Por Juan Villa
Con la conocida y desafiante frase “te vamos a encontrar” que utilizó el actor Liam Neeson en la película Taken (2008, de Pierre Morel), el gobierno norteamericano lanzó advertencias a los miles de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos. En los primeros cien días de la administración del presidente Donald Trump, se han ejecutado más de 100 mil deportaciones de inmigrantes indocumentados. El gobierno afirma que los operativos han sido en contra de personas que mayormente han tenido antecedentes criminales: “estamos llevando a cabo la mayor campaña de deportación en la historia del país” dijo la secretaria de la Casa Blanca a los medios de comunicación en abril del 2025. Sin duda, el nuevo cine documentará esta nueva realidad que viven los inmigrantes en los Estados Unidos. Es una de las cualidades del cine; servir como agente histórico. Tal como ocurrió con las deportaciones de los años treinta, en la época de la Gran Depresión, cuando miles de inmigrantes fueron repatriados a México. Fue durante la administración del presidente Herbert Hoover, cuando se instauraron nuevas disposiciones migratorias con el propósito de resolver la crisis económica del país. Una de las películas que representaron esas deportaciones masivas durante la Gran Depresión es My Family (1995) del director Gregory Nava. En ella, se narra la historia de tres generaciones de una familia mexicana que se forma en Los Ángeles, California, pero cuyas raíces, irónicamente, ya estaban sembradas en esa ciudad. Podemos apreciar que My Family abarca diversos temas tales como: los retos de los inmigrantes para llegar a este país, la búsqueda de una identidad y las injusticias sociales que sufren las minorías. Pero es en la primera parte del filme cuando la familia Sánchez es impactada por las deportaciones en el período del año 1933. Por medio de Paco, el narrador de esta historia, las imágenes nos transportan a un pueblito en Michoacán para contarnos cómo, el joven José Sánchez sale del pueblo debido a la situación económica de la familia. José comienza su odisea caminando y preguntando como llegar a “Nuestra Señora Reina de los Ángeles”, en busca de un familiar. José ignora que le tomará meses llegar a su destino. Como un errante rumbo al norte se encuentra a gente en el camino que le dice que a ese lugar no será fácil llegar pues, según ellos “está en el otro lado del mundo”. Al llegar a Los Ángeles, José se instala en la casa de su pariente a quien conocen como el californio, un hombre mayor que reclama haber nacido en ese lugar cuando aún pertenecía a México. José trabaja como jardinero y durante sus labores en una mansión conoce a María (personificada por la actriz Jennifer López) y quien trabaja como empleada doméstica. Se casan y tienen dos hijos. Corre el año de 1933 y la joven pareja augura un buen futuro. Un día que María va al mercado y no regresa a su hogar pues al igual que cientos de mexicanos es detenida inadvertidamente por autoridades migratorias para ser deportada. El narrador con voz en off describe la escena de la siguiente manera: Era la época de la Gran Depresión y los políticos decían que los mexicanos eran los causantes de la crisis. Los mexicanos se estaban robando los trabajos de los verdaderos americanos. La migra llegó e hizo una gran redada en el barrio y se llevaron a todos lo que pudieron. No importaba si habían nacido en Estados Unidos. Si tu apariencia era de mexicano, igual te deportaban. María estaba embarazada e imploraba a los oficiales que no la subieran al tren de las deportaciones. Les gritaba: “soy de aquí, yo vivo aquí”. Las súplicas fueron en vano, la subieron a un tren de carga junto a otros y los deportaron. Previo a esta escena, el director nos ofrece otra, donde José camina por su casa preocupado y mirando al horizonte. José y el espectador sienten el presagio. De esa manera, el director nos previene de los acontecimientos que cambiarán el rumbo narrativo del filme. Ya en México, María recibe posada en la humilde vivienda de una tía que la reconoció. Ella mantiene la firme convicción de volver a California. Allí nace el tercer hijo de la pareja, Chucho y, después de unos meses, decide hacer el viaje de regreso a Los Ángeles. El recorrido será largo y difícil, incluso casi pierden la vida al cruzar un río, pero al final logra llegar a reunificarse con su esposo y sus otros dos hijos. De esa manera queda cimentado el origen del legado de la familia Sánchez. En esa primera parte de la película My Family se ofrece una perspectiva de las deportaciones en los años treinta en California. No importaba si entre los deportados hubiera ciudadanos americanos o con permiso legal para estar en el país, tal como ha ocurrido en ciertos casos durante los operativos del 2025. La retórica antiinmigrante es similar pues, se les culpa por los males que sufre el país. Los inmigrantes trabajadores que llegaron a este país como José y María Sánchez de My Family son vulnerables. La administración del presidente Trump ha lanzado una fuerte propaganda a través de los medios de comunicación masiva con el mensaje: “si estás en este país indocumentado, te vamos a encontrar y te vamos a deportar”. Incluso, instan a los inmigrantes a registrarse como indocumentados y a utilizar una app para “autodeportarse”. El futuro de los inmigrantes luce incierto. El cine vendrá a documentar las historias de sufrimiento que ya se han comenzado a escribir.
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AutorJuan Villa es periodista e investigador de cine y literatura de la frontera. Su trayectoria incluye radio, prensa escrita y televisión. Cuenta con estudios de doctorado y Maestría en español de la Universidad Estatal de Arizona (ASU). También es egresado de la Escuela de Periodismo Walter Cronkite (ASU). Es autor del libro Coyotes en el cine fronterizo (2011). Archives
May 2025
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