Por Daniel Minerbi Vargas Una travesía que duró cuatro años, en la cual iba a aprender más por escuchar que por hablar. Al principio yo creía que lo que había aprendido en los libros de crónicas del suroeste, desde Cabeza de Vaca, Miguel de Oñate, Vázquez de Coronado, el Padre Kino; los dramas de Comanchería, del Teatro Campesino de Luis Valdez; el clásico por antonomacia Peregrinos de Aztlán (1974) de Miguel Méndez, Mexicalipsis (2000) de David Muñoz, Mexamérica (2005) de Manuel Murrieta, Barrriozltlán (1999) de Saúl Holguín Cuevas; los documentales de 2501 migrantes (2009) de Yolanda Cruz, La camioneta (2013) de Mark Kendall, La bestia (2010) Pedro Ultreras, me iban a servir de gran apoyo, pero nunca me imaginé lo que la oralidad de primera mano le puede enseñar a uno. Todo empezó así. Año 1, semana 1 ¿De dónde son? Departamento de San Marcos, Departamento de Quiché, Departamento de Huehuetenango, Departamento de Totonicapán Departamento de Usulután. Yo vengo del departamento de Copán, Departamento de Lempira, Yo vengo de San Pedro Sula. Departamento de Chalatenango, Yo soy del Departamento de Francisco Morazán. Yo vengo de Oaxaca, Yo vengo de Guerrero, Yo vengo de Michoacán. El mapa mental en mi cabeza se desplazaba a lo largo de toda América Latina, pero no me lo imaginaba. Solo veía ranchos, pirámides, ríos, volcanes, cercas de alambre, saguaros, rieles, carreteras y finalmente camionetas de la migra. Después de presentarme como chilango llegado en tren y ahora radicado en la Finiquera, les leí el capítulo XII “Como los Indios nos truxeron de comer” de la crónica Naufragios de Alvar Núñez Cabeza de Vaca, desde Florida hasta Arizona. “Otro día, saliendo el Sol, que era la hora…” Después de escuchar atentamente cómo esos arriesgados exploradores cruzaron miles de kilómetros, se fueron a escribir y a dibujar sus propias creaciones a las mesas, estos jóvenes cronistas centroamericanos en su mayoría empezaron a recrear su memoria viajera. ¿Qué les había llamado la atención en su ruta hacia el Sueño Americano? ¿Qué habían dejado en su tierra? ¿Qué habían encontrado en estos nuevos lares? Después de una media hora de trabajo creativo, cada uno había escrito y/o dibujado una crónica de un momento dentro de su travesía. Oscar nos contó su futuro… Jesús nos relató su recuerdo de la salida… Juana nos ilustró su paisaje favorito… Luego cada uno compartió lo que había sentido al realizar su crónica. Me quedé pensando que ellos eran tan arriesgados y quizá más valientes que aquellos exploradores españoles que traían armas, equipo y caballos al hacer su travesía. Estos jóvenes, solo con una mochila a cuestas, un par de mudas de ropa y muchísima voluntad también habían cruzado miles de kilómetros con mucho menos años de experiencia. Se escuchaban sus voces, algunas veces interrumpidas por un sentimiento de recordar algo que habían dejado o que extrañaban con pausas que son naturales de alguien que está hablando con el corazón y que deja correr una que otra lágrima. Yo estoy aquí para ayudar a mi familia. Yo vine para mejorar mi educación. Yo vine para encontrar una mejor oportunidad. Yo vine en busca de mi hermano. Yo vine porque me perseguían. Yo me vine por la mara. Yo me vine… Escuché esas frases y tuve la misma sensación, quería derramar unas lágrimas como algunos de ellos, sentía igual que cada uno de ellos un nudo en mi garganta. Al final aplaudí tanto como mis otros compañeros y los otros jóvenes. Me di cuenta de la experiencia tan valiosa que había aprendido yo más que ellos. Tantos años estudiando literatura y cultura de los migrantes latinoamericanos hacia el norte y ahora los tenía ahí frente a mí. Después de leer a Dalton, Galeano y Dussel, entre otros. También varias charlas de café con el Profe Alarcón, quien se hace llamar el español achicanado, pude atar cabos y corroborar que para un tango se necesita dos que lo bailen, una pareja formada por el imperialismo y por la corrupción. Luego cada uno compartió lo que había sentido al realizar su crónica. Me quedé pensando que ellos eran tan arriesgados y quizá más valientes que aquellos exploradores españoles que traían armas, equipo y caballos al hacer su travesía. Estos jóvenes, solo con una mochila a cuestas, un par de mudas de ropa y muchísima voluntad también habían cruzado miles de kilómetros con mucho menos años de experiencia. Año 1, semana 2 Esta vez, llevamos a los jóvenes a tomar fotografías al centro de Phoenix. Esta mañana caminamos por un barrio mexicano en el sur de Phoenix. Había unos murales y pinturas que nuestros jóvenes mexicanos, guatemaltecos, hondureños y salvadoreños captaron. Cada uno recibió una cámara desechable y sacó unas 20 fotografías. Pocas veces habían podido caminar libremente por los barrios estadounidenses, esta era una de ellas. Desde que se habían entregado a la migra como refugiados por la Ley Wilberforce, no habían salido mucho del albergue. Clic… la Guadalupe… Unos pasos más atrás, clic… Martin Luther King, César Chávez, Tatanka Yotanka, La Guadalupe y El Che… Ahora a la derecha… Clic, un hermoso agujero en la pared… Explorando por el barrio mexicamericano, en parejas caminaban buscando imágenes que les interesaran, que contaran una historia. Dos jóvenes mexicanas voluntarias llevaban sus cámaras y sacaron más de 100 fotografías cada una. Una de ellas era muy detallista y obtuvo imágenes tan interesantes como… Clic… estos zapatos de fútbol … La otra, clic… jugaba con las imágenes como palabras, creando diálogos entre los sujetos fotografiados… También visitamos las vías del tren en la misma zona. Los medios de transporte y en especial el tren era algo muy citado en sus conversaciones de travesía. Algunos se acercaron a las vías y caminaron por ellas, otros caminaban por los durmientes. Estas fueron algunas de las imágenes. Clic… caminando hacia las vías del tren carguero… Más tarde caminamos por unos edificios, particularmente donde yo había trabajado hacía unos quince años atrás y escribía crónicas de tecnología para un portal en español. Clic… quién iba a pensar que regresara ahora con otros cronistas, más jóvenes y con un sueño americano igual, salir adelante y tener una mejor oportunidad de trabajo o educación. Luego nos atravesamos y caminamos por los jardines de la catedral de Phoenix. Clic… los jóvenes ponían partes de sus cuerpos en las imágenes, fragmentos de sus seres que componían una imagen. Después los llevamos a una tienda de productos centroamericanos y sudamericanos. Su sonrisas y expresiones lo decían todo. Clic… tan lejos que andaban de sus orígenes y aquí en lo más lejos que habían llegado, se toparon nuevamente con algo que conocían... Clic... la variedad de frijoles de Guate… Cuando regresamos a comentar la sesión de fotografía, algunos de los jóvenes nos contaron sus experiencias con los trenes en su travesía, otros lo que vieron de la cultura mexicoamericana en los murales y pinturas de los muros a través de sus ojos Clic.. y el resultado fue una imagen tan compleja como esta… el fotógrafo fotografiado Año 2 semana 7 Hoy, entre los jóvenes, había un brasileño de Minas Gerais… un maya quiché que escribió en su lengua… Una garífuna que venía de la costa… Qué lujo de invitados, realmente fue una gran experiencia tener a este grupo tan diverso. Año 3, semana 4 En esta ocasión, hubo varias jóvenes dignas de mencionar: Una pequeña migrante de 6 años, sonorense, que usaba un bastón y era invidente. Era la más extrovertida del grupo y después de escuchar la plática se puso de inmediato a dibujar a su perro y a su gato…. Un joven de Huehuetenango, dibujó su travesía desde Guatemala hasta la frontera de Sonora y Arizona… Año 4, semana 5 Hoy, entre los jóvenes había un lejano visitante desde Sudamérica. Un serrano ecuatoriano. Este chico nos contó sobre el cóndor andino y su imagen de montañas en la sierra andina ecuatoriana. Un joven guatemalteco dibujó y escribió su viaje en bus por tres días atravesando México y de su miedo que sentía al viajar por primera vez por un país extraño. Las sensaciones de orgullo mezcladas con las de miedo en unos cuerpos tan jóvenes, cómo un alma joven y humilde le puede inspirar para siempre a una más vieja.
Durante esta serie de talleres hemos tenido la fortuna de ser testigos de la escritura creativa, fotografía y dibujo de estos jóvenes migrantes latinoamericanos, centroamericanos que en su gran mayoría llegan día a día a... California, Arizona, Nuevo México Texas, Carolina del Norte Washington Washington D.C. Nueva York… Que forman el segundo país con más hispanohablantes del mundo, delante de… España Argentina Colombia… Solo México tiene más. Desde rutas y circunstancias muy diferentes, pero unidos por alcanzar un sueño americano de tratar de encontrar una vida mejor al lado de un familiar que ya vive en este país, Estados Unidos. Huyen de la pobreza Escapan de los ejércitos reclutándolos Corren de las maras y pandillas Salen de la ignorancia de los sistemas educativos Desaparecen de gobiernos que los ignoran Y en su camino Esquivan maras y pandillas Se evaden de los policías y sistemas corruptos Se esconden de los narcos Se deslizan del crimen organizado Eluden a traficantes de menores Y a su llegada Se vuelven invisibles Evitan ser discriminados Han abandonado a algunos seres queridos Se entregan a la justicia Se privan de su libertad temporal Pero ¿Vale la pena el Sueño Americano? ¿Hay una jaula de oro? Claro que sí, si no, no habría viajeras/os como Fray Junípero Serra Joaquín Murrieta Martín Ramírez Valeria Luiselli Karla Cornejo Villavicencio Ana María Cetto Karmis Roberto Quesada Eduardo Halfon Yolanda Cruz Rubén Bládes John Leguizamo Esmeralda Santiago Gustavo Pérez-Firmat Mario Bencastro Fernando Valenzuela Raúl Delgado Wise Guillermo del Toro Alejandro González-Iñárritu Alfonso Cuarón Carlos Santana Rodolfo Neri Vela Celia Cruz Diego Luna Jorge Ramos Rosario Marín Mario Molina Salma Hayek Isabel Allende Julia Álvarez Y ya mejor no le seguimos….
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Por Daniel Minerbi Vargas
Marco histórico-cultura Corría el año de 1977, cuando decidimos explorar el México de los años lopezportillistas de la política mexicana, en la que había una crisis económica y social muy aguda, con guerrilleros como Lucio Cabañas, cuando Arturo Durazo era el capo policiaco de la capital mexicana. Año por otro lado, en que se veían las películas de temas fronterizos, de traficante. Aún perduraban las cabareteras/ficheras, bajo la dirección de Margarita López Portillo, hermana del presidente. Pero también era el año en que películas como Maten al león (Estrada, con argumento de Jorge Ibargüengoitia), Cuartelazo (Issac) y el documental Lecumberri, El Palacio Negro ( Ripstein). Los escritores como Fernando del Paso publica Palinuro de México, Jorge Ibargüengoitia con Las muertas y Maten al León, y en América Latina, Mario Vargas Llosa publicó La tía Julia y el escribidor, mientras que en Brasil Clarice Lispector publicaba La hora de la estrella. En los periódicos se leían artículos del mismo Ibargüengoitia, los cartones de Able Quezada, la revista Proceso celebraba su segundo año de publicación. En las estaciones de radio dominaban las canciones de rock de Queen We Are the Champions, Foreigner Feels like the first time, y se había desatado la música disco con Saturday Night Fever tanto en la música como en el cine, así como la influencia de Star Wars con Episode IV - A New Hope entre otras. Los fotógrafos/as como Graciela Iturbide, Pedro Meyer, Nacho López, Gerardo Suter y Héctor García rondaban las calles de la Ciudad de México y los pueblos. La revista México Desconocido destacaba lo mejor de la geografía mexicana. En la noche del 17 de septiembre de 1977, padre e hijo salieron de la calle de Tecualiapan con rumbo hacia la Calzada de Tlalpan para pasar por el abuelo. Su destino era circular, llegaron hasta Acapulco primero, al hotel Los Flamingos, un lugar de paraíso utópico que John Wayne, Johnny Weissmuller, Fred Mc Murray y Rex Allen habían construido en la década de 1950. Tarzán y las sirenas (1948) con Andrea Palma. Llegaron al puerto de Acapulco de Juárez, (lugar de cañas grandes en náhuatl - acatl, pul, co - y que desde 1873 se le agregó el nombre del Benemérito de las Américas), como lo había hecho la primera Nao de China, de Manila a Acapulco de 1733 a 1750, Nuestra Señora de la Guía, Santo Cristo de la Misericordia y San Francisco de las Lágrimas. Allí visitaron la famosa Quebrada, donde clavadistas del pueblo deleitaban al turismo nacional e internacional con su espectacular malabarismo corpóreo al tirarse al mar. Por un lado, se veía la modernidad de la vida turística que en los mismos años de 1950, el Presidente Miguel Alemán Valdés había creado con la Costera ahora llamada Avenida Miguel Alemán, que separaba los dos Acapulcos, el de los hoteles playeros turísticos para todos los presupuestos del turismo. Pero del otro lado se podía ver el contraste de las viviendas de los trabajadores de la industria hotelera, camareros, mucamas, vigilantes, que trabajaban en los hoteles, con casas sin vistas al mar, calles sin pavimento, algunas en las colinas, sin servicio de luz o agua. Ese es el Acapulco al que abuelo, padre e hijo/nieto llegaron. Tres generaciones reunidas en más de 70 años de historias, desde los últimos años del Porfiriato, la Revolución Mexicana, la Guerra de los Cristeros, la Explotación Petrolera y su obligada nacionalización, los años alemanistas de desarrollo metropolitano de la Ciudad de México. La Época de Oro del Cine Mexicano que aún se podía ver en el Canal 4 de Televisa, la tragedia de 1968 aún estaba palpable en los corazones de los universitarios, vecinos de Tlatelolco, en el periodismo de Julio Scherer García y en ese entonces el sexenio de José López Portillo y la guerrilla cabañista guerrerense, por ese Guerrero fue por el cual los tres pasaron. Con los filtros del abuelo, del padre y del nieto/hijo hacían su viaje para comprar y vender artesanías, dándole una mirada crítica a su sus viajes. Esos dos Acapulcos que exponían la mano de obra de indígenas, gente de bajos recursos, que fabricaba la variada artesanía mexicana que se podía ver en las instituciones estatales que promueven ese arte popular, hasta los compradores nacionales y extranjeros que se regocijaban con la gran creatividad, colorido y formas artísticas de estas artesanías. El choque espacial y generacional como eje central motivador de de ese viaje causó un impacto por la belleza natural del lugar y el contraste socioeconómicopolíticocultural de la época. |
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August 2024
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