Por Violant Muñoz i Genovés
Un joven de 17 años aparece muerto abrazado a una estatuilla religiosa, ¿Suicidio o asesinato? El cuerpo sin vida de Adrián, hijo de un exitoso empresario de origen chino, aparece en un piso deshabitado de Madrid tumbado sobre un sofá, abrazado a una estatuilla religiosa. Todo parece indicar que Adrián se ha suicidado; sin embargo, la joven inspectora Mónica Rojo sospecha que puede tratarse de un crimen. Sus pesquisas la llevan a plantearse numerosas preguntas: ¿fue Adrián captado por una secta? ¿Qué oscuro secreto esconde su familia? ¿Quién o quiénes podrían estar interesados en la muerte de un adolescente con una vida aparentemente normal? O si en realidad decidió quitarse la vida; ¿Qué fue lo que le llevó a tomar esa decisión? La inspectora se topa con una particular aplicación de contactos y visita un extraño local nocturno con el fin de encontrar respuestas a estas preguntas. Cristina Higueras, con una prosa elegante, directa y absorbente, nos atrapa con un novela magistral por su precisión a la hora de trazar los caracteres de sus personajes y definir el mundo de apariencias en el que se mueven, un universo donde tras el resplandor del lujo y el fulgor de los privilegios acechan las sombras de la doble moral, el materialismo y la falta de escrúpulos. Nos encontramos ante una historia compleja, un thriller comprimido en tan solo 55 días, en plenas fiestas navideñas, un periodo que no a todo el mundo le gusta. A pesar de que en ocasiones, tras una larga enfermedad por ejemplo, la muerte es un alivio, ésta sigue siendo un tabú en nuestra sociedad, porque tal como afirma la autora “...la muerte nos da miedo…” Uno de los personajes de la novela desvela “..que el mal de amores es una de las primeras causa de suicidio entre adolescentes, tanto en la ficción como en la realidad…” tal afirmación me erizó el vello, y traté de informarme al respecto y, entre el 2019 y el 2021 hubo un incremento de suicidios del 32.35% que no pueden atribuirse exclusivamente a la pandemia del COVID19 ya que en el 2018 el incremento respecto al año anterior ya era evidente. La protagonista, la inspectora Mónica Rojo, vive con su abuela Pilarín (tributo de la autora a su propia madre) que no duda en usar grandes referentes populares a la hora de advertir a su propia nieta: “...aquí solo se come lo que se pega al riñón, como se ha hecho toda la vida…”, “...irse con una mano delante y otra mano detrás…” u “...olor a humanidad…”. Es una mujer que se revela a ser derrotista pese a su edad y todo cuanto ha sufrido, ya que Cristina Higueras afirma que la decrepitud es una actitud, no una edad cronológica. A pesar del carácter serio de la novela negra que debe ser escrita con absoluto rigor en opinión de la autora, ésta introduce descripciones con una prosa poética exquisita en el tono y en la forma: “...la culpa es lo que tiene. No se dispersa ni salpica. Se ancla en el interior, y los ganchos se clavan desgarrando los tejidos…” o “...el tiempo arrasando sin piedad su propia existencia en una suerte de incendio provocado…” Otro de los temas que aborda la novela es el rol femenino en trabajos tradicionalmente masculinos, en los que la mujer no debe permitirse el lujo de usar la empatía, la intuición, la inteligencia emocional o la sensibilidad. Se habla mucho del maltrato físico, pero el psicológico erosiona en igual medida, pero en silencio, a pesar de que “...así pueden ser las palabras: tan hirientes como un arma, igual de desgarradoras…” La autora utiliza el lenguaje no verbal y las características coincidentes en determinados arquetipos para definir a sus personajes: “...esos labios tensos, tan característicos de la gente odiadora o intransigente…” o “...para subrayarla aún más, agitó el dedo índice igual que lo hubiera hecho un maestro de escuela…” También utiliza los nombres de marcas comerciales para establecer una diferencia de clases notable entre algunos de los personajes. Uno de los rasgos característicos de la pluma de Cristina Higueras es el juego que establece con el lector, a quien con pequeños guiños involucra en la acción: “...al igual que Mónica y su abuela, quien está leyendo estas páginas, entenderá a la perfección e incluso revivirá en su memoria sensorial…”. También son recurrentes en su obra las alusiones al cine, la TV o el teatro. Y en esta ocasión, dado que la acción sucede en el periodo navideño hace mención al villancico que más réditos genera de cuantos existen, el All I Want For Christmas Is You de Mariah Carey. Gracias Cristina, por una magnífica historia magistralmente hilvanada. © Violant Muñoz © Mediâtica: agencia cultural
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Por Violant Muñoz i Genovés
Las hijas de la criada es una historia mágica y realista al mismo tiempo, ambientada en una Galicia extraordinaria y una Cuba de pasado colonial, y en la que los hombres y mujeres se rebelan contra su propio destino en busca de la verdad. La escritora y periodista Sonsoles Ónega nos sumerge en un apasionante relato histórico repleto de intrigas, deslealtad y pasiones ocultas, cuyas protagonistas luchan sin descanso por aquello en lo que creen firmemente: su familia, su trabajo y sus derechos. Una novela emocionante sobre una saga familiar que creó un imperio marítimo casi desde la nada. “… Hay historias que permanecen escondidas durante siglos y merecen ser contadas. Historias de familias que se desvanecen con sus muertos, sepultadas bajo sus cenizas. La que empezó a forjarse tras los muros del Pazo del Espíritu Santo es una de ellas. Hasta ahora nadie se había atrevido a escribirla…” con este prometedor arranque, la autora da comienzo a la novela ganadora del Premio Planeta 2023, un apasionante relato de amor y secretos que cautivará a los lectores desde la primera a la última página. Narrada con la cadencia de aquellas historias contadas junto al fuego, Las hijas de la criada recorre los dos primeros tercios del s.XX en una Galicia extraordinaria que construyó un imperio marítimo y dio origen a multinacionales del negocio de la pesca que aún hoy perviven. En ese mundo, que sigue unido al pasado y al presente de los indianos, emergen sus personajes: hombres y mujeres que viven con intensidad y tratan de rebelarse contra su propio destino. Sonsoles Ónega construye un relato alimentado por una contexto histórico y unos lugares que sirven como el escenario perfecto, con unos personajes inolvidables de gran calado psicológico y una trama que crece en una tensión narrativa que nos deja sin aliento. En su séptima novela, la autora no sólo mantiene el gran estilo literario al que nos tiene acostumbrados sino que, en numerosos pasajes, nos regala destellos especialmente emotivos. Con Las hijas de la criada la autora logra conmover al lector sin soltarle de la mano mientras le traslada a un viaje emocional e histórico narrado con maestría. Partiendo de una saga familiar de empresarios gallegos, la autora da vida a unas mujeres valientes que no se conforman con lo que les viene dado y que pondrán en entredicho lo que la sociedad espera de ellas. Una venganza oculta y desgarradora condiciona su existencia y los obstáculos, tan terribles como inesperados, ponen a prueba sus convicciones. El amor es el gran motor de esta novela, en la que también destacan los deseos incumplidos, la esperanza, la lucha y la reconciliación. Esta novela es un reflejo de la sociedad de la época al abordar asuntos como la decadencia de las colonias españolas de ultramar, la abundante emigración gallega en Cuba, la pandemia de gripe española de 1918, las guerras que asolaron España y el continente europeo, además de recuperar la tragedia marítima del buque Santa Isabel, el Titanic gallego que naufragó en 1921, y la creación de la primera Escuela de Mujeres de Galicia. La autora, se adentró previamente a la escritura en una fase de intensa documentación, domina a la perfección la fórmula de dotar de realismo a la ficción, mientras rinde homenaje aquellas mujeres que trabajaron en el mar y que hasta ahora, seguían haciéndolo sin reconocimiento alguno. Todas ellas verán su voz en una gran novela que dejará una impronta inolvidable en los lectores. Una noche de Febrero de 1900, recién estrenado el s.XX, en el Pazo del Espíritu Santo, llegan al mundo dos niñas, Clara y Catalina, cuyos destinos ya estaban escritos. Sin embargo, una venganza inesperada sacudirá para siempre sus vidas y las de todos los Valdés. Doña Inés matriarca de la saga y fiel esposa de Don Gustavo, deberá sobrevivir al desamor, al dolor del abandono y a las luchas de poder hasta convertir a su verdadera hija en heredera de todo un imperio, en una época en la que a las mujeres no se les permitía ser dueñas de sí mismas. Son muchos los temas que se abordan en la novela: el amor, los secretos familiares, el sentimiento de venganza, la creencia de que el amor todo lo puede, el rol de la mujer y el rol del hombre, la maternidad y por supuesto, la necesidad de redención. © Violant Muñoz © Mediâtica: agencia cultural Por Violant Muñoz i Genovés
Regresa el autor que ha vendido más de 13 millones de ejemplares, Jordi Sierra i Fabra, con una novela envolvente sobre los oscuros secretos de la alta sociedad. Una conmovedora historia ambientada en dos épocas distintas en Barcelona, explorando las complejidades psicológicas y manteniendo la intriga hasta el final. «...Y TRABAJANDO EN SU CASA, EL HOGAR MÁS CRISTIANO QUE CONOZCO, ¿QUÉ MALO PUEDE PASARLE?...» 1959. Celia, una joven huérfana, llega a Barcelona a finales de los cincuenta para entrar al servicio de la familia Miramón. A partir de ese momento, descubrirá que tras el lujo de la mansión se esconden secretos, tensiones y dificultades de los que ella misma pasará a formar parte. Fernando, señor de la casa, oculta más que temores por la fortuna familiar; Natividad, la hija, trata a Celia con desdén, y Joaquín, el primogénito, parece querer acercársele cada vez más. Celia intentará hacer su vida alejada de esas cuatro paredes, pero las redes de la familia la atraparán con tal fuerza que terminarán por marcar su destino. 1992. Eduardo, un detective privado, recibe el encargo, por parte de una enigmática señora Canals, de rastrear el pasado de Celia en busca de una persona, un secreto oculto durante 32 años. Una investigación que le llevará a remover la historia de unos seres casi olvidados por el tiempo... o no. Poniendo de manifiesto su impecable agilidad narrativa, Jordi Sierra i Fabra rompe con su canon habitual para explorarlos recovecos más oscuros de las clases altas. Presenta la Barcelona señorial y la urbana en dos épocas muy diferentes, tejiendo la historia de Celia hasta llegar a su intrigante final. Una novela envolvente que aúna la profundidad psicológica y la intriga para mantener en vilo a los lectores hasta el final. JORDI SIERRA I FABRA (Barcelona, 1947) es uno de los autores más leídos y populares del panorama literario español y, con quince millones de libros vendidos y más de cincuenta premios literarios, uno de los más sorprendentes por la versatilidad de su obra, que aborda todos los géneros. Viajero impenitente, circunstancia que nutre buena parte de su extensa producción, y comprometido con la realidad, ha creado dos fundaciones en Barcelona y Medellín (Colombia) para impulsar la lectura y ayudar a jóvenes escritores a dar los primeros pasos (anualmente otorga el premio literario que lleva su nombre a un autor menor de dieciocho años). Por esta obra social, sus fundaciones merecieron el Premio IBBY-Asahi de Promoción de la Lectura en 2010, máximo galardón internacional en la materia, y la Fundació Jordi Sierra i Fabra fue condecorada en 2015 con la Medalla de Honor de Barcelona en reconocimiento a su labor. Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2007 y cuatro veces candidato al Premio Andersen, el autor también recibió en 2012 el Premio Cervantes Chico; en 2013, el Premio Iberoamericano de Literatura; la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2017, y la Creu de Sant Jordi en 2018. Su trayectoria como autor policíaco se vio recompensada con el Premio González Ledesma en 2020. La verdad oculta es su última novela. (c) Violant Muñoz (c) Mediâtica: agencia cultural Por Violant Muñoz y Genovés
Tres mujeres excepcionales unidas por sentimientos universales, tres destinos entrelazados. No tocarás incide en la importancia de los hilos narrativos que, a pesar de las distancias espaciotemporales que nos separan, nos demuestran que todos estamos unidos por objetos, lugares o acontecimientos. En este caso, el espacio que conecta a las tres protagonistas es el Alexandra Palace, un edificio emblemático de la capital británica hoy destinado a la celebración de toda clase de eventos. Verano de 1873. El Alexandra Palace acaba de inaugurarse a las afueras de Londres y la vida tranquila de la joven Mary Hessler, que trabaja muy cerca de allí, está a punto de cambiar. Una noche cometerá un acto inconfesable que, muchos años después, será decisivo también para Adela Ferri y Marta Soler. Verano de 1998. Marta, una celadora en el Museo Sorolla, lleva meses intercambiándose mensajes secretos con un desconocido y sus días transcurren entre hipótesis sobre quién estará detrás de ese juego y paseos por las calles de Madrid. Mientras, en Londres, Adela afronta como puede la crisis de su matrimonio y se siente protagonista de una extraña realidad que ella, pese a dedicarse a la escritura, no consigue definir. Separadas en el tiempo y el espacio, pero unidas por un recorrido marcado por la culpa, los condicionamientos sociales, la obsesión y la búsqueda del amor, las historias de Mary, Adela y Marta nos demuestran que, a veces, basta cortar un hilo para que todo se desmorone a nuestro alrededor, y que cada decisión que tomamos es una pieza de dominó que se vuelca sobre las demás. Mary Hessler: joven del Londres victoriano que trabaja de niñera en la mansión de la poderosa familia Walcott. Bondadosa y de gran corazón, obsesionada con la idea del pecado, sus visitas al párroco de la iglesia en busca de un bálsamo para calmar sus inquietudes no hacen más que acrecentar sus temores. Su padre, el capitán Hessler, dirige una de las dotaciones de bomberos que participará en la extinción del incendio del Alexandra Palace en 1873. La noche del incendio Mary cometerá en secreto un acto que dará un vuelco inesperado a su vida. Adela Ferri: escritora madrileña afincada en Londres a finales del siglo XX. Vive en una de las mansiones de estilo Tudor de Highgate con un marido italiano y una hija adolescente, mientras que su hijo mayor estudia en otra ciudad. En 1998 publica una novela que coincide en las librerías con la segunda entrega de Harry Potter. Su abuela fue camarera en el Alexandra Palace y su abuelo estuvo preso en ese mismo lugar durante la Gran Guerra. Cuando está sola, Adela observa una fotografía que tomó su abuela hace años en el Museo Sorolla y que le provoca extrañas visiones que no puede compartir con nadie. A punto de presentar su novela, y de dar un impulso a su carrera como escritora, Adela tomará en secreto una determinación que dará un giro sorprendente a su vida. Marta Soler: madrileña de 28 años que trabaja como celadora en el Museo Sorolla. Su padre le enseñaba códigos secretos para comunicarse y le escribía las soluciones en la bolsa de la merienda. A la muerte de su padre, su madre se marchó a Mahón y desde entonces Marta vive sola con su perra Chusca sin más familia que los vecinos del barrio y sus perros. Corre el verano de 1998, el calor es sofocante y el Mundial de fútbol acapara todas las conversaciones, pero Marta tiene otras inquietudes: averiguar la identidad de alguien que cada lunes le deja un mensaje escrito con el Cifrado de César en los rincones más insospechados del Museo Geominero, del que lo sabe todo, y descubrir el secreto que se esconde detrás de una de las vitrinas del Museo Sorolla. Infatigable, perfeccionista, obsesionada con las estructuras y los números y con una cabeza perfectamente amueblada, nada es azaroso en el quehacer literario de Nuria Pérez. Tanto en su pódcast y sus ensayos como ahora en su primera obra de ficción, todo obedece a un asunto de investigación, precisión y método. Como avezada publicista, Nuria Pérez domina muy bien el arte de la comunicación. Así que aprovechamos la publicación de No tocarás para preguntarle por este giro en su carrera como escritora y por las claves de su novela. .- Esta historia habla de tres mujeres separadas en el tiempo y en el espacio, pero, a medida que avanzamos en la lectura, descubrimos que están unidas. ¿Qué la ha llevado a querer entrelazar vidas tan lejanas? En realidad, es la tesis que mueve todo mi trabajo: demostrar que, pese a las distancias geográficas y temporales, todos estamos unidos por una serie de emociones, anhelos o inquietudes que se mantienen inalterables a lo largo de los siglos. Quienes han escuchado algún capítulo de Gabinete de Curiosidades saben que me apasiona tejer hilos narrativos que unan historias aparentemente lejanas entre sí. En esta novela en concreto quise unir dos elementos que me apasionan: soy una gran amante del trabajo de Joaquín Sorolla, en especial de su retrato Clotilde con traje gris. Y me interesa mucho también la historia que hay detrás del Alexandra Palace, un edificio del norte de Londres. Decidí investigar hasta encontrar algo que uniera ambos. Cuando lo encontré, supe que tenía el germen de la novela. .- Siempre ha defendido que la Historia puede ser explicada a través de los objetos cotidianos. Sí, porque los objetos no mienten. Se suele analizar la Historia a partir de los protagonistas (ya sean ganadores o perdedores) y al hacerlo es fácil caer en sesgos. A mí me interesa más la gente común y la vida doméstica, porque suelen proporcionarnos una visión objetiva y sincera de lo que significaba vivir en una determinada época. Los objetos hablan de rutinas, de intereses, de pasiones. ¿Cómo era el día a día de alguien que vivía a escasos metros de donde se escribía la historia? Ese punto de vista siempre me ha parecido más revelador. Y los objetos que esa persona usaba pueden decirnos muchísimo. .- Como, por ejemplo, una taza de Spode. Exacto. Uno de los protagonistas de mi novela es una pequeña taza, un pocillo, de la marca Spode, una vajilla inglesa que siempre me ha encantado y que, en realidad, puede tener el mismo valor para mí que para una señora de Nottingham o para otra de Nápoles. Es el tipo de objeto que se va heredando y que se convierte en testigo de varias épocas y maneras de vivir. .- Supongo que uno de sus grandes retos ha sido no inundar su novela de datos curiosos, que es lo que en realidad hace en Gabinete de Curiosidades. Es cierto que, en los dos ensayos que he escrito en torno a mi pódcast, hay muchas notas al pie. Pero en No tocarás no las he utilizado, porque se trata de narrativa. Con todo, al final de la novela he añadido algunas notas históricas que aportan datos para ampliar la información. A fin de cuentas, me gusta la gente curiosa y entiendo que esas personas querrán saber más cosas sobre los eventos históricos que se mencionan. .- La novela contiene muchas referencias literarias. El libro se abre con una cita de Henry James: «Somos como islas en el mar, separadas en la superficie, pero unidas en la profundidad», que creo resume muy bien no solo esta novela, sino todo mi trabajo. Además, hay referencias a Shakespeare, Susan Sontag y Dante. La presencia de la Divina Comedia es constante a lo largo de la novela, es un libro muy importante para mí. En cuanto a Shakespeare, él es el mayor maestro en el arte de hilar vidas entre sí. Y para mí siempre ha estado ligado a Valle-Inclán, que solía decir que no necesitaba leer más textos de dramaturgia porque ya había leído a Shakespeare. .- A propósito de Valle-Inclán. En el libro hay también una parte de misterio con elementos que exploran lo sobrenatural. Soy gallega y quería rendir homenaje a mis raíces y a esa tradición de escritores, como Valle-Inclán o Rosalía de Castro, que veneraban lo sobrenatural. En la cultura celta se llama «espacio delgado» a esa frontera que separa lo terrenal de lo celestial. Esa línea en el horizonte, que la niebla gallega difumina siempre, y que puede aplicarse también a lo cotidiano. La razón no siempre alcanza a explicar todo lo que ocurre. Hay un factor, llámalo instinto, llámalo maxia, llámalo destino, que a veces parece apropiarse de nuestra realidad. ¿Qué debemos hacer cuando eso nos sucede? El personaje de Adela explora esta cuestión. .- Ésta es su primera experiencia con la ficción. ¿Va a continuar? Sí, de hecho ya estoy con una nueva novela, que aún no tiene título y de la que prefiero no desvelar detalles, más allá de que algunos personajes secundarios de No tocarás aparecerán como protagonistas principales. (c) Violant Muñoz (c) Mediâtica: agencia cultural |
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