Por Saúl Holguín Cuevas
ALICE Guy es la mujer más importante del cine silente. Durante su niñez vivió en Chile, su padre fue propietario de unas librerías. Ya en París se inició como secretaria de Gaumont, uno de los primeros estudios de cine, aún perdura. Entonces trabajar en el medio implicaba ser una milusos, desde barrendero hasta actor, inclusive director. No estaban definidos los roles, ni había especialistas. Filmar consistía en echar la cámara a andar, frente al mar, un bebé o gente caminando. A Alice y al poeta del cine, Méliès, se les ocurrió filmar una historia, una especie de pequeño cuento. Ya en 1896 Alice rueda El hada de los repollos (corto de 50 segundos), donde cada repollo cosechado, por arte de magia, se torna en bebé. Los resultados del feminismo (1906; 7 minutos) es una parodia donde se invierten los papeles, los hombres (hoy en los antros los tildarían de mandilones), realizan los quehaceres del hogar mientras las mujeres se divierten en el bar. Al final los hombres se revelan. Este corto impresionó a Eisenstein. También de 1906 es La vida de Cristo (mediometraje de 33 minutos), una producción cara con muchos extras y muchos sets. Por un tiempo esta películas de Alice se le acreditó al asistente Jasset, una práctica común en la historia del cine. Se casó con un tipo 9 años menor que ella. Asignado a representar a Gaumont en EE.UU., ella lo acompaño. Alice fundó una productora y después creó Solax, su estudio en New York. Tras la quiebra, un rico se quedó con el 51% de los derechos a cambio de que Alice encumbraba a su amante en la pantalla. El esposo de Alice y la amante del rico huyeron a Hollywood. Alice regresó a Francia. Entre otros logros, dirigió A Fool and His Money (1912), la primera cinta con elenco afroamericano. (Fotografía de Alice. Versión temprana de esta croniquita apareció en Peregrinos 15.XI.2017)
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November 2024
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