ARROZ
Saúl Holguín Cuevas Me invitaron a un comelitón, más bien, a un simposium (la terminación latina ium quedó en io). Había hor d’oeuvres, botanas, boquitas, bocadillos, líquidos, música, musas y buena, muy buena onda. Me di un paseo por entre la abundancia de manjares. Ud., bien conoce el termino manjar > manducare > manducus, ‘ogro tragón’ > mandere, ‘masticar’. Imagine un Shrek con muy buen diente. Entre musas y manjares en copiosa cantidad, imposible capturar todo. Probaba un poquito, lanzaba una mirada, un sorbo ya corto, ya extendido. De pronto vi un arroz > deriva de la voz árabe, ruzz. El arroz junto con el trigo y el maíz son los tres grandes alimentos de la humanidad; imagine una vida sin ellos. Me encanta tanto y disfrutado he de tantas maneras:
Cualquier arroz ejerce sobre mí una atracción violenta, veo uno y me le voy atrabancado. Ese día vi arroz, con desesperada cucharada lo probé, cual sol interno, ahuyentó mis penas. Tras la pesquisa, pregunté a la artesana del recordado platillo, el secreto de la sazón: Ofreció su leve sonrisa: Arroz, respondió. ¡Arroz Regio!. © Saúl Holguín Cuevas
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Saúl Holguín CuevasBrevis kurrikulum vitæ Archives
February 2023
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