Por Violant Muñoz i Genovés La buena sombra proporciona un rico tapiz de emociones y referencias culturales, pintando un cuadro vívido de la vida contemporánea. “...Quisiera que fuese solo un juego, sin dolor, sin fuego -el que juega con fuego se quema- pero en un ejercicio de franqueza consigo misma se reconoce cansada de pelear, quiere quemarse y citar a Cortázar: vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos...” Esta historia no es lluvia, es un diluvio. Y Vera salta al vacío cuando una noche, saliendo del tablao Villa Rosa en la Plaza de Santa Ana ,su mirada verde choca estrepitosamente con los ojos ámbar del Pantera: racial, atractivo, la nueva promesa del flamenco. A partir de entonces Vera y el Pantera aceptan la incertidumbre en su carné de baile, en su amor prohibido de paya y gitano, en la farándula, en la fiesta y los excesos.
La misma incertidumbre con la que años atrás jugaba María, la propia madre de Vera, a quien visitan su pasado y los veranos en el campo de Gibraltar, una joven en plena movida de la década de 1980, otro amor secreto con el Chico, un muchacho del descorche que funda el mismísimo clan de los shinga que hoy gobierna en el narcotráfico del Estrecho. La ópera prima de María de la Luz del Prado va buscando el duende entre los rincones de la vida, en la música y las costumbres, en la luz, en el flamenco, en el amor y el desamor, en el miedo o la jindama como dicen los gitanos. Lo busca en el Madrid de las Letras, en el barrio de Santa Cruz, en Extremadura, en el Estrecho de Gibraltar, ... en una aventura trepidante salpicada de los tintes costumbristas del pueblo gitano. Intenso y adictivo a partes iguales. En sus letras, su arte, sus tradiciones y en el oro que tiene buena sombra. La autora sorprende en su primera novela con una narrativa desbordada de musicalidad, con un ritmo adictivo, y con el uso extraordinariamente intercalado de términos en calé y expresiones características de los gitanos. La novela se divide en cuatro partes: el paseíllo, la pasada, el careo y el remate emulando las cuatro sevillanas que metafóricamente representan los tiempos de un flirteo o roneo como dicen los gitanos. A lo largo de estos cuatro tiempos la autora narra dos tramas de amor:
Encontramos también una serie de tramas secundarias, como la de Consuelo una mujer gitana muy tradicional, atada a todas sus costumbres y que poco a poco, a lo largo de la novela, rompe el cascarón del yugo familiar y las imposiciones. La trama de Consuelo también trata la codependencia, el amor incondicional no correspondido, frente a las infidelidades de su marido y el resurgir feminista de la mujer gitana. Otra de estas subtramas es la historia de “la Eli” y “el shinga”, amante la una, narcotraficante el otro, ambos amigos de los protagonistas. Planean un golpe para final del verano, ocultando los fardos en las lanchas de una competición a nado por el Estrecho y cuyo desembarco tendrá lugar en el Festival Flamenco de Sotogrande, donde trabaja Vera y actúa el Pantera. Los temas que aborda la novela son muchos y variados detallaremos algunos de ellos.
Para acabar citaremos algunas curiosidades que esconde esta fascinante historia:
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Violant Muñoz i Genovés
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December 2024
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