Por Daniel Minerbi Vargas
“Me prestas tu cartografía”, me preguntó Jorge. Así empezó todo. Le presté mi cartografía a mi amigo de sexto año. El cuaderno de trabajo de geografía mundial en el cual estábamos aprendiendo los nombres y las capitales de todos los países del mundo. Con eso podía relacionar mejor las noticias que leía en el Excelsior sobre política y asuntos exteriores. Los Tupamaros en Uruguay, el famoso golpe de estado de Idi Amín en Uganda, la Guerra de Vietnam, la nacionalización de la banca en Chile por el Presidente Allende, etc. Y sin ir tan lejos el halconazo mexicano de abril del Jueves deCorpus. “¿Dónde está tu cartografía?, me preguntó mi padre. Después del regaño, me obligó a ir a recogerla a casa de Jorge. Nos subimos a nuestro vochito blanco en dirección a la Avenida Revolución hacia el noreste. Pasamos a la Avenida Patriotismo, y una cuadra antes de la embajada Rusa dimos vuelta a la izquierda. “Aquí es, le dije a mi padre. En una casa de tipo colonial con una arcada y un patio en medio, me bajé mientras mi padre se quedó esperando en el auto. Toqué la campana y Guillermo, el hermano de Jorge me abrió. Me saludó y le gritó a Jorge para que fuera a recibirme. Le expliqué el regaño de mi padre y que necesitaba que me regresara la Cartografía mundial . “Sí pásale”, me respondió Jorge. Llevándome por varias habitaciones, pasamos primero por una gran sala con cuadros de Picasso, Tamayo, Carrington, Varo, Cuevas, Chapa… qué tesoro más grande pensé. Luego pasamos por la cocina, una gran habitación al estilo de la que había visto en la Casa Azul de Frida Kahlo en Coyoacán. “Papá, te presento a mi amigo Daniel”, le dijo Jorge a su padre. En una gran habitación, la más grande de toda la casa, tapizada con libros de piso a techo y de pared a pared, con algunos nichos para exhibir piezas prehispánicas aztecas, olmecas, mayas y otomíes, encontré sentando al padre de mi amigo Jorge, el gran poeta de Acaponeta, Sinaloa, don Alí Chumacero. Entre mesas con pilas de libros y varias lámparas de piso y escritorio sobresalía el escritorio de madera rústica de Don Alí. Con una Remington antigua y una Olivetti más moderna, con varias pilas de manuscritos y papeles. Me imaginé todos los libros publicado por el Fondo de Cultura Económica han pasado por sus manos, como corrector de estilo en jefe. Me saludó y empezó a platicar sobre la escuela con nosotros, Jorge y yo lo escuchamos y le hicimos plática sobre literatura, pintura y cultura popular. “Voy a buscar tu cartografía”, agregó Jorge. Fue hasta el fondo de la habitación a una mesa con libros apilados. Mientras tanto yo seguí platicando con Don Alí. Después de un par de minutos Jorge regresó y me dio la susodicha cartografía. “Hasta luego y muchas gracias por la plática” le dije a Don Alí. Jorge me acompañó pasando por la cocina y la sala, hasta el portón de salida. Se despidió de mí y quedamos de vernos al día siguiente en la escuela. Regresé al auto y le platiqué a mi padre sobre lo que había visto y platicado en esa casa. “Valió la pena el regaño” le dije mi padre. Le conté lo que había visto maravillado en esa casa, con todos los tesoros dignos de un museo que había palpado en un ratito y con la plática con el gran poeta acapontense y editor del Fondo de Cultura Económica, Don Alí Chumacero. Después de ese episodio, tomé más amor por la literatura y me adentré a Borges, Rulfo, Cortazar y García Márquez.
Posdata 1:
Unos años después de la muerte de Don Alí, la biblioteca que vi en esa casa ahora se ha hecho pública. https://www.homify.com.mx/proyectos/190090/biblioteca-ali-chumacero Posdata 2: Documental sobre la Biblioteca Alí Chumacero
Posdata 3:
Después de leer las obras de David Muñoz, Mexicalipsis y México de mis recuerdos, estas lecturas me han dado motivo para inspirarme y crear mi propio Mexicalipsis y mis recuerdos sobre México, al vivir más de 26 años en la Ciudad de México y seguiré el consejo de David porque tengo mucho que contar: ¡Ha escribir se ha dicho!
1 Comment
Poemary
7/19/2020 01:22:36
Daniel, casi puedo escuchar la voz de don Héctor al regañarte, y también lo agradecido de que ése regaño haya dado pie a tu amor por las letras.
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September 2023
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