¡RAYOS!
Rompe la tarde en gritos desde los pies en saltos; EL objeto de BRILLO. Movimientos precipitados, filamento insolente, acalambrado SONIDO. Silbando de lado, Entre rayos Rayos que hacen de micro-cosmos Con pensamientos en viaje; todos los días rompe- rueda, acrimina sonrisas de un golpe lejos me lleva donde los surcos felices son rayos de bicicletas. Ajo y ají En el ajo y el ají las facciones de un loco se desprenden con picardía quedando el calor en los enredos de la lengua Como si un rumor fuese palabra inflamada que satisface al aceite que grita picante su propio desliz. Abriendo los poros en el alma en ansioso baile afrodisiaco carrusel de vapores Ajo y ají atardecer profundo de sentir. De su libro de poemas: El sentir de los sabores ***Gisella Ramírez poeta nacida en chile, en la ciudad de Rancagua, comienza a escribir desde los 17, pero recién edita su primer libro después de 20 años de espera, con una propuesta poética sobre comidas y erotismo. Los 20 años que estuvo metida en la cocina, le ayudan en su “sentir de los sabores”. Ahora está en ese proceso de las bicicletas, sintiendo pedaleo, velocidad y fuerza.
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BIOGRAFÍA DE MIREYA MACHÍ MARTÍNEZ Nacida en Alginet, Valencia, España en 1977, Mireya es escritora-relatora y poeta, pero también una mujer resiliente que convirtió su experiencia de maltrato en motivo de aprendizaje y crecimiento. Es Presidenta de la Asociación Vive Sin Celos (VISC) en España, aunque reside en Chile desde el año 2013. Es especialista en violencia de pareja e intrafamiliar por cursos recibidos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia en España, la Universidad Internacional Valenciana y el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia. Es autora del libro “El machismo no es el problema, manual sobre violencia de pareja”, editado por Alborán Editores en 2010. Es creadora de materiales de apoyo como el “Díptico de autoprotección para víctimas de violencia en su relación de pareja”, el “Folleto de concienciación para celosos agresivos” y el “Díptico de orientación para padres y educadores”. Ha sido ponente en el II y III Congreso Internacional “Violencia, maltrato y abuso” (Buenos Aires, 2009 y 2011) y en el IV Congreso sobre Violencia de Género de Villajoyosa (Alicante, 2010). Internet alberga varias de sus intervenciones en diversos medios bajo el seudónimo de Araceli Santalla que utilizó como protección en los primeros años de su actividad pública. Ha impartido múltiples talleres en España y Chile, siendo también directora del programa “Parejas en conflicto” en Radio Sapiens y en Radio Buinense. Su último libro “Celos, enojo y pareja. La nueva mirada”, es una obra amena y accesible sobre esta temática. De sus conferencias destaca lo práctico de sus propuestas y la profundidad técnica de sus planteamientos desde una comprensible sencillez autodidacta, así como su familiaridad y dinamismo, especialmente con los jóvenes. Entre sus aficiones está la poesía, el senderismo en la naturaleza o el viajar a dedo (en autostop) poniendo a prueba la capacidad humana para condicionar la realidad a nuestro favor. PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE EL LIBRO “CELOS, ENOJO Y PAREJA. LA NUEVA MIRADA” 1) ¿De qué va el libro? Cuando pedimos una relación que funcione, ¿dónde vemos el desafío, en nuestros conflictos internos, en las imperfecciones del otro, en atraer la buena suerte? Uno de los objetivos de este libro es que nos demos cuenta que cuando tú cambias, todo cambia, que somos responsables de todo y por tanto, que resolver cualquier desafío sólo depende de ti. 2) ¿Depende de mí atraer a la persona que me gusta? ¿Tú te amas? Depende de ti resolver tus conflictos, entrar en coherencia interna y convertirte en un imán no sólo para la persona que te gusta, sino para todas las personas. Tú eres el/la primero/a que debe enamorarse de sí mismo/a. Cuando eso suceda y sea un amor profundo y verdadero, no una pose, entonces atraerás a la persona adecuada, no importa quién sea. Será la que corresponda en ese momento. 3) ¿Y si atraigo a demasiadas personas y vivo en constante confusión por ello? Si sucede desde tu luz y tu amor propio, no hay drama, basta con no caer en la tentación del ego para no alimentar falsas expectativas. Si alguien no te gusta o te gusta pero no le amas, sé claro/a. Pero si sucede desde tu falta de amor, disfrazada con otros talentos, hay que abordarlo en serio, pues habla de un lado luminoso muy potente, pero también de un lado oscuro igual de potente. Habla de inseguridades y heridas que se camuflan con la atención que atraes desde tu lado seductor. Experimentarás amar y ser amado/a de verdad el día que te permitas exhibir tus heridas, tu odio, tu miedo, tu incoherencia y te perdones, perdones las debilidades de los demás y se reencuentren desde esa verdad vulnerable y a la vez adorable que son con todos sus defectos. 4) Mi pareja es muy celosa y trato de dejarla, pero al final siempre volvemos. Eso habla de ella, pero también de ti. ¿De quién prefieres hablar? Hablar de tu pareja te permitirá entenderla y estar prevenido/a ante sus reacciones, así como valorar si te compensa ese tipo de relación. Pero olvídate de tratar de cambiarla. Cambia tú y cambiará tu realidad, con todas las consecuencias. Sólo piensa si quieres hacerlo, porque puede significar cambiar de pareja. Para eso, tenemos que hablar de ti, y junto a ti, de todas las personas que hemos tenido, tenemos ahora o tendremos a futuro una pareja celosa. Hablar de uno/a, implica hablar de nuestra niño/a interior herido/a. Él/ella se sintió culpable por algo que nadie le aclaró y por tanto, se consideró “malo/a” y como todo lo malo tiene que castigarse, para cerrar ese círculo, acabo castigándome yo o atrayendo personas que me castiguen. Eso significa que mientras tu niño/a interior no se perdone, seguirás necesitando un verdugo que te castigue. Tu pareja ocupa el papel afectivo que ocupaba tu madre en la primera infancia, por tanto, es probable que tu herida esté asociada a un castigo que recibías por parte de tu madre y que sentías que merecías: ojo, el castigo puede ser indirecto en forma de abandono: “Como soy malo/a, mi madre me abandona (al irse al trabajo sin explicártelo)”. Entonces te toca convencer a tu niño/a interior que él/ella no tuvo la culpa de nada, para que deje de castigarse y, por tanto, de atraer verdugos. Eso, por una parte, pero por otra, también estás enamorado/a del lado luminoso de tu pareja y piensas que modificando tu conducta a su gusto, dejará de aparecer su lado oscuro. Lo que vengo a recordarles, porque en el fondo de su ser todos lo saben, es que el lado oscuro de otra persona no se sana porque uds. cambien. Ese lado está formado por disfunciones emocionales muy grandes que requieren, primero de autoconsciencia y segundo de ayuda terapéutica intensa. Sin ambas cosas, no tienes nada que hacer. La persona celosa y castigadora seguirá apareciendo y cada vez más y peor, mientras no reciba ayuda. 5) Si yo soy la persona celosa, ¿qué me espera? ¿quedarme en soledad para no hacer daño a nadie? No necesariamente, pero antes de explicar esto, aclaremos algo: La soledad es maravillosa y muy sanadora durante temporadas. Igual que lo es la vida en pareja, pero no idealicemos un estado y defenestremos el otro. Tratemos de aprovechar y disfrutar cada estado cuando llegue, porque no llega por casualidad, tu subconsciente lo atrajo porque lo necesitas. Por tanto, abraza la soledad cuando llegue y úsala como desafío para superar tu propio miedo y resistencia a ella. Ese es el momento preciso para encontrarte con tus miedos, trabajarlos y sanarlos. Sólo así estarás en condiciones de una relación más saludable y llegarás a ella sin dependencia ni vacíos que llenar. Por otro lado, si eres la persona celosa y eres consciente de ello, eres privilegiado/a, pero si además, quieres cambiar, eres un ser muy especial, seguramente llamado a transmutar tu oscuridad en luz para después ayudar a otros a hacerlo o bien, como misión social o bien sólo con tu ejemplo de superación. Lo primero, entonces, ya lo has resuelto, así que lo segundo puede ser leer este libro para entender de dónde viene y cómo funciona lo que te pasa. De este modo, no te pillarán por sorpresa tus propias reacciones. Después, puedes seguir por poner en práctica las herramientas que propongo. Y con todo ello, cuenta con la ayuda de terapeutas holísticos para sanar a tu niño/a interior y reprogramar sus creencias. Si te tomas en serio tu felicidad y eres capaz de visualizarte como una persona sana y equilibrada, alcanzarás esa meta y ya no será tema para ti el estar solo/a o acompañado/a, pues eso son etapas que normalmente se van alternando en la vida de todos para nuestro crecimiento. 6) ¿Qué hacer ante una persona en pleno estado de crisis? Esta es la pregunta, digamos, más “urgente”, porque de ello puede depender el desenlace de una discusión o de una relación: ¿Cómo actúo cuando mi pareja está en modo descontrolado, arrojando recriminaciones, improperios, ataques hirientes, amenazas, etc. en medio de gritos y/o llanto? Primero te invito a preguntarte ¿cómo actuarías ante alguien en pleno infarto al corazón? ¿Le reprocharías? ¿Le gritarías? ¿Te ofenderías? ¿Te infartarías tú también? Daniel Goleman, el autor del famoso libro Inteligencia emocional, define estas crisis como estados de “secuestro emocional”. El multifacético orientador Emilio Carrillo los llama “infartos de enfado”, como ya les conté, situación que invita, como mínimo, a una actitud preocupada y compasiva de nuestra parte. La cuestión es que estamos ante alguien totalmente fuera de su centro, con su lado racional bloqueado y su lado emocional conectado con el ardor de una vieja herida que, por un motivo equis, se reavivó, se prendió, se llenó de sal y empezó a escocer dolorosamente. Considerando esto, las estrategias más asertivas que he descubierto, no son mías esta vez, ojalá las hubiera conocido hace 20 años, sino del psicólogo Albert J. Bernstein, quien las propone para calmar a niños descontrolados, pero que sirven perfectamente para actuar ante un adulto. Se las comparto como me llegaron y un poco adaptadas, a la luz de mi humilde criterio: A) Mantén la calma. Sigue en modo conversación y no reacciones emocionalmente. Da el tiempo necesario para que la persona afectada libere la presión de su olla emocional. B) Cuando puedas, trata de ralentizar la conversación. Pídele “Por favor, habla más despacio”. No digas “Deja de gritar”, ni órdenes similares. A una persona en este estado no le gusta que le digan lo que tiene que hacer. C) Hazle preguntas del tipo “¿Qué te gustaría que hiciera por ti?”, “¿Cómo puedo ayudarte?” o “Tienes toda mi atención, dime cómo podemos solucionarlo”. Esto apela a su racionalidad y mientras piensa una respuesta lógica, se va calmando. D) Demuestra empatía con su emoción. Si expresa un dolor exagerado, no lo corrijas, no lo minimices, no lo juzgues, sólo dile: “Debes sentirte muy mal”. Así la persona se sentirá escuchada y eso también la calmará. E) Deja que la persona alterada tenga la última palabra en esta conversación, pues está sensible y lo necesita. Pero no consideres (aunque las escuches y acates silenciosamente) sus incitaciones a tomar decisiones demasiado drásticas. Pues ahora su razón está secuestrada, pero cuando se calme, verá las cosas de un modo totalmente distinto. Si bien estas instrucciones no resuelven el problema de fondo, sí serán útiles para abordar con más seguridad y equilibrio las crisis puntuales, dando un nuevo margen de tranquilidad para analizar las decisiones a tomar en adelante. 7) ¿Cómo ayudar a otros? Otra pregunta más general, aunque ya se ha abordado en varios puntos, pero que se hace mucha gente es cómo ayudar a un ser querido inmerso en una relación conflictiva. Esta duda la voy a responder imaginando que la persona que les preocupa puede ser hombre o mujer e, incluso, que puede ser la parte agredida o la parte agresora. Todos son víctimas de algo que está más allá de su género, su ideología o su rol en la pareja. En primer lugar, como aspirantes a “ayudadores”, revisen su propia coherencia interna, si desde algún lugar se están maltratando a sí mismos, están permitiendo que alguien les maltrate/cele o están maltratando/celando a alguien. Y con mucha compasión, traten de resolver su propio conflicto antes de abordar el conflicto ajeno, porque el consejo de una persona incoherente parte debilitado desde su origen y va directo a caer en saco roto. Esto sucede sin que necesariamente la otra persona sepa de las incoherencias de uno, sucede porque “se nota”. Porque hay algo sutil, algo invisible y sin embargo rotundo que indica que tu mensaje está vacío. En cierto modo, la posición de ayudador no deja de tener algo de soberbia cuando lo hacemos dando por hecho que “estamos mejor” que el otro. Lo que da magnetismo y autoridad a tu palabra es tu coherencia interna que, si bien no es fácil tenerla al 100%, sí podemos incrementarla con la auto-observación, el auto-cuestionamiento, la humildad, la consecuencia y el trabajo personal. En segundo lugar y en todo caso, asuman la norma básica de que no se puede ayudar a quien NO desea ser ayudado. Pero cambien la palabra “ayudar” por la de asistir o acompañar, así no perderán la perspectiva de que la decisión y el trabajo es del otro, no de ustedes. Y que, si en última instancia, renuncia a abordar soluciones al conflicto, está en su sagrado derecho. Tú no debes insistir en impedir que alguien se estrelle contra un muro si tras advertirle con tus mejores intenciones y argumentos, decide avanzar en la misma dirección. Porque quizá su alma necesitaba esa experiencia para obtener un aprendizaje que no asimilaría de ningún otro modo. ¿Incluso si eso le lleva a la muerte? Incluso. Perder el envoltorio que ocupamos en esta limitadísima tercera dimensión, no es tan terrible. Es sólo un tránsito, un cambio de nivel o un game over para una nueva partida en este u otro planeta. Y a los ateos les digo lo mismo: están en lo cierto, este cuerpo muere para siempre y se lo comen los gusanos. Pero como sabe la ciencia, la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma y aquella que hemos generado en nuestra conciencia también se transforma, viaja y habita otros cuerpos, mundos, planos y dimensiones, en función de las experiencias que requiera su camino de vuelta al origen. La cuestión es que la libertad del otro para estrellarse con su vida es inviolable y sagrada, sirviendo incluso en algún caso, para regalarnos un potente aprendizaje a los demás. En tercer lugar, frente a esa persona sumida en una relación conflictiva y permeable a recibir nuestro acompañamiento, lo más importante es no juzgarla, sea cual sea su rol, de agresora o de agredida. Piensen que en cualquier caso, es agresora de sí misma por una enquistada falta de amor propio fruto de experiencias antiguas. Acompáñale a los momentos de su infancia en donde vio o sufrió castigos u abandonos y acabó creyendo que los merecía. Si es una persona que recibe maltrato, puede soportarlo por varios motivos: quizá vio a uno de sus progenitores ser castigado/celado por el otro y reaccionar de forma sumisa, sin defenderse, por tanto otorgando justificación al maltrato por omisión de defensa. Que el niño o niña vea a su madre o padre asumir un castigo sin defenderse, le hace pensar, primero, que lo merecía y segundo, que es válido el acto de maltratar del modo en que lo hiciera el otro progenitor. Pero también puede suceder que no haya visto maltrato explícito entre sus padres, sin embargo, sí lo haya sufrido en forma física o psicológica. Y en “psicológica” entra cualquier forma de castigo o recriminación impulsiva y desproporcionada a sus intenciones. Esto puede ir desde una mirada de desprecio y desaprobación acompañada del más absoluto silencio, hasta un insulto bien sonoro, por algo que el infante ha hecho mal o ha dejado de hacer bien. Otra cosa que puede haber sucedido en su infancia es que sus padres se hayan separado de un modo más o menos conflictivo o se hayan alejado del núcleo familiar por otras circunstancias y nadie le haya explicado que no fue por su culpa, creyéndose responsable de tal abandono, pues así lo vivirá. Recordemos que los niños tienden a hacerse culpables por todo y si el niño o niña siente que es culpable por algo y no ha sido castigado por ello, él mismo se procurará el castigo de algún modo a lo largo de su vida o se expondrá al castigo de otras personas para cerrar el círculo “maldad-castigo” instalado en el subconsciente colectivo de la humanidad. Cuando nuestro ser querido se identifique con alguna de esas realidades, encontrará un porqué revelador sobre su tolerancia al maltrato. Llegados a ese punto, debiera realizar una visualización o teatro-ritual donde recrease un encuentro con aquel niño/a, para verbalizar, y que todas sus células lo escuchen, un sinfónico y amplificado NO FUE CULPA TUYA. Cuando asimilamos, no tanto con la mente, sino con las neuronas del corazón, esa verdad, tremenda para un/a niño/a, le liberamos de la necesidad inconsciente de ser castigado/a por el resto de su vida. Y entonces debiera resultarle inconcebible e inaceptable, ser maltratado/a por sí mismo/a o por otras personas. El castigo (de cualquier tipo) ya no “resonará” con su nueva vibración. Y si el/la adulto/a a quien queremos ayudar es la persona agresora, lo mismo. Su impulso agresor viene del impulso de castigar lo malo al que, con toda seguridad, fue excesivamente sometido/a en su infancia, por cosas que en el fondo, no eran tan graves, distorsionando su propio criterio para juzgarse a sí mismo/a y a los demás. Utilizar las claves que ofrece este libro puede ayudarle a entenderlo, como punto de partida. Sin embargo, es recomendable una o varias sesiones de terapia psico-dramática para sanar a su niño/a interior. Yo tengo la confianza que por medio de meditaciones y visualizaciones uno/a mismo/a podría sanarse. Para las personas que, como yo, carezcan de esa habilidad para concentrarse tanto, sugiero usar el arte y la artesanía. Si no puedes imaginar en abstracto a tu niño/a interior, haz una escultura, un muñeco de tela, una pintura, una canción, una obra de teatro, un poema, canta canciones que reconforten a tu niño/a, obtén una mascota para hablarle y tratarla como necesitaste que hicieran contigo. A falta de acceso a un buen terapeuta, todo esto también puede ayudarte. Desde mi experiencia y humildes conocimientos, esa sería la asistencia que sugiero ofrecer a nuestro ser querido, las herramientas teóricas y prácticas propuestas a lo largo de este libro y si las acoge, estar disponibles para acompañarle a participar con él/ella, por ejemplo, de un teatro terapéutico o una creación artística intencional. Ahora recuerda: en este universo infinito, debe haber infinitas respuestas a cada pregunta y si nos conectamos con el dios creativo que todos somos, obtendremos la orientación más adecuada. www.mireya.machi.es E-mail: [email protected] Facebook: Mireya Machí M. Chile Web: www.mireya.machi.es |
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December 2019
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