LAS YEMAS DE TUS DEDOS
Las yemas de tus dedos tocaron mi mejilla y al momento mis labios besaron los tuyos. Las yemas de mis dedos sintieron tu cintura y al momento mis brazos se enredaron con los tuyos. La piel de nuestras manos palpó la piel de nuestros cuerpos y al momento nuestros pechos se fundieron en amor. © Josué Alfonso (ole)
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Redimido
Cerraba los ojos: Sin saberlo me iba... me arrastraba a la incertidumbre negra. Mas escuchando mi nombre no los cerré y me encontré con los tuyos: En el silencio de nuestra mirada soñé que te cantaba te declaré que te amaba y en tus ojos viví la mano de Dios —y su Amor-- para conmigo al darme cuenta que siendo yo tan imperfecto —aun así-- me amas... © Josué Alfonso (olé) ¿Quieres que te Diga una Mentira?
¿Quieres que te diga una mentira? La verdad no miente aunque a veces se esconde como cuando la luz del sol se opaca detrás de las nubes o como cuando los niños riéndose a carcajadas pretenden con las manitas contener las risotadas cuando Mamá les dice que se callen porque el bebé está dormido. ¿Quieres que te mienta? Las mentiras —aparte de mentirosas-- también se esconden Pero son como las cucarachas que cubiertas bajo el manto de la noche hacen de las suyas por toda la casa hasta que prendiendo la luz uno se esparcen los bichos buscando esconderse de la luz solo para regresar tan pronto como lo negro de la noche retorna al ámbito de sus guaridas. ¿Quieres que sea un mentiroso? Todos aquellos que son mentirosos —aparte de cobardes-- buscan tomar ventaja haciendo de la mentira un arma y escudo manipulando a quien se le miente a veces con golpes o con caricias a veces con sonrisas o con llanto para así salirse con la suya y poder decir: "yo gané". ¿Quieres que te diga una mentira? ¿Quieres que te mienta? ¿Quieres que sea un mentiroso? Pues la verdad mentiría si te dijera que no pienso en ti que no te extraño que no añoro sentir tu mirada y tu voz hablándome. Mentiría porque la verdad me haces falta tú. © Josué Alfonso (olé) Canto, Baile y Suspiro
Si los árboles cantan y las hojas bailan el mar y el cielo suspiran: Dios cierra los ojos y sonríe Los niños revientan en alegría Las mujeres se mecen con sus pasos Los hombres tiemblan ante Dios y los ancianos encuentran su juventud. Cantando los árboles y bailando las hojas el mundo entero suspira mientras que los recuerdos se olvidan y se hacen nuevos. © Josué Alfonso Tu Persona a mi Lado
Cosa extraña caminar a tu lado: Trataba en vano escuchar el sonido de tus pasos... ¿Sabes? Poder escuchar tu caminar algo así como el tic-tac de un reloj. Pero tus pasos se escondían en el silencio... ¿Pero sabes otra cosa? Aún sin escuchar el sonido de tus pasos muy cerca de los míos mi ser entero —en ese instante de nuestro caminar— reventaba con la exhilarante verdad de tu persona a mi lado. © Josué Alfonso La Lluvia y tu Sonrisa
Por Josué Alfonso Un sueño me despertó y te vi contenta bailando y cantando bajo la lluvia: Había un gran charco y tú te divertías saltando en él. Un señor casi anciano te veía a lo lejos y casi te envidiaba. El cielo brillaba con las nubes de tormenta. Tu sonrisa me cautivó cuando con un gesto pequeñín me dijiste: "vente, tonto, ¿qué esperas? ¿que no ves que no siempre llueve así?" © Josué Alfonso. (ole) La Lluvia y tu Sonrisa
Un sueño me despertó y te vi contenta bailando y cantando bajo la lluvia: Había un gran charco y tú te divertías saltando en él. Un señor casi anciano te veía a lo lejos y casi te envidiaba. El cielo brillaba con las nubes de tormenta. Tu sonrisa me cautivó cuando con un gesto pequeñín me dijiste: "vente, tonto, ¿qué esperas? ¿que no ves que no siempre llueve así?" © Josué Alfonso. (ole) El Dulce de tu Sonrisa
Rojo como una fresa Sabroso como un mango Azucarado como una sandía. Se endulza el corazón Se saborea el momento Se colorea la vida. Sabroso azucarado y rojo: Es el dulce de tu sonrisa cuando sin darme cuenta yo lo saboreo cuando me sonríes tú. © Josué Alfonso Zapatitos Perdidos
Se encontró los zapatitos —casi nuevos-- en el closet de su recamara por la mañana, cuando buscaba el atuendo para la rutina de aquel día. Atónita, los llevó en una mano hasta el borde de su cama, y se sentó. Escuchó su vocecita en un "Mamá" que le pedía caricias y mil besos. Llevando entonces aquellos zapatitos cerca de su rostro, recordó su fragancia todavía a bebé... Vivió el sentir de sus ojos ante un ataúd con su cuerpecito sin vida. Y —en un repentino alarido con llanto-- recordó su nombre grabado en una tumba en forma de Cruz. © Josué Alfonso El Colibrí Chismoso
Caminando por el parque en la mañana un colibrí colorado —y con el pecho amarillo-- me dio varias vueltas volando para acercarse así a mi oído y contarme un chisme de ti: Me contó —cantándome al oído-- que en las mañanas recuerdas mi sonrisa que en las tardes escuchas mi voz y que en las noches sueñas con mi mirada. Escuchando al colibrí aquel —con el pecho amarillo y colorado-- solté la carcajada para luego decirle: "Mentiroso... al que le pasa todo eso ¡es a mí! © Josué Alfonso (ole) |