Por Violant Muñoz y Genovés Ibon Martín, rey del thriller atmosférico, nos traslada a su escenario más extremo: la zona minera de Vizcaya. Un territorio donde las ruinas del pasado industrial han sido reconquistadas por la naturaleza, dando lugar a un paisaje de belleza inquietante y sobrecogedora. BAJO LA NIEBLA BLANCA SE OCULTA UN ALMA NEGRA Aunque hace décadas que las minas enmudecieron en los Montes de Hierro, en la quietud de la noche aún pueden oírse los lamentos desesperados de las almas que quedaron sepultadas en su vientre de roca. La aparición del cadáver de Teresa Echegaray, la poderosa mujer que pretende reabrir la explotación, despierta entre los habitantes de la cuenca minera el miedo a las leyendas dormidas y reaviva el rencor acumulado durante largos años. La investigación del asesinato se ve lastrada por un acontecimiento que sacude la vida de Julia. Cuando parece que al fin ha llegado la hora de cicatrizar una dolorosa herida de su pasado, no encuentra la respuesta que busca, sino nuevas preguntas y una misión para Ane Cestero quien, despojada de su uniforme y su placa, tendrá que resolver el rompecabezas armada únicamente con su instinto. Juntas se enfrentarán al caso más complicado de su carrera. Alma Negra es un thriller de atmósfera muy especial que constituye un homenaje literario a la cuenca minera de Vizcaya. Los Montes de Hierro, un área histórica marcada por siglos de explotación minera, se convierten en un personaje más, fundamental en la construcción de la trama de la novela. Ibon Martín, conocido por dotar a los escenarios de sus novelas de una presencia casi tangible, utiliza la terrible historia de la Margen Izquierda como un reflejo de las tensiones, secretos y oscuros rincones que se sienten como una extensión del conflicto humano. Los paisajes extremos, torturados durante miles de años para extraer de sus entrañas el preciado mineral de hierro hoy lucen limpios, aunque ríos como el Barbadún o los lagos de La Arboleda todavía cargan con los vestigios de la contaminación de su pasado y se presentan como un reflejo del desgaste y las cicatrices pasadas. Las ruinas de hornos de calcinación y lavaderos de mineral, que se encuentran esparcidas por la región, son parte integral de la novela, cargados de simbolismo, recordando al lector que la región es tanto una huella histórica como un espacio vivo de misterio. Los lugares abandonados hace décadas y hoy recuperados por la naturaleza, mezclan la belleza salvaje con el recuerdo de un pasado industrial que sirve de metáfora de la dualidad del ser humano y la tensión entre el progreso y la destrucción. Los personajes, atrapados en una serie de sucesos que los superan, no pueden escapar de la influencia de su entorno: un lugar que, aunque ha cambiado, sigue estando marcado por el dolor, las injusticias y la lucha por la supervivencia. La novela también aborda en tiempo presente la resistencia a la reapertura de las minas. En Alma Negra, los habitantes de los pueblos mineros se oponen ferozmente a cualquier intento de revivir un pasado que aún duele. Las protestas y pancartas en las que se exige el respeto por la memoria de las víctimas de la minería son ecos de una realidad que, aunque no es el foco principal de la historia, aporta una capa adicional de profundidad al reflejar los conflictos sociales que protagonizaron la época de la reconversión. A través de esta ambientación, Ibon Martín no solo construye un thriller absorbente, sino que nos invita a reflexionar sobre el peso de un legado trágico, porque el material con el que se forjaron los sueños de la industria vasca es el mismo que pobló las pesadillas de aquellos que se encargaron de extraerlo. Entre las aldeas durmientes de belleza singular aún laten supersticiones y oscuras leyendas como la misteriosa figura de «Alma Negra» que el autor revive en estas páginas. Un símbolo de la codicia, crucial en el desarrollo de la trama, que mantiene viva la memoria colectiva de la cuenca minera. La serie Ane Cestero, cuenta hasta la fecha con tres títulos más: La danza de los tulipanes. La periodista más popular de Gernika es arrollada por el tren que cubre la línea de Urdaibai. La víctima ha sido fijada a la vía con un delicado tulipán entre sus manos. La flor, de un intenso y brillante rojo, es tan hermosa como difícil de encontrar en pleno otoño. La escena, cuidadosamente preparada, ha sido retransmitida en directo a través de Facebook. La danza de los tulipanes nos sumerge en la ría de Urdaibai, un lugar mágico donde el mar y la tierra se abrazan al compás de las mareas que mecen las tranquilas vidas de sus habitantes, que se ven repentinamente sacudidas por la brutal irrupción de un asesino complejo e inteligente, capaz de rivalizar con los ritmos de la naturaleza que desde siempre han gobernado la comarca. La hora de las gaviotas. Las gaviotas sobrevuelan inquietas la ciudad marinera de Hondarribia, que se ha vestido con sus mejores galas para celebrar un día especial. Sus graznidos compiten con los alegres sonidos que inundan las calles, donde los vecinos se preparan para disfrutar de la fiesta ajenos a la terrible amenaza que se cierne sobre ellos. En mitad del desfile se desata el horror. Una puñalada salvaje y certera riega con sangre el frío suelo de piedra. Una mujer ha muerto asesinada. Y no será la última. La suboficial Ane Cestero y su unidad especial tendrán que dar caza a un asesino feroz e implacable, capaz de ocultarse a la vista de todo un pueblo. La hora de las gaviotas es un thriller sinuoso, magnético e impecable que nos enfrenta al peor de los enemigos: el odio visceral que late escondido en todos nosotros. El ladrón de rostros. En Sandaili, una humilde ermita excavada en la roca, ha aparecido el cuerpo mutilado de una mujer asesinada mientras practicaba un antiguo rito de fertilidad. Su torso ha sido abierto y vaciado y las manos han sido colocadas a ambos lados de su abdomen en actitud de entrega. La escena reproduce, con macabra exactitud, las figuras de los apóstoles que Oteiza esculpió en la fachada de la basílica de Arantzazu. Las pruebas señalan que alguien realizó una copia de su rostro en el momento de su muerte. Un peligroso asesino ritual ha nacido al abrigo de las verdes montañas que guardan desde tiempos inmemoriales los mitos y las leyendas de los vascos. Un enclave aislado, moldeado por el agua que ha dejado sus cicatrices en forma de desfiladeros majestuosos y profundas cuevas. Ane Cestero y la Unidad de Homicidios de Impacto emprenderán un viaje a las entrañas de la tierra donde se oculta lo más oscuro del alma humana. IBON MARTÍN ha conquistado un lugar propio en el thriller nacional e internacional gracias a sus pasiones: viajar, escribir, describir. Su carrera literaria empezó en la narrativa de viajes. Enamorado de los paisajes vascos, recorrió durante años todos los caminos de Euskadi y editó numerosas guías que siguen siendo referencia imprescindible para los amantes del senderismo. Su primera novela, El valle sin nombre, nació con el deseo de devolver a la vida los vestigios históricos y mitológicos que sus pasos descubrían. Tras ella llegaron Los crímenes del faro, una serie de cuatro libros inspirados por el thriller nórdico que se convirtieron en un éxito rotundo. La danza de los tulipanes alcanzó los primeros puestos en las listas de más vendidos, consagrándolo como uno de los autores más destacados de thriller tanto en España como en el extranjero, donde algunas de las editoriales internacionales más prestigiosas se rindieron al hechizo de su narrativa. La hora de las gaviotas fue galardonada con el Premio Paco Camarasa a la mejor novela negra del año y El ladrón de rostros lo confirmó como el maestro vasco del suspense. Novela a novela ha construido un universo muy especial en el que se mezclan con elegancia todos los tonos del noir: investigación a cargo de un equipo policial, perfil criminal del asesino, denuncia de asuntos de actualidad, suaves pinceladas de suspense y ambientaciones poderosas que evocan paisajes rurales y leyendas antiguas.
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Violant Muñoz i Genovés
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March 2025
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