Por Saúl Holgúin Cuevas
Placa de un tal por cual Saúl Holguín Cuevas SOI, o a lo menos eso me contaron, el hijo maior de Angelita i de Luis, ella, residente en el BVN#13, conocida como La Nana; él, campesino en La Gran Chichimeca. Delfina Rivera, la partera de Ramírez me trajo a éste mundillo canijo en Los Llanos frijoleiros del alacranero Álvaro Obregón, Durango (Chivo, 1952). Crecí entre los nopales, mezquites, huizaches, el ojo de agua zarca (azulada) i adobes coloraos de San Juan de la Tapia, Zacatuercas terruño. El vendaval me arrastró hasta la Finiquera (Phoenix); pasé por Torreón i por el merito Barrio Van Nuis, suburbia Los Ángeles. Me gusta el buen chupar (mezote), el buen morfar, el buen cine, la buena charla, la musiquinha; antes me encantaba viajar, ahora extraño mi camita. En cuanto a religión: soi ateo guadalupano, amante de las catedrales i de la música clásica sacra, sin descuidar la profana populachera (para una buena peda nada como un mariachazo). Robándoles tiempo a mis dos hijos i a mi cóniuge, por cuarenta i ocho calendarios me he dedicado a la escritura. Juro i perjuro que cuando ajuste medio siglo largo la pluma. También por algunos veintipico de abriles me mal desempeñe en el aula. La escritura no me ha dado ni peni, eso sí, muchos desvelos i muina. La enseñanza me impuso obstáculos ridículos i penas constantes de estudiantes anarcos (entre narcos i anarquistas) i colegiales que creen saber más que el profesor; mi recompensa: tres cacahuates. Pero, no las largo, son parte mía, las necesito como el pan líquido (cerveza), el aguaclara, los saltarines (frijoles) con chilito i tortillas palmeadas con ritmo. Me aventé algunos 24 años de aprendizaje en Castalia (academia). Ahorita, en plena bola (de años), apolillado (jubilado), mientras llega La Parca me dedico a apapachar a una nieta i dos nietos. Mi advertencia a sus padres, o sea mis hijos, Si no quieren que los niños se mojen, ni jueguen en el lodo, ni coman mamuncias, no me los traigan. De mi magra cosecha estoi orgulloso de la novela Barrioztlán (1998, 2010, en prensa). Primero la escribí a mano, después a máquina i al final en la compu. Entonces escribía con desparpajo i atrevimiento, en un espacio reducido i caótico de niños llorando, vecinas chismosas importunando, teléfono repicando i mujer desesperando. Eso solo posible una vez, la primera, pues me aventé con la ignorancia i el atrevimiento de la iuvenalia que tiende a comerse el mundo. Un montón de artículos náufragos encontraron refugio en diarios, revistas i en la página E, Peregrinos i sus letras. Si por ahí los guachan, me los saludan. (Creo que la foto la tomó mi Vieja, hablo del género, no de la cronología, conste).
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November 2024
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