Por Saúl Holguín Cuevas
Al no poder ir al cine me pego a Criterion a través de la tele, dizque inteligente, a ver que hay. HE atestiguado varias películas del cometa tudesco (alemán) [*] Fassbinder, figura central del Nuevo Cine Alemán, digno heredero del expresionismo germano, pues su obra es oscura y deprimente, su vida corta, ahogada en caspa (cocaína). Acabo de flagelarme con las quince horas y media de miseria que componen la cinta. Vaya que soy masoquista. Padecí la degradación de ser humano a insecto de toda la sociedad Weimar en Berlín, la capital cultural del mundo de entonces. Lo rescatable de esa putrefacción, el teatro de Brecht, los diseños de Gropius, los films de Lang, el dadaísmo no se vislumbra por ningún lado. Veamos. Basada en la renombrada novela de 1929 del escritor judío–alemán Alfred Döblin, ya fue filmada. Existe una mala cinta estrenada con poco éxito en 1931 y una dramatización radial que nunca se difundió por amenazas nazi. El cuento va más o menos así. Tras purgar cuatro años en prisión por matar a su amante, Franz, el antihéroe sale a las calles de un Berlín que se desintegra. Desfilan prostitutas, ladrones y los nazi. El protagonista, un proxeneta (padrote) alterna entre constantes vasos de cerveza y sorbos de Schnapps (aguardiente), consume las tiernas caricias de siete mujeres que alquilan su cuerpo para mimarlo y mantenerlo. Pero a pesar que promete portarse bien, en un mundo podrido donde todos están sin trabajo, la única alternativa es el crimen o los fascistas. Pierde un brazo, pierde una y otra mujer valiosa. Un susurro constante invita, seduce, engaña, es la radio, la prensa, los nazi, la biblia, el subconsciente; la solución: claudicar, el crimen o la muerte, y por si fuera poco, la Segunda Guerra Mundial toca a las puertas. Como para darse un tiro. Cualquier parecido con nuestro presente de líderes embusteros, engañadores, farsantes, ladrones, egocéntricos y público marioneta, crédulo, ingenuo y manipulable es más que coincidencia. * Así les llamaban los italianos a los alemanes en la edad media, con el significado de los del pueblo. Conste, uso el término porque me gusta no para presumir sabiduría, al menos eso pienso.
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Saúl Holguín CuevasBrevis kurrikulum vitæ Archives
February 2023
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