y primos. En el camino me regocijo de la gran cantidad de áreas verdes que ofrece este campo italiano con pequeños pueblos. Al llegar a esta ciudad, camino desde la estación Porta Nuova hasta la calle Vía Eusebio Bava para visitar a mi familia. Durante el trayecto en el gps encuentro varias calles con estas imágenes. Después de un agradable encuentro familiar con tíos y primos, con un almuerzo para celebrar uno de los platillos que me preparaba mi madre con carne de ternera y salsa atunada de mayonesa se aclaran más dudas para mí sobre el sitio de mi jubilación en las regiones ligurinas mediterráneas. Me despido por la tarde de ellos cuando me llevan de vuelta a la estación de tren. Tengo ahora una invitación para ir a visitarlos a Milán este sábado. Estoy muy emocionado de haber convivido con ellos de nuevo en este viaje. En la estación hago tiempo en otra sucursal de la Librería Feltrinelli, paseando por todos los temas de libros que me interesan, especialmente narrativa, viajes, literatura viajante, historia, música, arte, etc. Me tomo un café y espero que se acerque la hora de partida. Casi al final de mi llegada recibo una triste noticia al ver mi email por parte de Christine Marin que el Profe ha fallecido. Deja una gran huella en mi persona como amigo, compañero de viaje y mentor. Llego por la noche rendido a mi apartamento y desempaco mi mochila y pongo el canal de las olimpiadas. Reviso el concurso del departamento de artes y cultura de la Ciudad de Phoenix que me ha enviado Yoly antes de cerrar los ojos. Es jueves, hago mi ritual de ir a darle los buenos días al Mediterráneo y me tomo un café. De regreso paso por el mercado sobre ruedas aledaño al Mercato Commune SCIO, me recuerdan mis días en que con mi padre y mi madre íbamos a comprar ropa al mercado de La Lagunilla en la CDMX. Reviso las publicaciones de Peregrinos y sus Letras para esta semana, la reseña de Teresa José y casi termino esta crónica en su parte VI y después me voy a comer de nuevo al Il Mannarino, esta vez pido una carne argentina deliciosa acompañada de un plato con flores de calabaza capeadas en una deliciosa salsa tártara. Una delicia. Veo cómo llevan el café a cada mesa y se me antoja uno al final. De ahí me voy a caminar al centro histórico por calles y callejones con muchos turistas y visito la casa natal de Cristóbal Colón, una pequeña casa del siglo XV cerca de las Dos Torres de Génova reconstruida en el siglo XVII. Regreso a casa a cumplir con mi compromiso con Peregrinos y sus Letras y me acuerdo mucho de mi Profe Justo Alarcón y nuestros viajes a través de las fronteras y reuniones con café por más de 15 años. Un adiós muy cariñoso al Gachupin Achicanado En la próxima crónica de mi bitácora termino de despedirme de Génova, Liguria y mi llegada a Milán donde voy a pasar hasta el último minuto en esta tierra materna.
Jueves 25 de julio a jueves 1 de agosto Este jueves de mi quinta semana de estancia en Italia, la increíble velocidad del tiempo, empieza con la publicación de los artículos de esta semana de Peregrinos y sus Letras. Agradezco a Miguel Ángel, Violant y Teresa sus contribuciones. Me doy una vuelta por la costera de Génova llamada Corso Italia en este tramo del barrio de Foce. El paseo incluye dos avenidas arboladas, me recuerdan mis paseos por la calle Francisco Sosa en Coyoacán con enormes troncos y muchas hojas en el piso. Aunque los estilos de arquitectura son diferentes, algunos palacios del siglos XIX y XX con portones muy altos, mezclando oficinas, negocios en los pisos inferiores y departamentos habitados en sus pisos superiores. Los autos están estacionados en batería en algunas cuadras, el Corso Torino la Vía Giuseppe Casaregis cuentan con agradables áreas sombreadas para caminar y sentir la agradable brisa del Mediterráneo a unos cuantos metros. Al final llega uno al Corso Italia para deleitarse de las vistas al mar, con algunos balnearios públicos y privados del lado sur y la muralla por el lado norte. Hay sombras por la mañana y tarde gracias a la muralla y árboles y arbustos respectivamente. Ya tengo mi lugar favorito para tomarme un café con un cuernito de jamón y agua mineral con gas, el moderno Bar Atlántico, con una terraza con vista al Mediterráneo. Ya me he hecho cliente regular y algunos empleados me saludan cortésmente. Después del desayuno camino por los corredores del supermercado Essalunga, disfrutando de la armonía de sus mercancías que incluyen las secciones de panadería, frutería y legumbres, salchichonería, carnicería y pescadería, todo muy limpio y concurrido por muchos compradores de la tercera edad en su mayoría. De regreso a mi apartamento en Corso Buenos Aires, con la caminata recorro aproximadamente 3 kilómetros fácilmente. Reviso mi correo y publico los artículos en Peregrinos. También termino esta bitácora con fotografías seleccionadas que me ayudan a recordar las secuencias de mis días por este viejo continente. Como mi almuerzo en casa que incluye pan, tomates, aguacate y jamón crudo. Al filo del mediodía, me enfilo a mi siguiente paseo. Esta vez recorro la Vía XX de Settembre, hasta la Piazza Ferrari por los portales en ambos lados de la avenida. Cada vez hay más turismo caminando por estas cuerdas disfrutando de la sombra, la brisa y los aparadores de tiendas, cafés, restaurantes y negocios a lo largo de las dos aceras de esta vía. De regreso al apartamento tomo un alargue por Vía Cesárea, una calle peatonal y luego doblo por la Vía Malta hasta llegar a la Piazza della Vittoria, en la cual atravieso y paso por debajo de su arco que embellece su centro. Por la tarde descanso y me preparo para madrugar y participar en mi podcast de Misceláneo Espiritval, esta semana sobre las dos mexicanas Fabiana y Cristina, una restaurantera genovesa y la otra bióloga marina, fotógrafa y activista que ahora reside en Canadá pero siempre recorriendo nuestro globo. El viernes en la madrugada, me quedo despierto también para la doble entrevista de Memo y Yoly, una al músico mexicano Crístian Landeros, sorprendentemente un cantautor a nivel no solo nacional, sino también internacional. Me voy a dormir un par de horas para aprovechar el tiempo diurno del viernes, hoy inician los Juegos Olímpicos XXXIII en París por la noche. Tengo muchos recuerdos aún de los Juegos Olímpicos XIX en la Ciudad de México, los cuales gocé en vivo siendo testigo de muchos eventos deportivos y culturales. Recuerdo los eventos de natación, clavados, voleibol, remo, fútbol, entre otros, aparte de las emisiones televisivas de todos los eventos, sobre todo los que ganaron o compitieron algunos atletas mexicanos como el nadador Tibio Muñoz, la esgrimista Pilar Roldán, los boxeadores Ricardo Delgado y Antonio Roldán, el clavadista Álvaro Gaxiola y el broche de oro del marchista Sargento José Pedraza. Recuerdo la magia gráfica realizada por el diseñador estadounidense Lance Wyman, no solo en los Juegos Olímpicos del ‘68, sino también del Mundial México ‘70, el metro de la Ciudad de México entre otros. También la Ruta de la Amistad México 1968 que incluía monumentos de grandes arquitectos y artistas a nivel internacional. Mi hermano y yo conocimos a la escultora y primera miembro femenino de la Academia Mexicana de Artes Plásticas Ángela Gurría, madre de uno de nuestros compañeros de la escuela. Para hacer aún más vivo ese recuerdo, el profesor de educación física de nuestra escuela primaria replicó algunas de las competencias entre nosotros los estudiantes. Recuerdo haber participado en fútbol, la carrera de los 100 metros, y los lanzamientos de jabalina y disco. Los eventos deplorables de Tlatelolco no tuvieron el mismo impacto en mí, únicamente por el número de los Agachados, la revista gráfica de Rius, el escritor y caricaturista mexicano Eduardo del Río, que mi padre compró y compartió conmigo para hacerme consciente de los horrendas matanzas estudiantiles. Luego en mi escuela, algunos de mis amigos logramos discutirlos y analizarlos. Debido a la censura, fue el primer documento fidedigno que se difundió en México en esos días. Regresando a mi viernes, repetí mi caminata hacia el Bar Atlántico por otro cuernito y café antes del mediodía. Por la tarde fui a otro de mis lugares favoritos, el barrio de Castelletto, sus áreas verdes y colinas. Por la noche me quedé pegado a la televisión italiana RAI para ver la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024 hasta altas horas de la madrugada sobre el río Sena, y el inicio del fuego olímpico con sus sorpresivos relevos por parte no solo de deportistas franceses distinguidos como Zinédine Zidane, sino también de otros países como Carl Lewis, Rafa Nadal, Nadia Comaneci. Una gran nostalgia del recorrido olímpico del cual he sido testigo desde niño hasta ahora. El sábado por la mañana vuelvo a repetir mi paseo costero y desayuno en el Bar Atlántico. Es muy agradable caminar por sus calles arboladas, vistas marinas y admirar algunos palacios que se elevan para adornar la costera Corso Italia. Por la tarde, voy a almorzar en el , esta vez decido subir al restaurante que hay arriba, buena decisión. Deleito mi paladar con un platillo de medias lunas en salsa de nuez en el Trofiaio. Por la tarde, voy a pasear al centro histórico de Génova y descubro una muestra gratuita en el Palazzo Ducale del artista gráfico Emanuele Luzzati, en su galería Casa Luzzati sobre el medievo, recorro las pequeñas salas que muestran su colorido proyecto. El domingo, vuelvo al Bar Atlántico disfrutando del paseo por las calles y costera tomando algunas imágenes de otra escultura de Bruno Catalano, “Pierre David Triptyque” sobre el Corso Italia. Esta forma parte de las 5 esculturas sobre los viajeros del escultor marroquí radicado en Italia. Según palabras de Catalano, este viajero propone una emblema elocuente sobre la mortalidad, nuestra esencia de viajar por nuestra propia vida. Por la tarde visito la Trattoria delle Grazie, que había estado cerrada anteriormente. El restaurante está ubicado en pleno centro histórico de Génova. Hay mucha gente, buena indicación de lo que me espera. De su menú elijo unos Gnocchi al pesto y un Tomaselli Involtato. No hay mala elección en este lugar, en el cual noto casi todos los cocineros y meseros son afrodescendientes o latinos. ¿Estarán ahí por ser periodo de vacaciones y domingo? De regreso se me ocurre costear para ver el Mediterráneo todo el tiempo, primero recorro las instalaciones del Porto Antico, luego camino y descubro vistas espectaculares. Aunque llego rendido al apartamento, la jornada ha valido la pena. Por la mañana del lunes, vuelvo al Bar Atlántico, gozando de las sombras arboladas y vistas al Mediterráneo. De regreso recorro Vía Giuseppe Casaregis y encuentro un mercado sobre ruedas. Por la tarde decido ir a una zona que no he visitado, hacia el norte de mi apartamento, cruzando por debajo las vías del tren de la estación Génova Brignole. Descubro otra zona urbana, con mucha gente, muy popular, me recuerda la zona de la antigua San Juan de Letrán de la ciudad de México, con muchos pequeños comercios, movimiento de autos. motocicletas en el asfalto urbano y gente caminando por las calles. La mayoría de la gente lleva ropas de trabajo, obreros, y amas de casa que van a comprar comida a los supermercados. El martes por la mañana camino al Bar Atlántico y repito mi desayuno, realmente es un placer tomar el desayuno, ver el mar al fondo y sentir su brisa. Por el mediodía voy al centro por la Vía XX de Settembre, camino por ambos lados de los portales y disfruto de ver tanta gente caminando, paseando y comprando. Nuevamente visito el Palazzo Ducale, esta vez voy al fondo y descubro otras pequeñas galerías. En una de ellas hay una exhibición llamada “Summer Vibes” con varios artistas internacionales menos conocidos pero con algunas obras que valen la pena. En otra sala, observo el Heritage Project de Plamen Dejanoff, un artista plástico nacido en Sofía, Bulgaria, radicado en Viena con una amplia trayectoria. Disfruto principalmente de sus obras plásticas suspendidas en los muros blancos de color verdiazul turquesa y un candelabro del mismo color suspendido al centro de uno de los cuartos. Destaca también un pequeño y antiguo armario de madera con muestras herbolarias que me hace recordar los muebles que mi esposa y yo trajimos de México para decorar nuestras casa arizonenses. De regreso a casa hago un desvío y por Vía Roma descubro un callejón Vía de S. Sebatstiano, un rincón oculto y poco transitado que me motiva a hacer un video para Facebook. Con las frases en una esquina “Respira forte” y “Ancora respira amore”, le dan un significado muy especial. El miércoles por la mañana me despierto con mucha energía y camino de vuelta al Bar Atlántico para otro café con un cuernito. Antes de regresar a casa compro en Esselunga fruta, queso, jamón y unas lenguas de gato para acompañar a mis cafés mañaneros. Paso por el apartamento a dejar la compra y me voy de paseo y de compras a las tiendas y librerías de la Vía XX de Settembre.Disfruto de entrar y salir de las tiendas a lo largo de los portales de esta vía. Recorro también el pasaje Mazzini, sus cafés, aparadores de tiendas y observar su estructura con casi 150 años. De ahí subo nuevamente al parque Villetta Di Negro y el café Antica Vaccheria para disfrutar de los altos árboles que se ven desde mi mesa. De regreso, tomo el funicular en la estación de Santa Anna Bertani y disfruto del aire fresco que entra por las ventanas superiores. Sigo mi paseo de compras por las librerías y tiendas de la Vía XX de Settembre de regreso al apartamento. Me detengo al final con hambre en el Mercato Orientale di Genova para complacer mi vista y paladar con un salmón y una carne crudos acompañando el primero con una copa de vino blanco seco. Es jueves 1 de agosto, ya tengo más de un mes de viaje. Me siento a terminar de escribir esta versión de mi bitácora, acompañado de un desayuno casero con café, fruta y galletas, así como la jornada olímpica que incluye la caminata de hombres y mujeres en París. Ahora tengo que prepararme también para el episodio de mi podcast de Misceláneo Espiritval madrugador de mañana viernes con el tema de las caminatas que he hecho toda esta semana, la interacción de caminantes, arte, vistas espectaculares urbanas y marinas de esta semana. Espero ver en forma virtual a mis compañeros Yoly, Memo y Felipe, así como del Podcast de Phoenix Mundi mi amiga Alejandra Rossarosa desde Buenos Aires esta noche y disfrutar de los dos, el de Full Conexion también con la entrevista a mi amiga Patty Loya conducida por Yoly. Espero que mi vista domine a mi estómago y mis piernas ayuden a mi cuerpo para seguir caminando por las calles de Génova y entrar y salir de los cafés, trattorias y gelaterias sin mucho cargo de conciencia como acaba de suceder en Il Mannarino este mediodía. La próxima parte VI de la crónica incluirá un viaje a Turín el miércoles 7 para ver a mis tíos y primos nuevamente, mi despedida de Génova y la preparación a mi viaje para Milán el sábado 10 de agosto para visitar a mis primos.
|
AuthorWrite something about yourself. No need to be fancy, just an overview. Archives
August 2024
Categories |