Por Juan Villa
I Carry You With Me o Te llevo conmigo (2020) de Heidi Ewing es una película que aborda la historia de una pareja gay que emigra a Nueva York en busca de realizar sus sueños. Los personajes centrales son Iván, un aspirante a chef de cocina y Gerardo, un maestro de escuela, quienes se conocieron en un centro nocturno de Puebla. Sin embargo, Iván vive con la continua nostalgia de regresar a México para ver a su hijo Ricky. El menor vive al lado de su madre, con quien tuvo una relación previa. Su estatus migratorio en el país le impide hacerlo. El reto de Iván es el mismo que enfrentan millones de personas que viven el drama migratorio: no poder regresar a sus países de origen. Si bien, durante las últimas cinco décadas el cine mexicano ha evolucionado en la integración de argumentos que abordan temáticas gais y de diversidad de género, la magia de Te llevo conmigo es que, su narrativa logra integrarlo a la realidad que vive el inmigrante indocumentado en este país. Este tipo de narrativa inclusiva la habíamos apreciado hace dos décadas con la película The Day Laborers o Los jornaleros (2003) de Lane Shefter Bishop. En ella vimos la historia de tres primos que cruzan de manera indocumentada a Estados Unidos. Uno de ellos es gay y tendrá que enfrentar los prejuicios de la época y los retos de adaptarse a una nueva cultura. Incluso, demostrar su “hombría” para salvar a uno de sus primos. Al igual que Los jornaleros, la película Te llevo conmigo tiene las vertientes de cine del inmigrante y cine fronterizo. Antes que todo, Te llevo conmigo es una historia de amor que desafía a la arraigada industria machista que ha dominado por años al cine mexicano. Las sutiles muestras de amor entre Iván y Gerardo quizá no alteran las pupilas del espectador como en su momento lo hizo “La Manuela” y “Pancho”, en los besos apasionados de la película El lugar sin límites (1978) de Arturo Ripstein o las escenas de sexo entre Ramón y Rodolfo en Doña Herlinda y su hijo (1984) de Jaime Humberto Hermosillo. Sin afán de violencia, Te llevo conmigo da un golpe bajo a los estereotipos perpetuados por la industria fílmica mexicana. La cineasta Heidi Ewing proyecta una historia de amor y sacrificios en medio de los estereotipos y prejuicios que prevalecen en el cine latinoamericano. Sobre este tema el académico David William Foster dice: Varias son las películas que desafían la heteronormatividad al poner en evidencia lo ridículo de sus imposiciones sociales e individuales. En el caso del cine, estos signos funcionan de una manera en particular elocuente, por la textura visual del género” (236-237) Te llevo conmigo sutilmente deconstruye otros rasgos machistas fomentados por la industria del cine a través de los años. Hay múltiples escenas dedicadas a este objetivo. Por ejemplo, con tomas de fondo borrosas y desenfocadas, Iván y Gerardo demuestran su amor con besos y caricias frente a un monasterio de Puebla. En ocasiones, durante el transcurso de la historia podemos escuchar la conocida canción “Amorcito corazón” interpretada por el actor y cantante Pedro Infante, considerado como uno de los grandes ídolos masculinos de la Época de Oro del cine mexicano. En otra escena, también podemos observar en un pequeño televisor las expresiones de valentía por parte del aguerrido Emilio “el indio” Fernández es una secuencia de la película La cucaracha (1958) de Ismael Rodríguez. Por medio de flashbacks, Te llevo conmigo nos lleva a Puebla en el año 1994 donde Iván trabaja como empleado de limpieza en un restaurante mientras espera una oportunidad para entrar a trabajar a la cocina. Vive separado de la madre de su hijo, pero mantiene su responsabilidad hacia él. Ella desconoce que es gay. Cuando era pequeño se vestía con ropa de mujer con la complicidad de su fiel amiga Sandra. Gerardo le pide confesar su secreto a la madre de su hijo, pero Iván tiene miedo a las repercusiones, como lo vemos en el siguiente diálogo: ¿Ella sabe de ti? No se lo puedo decir, ya sabes cómo es la gente aquí Si le digo, no voy a volver a ver a mi hijo. Ella es la que decide cuando lo veo y cuando no. ¿cómo le vas a hacer para criarlo así escondido? Necesito tener un trabajo donde paguen más. He estado pensando en cruzarme al otro lado. ¿te vas a ir a Estados Unidos piscar uvas? Iván, somos gais. Nosotros no cosechamos aguacates. Antes de irse a Estados Unidos, Gerardo lleva a Iván al rancho de Chiapas donde vivía con su familia. Su padre mira a la pareja con reproche mientras comparten comida en la mesa. El machismo arraigado por generaciones resurge cuando le preguntan a Iván a lo que se dedica y él les dice, que lava platos en un restaurante. “Ese es trabajo de viejas”, dice el padre de Gerardo. Hay escenas con silencios y amarguras. Gerardo revive momentos de su niñez y recuerda que, desde pequeño su padre lo maltrataba por su comportamiento ante la sociedad. Recuerda específicamente la noche que lo sacó de la cama a la fuerza y lo llevó a un campo de maíz alejado del rancho. Allí lo amenaza, lo atormenta y lo abandona a su suerte. De esa escena rescatamos el siguiente diálogo: “Tú crees que no me da vergüenza que el pueblo anden diciendo esa chingadera. Yo te enseñe a ser hombrecito. Entonces por qué te comportas como una mujercita. Todo mundo en el pueblo anda diciendo que eres un “mambo”. ¿Sabes lo que le pasa a personas como tú? Los matan y las tiran al monte. ¿Así quieres terminar? ¡Aquí te vas a quedar para que aprendas! En Te llevo conmigo las escenas no son secuenciales. De pronto vemos como Iván y Sandra se preparan para irse a Estados Unidos. No será un viaje fácil, tendrán que caminar varias horas por una zona del desierto fronterizo. Además, la lealtad que existe entre ellos se pondrá a prueba cuando Sandra está a punto de desfallecer. En medio de la noche abordan un camión con otros inmigrantes mientras prestan atención a las instrucciones del coyote: “escuchen todos. A partir de ahora van a hacer lo que yo les diga. ¿Entendido? Los coyotes dudan que Sandra sea capaz de aguantar la jornada. Uno de ellos dice: ¿está muy gorda, no la va a armar? El grupo de inmigrantes cruzan de noche por una zona de vegetación desértica y son abandonados a su propia suerte. Al final, logran llegar a Nueva York. Se establecen en una modesta vivienda y comienzan a trabajar. Iván extraña a Gerardo y a su hijo mientras que la nostalgia invade a Sandra quien ya se quiere regresar. Gerardo trata de tramitar una visa para irse también, pero la embajada se la niega. Finalmente logra cruzar de manera indocumentada para reunificarse con su amado. Iván valora este sacrificio: “viniste a mí, dejaste todo”. Te llevo conmigo rompe con la narrativa cuando los verdaderos personajes de la historia comienzan a difundir su testimonio a manera de documental de cine. La actuación de los personajes de Te llevo conmigo se intercalan con los testimonios reales de la pareja. Vemos videos y fotografías originales de su archivo personal. Ellos logran establecer un restaurante en Nueva York donde Iván puede cumplir sus sueños de ser chef. Las metas personales se cumplen, pero hay tristeza en sus ojos pues, han pasado dos décadas sin poder regresar a México para ver a su hijo Ricky. Iván logra el sueño americano, pero su felicidad es incompleta. Su mente está en su hijo mientras vagan los recuerdos “a veces confundo los sueños con las memorias”. Esta película tiene una sólida narrativa con un gran potencial estético. Al verla completa y sin interrupciones nos brinda una experiencia sensorial. Hay silencios, elementos visuales y sonoros que transmiten energía e impotencia. En lo visual, las luces, colores y sombras marcan un tono nostálgico que, asociado con el sonido, brindan una atmosfera de dolor y desesperanza. En ocasiones el espectador participa imaginando los diálogos e invitándolos a la reflexión. Te llevo conmigo es una valiente historia de amor que expone los sacrificios de los inmigrantes, la homofobia y la imposibilidad de tenerlo todo. Obras citadas Doña Herlinda y su hijo. Dir. Jaime Humberto Hermosillo. Perf. Guadalupe del Toro, Antonio Treviño. Clasa Films. 1984. El lugar sin límites. Dir. Arturo Ripstein. Perf. Roberto Cobo, Ana Martín, Gonzalo Vega. Conacite Dos. 1978. Foster, David William. “Apuntes Sobre el Cine Queer en América Latina.” Hispanic Journal, vol. 26, no. 1/2, 2005, pp. 233–42. JSTOR, http://www.jstor.org/stable/44284792. Accessed 9 June 2025. I Carry you with me. Dir. Heidi Ewing. Perf. Armando Espitia, Michelle Rodríguez, Christian Vázquez. Sony Pictures. 2020. La Cucaracha. Dir. Ismael Rodríguez. Perf. Emilio Fernández, Pedro Armendáriz, María Félix. Películas Rodríguez. 1958. The Day Laborers. Dir. Lane Shefter Bishop. Perf. José Caro, Ricardo Molina. Amigo Films. 2003.
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AutorJuan Villa es periodista e investigador de cine y literatura de la frontera. Su trayectoria incluye radio, prensa escrita y televisión. Cuenta con estudios de doctorado y Maestría en español de la Universidad Estatal de Arizona (ASU). También es egresado de la Escuela de Periodismo Walter Cronkite (ASU). Es autor del libro Coyotes en el cine fronterizo (2011). Archives
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