Tierra hidrocálida
A mi amigo de siempre: Hugo Arnulfo. El varias veces reciclado autobús se arrastra, una vez más, rumbo al centro. El minusválido, minado por la polio, predica que prefiere suplicar que robar; agradece profusamente una moneda menor. Las hondas campanas de la Catedral declaran el mediodía. Tiempo de reflexión con una tacita de ristretto y una de lungo. Tras el reposo asalto un par de calles en busca del mercado. Doy a la derecha donde birrierías abundan. El hambre arrecia. Me olvido de los condoches que buscaba y me fortalezco con una magnifica birria, consomé, tortillas tostadas y una salsa regañona. Lento camino por la calle de los hilados (Nieto). Detengo a refrescarme con un helado de garrafa, sabor guanabana. Mi andar y el calorcito me llevan a una chela en don Chendo, acompañada de su respectivas botanas. (Foto). Me atiende un chico, luce camisa que advierte: Una cosa, nos lleva a la otra. Cuarenta y pico años después, por fin, se me permitió vivir intensas horas en Aguascalientes. © Saúl Cuevas
0 Comments
Leave a Reply. |
Saúl Holguín CuevasBrevis kurrikulum vitæ Archives
February 2023
|