Palabras pronunciadas por el Dr. Manuel Murrieta Saldívar al recibir el reconocimiento por parte de la Universidad de Sonora por su “sólida carrera dentro de las letras regionales, su destacada labor como académico, escritor, periodista, editor y promotor cultural, y su notable labor en defensa del idioma español en el sur de Estados Unidos”. 23 de noviembre de 2017, Salón de Usos múltiples, Departamento de Letras y Lingüística, Universidad de Sonora, Hermosillo, Sonora, México
"TODO COMENZÓ, NO, PERDÓN, YO DIRÍA…! Por Manuel Murrieta Saldívar Todo comenzó la mañana cuando vi un anuncio en “El Imparcial” ofreciendo un puesto de asistente de redacción. Había una cola enorme y al llegar mi turno la hija de Rodolfo Barraza me empezó a entrevistar, quizá ya cansada. Entonces, en un osado atrevimiento, le dije, “ya, contrátame, no es necesario que entrevistes a los demás”…”bueno, pues, nos quedamos contigo!”, decidió resignada y me dieron el puesto!… No…perdón, yo diría que todo comenzó en el “Información” cuando por un arranque de ingenuidad acudí con la intención de que publicaran mis garabatos poéticos en el “Bogavante” de Alonso Vidal. Cuando el jefe de información Marco Antonio Soto me atendió, me dijo drástico pero amable, “aquí no necesitamos poetas, necesitamos reporteros”…Le fijé la mirada y una respuesta eficaz lo convenció: “Si puedo escribir poemas, fácil puedo escribir noticias y reportajes”, lo reté… al siguiente día ya estaba trabajando en el diario de Abelardo Casanova y de los hermanos Larios… Pero, no!, un momento, creo que todo comenzó en un pueblito del sur de México mientras hacía un servicio social con los campesinos. Una noche me invadió la soledad de mi choza y apareció una tristeza y una nostalgia profunda, decidiendo escribirle una carta a mi madre. A los minutos, me quedé aterrado, los renglones ya no le iban informando de mi quehacer sino, como lo supe después, iban saliendo versos líricos desconocidos que se posesionaban de mí. Al regresar a Hermosillo, acudí entonces al único taller de poesía que existía, el de José Juan Cantúa en la Casa de la Cultura…en una sesión clave me invitó: “suéltate Manuel!, saca las palabras, que fluyan libremente, sin control, sin pensamiento”, era la escritura automática surrealista…y, sí, vi ahí un acto mágico y solté mis palabras en una exaltación arrebatada… ¡No! ¡Disculpen otra vez!, yo diría mejor que todo comenzó durante una clase de física cuando, decepcionado por mis malas notas, observé que la maestra estaba embarazada. En un impulso de ternura, le escribí unos como versos y tuve la valentía de entregárselos a la salida. Luego de leerlos me ordenó casi a gritos…“¡qué estás haciendo aquí en ingeniería agrícola muchacho, vete a la escuela de letras!”…Yo todavía inocente, le pregunté que si cuántas materias me iban a revalidar!...En la cola de inscripción me topé con Pina Saucedo que, sin saber que reforzaría mi vocación, me confesó que tenía más finta de estudiante de letras que de ingeniero agrícola. Y sí, me inscribí en la carrera de literatura y entonces sí, el mundo se abrió, se me ensanchó, se hizo gigante y quise recorrerlo sin parar… Ahora, después de una maestría y un doctorado en Arizona, después de publicar unos ocho libros, fundar una editorial hispana y una publicación de letras y periodismo cultural, después de un matrimonio y dos hijos, después de diez años de docencia en California a puro enseñar nuestras literaturas, después de cronicar los Estados Unidos, Canadá, Europa, una punta de África, Centro y Sudamérica., regreso a la Unison, con ustedes, el alma del alma mater. Regreso satisfecho y orgulloso de haber pasado por estas aulas y pasillos, de haber tenido a Volker, González o a Darío como maestros, haber aprendido de las huelgas, de los jardineros, de haber noviado en sus plazas, en los coros y en los hot dogs… todo eso que me formó en los años más lúcidos y felices de nuestra juventud. Regreso, pues, plenamente agradecido para recibir este reconocimiento que valoro mucho porque detrás de él no estoy yo, no soy yo, sino los millones de hablantes, lectores y estudiantes fronterizos, migrantes, paisanos y latinos que aquí y en Estados Unidos me dan vida, motivación e inspiración teniendo siempre como base, como recuerdo original, como un génesis, que en la Universidad de Sonora y en Hermosillo, fue donde todo comenzó…. Gracias autoridades universitarias Gracias al Colegio Sonorense de Académicos de la Lengua y la Literatura Gracias profesora Rosa María, Gracias Raúl Acevedo, Gracias familia y amigos, a todas y todos los presentes por arroparme y hacerme de nuevo sentir en el vientre materno, en el ombligo del mundo, en mi ciudad irremplazable…" © Manuel Murrieta Saldívar
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Manuel Murrieta Saldivar
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September 2024
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