Por Violant Muñoz i Genovés
Un agudo retrato de la precaria existencia contemporánea en un mundo confuso en el que hombres y mujeres buscan su lugar, con más torpeza que suerte. Para Julio no resulta fácil tener 41 años y la vida resuelta. Un antiguo cantante de orquesta, en paro después de una década vendiendo discos en la FNAC y sin ninguna ambición laboral, su tranquilidad apenas se ve alterada por la insistencia en quedarse embarazada de su esposa Casilda, exitosa mujer de negocios a los mandos de una empresa familiar de reformas. El piso de Lavapiés en el que viven, regalo de boda de su suegro y equipado con una habitación para el bebé que deben concebir, cuenta con un estudio en el que Julio puede cómodamente drogarse y perder el tiempo a su antojo. vivir como un zángano está bien, pero no basta para un hombre en la mediana edad, un hombre de hoy, un hombre en crisis. Nombrado presidente de la Comunidad de propietarios, Julio debe lidiar con la plaga de chinches, el temor de los vecinos a las ocupaciones y el conflicto con la Tesorería de la Seguridad Social, propietaria de la mitad de las viviendas. Descubrir los rincones de su edificio es el único aspecto entretenido de una tarea que sobrelleva, como todo sin ambición. pero su vida da un vuelco cuando tiene que intervenir en un conflicto con los okupas de la segunda planta, entre los que está Sara, una joven atractiva que despierta sus fantasías. En pleno proceso de experimentación con el Cialis, un fármaco para la disfunción eréctil que prueba con el objeto de escribir un reportaje para la revista de un amigo, Julio llama a la puerta de su vecina okupa, y un rato después, se ve follando con ella, disfrutando doblemente por sentirse liberado tanto del fantasma de la disfunción como de la presión del sexo reproductivo. Mientras, un nuevo virus comienza a hacer estragos y el Gobierno decreta el estado de alarma. Con Casilda fuera de casa muchas horas al día para mantener la empresa en marcha y cuidar a su padre, el trato de Julio con la vecindad se intensifica, y sus encuentros con Sara se vuelven más frecuentes. Desde Benidorm, su madre lo invita a probar todo tipo de terapias para conservar la salud y su suegro, que siempre ha querido que su yerno con ínfulas de artista haga algo de provecho, delega en él las visitas de obra. Y cada 28 días Casilda, renueva su esperanza de quedar por fin embarazada. La vida, descubre Julio puede ser múltiple y transcurrir entre la esposa y la amante, entre los pisos ocupados y el negocio de la especulación inmobiliaria, entre la cooperación, el deseo y el flujo de dinero en negro. Pero para un espíritu insatisfecho como el del protagonista, ni siquiera esa vida múltiple es suficiente, y no tardará en buscar nuevos atajos para huir de su aburrimiento existencial, encontrando una gustosa indiferencia, una eufórica quietud, en el uso esporádico y en pequeñas dosis de heroína. A medida que las restricciones del confinamiento se relajan y El País avanza hacia una desconcertante nueva normalidad, el clima de solidaridad que se vive en el edificio durante ese tiempo de excepción llega a su fin cuando los inmigrantes sin papeles que alquilan habitaciones en uno de los pisos ocupados son desalojados con una orden judicial. El mundo vuelve a estar en marcha, pero ¿podrá Julio integrarse y formar parte del engranaje del mundo? Llena de erotismo y humor, esta novela ambientada en un Madrid pandémico y protagonizada por un hombre tan encantador como irritante, empeñado en ir contracorriente, pero sin renunciar al confort burgués que le brinda estar casado con Casilda, acaba retratando la precaria existencia contemporánea y este mundo confuso en el que hombres y mujeres buscan su lugar con más torpeza que suerte. Infidelidades, especulación inmobiliaria, fármacos contra disfunción eréctil, precariedad laboral desencanto político micro dosis de LSD, matrimonios que duermen en habitaciones separadas, inmigrantes sin papeles, españoles sin convicción, procreación más allá de los 40, profilaxis enfermiza, crisis de la masculinidad, Madrid capital de la nada, uso esporádico de heroína, dinero en sobres.... Mejor que muerto es una novela tragicómica, tan divertida como seria, cuya escritura precisa entreteje con naturalidad y en un ritmo trepidante numerosos temas de actualidad, poniendo en entredicho las convenciones y el pensamiento dominante, así como sus alternativas. Tras la publicación de su ensayo ¿Qué me estás cantando? Memoria de un siglo de canciones (Debate, 2018) que no es sino una historia del siglo XX español a través de las canciones más escuchadas, el periodista, músico y escritor Fidel Moreno ha conseguido en esta nueva obra, un debut literario que captura el contradictorio espíritu de nuestra época, con grandes dosis de humor, crítica social erotismo y suspense. La historia de Julio arrastra al lector a situaciones en las que de una manera natural están presentes muchas de las batallas culturales y políticas de estos últimos años: desde las nuevas masculinidades al problema de la vivienda, pasando por el empoderamiento femenino, la decepcionante regeneración política, el delirio nacionalista la precariedad laboral, la natalidad tardía, las desigualdades sociales, el individualismo, las ilusiones las desilusiones colectivas, las nuevas familias la inmigración y el racismo, el amor romántico y sus alternativas, la obsesión hipocondríaca por la salud o el consumo drogas como evasión saludable. Esta variedad de temas va apareciendo en la trama sin explicaciones innecesarias ni afán adoctrinador, confiando en la inteligencia del lector y poniendo en crisis algunos tópicos del pensamiento dominante. descubriendo de paso la densidad de la vida contemporánea, atravesada por mil distracciones y mil discusiones que terminan por convertirnos a todos en personajes tan neuróticos como ridículos. El sentido del humor impregna esta ficción realista de estilo transparente que no pasa por alto el cometido de toda gran novela: explicar a través de historias singulares El Mundo o al menos dar cuenta de su confusión. Porque el humor, a su vez, es el mecanismo que permite contemplar esa realidad desde una perspectiva que desvela las zonas grises de un mundo en el que la transgresión se confunde con la desgana, las relaciones están atravesadas por intereses recónditos, la especulación es una tendencia al alcance de cualquiera y la contradicción asoma detrás de cada afirmación bien intencionada. El erotismo es otro de los puntos fuertes de esta novela. un erotismo explícito que sin recreaciones gratuitas tampoco se oculta en metáforas ni soslaya los conflictos entre la realidad y el deseo de un hombre en la mediana edad. La indagación sobre la habilidad que lleva a cabo el protagonista experimentando con Cialis, un medicamento indicado para la disfunción eréctil, demuestra que es posible escribir acerca de un tema como la crisis de la masculinidad con la seriedad que requiere, sin abandonar el sentido del humor ni olvidar la felicidad que procura en los lectores y lectoras, esa literatura a la que el cineasta y erotómano Luis García Berlanga definía como “...libros para leer con una sola mano...”. Las drogas tienen un peso importante en la trama. aunque Fidel Moreno, como director de la revista cáñamo ha participado en numerosos debates y en distintos medios defendiendo acabar con la prohibición de las drogas a favor de su regulación, en esta novela más que una perspectiva política se adopta una perspectiva práctica, hablando sin prejuicios el consumo de drogas. de esta forma, los personajes de esta novela se aventuran en el uso y disfrute de algunas sustancias como vía de aprendizaje o como simple evasión, desmontando los tópicos habituales. Cannabis, LSD en micro dosis, Cialis o heroína aparecen en sus páginas sin el acostumbrado sesgo dramático. lo cual no deja de ser una novedad en un ámbito donde abundan las visiones mitificadas, alarmistas y trágicas en unos casos frívolas y abonadas al malditismo en otros, Qué impiden entender la realidad de las drogas. Mejor que muerto ofrece un fresco de nuestro pasado inmediato. Comienza en el año 2019, retrocede puntualmente sucesos relevantes del pasado del protagonista y finaliza coincidiendo con el inicio de la guerra de Ucrania en el 2022. Sin ser una novela sobre la pandemia, esta aparece como sorprendente telón de fondo, lo que permite a los lectores confrontar su propia vivencia con la de los personajes, constatando la variedad de experiencias que coinciden en un mismo hecho histórico. Ambientada en Lavapiés, la novela también permite ver en este particular barrio del centro de Madrid, especialmente tensionado por la especulación inmobiliaria y con una población multicultural que convive no sin dificultades, un espejo de la complejidad de un país como España. el problema de la vivienda queda retratado una de las sub tramas de la novela, la que pisos vacíos propiedad de la Tesorería de la Seguridad Social son ocupados por emigrantes sin papeles mientras que el protagonista entra a trabajar en la empresa de su mujer supervisando la reforma y la venta de pisos. La narración en tercera persona nos permite seguir con distancia la peripecia del protagonista a la vez que asistimos al discurrir íntimo de sus pensamientos, a ratos extravagantes, Pero siempre reveladores de lo que significa hoy ser un hombre, por fuera y por dentro, un hombre más perplejo y desconcertado que seguro de sí mismo. sin nostalgia del poder perdido, los hombres de esta novela se acomodan a su nueva situación, cediendo con gusto el cetro a mujeres empoderadas, sin renuncian a mantener, a veces con engaño y doble moral, un margen de libertad fuera del control femenino. las mujeres que aparecen: la exitosa y comprensiva Casilda, la misteriosa y temeraria Sara, y la intelectual y frágil Manuela, son personajes fuertes y aunque estén también desorientadas, tienen un arraigo con la realidad diferente, saben al menos a dónde se dirigen, cuáles son sus metas y sus logros. Mejor que muerto es una novela muy bien tramada en la que el lector se ve arrastrado por su ritmo frenético y su sorprendente devenir. Las drogas, al igual que el sexo, la realidad política, el trabajo, la salud o la familia, son vistos desde la particular perspectiva de Julio, Deudora de un anarquismo juvenil, cuestionadora de tabús y amante del placer a contracorriente, herida por un desencanto paradójicamente muy vivo, que nos seduce por su lucidez y porque descubre el absurdo de unas formas de vida al borde siempre del colapso. Fiel a su hastío y su desapego, hacia sí mismo y hacia las causas colectivas, el protagonista se erige como una figura incómoda, tan contradictoria y tragicómica como humana. Este debut literario entronca con la tradición española de la tragicomedia y la picaresca actualizada por escritores como Eduardo Mendoza o Rafael Azcona. con su humor a ratos hilarantes y su fraseo fluido, Fidel Moreno encuentra el tono para contar la historia de un hombre inmerso en un tiempo y una ciudad donde las relaciones se desenvuelven con más torpeza que suerte, la rebeldía y la indolencia se solapan, las llamadas alternativas políticas encallan, algunas cosas cambian, pero la desilusión perdura, y la vida se sobrelleva, aunque a veces resulte inevitable preguntarse si todo esto tiene algún sentido. (c) Violant Muñoz Genovés (c) Mediâtica, agencia cultural
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