Por Saúl Holguín Cuevas
Saúl Holguín Cuevas frente a la pantalla “En Europa un actor es un artista. En Hollywood, si no está filmando es un vago” (Tony Quinn). Gracias a la biblioteca pública y a la pequeña, pero deliciosa colección de la ASU-West, es posible ver cine de calidad en Fénix. No tenemos cinemateca, apenas un solitario cinillo en Scottsdale que dedica una de sus pantallitas al cine de calidad. Extraña situación: vivimos rodeados de pantallas, todas adormecen con la misma estrepitosa trivia comercial de persecuciones y sexolencia (sexo y violencia). Ignoro si fue a propósito, no importa, llegaron a casa a enriquecer mis noches dos videos, amigos ya conocidos, LA STRADA (La calle; 1954); y ZORBA EL GRIEGO (1964), ambas cortesía de modesta pero apetitosa colección, propiedad de todos, la biblioteca pública. Destaca en ambos films el protagonismo de un paisa, Antonio Rudolfo Oaxaca Quinn, conocido en el celuloide y por todos, como Anthony Quinn. Nació en Chihuahua, al parecer en plena Revolución. En sus mocedades le entró a todo, carnicero, boxeador, ministro gritón, trabajó en el rastro, amistad con el excéntrico arquitecto Frank Lloyd Wright y, desde luego, actor. Se casó con la hija del productor, Cecil B. De Mille, ahí amarró el futuro. (Mucho de esto puede ser leyenda. Toda persona destacada se inventa un pasado glorioso, esto es moneda corriente en Hollywood. Al paisa Ramón Novarro, le inventaron ser familiar no solo de Moctezuma, inclusive de Cortés, solo le faltó Carlos V.) La cinta, VIVA ZAPATA (1952; Oscar, actor secundario) regó su fama. La Strada, creación del genial italiano, Federico Fellini, es una de las mejores películas de todos los tiempos. Tony trepa a la cima al encarnar a Zampano, un fortachón, brutal cirquero ambulante que por celos destruye a su fiel compañera Gelsomina, la talentosa Giuletta Masina, esposa de Fellini, aquí una clown al estilo Chaplin. Al final, Zampano queda abandonado en la playa, la cámara, guiada por las notas de Nino Rota, paulatina se aleja de la patética piltrafa del Hércules caído. En LUST FOR LIFE (El loco del pelo rojo, 1956; Oscar, actor secundario), Tony encarna al pintor francés, Paul Gaugin en la etapa de su vida cuando cruza destinos con el loquillo, Vincent van Gogh. Tony alcanza la apoteosis con Zorba el griego. No exagero al otorgarle pata, rabo y orejas, tal es su labor. La película agrupa a un impresionante equipo: Libreto del novelista cretense, Nikos Kazantzakis, basado en su novela; dirección del chipriota, Michael Cacoyannis; la rusa, Lila Kedrova, de prostituta francesa jubilada se adjudicó un Oscar como mejor actriz secundaria. Tony es un pícaro simpático y querendón, una especie de Sancho, escudero de un Quijote (Alan Bates) muy humano, aunque soñador y poético. Complementan los arrolladores ojos de la greca, Irene Papas. (Del mismo escritor recomiendo la cinta, La última tentación de Cristo, basada en la novela de Kazantzakis y dirigida por el mejor director gringo, Martin Scorsese.) En Zorba, una tragicomedia, los hechiceros ojos de la encantadora , pero orgullosa viuda (Papas) traen a todos los hombres del pueblo salivando. Cuando uno de sus pretendientes se suicida, los pueblerinos lapidan (apedrean) a la mujer. Desfilan: monjes borrachos, un loquito y muchas viejas desdentadas, cual urracas enlutadas, pastores, plateros (borricos), cabras, lluvia, nubes, sol y mar; todo en la eterna y árida patria del Greco, Creta. Después de Zorba, Tony actuó en muchas otras películas, destacó un papel secundario en la tremendista y sangrienta LAWRENCE DE ARABIA (1962; versión del director 2008), pero ya no se elevó a las cumbres alcanzadas tanto en Creta, como en La calle, imposible, esos son grandes films.
1 Comment
Magali Aguilar Solorza
1/27/2021 10:46:00
Estimado Saúl Holguín Cuevas totalmente de acuerdo, las pantallas se iluminan con violencia y sexo, no hay casi nada cultural, eso es lamentable, pues todo es monetizado. Es un honor leerlo.
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February 2023
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