Sonia Silva-Rosas
De andares y pasarelas en las estaciones del Metro De Observatorio a Cuauhtémoc, de Cuauhtémoc a Pino Suárez y de nuevo a Insurgentes; y de Insurgentes a Tacubaya... En la que sea, de estación en estación, podemos observar toda una variedad de formas de caminar. Diversos estilos se imponen en la antesala de los vagones del Metro. El público cautivo es fiel testigo de ese ir y venir, y es jurado principal de esa enorme pasarela. Sin pretender hacer un ensayo en torno a las formas de caminar, observemos sólo algunas, las más encontradas y las más aplaudidas. El atleta: este tipo de personas atraviesan las estaciones del metro corriendo, atropellando a cuanto cristiano se les ponga en el camino. Ya sea en botas, en tacón, en chanclas o tenis, estos atletas del Metro se encuentran siempre en competencia contra el tiempo. Las pati pamí: maestras de la osadía, estas chicas utilizan los pasillos que conectan las estaciones como pasarela de moda. Se contonean, paran sus nalgas y mueven su figura de manera “sensual” al estilo patí pamí, atrayendo la mirada de los “jueces” que caminan a su alrededor. Con esta forma de caminar se puede observar también la moda en la ropa de las chicas que gustan, principalmente, de micro minifaldas, pantalones entallados que dejan ver su ropa interior y blusitas pegadas al cuerpo. Los paciflorinos: este tipo de personas utilizan las estaciones del metro como una especie de parque subterráneo en el que pueden caminar de la manera más relax que uno pueda imaginar. Mientras los atletas pasan corriendo a su lado, llevándose -si no es que aventando- a los paciflorinos en la velocidad de su carrera, los paciflorinos caminan contemplando paredes, negocios y ventanales; pareciera que hacen un estudio detallado de cómo entra la luz solar por el techo y de cuáles son las causas por las que las escaleras eléctricas de pronto no funcionan en estaciones como Constituyentes o Mixcoac. Los rockeros: este tipo de personas, principalmente chavos, caminan por las estaciones del metro llevando el ritmo de la música que escuchan en la cabeza o en las manos. Se mueven como si estuvieran en pleno concierto de rock y su andar es intermedio, es decir, ni van aprisa ni estorban el camino como los paciflorinos. Este tipo de andares se pueden observan principalmente en la línea verde, CU – Indios Verdes. Los de trenecito: principalmente gente de la tercera edad que camina lento. Podemos encontrar a este tipo de personas casi pegadas al lado derecho de los pasillos que conectan dichas estaciones. Con complejo de grúa: generalmente madres de familia que llevan de la mano a sus niños. La mayoría arrastra a sus pequeños en su afán por llegar pronto a su destino. Su caminar se ubica en el estándar intermedio. Los extraviados: uno puede descubrir este tipo de andares muy fácil ya que, por lo general, quienes se ubican en este estilo del caminar ven para todos lados, como buscando algo en el nombre de las estaciones. Su andar entra en la clasificación de los paciflorinos. No hay que olvidar a ese tipo raro de chavos que, aunque no caminan, pasan horas y horas sentados en las estaciones del metro, principalmente en el pasillo de abordar, pegados siempre a la pared; o a esas personas que esperan a alguien en la señal generalizada: debajo del reloj. Ambos tipos significan también personajes esenciales en las estaciones del metro de la Ciudad de México. Mi andar se ubica entre los atletas y los rockeros, siempre ando a la corre y corre pues el tiempo no me alcanza... Es algo complejo y, para correr a gusto, siempre traigo puestos los audífonos, escuchando buen Metal, música que me invita a correr porque, si uno no corre en esta gran ciudad, existe el riesgo de que la marea de gente se lo lleve. © Sonia Silva-Rosas
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May 2021
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