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Por Daniel Vargas Minerbi
Crónica dedicada a Saúl Holguín Cuevas en homenaje a su L aniversario como escritor. Tlaxhixikitecóatl viene de las voces en náhuatl tlachixki (observador); tecolotl (pico torcido) y cóatl (serpiente), para denominar a un ser observador que vuela como un tecolote y serpentea como una serpiente. Ilustraciones tomadas del Códice Laud, folio 5 y de El cacao del Códice Tudela, folio 111v, ambos del siglo XVI. Esta crónica de Tlaxhixikitecóatl, un observador que puede volar o serpentear a través del tiempo y el espacio marca sus encuentros con el escritor finiquero Saúl Holguín Cuevas. Desde hace unos cincuenta años, al patrullar por el suroeste desde lo que hoy es California, Baja California, Arizona, Sonora, Nuevo México, Chihuahua, Texas, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, Tlaxhixikitecóatl gozó de varios encuentros con Cuevas. Uno de los primeros encuentros ya hace más de 50 años, tiene lugar el encuentro en Barrioztlán entre Tlaxhixikitecóatl y Cuevas, ubicado entre el valle de la Utopía y los cerros de los Espacios Imaginarios. En ese cruce, Cuevas le menciona a Tlaxhixikitecóatl, sobre lugares como Pilsen, Mission Cementery y San Juan de los Terreros. Sobre el concepto de múltiples espacios identitarios, culturales y lingüísticos como el nevernever, donde hay batos cuetiados, de la Van Nuys Junior High, donde se da El Grito y un lugar, Carpenter’s, donde tocan música los Huicholos. En todo este barrio, se escucha también “el chillido de la Llorona”, le señala Cuevas. En otro encuentro por allá por Chalchihuites, en lo que fuera la provincia de Nueva Vizcaya”, una región donde se da la llegada de unos húngaros, Cuevas menciona que hay pastorelas y la gente paga con huevos de gallina, mazorcas y hasta reales para entrar a verlas. Tlaxhixikitecóatl le advierte que él presenció esas pastorelas por ese lugar por varias décadas pagando con un huevo suyo. El siguiente encuentro, Cuevas acaba de regresar de Paraguay, le menciona escucha voces guaraníes, como mita’í, y yaguas, mezcladas con neologismos chicanos como greifu. Tlaxhixikitecóatl asiente con su cabeza y señala que ha escuchado esas palabras en una visita que le hace su hermano, Kunturi, quien habita las grandes cordilleras de los Andes. Otro de sus encuentros más recientes ocurre cuando Cuevas trae bajo el brazo un libro con el título Verde de su autoría, va rumbo a San Luis Río Colorado a unas jornadas literarias. Tlaxhixikitecóatl recuerda una de ellas con Rubén Meneses, claro las de Abigael Bohórquez. Este libro charla Cuevas, aborda el famoso número 7, como los siete pecados capitales, las siete luminarias, los siete contra Tebas, el Séptimo Sello, los siete samuráis, los siete locos, el Siete Leguas… Muchos recuerdos se vienen a la mente de Tlaxhixikitecóatl, todos ellos han pasado en algún momento por su territorio. En su último encuentro, Cuevas trae en su mochila Murmullos de la barbarie: Una distopía del desenchufe digital, el cine silente, la comida ambulante y la música acústica, comparte con Tlaxhixikitecóatl acompañados de un chanate, un chocolate y un taco. Charlan del desavance tecnológico, la sencillez de observar, paladear y escuchar la naturaleza del entorno que los rodea, los desiertos sonorenses en donde se puede disfrutar del sonido silencioso que produce el viento, el olor a tierra mojada y los espejismos que se ven a lo lejos. Sus encuentros continúan con risas y voces de niños jugando a su alrededor. En el próximo encuentro, Tlaxhixikitecóatl le da el libro Escupiré sobre vuestra tumba del escritor Boris Vian a Cuevas, que en uno de sus encuentros anteriores se había mencionado, en un lugar donde abundan los coyotes, Coyoacán, al norte de la Finiquera. *Esta serie de crónicas seguirá a medida que transcurra el tiempo. Tlaxhixikitecóatl continuará siendo testigo de más cruces y voces de toda vida que atraviese este vasto territorio citado arriba. Será testigo de miles de cruces y escuchará las voces y los sonidos que en él se realicen. En esta ocasión ha sido muy reconfortante escribir sobre los encuentros con el escritor Saúl Holguín Cuevas, quien ahora goza profundamente de las aventuras de sus nietos.
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October 2025
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