Por Daniel Minerbi Vargas
Después de varios años de análisis sobre los Estudios Chicanos en las áreas de cultura mexicoamericana, azltanense o chicana, se ha escrito este texto sobre la paradoja de los Estudios Chicanos tomando en cuenta las aportaciones culturales de mexicanos, guatemaltecos, salvadoreños, hondureños, nicaragüenses costarricenses, panameños que viven en los Estados Unidos principalmente, pero también teniendo en cuenta la asimilación y aculturación de otros latinoamericanos caribeños como portorriqueños, cubanos y dominicanos, así como también algunos latinoamericanos sudamericanos como colombianos, ecuatorianos, peruanos, venezolanos, brasileños, bolivianos, paraguayos, uruguayos, chilenos y argentinos que habitan los territorios de los Estados Unidos, sin importar su estado migratorio, o si la frontera los ha cruzado debido al Tratado de Guadalupe (1848) y más allá. Concepto de trincheras El Plan de Santa Bárbara (1964) hablaba de construir trincheras como elemento de la resistencia a una institución que obligaba a los estudiantes a rebelarse e incorporar una voz propia a la academia. Algunos eventos nacieron en el barrio y fueron a la universidad vía los grupos estudiantiles como MEChA, eran una fuerza estabilizadora y motivadora. Junto con estudiantes de colegios comunitarios, fueron los que cavaron esas trincheras. Los colegios comunitarios apoyaron esa creación de dichas trincheras para realizar una lucha departamental estratégica y establecer un currículo equilibrado y crear una estabilidad académica. Origen o génesis La génesis de estos Estudios Chicanos fue la creciente necesidad por conocer e incorporar más la cultura propia a nivel académico. La comunidad universitaria solo incluía los estereotipos y dejaba fuera la gran producción cultural, social, política, histórica de una comunidad más antigua que su propio país. La inclusión de estos conocimientos, antiguos y modernos han abierto nuevas posibilidades en este espacio que podríamos llamar Aztlán o los Estados Unidos de Latinoamérica, en donde pueden caber todas las identidades latinoamericanas e hispanas incluyendo: Latino • Hispana • Latinoamericano • Iberoamericana • Norteamericano • Sudamericana • Centroamericano • Sudaca • Andino • Porteña • Pampero • Salteño • Mapuche • Huaso • Charrúa • Montevideano • Asuncena • Atacameño • Aymara • Guaraní • Quechua • Chilote • Tica • Maragato • Gata • Peninsular • Maracucho • Guara •Caraqueño • Rola • Bogotano • Paisa • Sucreño • Boricua • Jíbaro • Chapina • Guajiro • Cubiche • Chilanga • Jarocho • Tapatía • Hidrocálido • Naco • Tarahumara • Norfroterizo • Chinxicana • Jewxican • Arizonense • Yanqui • Chicana • Pocho • Nyuorriqueña • Cubano del Norte • Gusana • Angelino • Portajew • Balsero • Spanglish • Spic • Spegro • Wexican •Borderígena • Califeño • Kanseca • Yuca • Porteño manhattanizado Chicagüense • Yboreana • Pies polvorientos • Quisqueyana • Californio • Catracha • Nica • Maya • Oaxacaliforniano • Gwat • Bocatoreña • Panameño • Santodomingueña • Itsmeño • Isleña • Potosino. El futuro de los Estudios Chicanos El complejo futuro de los Estudios Chicanos debe seguir incluyéndose en la academia, pero también debe dejarse desarrollar en la comunidad, para que en ambos espacios sigan aumentando y fortaleciéndose. La complejidad cultural chicana debe abarcar una cultura cosmopolita y global que puede desplazarse del barrio a otras fronteras mediante el concepto de paraguas para abarcar un espacio transnacional en el que indígenas mesoamericanos y sudamericanos, extranjeros aculturados y/o asimilados con una conciencia universal, trascienden la cultura chicana y la hagan universal, poniéndola al lado de las hegemonías europeas y estadounidenses. En esta perspectiva se expone la riqueza y a la vez necesidad de los Estudios Chicanos para seguir fomentando la cultura multilingüe de los Estados Unidos. Asimismo se manifiesta la importancia que representa la situación de ser chicano, ya sea un recién inmigrado mexicano, latinoamericano, ibérico, estadounidense (los gachupines achicanados como Justo Alarcón, Víctor Fuentes, Armando Miguélez, así como los gringos achicanados David W. Foster y Gary Keller, estos vivos también cuentan, como diría en yuxtaposición la novela de Miguel Méndez Los muertos también cuentan) producto de varias generaciones de haber nacido y vivido en este territorio ahora estadounidense, muestra un brillante porvenir a largo plazo debido a condiciones económicas y demográficas de este grupo poblacional. Aunque por ahora la realidad académica y social de los Estudios Chicanos no es muy alentadora por el momento, la cultura chicana seguirá coexistiendo y promoviendose en un espacio que cada vez se alejará más de lo marginal y se acerca a lo global, para poner muy en alto los Estudios Chicanos. Sin embargo es imperativo establecer un equilibrio mediante una visión cultural que se apegue más a la realidad que quizá muchas personas estadounidenses, latinoamericanas y europeas no perciben. Tanto el sector gubernamental como el empresarial estadounidense, latinoamericano y europeo ya se dieron cuenta del impacto económico chicano y aunque su enfoque varíe de acuerdo a las prioridades nacionales hegemónicas, no desviarán en gran medida el interés en esta porción de la población, por razones económicas, políticas y sociales que los benefician. Ahora es nuestra tarea llevar esta visión a una realidad. Los Estudios Chicanos están vigentes y seguirán estándolo en la medida en que se mantenga un interés vivo por la comunidad chicana y se sigan sumando obras culturales a las listas bibliográficas, ya sea pasadas y presentes, para continuar atravesando fronteras. Asimismo no deben olvidarse las propias fuentes de producción cultural, social, política e histórica de nuestra comunidad chicana como motor que conduzca a ampliar los horizontes de los Estudios Chicanos.
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April 2024
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