Una larga espera
“Hay que alegría y que pena quererte como te quiero” (Los Nocheros) No sé si puedo decir que estaba felizmente casado, pero ya existían mis dos hijos Rogelio y Elizabeth de 4 y 2 años respectivamente. Cuando me cambiaron de ciudad y por mi trabajo llegue a un pequeño pueblo; me asignaron una casita muy linda, cómoda y llena de arbustos, árboles y flores. A mi esposa le hizo muy bien el cambio, ella por lo general vivía cansada sin ánimo y ganas de nada. Le gustó su nuevo hogar y me ayudaba a cuidar los jardines. Nos hicieron una fiesta de bienvenida, en una casa muy hermosa al otro lado del pueblo, al llegar con la familia nos dimos cuenta que tenía el mismo jardín, los arbustos y árboles un poco más pequeños y jóvenes pero iguales. Entonces Don Eladio nos contó que había sido idea de su hija Jazmín ya que antes ellos habían vivido en el fundo y Jazmín amaba ese jardín que fue creado por sus propias manos. Cerca de las 11:00 de la noche estando todos sentados en una larga mesa, veo venir hacia mí, una mujer muy hermosa, la Sra. Violeta esposa de don Eladio con una fuente con carnes y detrás, Jazmín una hermosa niña, con una cara angelical, delgada, alta y de una belleza extraordinaria, sentí latir mi corazón a full…Mientras don Eladio nos presentaba yo nervioso, ni siquiera recuerdo bien esa presentación. Me enamoré a primera vista, teniendo ya 30 años, me enamoré como adolecente. Después supe que la bella Jazmín solo tenía 17 años. Después de la comida que fue deliciosa, ella sentada al lado de su madre, en frente de mí, me pillo muchas veces mirándola, se ruborizaba y a mí me gustaba más. Después comenzó el baile, la busqué y la saqué a bailar, le tomé la mano y la guie, con la otra mano en la cintura era muy ágil para bailar sensual y armónica. Me sentí el hombre más feliz de la tierra, pero mi esposa quería irse, entonces don Eladio me dijo vamos a dejarla y volvemos. Así lo hicimos y me amanecí en la fiesta hacía años que no disfrutaba tanto, bailamos de todo un poco y Jazmín ya era mi amiga, al amanecer la ayude a recoger vasos, platos hacia la cocina de su casa. Luego preparamos café y mate ahí en la mesa de la cocina. Ya quedábamos solo 10 personas conversamos mucho, conociéndonos, estaba don Eladio, Sra. Violeta, su hijo Eladio y Jazmín, sus primos José y Juan, su prima Ernestina, su amiga Inés, su tío Ernesto y yo. Se nos pasó las horas volando, de pronto estaba nuevamente preparando la mesa afuera, listo el asado y las ensaladas para almorzar, como pasa la vida rápidamente cuando uno está feliz y enamorado. A media tarde se me perdió Jazmín, ya tiene que haberse ido a dormir cansada de tanto trabajar. Seguí conversando con Eladio, cuando volví a mi casa era las 18:00 horas del día domingo, entonces volví a la realidad, Elizabeth estaba furiosa y cuando estaba así de enojada no me hablaba por lo tanto yo todas las tardes al salir del trabajo me bañaba y tomaba mi camioneta atravesaba el pequeño pueblo y me iba a ver a Jazmín, eran muy cariñosos y tomaban una cena deliciosa en familia. Comencé hacerle regalos, compraba una linda planta y se la dejaba en el corredor, nunca le decía con palabras que era para ella, solo la miraba. Pasaron los días, los meses y yo cada día me sentía más enamorado y en mi casa hacia todo rapidito y desaparecía. Estaba en celibato impuesto, nada más por la locura que sentía hacia Jazmín. No puedo decir que ella alentaba mi sentir ya que por lo general me saludaba y desaparecía. En su casa se empezó hablar de sus 18 años, querían hacerle una fiesta hermosa. Don Eladio me conto que a su hijo le regalo su primera camioneta a los 18 años y que ahora deseaba regalarle un auto a Jazmín, le pregunté en que topa, yo le puedo prestar plata si necesita, me ofrecí altiro y don Eladio muy agradecido me dijo que más que eso necesitaba que alguien le enseñara a manejar a la Jazmín. Le ofrecí mis servicios altiro y quedaron muy contentos y agradecidos. Esa noche camino a mi casa me sentí ingrato ya que mis motivos eran muy egoístas, yo esperaba el momento de estar a solas con Jazmín esa era la oportunidad de conquistarla ya que cada vez que nos mirábamos existía entre nosotros esa complicidad y ese amor secreto. Con la ansiedad de un joven enamorado, llegué a mi casa arreglándome con mi mejor ropa, me bañé, afeité y perfumé para salir…la Eli detrás de mí quejándose por todo, que los niños, que el jardín, que se sentía sola y aburrida. No me importaba nada, solo quería atravesar el pueblo y llegar para saber si Jazmín había aceptado mi ofrecimiento para enseñarle a manejar y amar. Empezamos a salir todas las tardes, conversábamos, nos reíamos, ni yo mismo sabía lo entretenido que podría ser. Le enseñé con mucho cariño por los caminos solitarios del fundo. Pasaron muy rápidamente los días y cada día aprendía más, ya sabía estacionar y sacar la camioneta de la casa. Se sentía muy contenta ya que apenas tuviera el auto, quería sacar documentos. Entonces una tarde estaba tan hermosa que no pude más y al salir de la camioneta caminamos por la orilla del lago, la abracé y la besé. Se asustó mucho y se puso a llorar, nunca la habían besado. Conversamos y le confesé que la amaba entonces me dijo que ella también se sentía enamorada de mí, pero que no podía ser por mi esposa ni darme hijos. Todas las tardes eran más deliciosas nos besábamos apasionadamente y sabía que teníamos poco tiempo. Las clases se terminaron y volvimos a la realidad, se acercaba su fiesta de los 18 años. Fue una fiesta muy hermosa, yo fui solo, creó que fue un gran error ya que estaban todos sus pretendientes y no la dejaron sola ni un momento. Los celos me corroían por dentro, ella con un vestido rosado con blanco se veía tan linda, sus piernas con pantis y su escote en V, era una mujer sensual y bella. Esa noche no pude estar con ella. Anduve trayendo su regalo escondido en la camioneta, 5 días después de su cumpleaños. Esa tarde la encontré en el pueblo, me la robé y le entregué mi regalo, era una cadena de oro con su nombre Jazmín y un anillo de oro con una piedra roja con solitario. Quedó feliz esa noche casi fue mía, pero ella se asustó y no quise apurarla. Mi matrimonio cada vez peor, las pocas veces que tocaba a la Eli, era porque ella me obligaba. Antes ella se negaba en todo momento; ahora se habían invertido los roles, la Eli era la que me exigía tratándome siempre de maricón, poco hombre que no te la puedes conmigo. Entonces mi orgullo herido reaccionaba y hacíamos el sexo con rabia Eli y yo, por obligación. Fueron pasando los años uno, dos, tres, cuando de pronto algo cambio, la Elizabeth estaba embarazada y cuando se supo en la casa de Jazmín don Eladio quiso celebrar el acontecimiento, entonces Jazmín termino conmigo. Fueron unos días horribles no la veía nunca y no me atrevía a preguntar por ella. Lloré por ella y me sentía cada día más enamorado. Mi esposa se enfermó y por ello no podía ir a la casa de Jazmín, llegó el momento del parto y sin saber que la Elizabeth estaba tan enferma, murió en el parto, la niña estaba bien, yo estaba muy asustado, que iba a pasar con él bebe y mis hijos si estaban chiquititos 7 y 5 años. Pero debo ser sincero también me sentía aliviado por mí y asustados por mis hijos. Todo paso muy rápido, de pronto me vi nuevamente en la casa de mis padres en San Bernardo con mis tres hijos. Mi hermana se encariñó con él bebe, ella es soltera. Nos fuimos nuevamente al campo mis tres hijos, mi hermana y una hermana de la Elizabeth. Me sentía un extraño en mi propia casa, no tenía idea donde estaban las cosas. En todo este tiempo no podía sacarme a Jazmín de mis pensamientos y sentimientos. Ahora podía amarla sin culpas, pero tenía tres hijos, como podía condenarla hacer madre de tres hijos ajenos. Comencé a visitar nuevamente la casa de Jazmín. Solamente nos mirábamos, pasamos como tres meses así. Ella me fue a buscar a mi casa, un día llegue del trabajo y me encuentro con Jazmín con mi bebita en brazos. Compartimos con mis tres hijos, mi hermana, Jazmín y yo. Soñé despierto que bello sería que ella formara parte de mi familia. Se nos hizo tarde ayudando a mi hermana a bañar y a costar a los niños. La fui a dejar a su casa, pero por el camino nos escondimos para hablar. Me daba miedo tocarla, no quería asustarla ya que como hombre tengo necesidades normales más como enamorado sentía que la amaba cada día más, era una necesidad que dolía. Jazmín lo interpretó de otra manera su indiferencia me dice que ¿ya no me quiere verdad? No, no es eso, piense que ahora tengo tres hijos que no puedo abandonar. —Yo nunca le he pedido que abandone a sus hijos. Jazmín, son dos niños pequeños y una bebe no puedo condenarla a vivir una vida de madre si usted es recién una niña. —Se equivoca ya tengo 21 años y soy una mujer, además fue un tal Rogelio que me enamoró jurándome que me amaba de verdad, me espantó todo pretendiente y ahora cree que aún soy una niña. No las cosas no son así, llevo solo meses de enviudar y aún no ordeno mi vida, mi hermana me ayuda con los niños, con la casa, no puedo pedirle que se haga cargo de todo eso. —Claro entonces yo soy una tonta, no tengo capacidad para atender a los niños. Jazmín entiende no puedo condenarte a una vida que no es tuya. —Entonces no me quiere, bien entonces voy a buscar otro hombre. Por favor no hable así. —Usted si tiene derecho a humillarme y hacerme sentir una inútil e inculta. No puedo hacerla entender que deseaba protegerla, que no deseo que se marchite a mi lado, con hijos ajenos. Se fue muy enojada conmigo, pero yo la quiero tanto que deseo que nada le haga daño. Pasaron dos meses en que lo único que supe de Jazmín era que se había ido a viña del mar con su prima Ernestina y su amiga Inés. Los celos me roían por dentro, iba todas las noches hablar con don Eladio un ratito. Pero el nunca mencionaba a su hija. Un día domingo me invitaron almorzar con mi familia, entonces al llegar me di cuenta que estaba el auto de Jazmín, había muchas risas en la casa, había como 15 personas, jóvenes con las chiquillas, la Jazmín ni siquiera me saludo. Me sentí morir, no saludo ni a los niños, me ignoro en todo momento. Como aprendí a cambiar pañales, tuve la excusa perfecta para entrar a la casa, subir al segundo piso y entrar al dormitorio de Jazmín, estaba en el baño, me miro muy asustada, pero se calmó al ver que estaba la bebita sin pañales y la niña le tiraba los bracitos, finalmente Jazmín la tomó en sus brazos. Aproveche de besarla nos olvidamos de todo y seguimos abrazados besándonos hasta que nos pilló su madre. Grito… ¿Jazmín que significa esto? No sabíamos que decir, finalmente la Jazmín le dijo: —Rogelio es mi novio nos vamos a casar de inmediato. Todo pasó muy rápido y la larga espera había terminado, la Jazmín me pidió matrimonio y cuando mi bebita tenía 9 meses de vida, nos casamos. Nos fuimos de luna de miel por una semana a Puerto Montt, llovía y a nosotros no nos importaba nada, salimos tomados de la mano a caminar por Angelmo y luego llegábamos empapados por la lluvia. Volvimos al hotel, nos bañamos juntos e hicimos el amor en cualquier lugar. Habíamos esperado tanto para entregarnos mutuamente que era como un vicio. Volvimos a la rutina de mi hogar y Jazmín estaba embarazada, cuando mi bebita tenía 1 año y casi 6 meses, nació mi pequeñita tan hermosa como su madre. La pequeña Almendra Jazmín. A pasado el tiempo y sigo tan enamorado como al principio, soy celoso posesivo, la amo tanto que tengo miedo de perderla, es una buena madre, ella dice mis 4 hijos para todo.se preocupa de sus cumpleaños, de sus tareas, en la navidad se preocupa de todos por igual y mis nuevos suegros se hicieron amigos de los padres de Elizabeth y ellos los reciben en su casa cada vez que vienen a ver a los niños. Mi hermana se a encariñado mucho con los niños y con Jazmín por lo tanto no se ha querido ir a Santiago. Yo me siento feliz, gracias a mi hermana puedo salir a regalonear a diario si quiero a mi esposita. No quiero que la rutina nos mate, por eso la llevo a moteles, a bailar, a ver a sus padres y por ultimo hacemos el amor en la camioneta en medio del campo. Estos días han sido una eterna luna de miel para nosotros y podemos decir que valió la pena la larga espera que tuvimos que soportar para estar juntos. © Misai Soyor ***MISAI SOYOR. - Nació en LAS CONDES de SANTIAGO de CHILE. Desde pequeña sentí la necesidad de escribir. Claro que en mi época se creía que estar escribiendo o leyendo era flojear. Aun así, a escondidas seguí escribiendo. Pero no fue hasta el año 2007 que logre por fin publicar mi primer libro, llamado VIDA Y MUERTE. He podido crear cuatro libros en solitario y he participado en dos antologías en la ciudad de RANCAGUA, que es donde me he radicado a vivir con mi esposo y mis tres hijos. Actualmente preparo un quinto hijo literario, donde viene este cuento que hoy les presento: UNA LARGA ESPERA. MISAI SOYOR. Rancagua, 22 de Febrero de 2019.
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December 2019
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