Carta de presentación - Alfredo Hernández
Por Alfredo Hernández
Soy Alfredo Hernández y tengo el honor y privilegio de ser el editor de la sección de cine para Peregrinos y sus letras, en mi primera publicación me gustaría presentarme y hablar sobre la importancia del cine en la construcción del imaginario colectivo en las sociedades. Aquí están algunas unas palabras de mi correr de conciencia:
Hace tres años que me adentré a los estudios fílmicos como género literario por primera vez, pero fue hace un año mientras me encontraba en una conferencia de cine en Portland cuando descubrí un interés en la importancia de la enseñanza cultural a través del filme en nuestras comunidades. Me encontraba escuchando una presentación por un estudiante doctoral de la Universidad de Michigan sobre La dictadura perfecta de Luis Estrada, cabe resaltar que los cuatro filmes que ha dirigido este cineasta son de agrado personal. El humor como herramienta subvertida del orden social y su incitación al relajo propuesto por Jorge Portilla hacen que estos cuatro filmes tengan un propósito más allá que el de entretener. Al finalizar su presentación, se abrió la sesión de preguntas y un profesor de una universidad la cual no recuerdo comenzó la discusión diciendo que el cine de Luis Estrada no era apto para ser estudiado, ya que lo que él dirigía era basura y era para gente ignorante. Obviamente este profesor hablaba desde una postura elitista y privilegiada. Aunque su comentario me incomodó, no dije nada por temor a que este profesor esté algún día en un comité de trabajo cuando esté buscando una posición como profesor en una universidad. No quería tener enemigos tan pronto en mi carrera académica. Sus comentarios me hicieron pensar sobre el elitismo presente en la academia ya que su actitud develaba que el cine no es para todos. Esto suponía que personas como mi madre quien no terminó la primaria, pero le encantan las películas de Vicente Fernández no es apta de entender el cine. Pero mi madre preferiría mil veces ver La dictadura perfecta y entendería los conceptos de corrupción y violencia presentes, que ver Tempestad de Tatiana Hueso. Me la imagino quedándose dormida en los primeros minutos de Tempestad diciendo “es que no pasa nada”.
Si el cine a través de la historia ha servido como herramienta gubernamental para la construcción y desconstrucción imaginaria de una sociedad como el caso del cine alemán durante el régimen de Hitler, el comentario de este profesor era erróneo y desvalorizaba el poder e importancia del filme popular dentro de una sociedad. Pese a que hay dos tipos de espectadores: el activo y el pasivo; el espectador siempre encontrará una relación en lo que ve y la sociedad que lo rodea sin importar el nivel educativo. La interpretación sobre el filme puede ser básica o equívoca, pero el espectador siempre sacará algo del filme. Es por esto que se pueden retomar filmes populares como los de la India María, Pedro Infante o las de Vicente Fernández para enseñar los efectos y beneficios en la construcción social.
Mi meta como editor en esta revista es promover la cultura a través del filme. Presentaré y analizaré a nuevos cineastas que están exponiendo mediante sus filmes una visión nueva y progresiva de ver y entender la sociedad en la que vivimos, como lo está haciendo la chicana Gigi Saul Guerrero o el mexicano Jorge Pérez Solano.
El cine no solo tiene la función de entretener sino de adentrar al espectador a un mundo que le ayude a comprender la sociedad en la que vive. Usando palabras de David Bordwell, mediante la narrativa el cineasta y el espectador son cómplices en la creación de significado. Por lo tanto, las imágenes visuales en el filme solo significan si se les da significado, y eso, cualquier espectador lo puede hacer.
Invitamos a todos los escritores y lectores interesados en la crítica y reseña de películas, documentales, cortometrajes y la vida en el mundo del cine a enviar sus trabajos con atención a mi persona al correo [email protected].
Soy Alfredo Hernández y tengo el honor y privilegio de ser el editor de la sección de cine para Peregrinos y sus letras, en mi primera publicación me gustaría presentarme y hablar sobre la importancia del cine en la construcción del imaginario colectivo en las sociedades. Aquí están algunas unas palabras de mi correr de conciencia:
Hace tres años que me adentré a los estudios fílmicos como género literario por primera vez, pero fue hace un año mientras me encontraba en una conferencia de cine en Portland cuando descubrí un interés en la importancia de la enseñanza cultural a través del filme en nuestras comunidades. Me encontraba escuchando una presentación por un estudiante doctoral de la Universidad de Michigan sobre La dictadura perfecta de Luis Estrada, cabe resaltar que los cuatro filmes que ha dirigido este cineasta son de agrado personal. El humor como herramienta subvertida del orden social y su incitación al relajo propuesto por Jorge Portilla hacen que estos cuatro filmes tengan un propósito más allá que el de entretener. Al finalizar su presentación, se abrió la sesión de preguntas y un profesor de una universidad la cual no recuerdo comenzó la discusión diciendo que el cine de Luis Estrada no era apto para ser estudiado, ya que lo que él dirigía era basura y era para gente ignorante. Obviamente este profesor hablaba desde una postura elitista y privilegiada. Aunque su comentario me incomodó, no dije nada por temor a que este profesor esté algún día en un comité de trabajo cuando esté buscando una posición como profesor en una universidad. No quería tener enemigos tan pronto en mi carrera académica. Sus comentarios me hicieron pensar sobre el elitismo presente en la academia ya que su actitud develaba que el cine no es para todos. Esto suponía que personas como mi madre quien no terminó la primaria, pero le encantan las películas de Vicente Fernández no es apta de entender el cine. Pero mi madre preferiría mil veces ver La dictadura perfecta y entendería los conceptos de corrupción y violencia presentes, que ver Tempestad de Tatiana Hueso. Me la imagino quedándose dormida en los primeros minutos de Tempestad diciendo “es que no pasa nada”.
Si el cine a través de la historia ha servido como herramienta gubernamental para la construcción y desconstrucción imaginaria de una sociedad como el caso del cine alemán durante el régimen de Hitler, el comentario de este profesor era erróneo y desvalorizaba el poder e importancia del filme popular dentro de una sociedad. Pese a que hay dos tipos de espectadores: el activo y el pasivo; el espectador siempre encontrará una relación en lo que ve y la sociedad que lo rodea sin importar el nivel educativo. La interpretación sobre el filme puede ser básica o equívoca, pero el espectador siempre sacará algo del filme. Es por esto que se pueden retomar filmes populares como los de la India María, Pedro Infante o las de Vicente Fernández para enseñar los efectos y beneficios en la construcción social.
Mi meta como editor en esta revista es promover la cultura a través del filme. Presentaré y analizaré a nuevos cineastas que están exponiendo mediante sus filmes una visión nueva y progresiva de ver y entender la sociedad en la que vivimos, como lo está haciendo la chicana Gigi Saul Guerrero o el mexicano Jorge Pérez Solano.
El cine no solo tiene la función de entretener sino de adentrar al espectador a un mundo que le ayude a comprender la sociedad en la que vive. Usando palabras de David Bordwell, mediante la narrativa el cineasta y el espectador son cómplices en la creación de significado. Por lo tanto, las imágenes visuales en el filme solo significan si se les da significado, y eso, cualquier espectador lo puede hacer.
Invitamos a todos los escritores y lectores interesados en la crítica y reseña de películas, documentales, cortometrajes y la vida en el mundo del cine a enviar sus trabajos con atención a mi persona al correo [email protected].