Bolero Franki

Bolero Franki 
Escena I
 
MUSICA:                  Chulas fronteras con el Piporro
 
(Dos arlequines, vienen charlando, bromeando, celebrando, platicando, brindando. Se oyen las notas de Chulas Fronteras con el Piporro, ambas tararean y bailan una con otra, cual pareja.)
 
ALFA y BETA:          SIN MASCARA         (Cantando al ritmo de la música.) ¡Ajua!, ¡ajua! Andándome yo paseando por las fronteras del norte, ¡Hay que cosa tan hermosa! de Tijuana a Ciudad Juárez, de Ciudad Juárez Laredo, de Laredo a Matamoros, sin olvidar a Reynosa. ¡Ajua!
 
ALPHA:                    (Mientras esto dice va creado un muro con legos de dispares colores.) Como me gustan los muros. Trabajo, como el Regio, en el cemento. Hago muros por dinero. (pausa.)  Eso sí, tengo que aguantar el calorcito de 110°. (Se seca el sudor con el paño, toma agua de un garrafón.) ¿Dónde está mi Achichincle? (Ve al Achichincle, este se voltea y busca entre el público, al darse cuento que es ella, encara a la Albañil, recapacita y apurada, a zancadas, se aleja, vuelve con una carretilla con ladrillos.)
      A ver tú traime más mezcla y más ladrillos. Estoy haciendo un trabajo importante. (Grita.) ¡Échale más ladrillos, mezcla, mezcla! (Agarra un ladrillo con cada mano, los topa, queda satisfecha con el ruido. Va cambiando su semblante a rígido.
 
ALPHA SE PONE MÁSCARA
 
BETA:                       (Pavoneándose.) Hicimos la Gran Muralla China y sus… trece…
 
ALFA:                        (Dicho en tono natural.) Trece mil millas… veintiunmil kilómetros.  (Enfático.) Pero estoy más orgulloso del muro entre Israel y Palestina, durante la segunda Intifada. (Se frota las manos.) Cinco mil muertos, 900 de ellos niños.
 
BETA:                       (Melancólica.) ¡Cuánta sangre! (Recobra el semblante alegre, sonríe.) Y mi favorita. La Nueva Gran Muralla.
 
ALFA:                        (Enfático.) Diez metros de hondo, veinte metros de altura. Después les mando el bil. Y a ver si alguno de ustedes se cree muy chango y se trepa. No olviden quial otro lao los esperamos los minutemen… ¡pa cuetiarlos! (Camina alrededor.) ¿Qué tan largo es el potrerito?
 
BETA:                       Ta’ larguita la tirada. Tres mil millitas. (Se limpia el sudor de la frente con un pañuelo.) Vamos a tener chamba pa’ rato.
 
ALFA:                            (Hace cuentas con los dedos.) Haciendo cuentas, a ver… dos por 500, por tres mil… cuarenta billones de ladrillitos. (Caminando, va pensando.)
Nosotros los traficamos a 1.75, pero como nos ordeñaron para la campaña del candidato, se los vamos a meter a 2.50 … A ver, (Encara al público.) ¿Cuánto me deben?
 
 BETA:                      (Aparenta que está pensando con mucho esfuerzo.) Que se fijan en chingaderitas 100 del águila, cueritos de rana, ojitos de gringa. 
 
ALFA:                       (Manipulando billetes con los dedos.) Cien billones de dólares… y eso nomás por los ladrillos. Ahora échale cuenta a la mano de obra.
 
BETA:                       Ese sí, debe ser un chingo.
 
ALFA:                        (Se carcajea) ¡No seas güey! Vamos a todos los jomdipos, los alborotamos que les vamos a pagar un sueldazo, ya verás que nos sobran esclavos.
 
BETA:                       ¿Y cuánto es un sueldazo? Pa’ entrarle.
 
ALFA:                        De sol a sol… Diez dolarotes, una coca y un bigmac y con eso tienen. Échale la cuenta lo que nos clavamos (Con los dedos hace el signo del dinero), no les pagamos seguro, ni prestaciones, ni vacaciones…
 
BETA:                       No seas gandalla. Eso no es ni el sueldo mínimo.
 
ALFA:                        Ponte en su lugar. ¿Qué prefieres, diez dólares o morirte de hambre?
 
BETA:                       ¡Uyyy!, qué fácil me la pones… Ya ni pedo… pero, te puedes meter en broncas con las autoridades.
 
ALFA:                        No preocupeichón, financié la candidatura del diputado, él me protege. Además, el pión que laga de tos, pos, … lo deportamos… ¡Y ya!
 
BETA:                       (La ve de arriba abajo, admirándola.) Estás hecha y derecha y bien hecha. (Mientras esto dice, Albañil posa y se toca partes del cuerpo: glúteos y bíceps.) Oye muchachita, de menos dale a los gañanes un seicito los viernes, después del jale.
 
ALFA:                        Tienes razón, así nos los hacemos bien compas.
 
BETA:                       (Encara al público.) ¡Órale borregos, aquí está su bud light bien heladita, con sal y limoncito!
 
ALFA:                        (Enfatiza.) A estos nopaleros les gusta lo frío.
 
BETA:                       Será por que andan todo el santo día en el solazo.
 
ALFA:                        (Alarga la pronunciación de la frase, como dudando.) Puede qué. (Se queda pensando, se emociona.) Que suave bardita nos vamos a aventar, a ver búscale en tu aparatito que tanto le picas. ¿Cuántos mexas se han petatiao cruzando la línea?
 
BETA:                       Hija, que te fijas en… A ver, déjame ver: (Consulta el teléfono… Aterrada.) ¡En la torre… 7 mil en 20 años!
 
ALFA y BETA:       (Melancólica, se arranca los cabellos, aterrada.) ¡Cuánta sangre!... (histérica.) ¡Cuánta violencia!... ¡Cuántos muertos! (Salen.)
 
© Saúl Cuevas