Por Daniel Vargas Minerbi
Después de cuatro talleres de teatro y tres puestas en escena, mi experiencia personal se ha nutrido y crecido en forma ascendente, he podido desarrollarme como escritor creativo, pensar no solo en los diálogos o el intercambio de mensajes. Implica también imaginarse personajes, relaciones, objetivos y lugares (PROL) cómo lo aprendí de mis instructores. La apariencia, emoción, movimiento, respiración, improvisación, también fueron una parte importante. De estas tres puestas en escena, salieron la comunicación, reacción, participación y gesticulación del público. Todos estos elementos me han convencido de que debo seguir con este arte en el resto de mi vida. En mi niñez, juventud y adultez, también había llegado el teatro a mí. Ver personas actuando en la calle fue mi primer contacto. Recuerdo a un grupo de gitanos que iba con su oso dando exhibiciones en los estacionamientos de algunos comercios y parques en la Ciudad de México. Luego los actos malabaristicos y tragafuegos en las esquinas de los cruces de avenidas como Reforma e Insurgentes. Ya en la escuela, con representaciones entre nosotros mismos en las aulas de clase, en el auditorio y en el patio con disfraces y uniformes. Tuve la fortuna de ir a eventos deportivos y espectáculos a los que asistí, desde un partido de fútbol en el Estadio de Ciudad Universitaria, conciertos musicales y óperas en Bellas Artes, el Auditorio Nacional y otros sitios, exteriores o interiores. También ahora se me ha revelado que desde mis primeros pasos en papel de alumno y público, hasta los últimos de profesor y artista, he estado en el teatro desde mis primeros días en este planeta. Esas frases que engloban la idea de que “la vida es un teatro” puedo verla aún mejor ahora y todos los días en todos los lugares que acudo. Los libros que me han rodeado desde mi niñez, desde el teatro griego, el teatro clásico español, el teatro mexicano del siglo XX, y los libros que mis padres compraron al tomar su propio taller de teatro con el gran profesor japonés radicado en México, Seki Sano antes de que yo naciera, aparte de todo lo que aparece en los medios de comunicación, radio, televisión, cine, podcasts, vídeos, etc. forma parte de este espectáculo. Participar en forma de aficionado o profesional es algo que está presente y seguirá conmigo hasta el último día de mi vida en este mundo. Estoy convencido de que todos debemos tomar esta visión sobre el teatro. Nuestra vida será mejor. Acérquense a él, encuentren a directores, actores y públicos vecinos que lo disfruten, sin importar si son aficionados o profesionales. También encontrarán nuevos amigos. Por último, estoy seguro que podrán encontrar suficiente material en cualquier calle, casa, parque, escuela, biblioteca, librería, recurso virtual, recinto cultural, etcétera. Aunque verlo con nuestros propios ojos es mucho más interesante. ¡Qué viva el teatro!
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February 2025
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