Por Daniel Vargas Minerbi Esta semana pudimos ver gracias a uno de los más famosos del fútbol que se fue, las verdaderas características humanas de este deporte “religión”. Después de haber leído y recolectado algunos adjetivos sobre una de las máximas figuras en las plumas argentinas como las de Martín Caparros: “Era un modelo complicado: peleador, simpático, quejoso, drogón, desaforado, ingenioso, creído, ilimitado, machista, popular, oportunista, cálido, cursi, inteligente”. Y otras voces más distantes como la Leila Guerrero: “…un paisaje escabroso: más flaco, más gordo, menemista, delarruista, cristinista, guevarista, adicto, adicto recuperado, adicto otra vez, padre de hijos a los que no quería reconocer, padre de hijas a las que quería con locura, esposo, exesposo, expadre, exnovio, prepotente, divertido, pendenciero, contradictorio, machista, caprichoso, payaso, inteligente”. Podemos ver la ambivalencia que genera este “juego del hombre” como decía el locutor mexicano Ángel Fernández, aunque yo agregaría “y también de la mujer”. Nos quedamos con una imagen muy escabrosa y complicada: Alguien que en solo 5 minutos resume lo que representa el fútbol, lo negativo y lo positivo de este cuestionamiento creado por nosotros: Meter uno de los goles más “tramposos” con la mano, la de Dios, según su propio autor, y cinco minutos después meter el gol más grandioso de la historia, en un mismo partido, contra un enemigo no solo deportivo, sino también político argentino, el pueblo inglés. Un lapso de tiempo de cuatro años, de 1982 a 1986. Hasta yo tuve un momento similar. Cuando estaba en la preparatoria en México metí uno de mis dos únicos goles. Tiré desde fuera del área un zurdazo y un defensa contrario al tratar de detener mi disparo, jaló discretamente la red de la portería sin que nadie se diera cuenta y el travesaño y el poste izquierdo cayeron al suelo terminando el partido. Por un lado, ya no pudimos seguir jugando, pero, por otro lado, todos creyeron que yo había pateado el balón tan duro que había tirado la portería. Fue mi momento de gloria, aunque yo no lo había hecho. Como jugador amateur, el fútbol me ha dado muchos momentos muy alegres. He jugado con mi esposa, mi hijo, mi hija, mi hermano, mi padre, mi madre, mis primos, mis amigos, mis vecinos y hasta desconocidos en una gran armonía, jugando en mi casa, en el estacionamiento, en la calle, en el parque y hasta en un estadio. Como aficionado, el fútbol me ha dado buenos ratos con mis equipos favoritos, el mío, el de mi hijo, el de mis ciudades, el de mis dos naciones, el de mis países favoritos. He gritado como desaforado en casa, en campos, en estadios y hasta en un hospital. El fútbol me ha enseñado que hay una gran cantidad de injusticias sociales, contra la mujer, los niños y las niñas, los y las jóvenes, los y las inmigrantes. A través del fútbol he visto discriminación, maltrato, corrupción, impunidad, misoginia… A través del fútbol he disfrutado de la cultura que genera en la literatura, la música, los grafitos de las paredes en la calle, la fotografía, la escultura, el cine, la gráfica… El fútbol ha ampliado mi vocabulario y lexicografía: la Araña Negra, el Rey, el Pelusa, la Tota, el Niño de Oro, el Pata Bendita, por mencionar algunos. Me ha enseñado una variedad de palabras que hay en el español para decir con varias palabras lo mismo: el cancerbero, el portero, el guardavallas, el guardameta. La pelota, el balón, el esférico, la número 5. Para el final de este breve pensamiento futbolero cierro con una frase de otro mexicano aficionado y conocedor del fútbol, Juan Villoro: “Ya inmortal, Diego Armando Maradona tocó, al fin, la mano de Dios”. El D10s perfecto no existe, todo tiene sus bemoles, pero siempre se aprende algo bueno y algo malo de todo, y Diego Maradona nos deja su perfil en esa frontera, que de alguna manera todos hemos cruzado. Y la voz sabia de otro gran aficionado y conocedor uruguayo inmortal, Eduardo Galeano nos relata su imagen maradoniana:
1 Comment
Magali Aguilar Solorza
12/3/2020 11:10:44
Es total realidad lo que dice en su relato, muchas historia, buena y mala y tal cual lo indica a través del fútbol se ha visto tanta injusticia. Yo de joven vi tanto en mi pueblo he incluso contra los mismos hombres, por ello, no soy apasionada. Como dicen lo veo desde la barrera, pero sin fanatismo.
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February 2025
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