Por Juan Villa
El billetero (1951) de Rafael J. Sevilla, es un drama que aborda varios temas, entre ellos, los retos de la migración de personas a la ciudad de México, las injusticias sociales y la eterna ilusión de recuperar a un amor perdido. Se trata de una familia que apenas comenzaba a formarse pero que fue separada por la maldad de un individuo. El reencuentro pudiera ocurrir años después gracias al destino de un billete de lotería. Vemos el personaje de Lupita (protagonizada por la actriz Esther Fernández) una humilde mujer que guarda la esperanza de reencontrarse con Pedro (representado por el actor David Silva), su esposo desaparecido. Lupita trabaja en el icónico mercado de la Lagunilla, vive sola con su hijo el “chiquilín”, quien se dedica a vender billetes de la lotería por las calles de la ciudad de México. Su comadre le aconseja que busque una pareja, pero ella está determinada a esperar a su amado esposo. Han pasado doce años sin saber de Pedro. Lupita le cuenta a su comadre cómo ella salió de su pueblo para venir a buscarlo a México. Lupita se casó con Pedro en un pueblo sin saber que éste tenía un pequeño recién nacido. La madre del bebé murió en el parto. Pedro es un carpintero humilde y trabajador. Su padrino de bodas es Marcos Aguirre, quien será el personaje antagónico en la película. Marcos figura ser una persona buena para estar cerca de la pareja, pero es un criminal estafador que busca aprovecharse de Lupita. Intenta abusar de ella y por despecho, una noche les quema su humilde vivienda. La familia sale ilesa del incendio, pero han perdido todas sus pertenencias. Es así como Pedro finalmente se da cuenta de la maldad de Marcos. Viaja a México para buscar venganza. Al encontrarlo en una cantina se pelean violentamente y a causa de ello, Pedro pierde la memoria. Lupita y el pequeño dejan su pueblo para venir a buscar a Pedro a la ciudad. No será una tarea fácil, Lupita vive con carencias económicas que le impiden sacar adelante a su hijo. La película comienza con escenas donde vemos a Chiquilín vendiendo billetes de lotería por las calles de la Ciudad de México. Chiquilín sobrevive en las calles de la ciudad y a pesar de la falta de un padre, es un niño trabajador que muestra valores como la humildad y la honestidad. Desde los créditos iniciales vemos tomas de la zona urbana de la ciudad. Incluso, el edificio de la Lotería Nacional, augurando el tema los billetes de lotería. Una de sus principales adversidades que tendrá que sortear Chiquilín será el acecho de una padilla de jóvenes de su edad que lo persiguen y lo acosan constantemente. De esta manera la película muestra los peligros que enfrentan los niños que trabajan en las calles. Esta temática ha sido terreno fértil para la industria del cine de esa época. En su tesis: Jóvenes marginados en el filme perfume de violetas. Nadie te oye (2000) de Maryse Sistach, Lizbeth Iris Moreno, afirma que a finales de los años 40 y los 50: “se realizaron películas en las que se representaban elementos de delincuencia juvenil como Ángeles de arrabal de Raúl de Anda y Cuatro contra el mundo de Alejandro Galindo. Asimismo, los jóvenes estuvieron presentes en algunos filmes sobre pobreza, explotación infantil y niños de la calle, los cuales se caracterizaron por sus historias melodramáticas cargadas de moralina, como Nosotros los pobres (1947) y Ustedes los ricos (1948) de Ismael Rodriguez” (7). Además de la temática de los niños de la pobreza, en El billetero podemos apreciar la continuidad de otros estereotipos en el cine mexicano. En el caso del personaje de Pedro, vemos a un carpintero trabajador víctima de la desgracia. Pedro al igual que “Pepe el Toro”, interpretado por Pedro Infante en Nosotros los Pobres nos permite construir a un personaje con un oficio del pueblo que se identifica con miles de los espectadores mexicanos. El personaje del carpintero incluso, lo podemos ver en la comedia de Mario Moreno “Cantinflas” en la película El Analfabeto (1961) de Miguel M. Delgado. En el caso del papel antagónico, lo mismo ocurre con el papel de Marcos, a quien la policía también lo conoce como alias zopilote. Desde las escenas primarias, el zopilote seduce a la esposa de Pedro, les quema su humilde casa y huye con el dinero de otros. Mas adelante nos damos cuenta de que un fugitivo de la ley. La policía ya lo investigaban por fraude, extorsión y otros crímenes. Los estereotipos para robustecer el personaje del zopilote aumentan a lo largo de la trama pues siempre viste de negro, fuma constantemente y golpea a las mujeres y a los niños. El zopilote le quiso robar la mujer a Pedro, fue el causante de la pérdida de su memoria y al final de la trama su consigna es robarle su billete de lotería cuando se entera que ese es el boleto ganador de millones de pesos. Marcos hacer honor al sobrenombre de zopilote. Se comporta como un ave de rapiña, como un depredador. En El billetero, un boleto ganador de un millonario premio pudiera ser la tabla de salvación para Pedro y sus seres queridos. Es el codiciado objeto que produce ambición, envidia y violencia, pero irónicamente es también la vía para recuperar la felicidad de una desunida familia. Al igual que La perla (1947) de Emilio “Indio” Fernández, el boleto se convierte en factor de felicidad y desventura. Chiquilín vende un billete de lotería a un hombre desconocido sin saber que eso le traerá la fortuna.
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AutorJuan Villa es periodista e investigador de cine y literatura de la frontera. Su trayectoria incluye radio, prensa escrita y televisión. Cuenta con estudios de doctorado y Maestría en español de la Universidad Estatal de Arizona (ASU). También es egresado de la Escuela de Periodismo Walter Cronkite (ASU). Es autor del libro Coyotes en el cine fronterizo (2011). Archives
April 2025
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