Por Manuel Murrieta Saldívar
Con permiso del autor: http://www.manuelmurrietasaldivar.com/poecronicas/dejaste-de-contemplar-estrellas.html Cada vez que llega algún eclipse aparece tu sombra moviéndose en la casa, el día en que se acabó el sol así, en un instante, como te fuiste tú dejándome sin luz… También recuerdo el regreso milenario de un cometa, quizá dos, tus ojos impresionados mirando arriba esa estela de gases tan brillante pero que, sin embargo, no logró detenerte aquí conmigo. De las lunas y estrellas cotidianas, tan comunes en el Sur, no evocaré nada sorprendente, salvo que las dejaste de contemplar cuando partió tu infancia hacia las realidades crueles que fueron creciendo con los años. Tampoco diré nada de esos cielos que aún están aquí, que a veces nos envolvían con risas y acurrucos, cielos que nunca prometí los bajaría para ti… Es que una tierra desconocida te atrapó, sobre todo en el Norte, y mi error fue no advertírtelo desde antes, en esos tiempos precisos que suelen escaparse, no te previne, pues, que existen fuerzas que arrastran que no perdonan, que no saben de eclipses, estrellas o cometas mucho menos de hijas como tú, mi pequeña de siempre, que hoy caminas sin mí, quizá sin cielos, dejándome en la nada, abajo, entre las sombras… Keyes, California, marzo 2023
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Por Manuel Murrieta Saldívar
Con permiso del autor: http://www.manuelmurrietasaldivar.com/poecronicas/para-no-volver-jamas.html He dejado al fin el último pendiente, las quejas y vergüenzas, tu gemido y todo lo demás para venir a develar costumbres milenarias que ahora saboreo en torbellinos de mar, curvaturas terrestres y líneas de autopista… Es que así se trabajan algunas soledades, así escondo tus miedos y despejo algunas dudas para llevarte al revoloteo de las dunas y al escaparate de las arqueologías… Te advierto que no nos detendremos —lo exigen mis ancestros-- te reclamo que somos esa sonda feliz que surca las edades, geografías prohibidas y, a veces sin darnos cuenta, la similitud de los seres que vamos desnudando… Me encanta pues escaparme contigo, reaparecer con epidermis de aventura: una urbe ajena me cautiva una sábana de viento me protege un vistazo de olas me sostiene una isla tras isla me persigue, edenes y tinieblas que voy dejando atrás como si nada, como si todo pidiera liberarme ya de una vez para no volver jamás a las rutinas de siempre… (*) Del poemario Poecrónicas en las urbes. Colección Sur Editores. La Habana, Cuba. 2019. Colección Sur # 339. 106 páginas. Más información y para adquirirlo en: http://manuelmurrietasaldivar.com/libros/poecronicas_en_las_urbes.html Por Manuel Murrieta Saldívar
Poecrónica Con permiso del autor: http://www.manuelmurrietasaldivar.com/poecronicas/mexico-travel-warning.html ¿Cómo van a prohibirme visitar mi propia casa mexicana, la calle de mi infancia y evitar que vuelva a esos mercados con sus delicias culinarias con las que yo crecí?... Ja, ja!…nos sugieren no ir, casi nos prohíben ir a nuestro México el “US State Department” de Estados Unidos advirtiendo de los peligros de visitar nuestros país…y a mí me gana la risa. Su sitio web señala que mi región norteña es clave In the international drug and human trafficking trades, citizens have been the victim of violent crimes, ja, ja, reporta el así llamado “Travel warning” y, claro, yo entre mis sonrisas considero que exageran… Así son las entidades del gobierno norteamericano, guardián de países extranjeros, sin cuestionarse tanto su situación interna, sin considerar los altos crímenes en los ghettos de Oakland, del Bronx neoyorkino o acciones agresivas de policías y de supremacistas blancos. Sin tampoco hacer intentos por reducir la venta de armas de alto poder, esas que provocan tiroteos masivos en preparatorias y supermercados ni mucho menos intervenir en las calles de Filadelfia o Los Ángeles atestadas de “homeless” y de víctimas de drogas fuertes como el fentanilo…exageran con lo mexicano, no? ¿Cómo es que su “Travel Warning” va a impedirme visitar mi propia casa, la calle de mi infancia y evitar que vuelva a esos mercados públicos con sus delicias culinarias con las que yo crecí? Citizens have been the victims of homicide, kidnapping, advierten, mientras yo, ansioso, hago caso omiso y ya deseo subirme en el avión desde el norte de California, ¡a respirar el aire de mi padre fallecido!, ¡a recibir la plática de un primo!, ¡a saborear la libertad playera!... They have been victims of carjacking, robbery and…insiste el Travel Warning (bueno, pues, en español sería la advertencia para viajar al extranjero), ¿no saben que yo desde niño sobreviví al robo de higos y naranjas en el patio de mi vecina, que novié por las banquetas de la alta noche pachanguera a manita sudada y cachondeo, y di varias serenatas en esas madrugadas del diez de mayo festejando a las madrecitas? Risk of traveling to Mexico due to the activities of criminal organizations… sí, eso cacarea el Departamento de Estado!... Y yo insisto que no es verdad tanta crueldad, es una falla de sus espionajes, son sus reportes para desacreditar a la nación mexicana, a sus gobiernos, es para afectar la economía y que baje la entrada de divisas, es decir, que bajen los dólares que los turistas llevan o nosotros les enviamos en remesas. No es creíble lo que informan sesgadamente sobre mi hogar, de mi espacio mexicano, por favor!... Entonces yo deseo responderle al anónimo funcionario del “US State Department” que no hay de qué preocuparse, que muchas gracias por la advertencia, pero soy nativo de México, y exactamente de la zona norteña a la que se refieren, faltaba más, conozco los barrios peligrosos, los antros decentes e indecentes con el narcomenudeo de siempre. Hey!, qué les pasa, si soy camarada de varios cantineros y meseros, tengo incluso compas que anduvieron en las mafias, no es nada nuevo, take it easy US Department!...Así le voy a explicar, así lo voy a calmar, pienso hipotéticamente, a ese empleado norteamericano temeroso, lo tranquilizaré al revelarle que mis parientes y amistades sabrán cómo cuidarme al momento de pisar mi México lindo que me jala cada Spring Brake, cada Christmas vacation, por favor!…Don’t worry, dude, I know my Mexican people, I know how to take care of myself once I’m in Sonora… Y no hago caso del intimidante Travel Warning, tomo el avión con escala en Arizona, cruzo por aire la frontera y al fin llego a mi territorio mexicano luego de más de un año sin regresar… y rápido por la emoción salgo del aeropuerto de Hermosillo y, para mi sorpresa, mi hermano no me espera porque ya no vive ahí en la ciudad, se mudó sin previo aviso y no me notificaron. Mi hermana me explica por teléfono que “ya es muy tarde, no puedo ir por ti”, porque se le complica con sus horarios de trabajo y quehacer familiares de última hora...Y el taxista que escojo de manera descuidada resulta ser pirata y me dobletea la tarifa, y me alarga la ruta, no importa, ya estamos llegando a mi antiguo barrio…y empiezo a observar que la casa de mi abuela ha sido derruida por el abandono, que la del vecino fue asaltada a machetazos y luego, en rápida visita, me entero que la iglesia con las cenizas de mi madre está toda enrejada y algunas paredes grafiteadas. Pero lo más dramático sucede al ponerse el sol: hay un vacío triste en la noche del bulevar central pasadas las once de la noche, ese que vibraba de algarabía durante mi temprana juventud. Y ya no hay parejas entrelazando sus manos ni ahí ni en la colonia oscura de mi exnovia mientras los carros se destruyen en baches, socavones y hoyancos. Lo más temeroso es comprobar que nadie, de nuevo, puede ir a recogerme al salir de la cantina estudiantil cercana a la universidad de mis amores antes inundada de vida nocturnal…Sí, estoy solo, solo y nervioso en la penumbra mexicana, estoy… estoy, sí, como si estuviera todavía en la urbe gringa de donde provengo, digamos Stockton o Modesto, California, a las diez de la noche…estoy de nuevo solo y con temor, como cuando un desolado funcionario del US State Deparment anota y actualiza en su sitio web el “Mexican travel warning”, haciendo que muchos gringos o paisanos decidan hacer o no el equipaje, decidan si comprar o no el boleto que los lleve hacia nosotros, hacia nuestro sur, el sur de paz y de violencia… Por Manuel Murrieta Saldívar
Poecrónica Con permiso del autor: http://www.manuelmurrietasaldivar.com/poecronicas/resumen-sobre-la-nieve.html Viste a lo lejos las montañas de nieve Como nunca te sedujo la nieve Dejaste tu hogar por la nieve Te dirigiste en auto hacia la nieve Subiste curvas y acantilados para alcanzar la nieve Sufriste ansiedad al manejar sobre el hielo de nieve Sufriste ansiedad al manejar sobre el hielo Sufriste ansiedad al manejar Sufriste ansiedad Olvidaste colocar cadenas a las llantas de nieve Te estacionaste frente a un montón de nieve Tus ojos fueron enceguecidos por la nieve Vestiste pantalón impermeable contra la nieve Calzaste zapatos contra la humedad de nieve Caminaste sobre veredas congeladas de nieve Caminaste sobre veredas congeladas Caminaste sobre veredas Caminaste No adquiriste equipo para la nieve No subiste a ningún teleférico sobre la nieve No te protegiste con chaqueta aislante para la nieve No portaste lentes contra el resplandor de la nieve No esquiaste sobre la nieve No navegaste en moto de nieve ¿A qué viniste a la nieve? ¿Fuiste empujado hacia la nieve? ¿Algo, alguien, te obligó a visitar la nieve? Viste gota a gota el derretir de nieve Viste un hilo de agua salido de la nieve Viste un riachuelo empujado por la nieve Viste un río azul saltando entre la nieve Viste cascadas cayendo sobre acantilados de nieve Tocaste un gran muro de nieve Penetraste tus dedos en la nieve No hiciste un copo de nieve No creaste ningún mono de nieve Te envolvió por completo la nieve El mundo era blanco de nieve Sentiste soledad intensa por la nieve Temiste el poder silencioso de la nieve Recordaste a tus ancestros indígenas de nieve Concebiste un poema forzado por la nieve Disfrutaste a tu manera de la nieve Disfrutaste a tu manera Disfrutaste Tomaste varios selfies frente a la nieve Confirmaste el cambio climático por el monstruo de nieve Sonreíste con los semejantes felices por la nieve Soportaste hambre y sed junto a la nieve Hiciste gastos extras tan solo por la nieve Esperaste al sol bajando entre la nieve Te anocheció la carretera regresando de la nieve Demoraste tus proyectos por la nieve Llegaste cansado a tus obligaciones tan solo por la nieve Y la nieve, la nieve, la nieve sigue allá, distante ya la nieve Ignorándote la nieve Tú ya no existes para la inmensa nieve La nieve, la nieve que desaparece, se derrite la nieve Se va la nieve, se está yendo la nieve Se fue la nieve plomiza y blanca Se fue la nieve plomiza Se fue la nieve Se fue… Yosemite National Park, California, febrero 2023 Por Manuel Murrieta Saldívar
Poecrónica Con permiso del autor http://manuelmurrietasaldivar.com/poecronicas/hacia-la-otredad-americana.html Incluso antes del cruce late ya mi mexicanidad errante, mi dinamismo vital que todo lo abarca, hasta las llanuras congeladas de Alaska, desde Nogales, Ciudad Juárez o Tijuana… brinco el alambrado nocturno, me escabullo entre los punzantes patios de la garita y, radares y sensores burlados, me repongo en algún escondrijo y surjo límpido dentro de algún autobús Greyhound rumbo a...Pos yo también me voy, en pos de la oportunidad, tras los dólares y mi ración posmodernista, el status social o intelectual, la seguridad del confort, el inglés como palanca hacia ¿el “American dream”?...sí, pero primero mis sueños, mis pesadillas, porque a veces soy jornalero sin documentos oculto en los desagües de las autopistas y en otras aparezco como renombrado inversionista, cónsul o profesionista descubriendo pasmado las ventajas de las computadoras globales, la diplomacia lingüística de la metrópoli yanqui. Después, lo sé muy bien, convertiré el dolor en dólar, tan sólo con mi aguante corporal, con aventarme, resistiendo y resistiendo las campañas anti-todo, las de los “minutemen-sos” y de las radios conservadoras. Porque en esta tierra apetecida me dicen que el cielo y el dinero son el límite, si es que no me para algún dispositivo especial de la “migra”, la que me hace los mandados, que instala cada vez más retenes en la autopista o florecen sus verdes y blancas camionetas en alguna esquina urbana, ¡sorpresa! y a correr: “¡chin #$%&*?\=...no puede ser!”...Pero no se alarmen, señoras y señores, existen otras modalidades, hay niveles, licenciado, hay niveles doctorcito, más dignos a mi estatus. Porque si prefiero hacerlo más cómodo, sin “coyote” y ya del otro lado, frente a la misma estación del “bus” contrato un “shuttle” por unos 40 dólares, me deja en donde yo lo ordene en San Antonio, en Tucsón o en San Diego, pero primero el chofer, aún de apariencia morena, me preguntará si traigo documentos legales y nada prohibido en mis maletas “porque no quiero problemas”. Claro, lo convencional es que baje la ventanilla de mi auto, muestre la mica láser o pasaporte, tramite la visa bajo cualquier excusa convincente de acuerdo a mi presupuesto y a la mirada del agente migratorio…si “sólo voy por dos o tres días”, luego de la gastadera y diversión en Disney, en Miami o en Las Vegas me regreso (?), ya sabes, como mexicano pudiente no tengo ninguna necesidad de estarme más, ¿para qué?: —Si me va requetebién con los jefes de jefes, ni de chiste abandono mi país para siempre. Si para eso trabajan los gringos—y saben poner a trabajar a los demás—para ofrecernos su patria como un gran supermercado, ¡ja ja!, ¡sírveme otra!... ¿Y qué tal si llego por aire?, visado en el primer mostrador del aeropuerto de Los Ángeles, Phoenix o Chicago, ¡y zas!, en un instante estoy en la fila primera del primer mundo que a todos nos cobija y nos exige democracia, maestro, neoliberalismo, sea del rango que sea, debo respetar la cola, la revisión del equipaje, tener cuidado con mis ideas de dialéctica profunda, no se aceptan radicales, aquí no hay influencias Sr. gobernador… Todos debemos respetar al agente de migración mi general, el chequeo del permiso de trabajo mi querido artista, mi influyente intelectual, el sacrificio lo vale porque me esperan las compras en el mall, los topless bar de diez dólares por “table dance”, las exposiciones “hightech” y los supercongresos, la escenografía de oropel, la ciudad como set cinematográfico, ¡a las cajas automáticas del CitiBank!, ¡directo al JC Penny’s, Sears o Macy’s!, rápido, quiero cumplir mis pequeños rituales de consumo que tanto me alegran y que serán tema de plática…ahhh, esas boutiques que envidiarán a mi regreso, esos hospitales con sus helipuertos, esos casinos con martinis gratis, visitas que no toman más de cinco días—si es que me devuelvo—con sus noches en el Holiday Inn, si no, pues en el Howard Johnson o ya de perdida en el Motel Six o el “No Tell Motel”. En verdad no importa la vía, ni la estrategia, si en serio traigo la intención de “hacer la América”, como lo hicieron mis ancestros, ejerzo mi derecho al paraíso, intento mi cuota de riqueza, mi ración de progreso y (pos) modernidad, mis quince minutos de fama por lo menos en la tele, con “Don Francisco” o con “Cristina”, esos programas que me seducen y me aceptan como público o protagonista, sea yo un lavaplatos o un letrado…no me importa, yo quiero mi pepita de oro en California aunque sea un siglo y medio después de la fiebre aquella, a nadie le incumbe cómo venga, ni lo que diga o haya dicho antes del abordaje, ni los papeles y pretextos que presente al temido dador de la visa que cotizo…De veras, no es broma, estoy dispuesto a superar la barrera del idioma, el shock cultural, me siento capaz de domar la fiera de la nostalgia, los llamados obsesivos de las distintas madres que me dejan me dejan, madre querida, madre adorada, madre patria, ¡mamacita! que se quedan atrás, atrás, atrás… y ahora sí siento que me adentro, que me enfrento en serio con los gringos, ¡con los gringos! mucho más allá de la línea, mi conquista mexicana, no me basta recuperar la zona fronteriza, voy más p’al Norte, árabe invadiendo la Iberia, español conquistando Mesoamérica, inglés después del Mayflower escapando de su rey, azteca en pos de Aztlán…historia que repito para habitar lo mío y la siguiente opción ya no es San Isidro, Alburquerque o Yuma, sino Washington, Chicago y hasta la misma Nueva York, toda esa zona conurbada que yo no sé cómo me espera, hay que llegar y después a ver pa’ dónde, ahí se va, a ver qué sale, me aviento y me vale…Mientras tanto me instalo y rápido exploro, sudo, negocio, engaño, sacrifico mis sentires, se me desborda la fe, cualquiera que yo tenga, prendo veladoras a la Guadalupana, al Señor de los Milagros o me sumerjo en la lectura de la Biblia evangelista, el Libro del Mormón, si me dejo seducir por las iglesias protestantes que me piden el diezmo a cambio de la fe que reclama la nueva nación. Claro, también ahorro, me denigro para acumular más fuerzas de puro rencor, forjo imágenes de triunfos falsos, o reales, bailo quebraditas, cumbias, salsa o rock, lloro y compro VCR’s, rento orgías de videos, servicios de satélite o cable, ¡arriba las Chivas o el América, en vivo!...compito con documentos que existen en segundos, cuando existen, o leo muy poco porque el ocio me resulta muy caro. Es que extraño mi terruño, siempre deseo regresar, y cuando ya no soporto, me escapo hacia los bares en busca de mi chica, mi chico inalcanzable, no ¡alcanzable!, sí, ha de ser alcanzable para sobrevivir asegurada la “green card”. Y lo logro, papá, mamá, padrino, abue, ¡ya la estoy haciendo!...todo se vale carnal, todo, ¿verdad mi profesor?, ¡a poco no mi manager!, a sus órdenes señor embajador, lo que usted corrija mi abogado de migración...Pero por mientras me descubro haciendo labores tan inverosímiles cuando yo, ingeniero de aquella universidad mexicana, me transformo en un flamante cocinero en el restaurante especializado en freír alitas de pollo. Luego soy locutor de origen ranchero, primaria como máximo nivel escolar, pero adentro de tecnificadas cabinas de baile o radiales divirtiendo a mis paisanos con el “filing” grupero y del pasito duranguense. Y así levanto el “raiting”, para mis disqueras y mis músicos, elevo las ventas de las cadenas de radio mucho más que las sofisticadas estaciones en inglés. O me convierto en un activo agente de publicidad de la TV en español, pequeño celular en mano, diamante en la corbata, rentada limusina y encarnizada lucha por el mismo mercado mexicano-boricua-cubano-centro-sudamericano. Y me asomo como estudiante sin problemas de visa, soy el hijo afortunado, el júnior de familia industrial o ganadera venida a menos, soy el sobrino del coronel, el nieto de aquel gran empresario “cuando la época del pri-gobierno”...apenas así, porque el curso de inglés me cuesta unos tres mil de dólares con duración de dos meses, nada más para empezar. Ya inscrito en la State University me las arreglaré. O voy en bola, me uno a cientos de compas recién bañados y perfumados como yo, después de la forzada jornada en la fábrica o el campo agrícola del Mr. Farmer, y observo el ritmo de mis botas en la pista de baile, música norteña y banda sinaloense; soy raza a la caza de la morra de la noche, no me importan sus formas, ni que horas antes haya sido mucama en el Sheraton, sirvienta del arquitecto o cocinera del científico políglota… ¿Y qué tal si me estreno como capitalista de la era global? Orgulloso de vender la mexicanidad en todas su presentaciones: huaraches, artesanías, joyería, videos de los Almada y otras narcopelículas, picaps y camionetas usadas muy bonitas; fundo semanarios para coleccionistas de faltas de ortografía, pongo taquerías al pastor o carne asada, servicios de “taxes” envíos de dinero tarjetas telefónicas celulares cortes de pelo se hacen limpias y amarres hierberías libros de autoayuda y horóscopos trámites de inmigración cien dólares la cita… ¿Y si fracasa mi negocito? ¡Ningún lamento!, yo lo aguanto todo, me regreso a ser proleta, jornalero en la esquina de las cinco de la mañana, retando a los “rednecks”, a los supremacistas blancos que con sus catalejos desde lejos me ven como una hormiga en ese campo de golf donde levanto la basura; se topan conmigo en el aparatoso Home Depot con mi gafete que todavía dice “Pablo”, no Paul. Y de repente saludo, todavía se me sale un ¡Quiúboles!, en lugar de un ¡Hi!, porque soy el mexicano nómada, el que constantemente acaba de llegar, el sufridor, con mi caparazón de resistencia, noble cuando estoy saciado, dispuesto a todo cuando no, emerjo desde todos los confines, dizque de turista, dizque de compras, voy a visitar dos días a mi tío, es que me dijeron de una laptop muy delgadita que venden en Best Buy, sólo termino las clases y me regreso, dizque de aventura, de necesidades, de exilio, de autoexilio, pero lentamente, en el fondo, cargo el atrevimiento de quedarme... ¿Más ejemplos?: soy periodista, mecánico y profesor con envidiable trayectoria pero, tú sabes, el desempleo y las amenazas de los machos de mi tierra, esos que sí mandan matar. Y ahora estoy aquí compitiendo para cuajar el más atractivo proyecto teniendo como límites los dólares, la imaginación y los contactos; soy cantante vernáculo que ofrece a domicilio el exotismo del mariachi haciendo esfuerzos por grabar mi primer “demo”, o incursiono de camarógrafo espontáneo, cineasta potencial para bodas, bautizos y quinceañeras conduciendo un “bmw” destartalado pero imposible de adquirir en mi pueblito. Y ya en las alturas me cuelo como “broker”, intermediario de empresas, tarjetas de presentación en dos idiomas, porque yo trabajo para el libre comercio, la vanguardia empresarial, manejo cifras de seis dígitos a través de faxes y correos electrónicos. Y por las tardes de café, regreso a mi celular o a mi residencia donde me espera el “voice mail” con nuevas instrucciones sobre el mercado de bienes raíces, la lectura del Wall Street y la consulta del Market Place en internet…tengo derecho, percibo claramente que he estado aquí, este era nuestro territorio, óyeme, si aquí se hablaba español primero, presiento que llevo aquí mucho tiempo, aunque para otros apenas he llegado, de cualquier manera ya me infiltré hasta en el Capitolio, recuerdos de mi Palacio Nacional, estoy como ministro hispano junto a senadores y el mismísimo presidente, y le asesoro, “don’t panic, be hispanic!”...y me apapacha, me festeja cada 5 de mayo porque soy la prueba de que la discriminación no existe, mírenme, hasta dónde he llegado, ¡claro que sí se puede! Soy el máximo ejemplo, aprovechen la oportunidad...he llegado, he estado antes aquí, y cuando tengo tiempo de reflexionar, de despertar, descubro que mi República no es territorial sino cultural, qué remedio, lo mío lo traigo adentro, mi México nunca lo dejo, se viene conmigo donde quiera que voy, ahora estoy nítido, soy mexicano, sin dudas de identidad en cuanto llego…aunque después, muy pocos me lo dicen, muy pocos me lo explican, seré distinto, muy distinto debido a esas variaciones infinitas que adquiero por influencia de este ambiente que todo lo contagia: seré chicano, pero también cholo, pachuco o pocho, quizá Mexican-American, me nombrarán un “Latin” junto a boricuas, guajiros, chapines, guanacos, nicas, catrachos, che’s, que sin piedad también se ofertan por aquí…oh well, estos “Spanish speakers”, estos “brown latinos”, they all are the same, todos son iguales, con o sin papeles, “Hispanic”, como me clasifican en cualquier “solicitud”, ¡oh!, perdón, en cualquier “aplicación”, aplication, debo decir aplication, porque en esta mi nueva vida, si hablo inglés no hay barreras, como me lo repiten a cada rato, a dale que dale, como exigiendo, si no es bilingüe, que se chingue!... ------ (*) Del libro La gravedad de la distancia. Historias de otra Norteamérica. Editorial Garabatos. Hermosillo, México, 2009. Más información y para adquirirlo en: http://www.manuelmurrietasaldivar.com/libros/la_gravedad_de_la_distancia.html Cortesía de Manuel Murrieta Saldívar, publicado en: http://manuelmurrietasaldivar.com/poecronicas/hacia-la-otredad-americana.html Por Manuel Murrieta Saldívar
Poecrónica Con permiso del autor http://www.manuelmurrietasaldivar.com/poecronicas/tu-regreso-intempestivo.html ¿Qué harás ahora con tantas muertes que se están acumulando? ¿Dónde andan tus recuerdos que ni siquiera te exigen enviar una señal? ¿Ya no aparezco en alguna luz de tus neuronas ni en la triste debilidad de algún latido? ¿Acaso no miras hacia atrás, hacia mí, ni te provoca nada la vieja poltrona en la que me dejaste? ¿Es verdad que allá donde tú andas no te dan un descanso siquiera para medir tus soledades?... Me dicen que eres ya casi una rutina, máquina de cobrar y consumir, que quizá eso es lo que te separa más de mí, que eres un cuerpo esclavizado en la materia y ya no hay ni corazón ni espíritu que me invoque. Te insisto que aún estás a tiempo, que estoy desapareciendo en las distancias mudas, la diaria indiferencia, y que no descarto nunca la posibilidad de tu regreso intempestivo… Keyes, California, febrero de 2023 Por Manuel Murrieta Saldívar
California State University-Stanislaus http://manuelmurrietasaldivar.com Para Vidal, quien también abrazó una sequoia Sequoia… estoy palpando tu tronco de elefante elevado sobre dos mil años de helechos y de nieve. Irrumpes con tu melena en las alturas como si habitaras, ya, las nubes que no alcanzo. Pero también abrazo tu nueva clorofila, penetro la humedad que te rodea, aquí, en tu paraíso, el único escondite que me queda. Sequoia, cómo me gustaría penetrar en tus raíces, —cimientos de la savia que entregas como oxígeno-- saber cuál fue la fibra original que horadó la lava primeriza. Naciste para mí y para las civilizaciones que te acosan porque eres el único testigo, el calendario mismo estampado en tus cavidades milenarias. Por eso quiero navegar entre tus galerías, aspirar el brote del capullo inicial, ser tu cáscara enfrentando la borrasca y al ataque del sol. Sequoia… Yo sé que me ofreces lo tibio de tu cabaña indestructible, que me arrojarás convertido en un cono, en un piñón o quizá, privilegiado, me harás ser tu semilla como esa que espera, en cada julio, el fuego de montaña para brotar después en un retoño —fábrica descomunal que conviertes los gases en azul. Qué privilegio ser tu descendiente, qué prodigio ya no escuchar la turbosina, sino el murmullo de tus anillos vegetales salvándote de nuestra crudeza destructora o cuando me revelas cuántos siglos de más podrás acompañarnos. Déjame por favor besarte, Sequoia, abuela de las vegetaciones, déjame tutearte por una sola vez, que quiere mi cabeza reposar sobre tus filamentos, cuidarte, te lo ruego, no sólo con abrazos ni promesas de ecólogo, sino como un jardinero que deja las palabras y se transforma en abono. Porque ahora me descubres, Sequoia nuestra, que una razón más de haber nacido es para venir aquí, frente a ti, postrarme al fin sobre tu tronco pavoroso y vislumbrar que aún, después de todo, revientas de vida con tus protuberancias vespertinas que no saben de edad ni límites de alturas… Sequoia National Park, California. Del poemario Los días primigenios de próxima publicación impresa. Por Manuel Murrieta Saldívar
California State University-Stanislaus http://manuelmurrietasaldivar.com ¿Cómo editar, publicar y difundir ampliamente libros en español en y desde el suroeste de Estados Unidos y la zona de frontera con México? Ésta fue a grandes rasgos una pregunta que surgió durante nuestra etapa estudiantil en Arizona al percibir que no operaban editoriales “hispanas” dirigidas al gran público, a pesar de existir el antecedente del periodismo y de proyectos editoriales en nuestro idioma y la presencia de una población hispanoparlante importante. Visualizamos en aquel entonces, finales de la década de 1990, que una opción era fundar una editorial dirigida por profesionales de las letras, oficio no muy abundante, pero deseosos de comunicarse en directo con los lectores sin tantos intermediarios. Crear una editorial “independiente”, sí, ¿pero independiente de qué? Pronto descubriría, tanto al estudiar el desarrollo de la cultura chicana o mexicanoamericana como por el roce directo con la realidad social del suroeste norteamericano, que había de ser independiente de editores comerciales debido a su escasa experiencia en editar y publicar obra en castellano—y también más preocupados por el éxito económico de sus negocios. Una editorial independiente también de las pocas editoriales académicas que publicaban en español debido a lo que en aquel entonces percibí como elitismo ya que sus producciones rara vez traspasaban los recintos escolares y no llegaban al lector común; independiente también de los grupos de vanguardia a veces más interesados en promover un determinado proyecto estético-ideológico aunque sin mucho conocimiento práctico del trabajo editorial. Una editorial independiente, sobre todo, del editor anglosajón que no se identifica con las comunidades “latinas” dado el desinterés y las obvias diferencias lingüísticas y culturales. Fue así que pensamos en organizar una editorial que dependiera más de la llamada sociedad civil, de los lectores reales y potenciales, y de autores que escribieran en español mezclados aquí y allá entre los más de 50 millones de hispanoparlantes que habitan Norteamérica— más los latinos, chicanos y anglos bilingües; y los otros 50 millones de mexicanos fronterizos. Con esta mística y antecedentes, fundamos así Editorial Orbis Press en 1997 en Phoenix, Arizona, iniciando con la publicación de unos cuatro de libros de ensayos para académicos necesitados de currícula que me presentaron sus proyectos cuando concluía mis estudios doctorales en Arizona State University (ASU). Estos autores, en realidad profesores míos como el Dr. Justo Alarcón, Dra. Lupe Cárdenas y la ya fallecida Dra. Teresa Valdivieso, no tenían entonces un editor que produjera sus obras y confiaron en nuestro proyecto gracias en parte a que no solo conocieron nuestra capacidad editorial, sino que incluso colaboraron en nuestro Culturadoor, una revista literaria cultural creada durante mi época de estudiante en ASU (publicación que continúa hasta la fecha en versión electrónica con su propio portal del mismo nombre, Culturadoor.com). En Orbis, agregamos además un idealismo práctico y la experiencia acumulada durante nuestros años de labor como periodista y editor de suplementos culturales en mi ciudad de crianza, Hermosillo, Sonora, México. Ya operando con la publicación de aquellos primeros libros, financiados tanto por sus autores como por parte nuestra, creamos y renovamos relaciones con medios de comunicación, líderes comunitarios, con colegios e instituciones de educación superior, en ambos lados de la frontera; incluso llegamos a un acuerdo editorial con el Instituto Sonorense de Cultura para publicar el poemario bilingüe Poemas de la vida y de la muerte, del Dr. Marco Jerez radicado en Tucson. En aquellos inicios y ya graduado con el doctorado en letras hispanoamericanas (1998), evitamos el trabajo académico de tiempo completo a fin de dedicarnos de lleno a la actividad editorial impulsados por la novedad y el entusiasmo. Pudimos así ampliar los servicios editoriales ofreciendo diseño gráfico, impresión, traducciones, corrección y estilo, elaboración de textos para revistas y periódicos, talleres creativos y conferencias. La Editorial Orbis Press, pues, era concebida no sólo como un proyecto que cubría una necesidad lingüística y cultural, sino además como una fuente de subsistencia. Se comprobaba que se podía sobrevivir en Estados Unidos dedicándose a la vocación de escribir y editar en español, sirviendo a ese lector y apoyados por las comunidades latinas. Pero aparte del cómo se fundó esta editorial, lo que quizá más importe es el por qué. Por qué el catálogo se incrementó de unos cinco libros a cerca de la veintena surcando el año 2000, y al centenar entrada ya la segunda década del siglo XXI. Libros en su mayoría en español, representando más del 90 % de nuestra producción, mientras los restante en inglés, bilingües o traducidos al español. Y de una variedad tal que nos vimos forzados a clasificarlos en varias colecciones que funcionan hasta la fecha: “Serie saber más”, para libros de texto en universidades y colegios. “Serie reflexión”, ensayos académicos, de investigación, de divulgación, monografías de congresos. “Serie Realidad”, crónicas, testimonios, historia oral, textos de periodismo y literatura. “Serie sentimiento”, poesía y prosa poética. “Serie imaginación”, para narrativa, cuento y novela. “Serie Textos para todos”, cultura popular y primeros textos para autores sin trayectoria. El catálogo, así, se fue ampliando y organizando, como se puede observar en el portal, www.orbispress.com, que a su vez fue uno de los primeros para una editorial hispana en Estados Unidos al popularizarse el Internet. Esta producción indica, pues, que los autores que escriben en castellano y habitan al suroeste norteamericano y la zona fronteriza con México, no sólo reflejan y proyectan con realidad e imaginación el existir latino, chicano, fronterizo y migrante, sino que además buscan al gran lector en esa población que alcanza ya los 60 millones de hispanos dentro de los Estados Unidos. Este lector, a su vez, muestra interés en las letras y comienza a exigir calidad literaria en su propio idioma. Y como editor, se confirma, pues, la necesidad de seguir impulsando espacios plurales donde no se restrinjan diferencias estético-ideológicas, se tolere la variedad en los mensajes y géneros, donde se permita el experimento lingüístico, libertad en el manejo de la lengua, desde lo más normativo y académico hasta lo popular, incluyendo el “spanglish”, “pachuquismos” y calós regionales. La obra de Editorial Orbis Press comenzó así a ser reconocida y adquirida ya no solamente por un lector curioso, sino además por centros educativos y bibliotecas en Estados Unidos, México y posteriormente zonas como el Caribe, Sudamérica y Europa, habiendo la necesidad de ofrecer nuestra producción en librerías electrónicas como Amazon que las distribuye por prácticamente todo el mundo—para nuestra sorpresa, obras como la novela chicana, Pequeña nación, del reconocido autor Alejandro Morales, de la University of California, Irvine, la han adquirido desde Italia y Alemania. Empezamos a recibir invitaciones para presentar nuestra producción en grupos sociales, culturales, de bohemios, así como en congresos, festivales, ferias de libros y de negocios, incluso fuera de nuestra zona natural de influencia. Así, sólo por citar ejemplos, hemos participado en ferias de libro en Puerto Rico y Guatemala, a dar charlas en Ecuador, Nicaragua y El Salvador; a presentar obra en Madrid, Sevilla y Santiago de Compostela en España, a través de organismos como la Asociación Hispánica de Humanidades de Estados Unidos a quienes hemos producido varias de sus monografías. El mismo caso para Chandler-Gilbert College, de Chandler, Arizona, a cuyo director del departamento de religión, el finado Dr. David Alberto Muñoz (1959-2020) publicamos sus libros de texto de filosofía y de creación literaria sobre todo cuentística. También hemos publicado y promovido la obra del narrador Dr. Saúl Cuevas, de Arizona State University, Premio Nacional de Narrativa Chicana 2015, a quien le produjimos, entre otros, la primera edición de la ya clásica novela Barrioztlán. Sería difícil resumir las innumerables participaciones que la editorial ha tenido dentro de USA, desde California a Nueva York y prácticamente todo el suroeste norteamericano, solo destaco nuestras participaciones en la ferias del libro en español que organiza el autor chicano Edward James Olmos desde el área de Los Ángeles. Y, por supuesto, en México y su zona fronteriza, desde el Felino en Tijuana, preparatorias en Nogales, pasando por las ferias de libro de Hermosillo, Zacatecas y Guadalajara. Ya consolidada, la editorial fue determinante para obtener nuestro puesto permanente como profesor de literatura latinoamericana y chicana, de creación literaria y periodismo en español, en California State University, campus Stanislaus, en la zona urbana de Modesto, California, desde donde ahora operamos y abunda el estudiantado y la población de origen mexicano, chicano y latino en general. Estos estudiantes y lectores, despiertan así sus emociones y su interés por escribir en español, al conocer nuestras producciones donde ven sus vidas reflejadas en una sociedad anglosajona dominante que no ofrece ampliamente, y muchas veces impide—en leyes como el English Only en California o la HB 2281 en Arizona prohibiendo los estudios sobre la comunidad chicana—el acceso a las letras en español. Por ello, creo además que las obras de Editorial Orbis Press, forman parte ya de la memoria colectiva de nuestras comunidades sobre todo al conservarse no sólo en los libreros de sus casas, sino en los acervos de decenas de bibliotecas públicas y universitarias como lo consigna el portal worldcat.org (la más amplia red de bibliotecas a nivel mundial que presentan sus catálogos en línea) el cual enlista nuestras obras producidas y dónde se pueden consultar. Proyectos como éste han podido funcionar gracias al soporte de una población hispanoparlante que no sólo aumenta demográficamente, sino también lo hace en poder adquisitivo y es exigente en productos culturales; funcionan gracias a las nuevas tecnologías digitales de la edición y el diseño, al Internet que auxilia en la promoción y al contacto. Pueden funcionar gracias a poetas, cuentistas, novelistas y académicos que utilizan textos producidos por nosotros o requieren de nuestros servicios editoriales, los más recientes como el de los grupos de poetas y narradores de las ciudades de Salinas, Modesto y Stockton, California a quienes hemos producido poemarios y cuentarios (Adela Castillo, José Alejandro Morán, Vielka Solano, Manuel Camacho). Todo así, para cumplir el objetivo resumido en el mismo nombre: “Editorial”, en español, que equivale a “Press” en inglés; y al centro el vocablo en latín “Orbis”, que significa universo y enlaza a ambas lenguas. Y también en su lema: “Universo de palabras”. Esto es, una editorial que ofrece primero desde Arizona y luego desde California, es decir, desde el suroeste norteamericano, desde la frontera entre México y Estados Unidos, el universo del conocimiento, la sensibilidad y el goce de vivir a través de libros en español; el universo de la reflexión sobre nuestras penas y desgracias, triunfos y felicidades; el universo del ser, del qué soy, el a dónde voy, la del qué hago aquí de la filosofía más elemental. Orbis, porque habitamos este espacio multicultural, el universo anglosajón, afroamericano, indígena nativo; el universo latino con todo su espectro, desde el norteño mexicano, el fronterizo, el migrante, el bilingüe chicano que nos rodea, hasta lo iberoamericano criollo y caribeño. ¡Visítanos!: www.orbispress.com Por Manuel Murrieta Saldívar
Este no es un texto poético, cronístico o fantástico, tampoco sarcástico o divertido, si no uno meramente informativo, tipo boletín de prensa, así que vamos al punto, eso sí, con emoción, con mucho gusto y entusiasmo. Anunciamos la puesta en circulación de nuestro sitio web personal: http://manuelmurrietasaldivar.com/ el cual da y dará cuenta de nuestra trayectoria en el campo de las letras, del periodismo, la edición y la academia. Intentamos crear aquí una especie de archivo electrónico, lo más completo posible, que sintetice y sea una muestra representativa de nuestra labor con el lenguaje en general. Como ya se puede apreciar, el sitio se divide en varias secciones: Libros, Textos, Editor, Academia, Eventos y Sobre el autor, además contiene enlaces a nuestras redes sociales y la publicación de una columna semanal titulada “Poecrónicas”. Destacamos la sección Libros, con amplias portadas y abundante información, porque consideramos que la obra literaria es el producto final de quienes nos dedicamos a la escritura. Publicar es resultado de una labor de años, sintetiza el máximo esfuerzo del oficio de escribir, concretiza un proyecto imaginativo o de investigación. Al hacer clic en cada portada, aparece una página que contiene los datos bibliográficos, así como comentarios y valoraciones de críticos y lectores. Incluye además enlaces a contenidos relacionados directa o indirectamente con el libro en cuestión lo cual promueve el interés por la lectura y facilita la búsqueda de información adicional. De esta manera, se ofrecen opciones en caso de que se desee profundizar sobre el ejemplar, para tareas estudiantiles y trabajos de análisis y de investigación. La sección contiene solo los libros publicados en ediciones recientes y que se encuentran en existencia para su consulta o para adquirirse tanto a través de Amazon o Pay Pal cuyos botones de compra también se incluyen. Por supuesto, cada vez que suceda el sorprendente milagro de publicar una nueva obra nuestra, aquí se colocará como primicia antes de cualquier otra fuente…así que hay que estar pendientes! En la sección “Textos” organizamos una muestra, más representativa que completa, sobre nuestra producción periodística en general, del periodismo cultural, además de poesía, crónicas y fragmentos de narrativa. Aparece primero el título o encabezado y abajo el enlace donde ha sido publicado. Tratamos de consignar lo que consideramos más trascendente, dada la imposibilidad de recopilar la totalidad de textos producidos en nuestra trayectoria. Esta sección irá creciendo conforme localicemos nuevos contenidos de nuestra autoría en la red o, por supuesto, lo que vayamos publicando en otros medios siempre intentando dar la primicia en este portal… En el apartado de “Editor” damos cuenta de nuestra actividad de publicar en español decenas de libros de autores con o sin trayectoria, así como cientos de textos creativos y de periodismo cultural de colaboradores y estudiantes provenientes del suroeste norteamericano y de la zona fronteriza con México. Es decir, se trata de resumir nuestra misión de publicar, en los distintos géneros literarios y periodísticos, obras con tema migrante, fronterizo, chicano y de los llamados “latinos” de Estados Unidos. Esta producción se ha canalizado básicamente a través de los dos grandes proyectos que hemos fundado, dirigido y fungido como editor general: Culturadoor y Editorial Orbis Press. Ambos vieron la luz a mediados y finales de la década de 1990 en Arizona, desde nuestra segunda Alma Mater, Arizona State Univeristy (ASU), al avanzar y culminar nuestros estudios doctorales; y ahora prosiguen, desde 2007, en el área de Modesto, California con el apoyo de California State Univeristy-Stanislaus (CSU-Stan) y autores, colaboradores y estudiantes desde nivel regional a internacional. De esta manera, la sección rescata enlaces de Editorial Orbis Press y de Culturadoor en su etapa de impreso en papel, luego de periódico independiente y finalmente en su versión digital actual. Se agrega además nuestra más reciente aventura, la nueva etapa impresa de Culturadoor dedicada exclusivamente a los estudiantes de español de CSU-Stan, erigiéndose como el primer periódico en español de este campus. Agregamos además ligas hacia textos que dan cuenta de presentaciones de libros, ferias y eventos literarios donde hemos participado, así como entrevistas y promoción a nuestros autores. Para ambos proyectos, se invita con sus botones respectivos a suscribirse a sus redes sociales , las llamadas “fan pages”. En “Academia”, resumimos nuestro paso por las instituciones que nos han formado, Universidad de Sonora (Unison) en México, ASU-Tempe en Arizona y CSU-Stan en California, mencionando grados obtenidos, cargos desempeñados como profesor, investigador y servicio a nuestros estudiantes y a la comunidad en general. Se maneja información y enlaces a las tesis elaboradas, a ensayos de investigación publicados así como a encuentros, simposios y congresos a donde hemos asistido. Otros “links” informan de cursos, talleres y tutorías ofrecidos tanto en otros centros de estudio como al público en general. Esta sección crecerá a medida que recibamos o encontremos nuevos datos y continúe nuestra participación y actividades relacionadas estrictamente con el universo académico en sus distintas modalidades. La sección de “Eventos” anuncia nuestra intervención en lecturas de textos creativos, charlas, talleres, presentación de trabajos en congresos o simposios o cualquier otra actividad relacionada con nuestras labor académica, creativa y editorial. Anunciaremos nombre del evento, fecha, lugar y horarios para invitarlos a asistir. También, intentaremos crear un archivo, una relación, de nuestra asistencia a actividades anteriores a manera de un recuento histórico, así que estaremos a la caza de datos al respecto. En “Sobre el autor”, se maneja nuestro curriculum vitae, o résumé, lo más actualizado posible, un recuento de nuestra formación periodística, académica y literaria así como un reporte de publicaciones y medios donde hemos trabajado y colaborado. Se hace un listado cronológico de nuestras obras publicadas y se informa sobre galardones, premios y reconocimientos recibidos. Además se recopilan ligas a entrevistas que nos han realizado así como a artículos donde se comenta nuestra obra y trayectoria. Además de estas secciones, vamos a establecer el compromiso de publicar en nuestro portal una columna semanal que hemos nombrado “Poecrónicas” ya que este concepto híbrido creemos sintetiza mucho de lo que hacemos: escribir sobre la realidad que observa el cronista y la metaforización, abstracción y manejo de símbolos de la poesía, ambos géneros que no descartan las emociones, los sentimientos ni los puntos de vista sobre el mundo en general. Y en medio de ellos, es decir, de la crónica y la poesía, el resto de los géneros que manejamos como la narrativa y el periodismo como, precisamente, lo hace este primer texto, el inaugural. Nos proponemos así publicar cada sábado, regresando y emulando aquellos tiempos de rigurosos días de cierre cuando nos dedicábamos al periodismo diario y semanal en nuestro terruño de Sonora, México. Invitamos a que visiten con frecuencia esta columna ya que aquí publicaremos como primicia nuestros nuevos textos para después propagarlos en redes sociales y, en lo posible, en otros medios que nos reproduzcan. Desde aquí, pues, y después para el mundo!… Crear y echar a andar este portal ha sido una labor titánica de meses, pero creemos vale la pena porque, como se pudiera creer, no necesariamente es un monumento al ego o a nuestros distintos yo’s, sino más bien funciona como un punto de encuentro directo entre nuestra obra-trayectoria y ustedes, los lectores, nuestros estudiantes, investigadores y curiosos que lleguen por accidente, por recomendación o por el correr de la voz. Aquí vamos a confluir, en este archivo electrónico que funciona desde la inmediatez del contacto cibernético pero también hacia el futuro, hacia la posteridad que intenta la obra artística y creativa y que nunca se sabe si se logrará; sin embargo, aquí está ya el espacio, “just in case”… En esta magna tarea, hemos sido auxiliados directa e indirectamente, en distintas épocas y etapas, por colaboradores, estudiantes, organismos e instituciones educativas. Agradecemos de esta manera a Diana González y Marilú Velasco, de la licenciatura de español de CSU-Stan; a Hansen Wanmart, maestro del diseño gráfico en USA, México y Guatemala; a la Unison y su planta de profesores de la escuela de letras así como sus servicios de Internet con Raquel Ruiz, Ismael Álvarez y Juan Miguel Moreno Montijo a la cabeza. A la “School of International Letters and Cultures” de ASU por cobijarnos como estudiantes de maestría y doctorado, mantener nuestra obra en sus colecciones o ser objeto de lectura; en ello tiene mucho que ver el siempre noble y solidario Dr. Manuel de Jesús Hernández, chicanista de corazón, y los varios profesores que nos impactaron como la Dra. Teresa Valdivieso, Dr. David Foster y el Dr. Justo S. Alarcón sólo por destacar a los más entrañables. Por supuesto, agradecemos a CSU-Stan, por cobijarnos estos últimos once años como profesor titular de literatura chicana, mexicana y latinoamericana y por el apoyo a la creación literaria y periodística tanto nuestra como de los estudiantes; especial mención a su Department of Modern Languages y sus directivos, los doctores Jason Winfree y Jim Tuedio, por orientarnos y facilitarnos infraestructura, equipo, tiempo y fondos. En estas “muchas gracias” no olvidamos a las autoras y autores a quienes hemos publicado en Editorial Orbis Press a lo largo de más dos décadas, como el ya fallecido Leo Cervantes, Saúl Cuevas, Óscar Cordero, Antonio Cárdenas, Adela Castillo, Alejandro Morales, Mario Escobar, María Sergia Guiral, don Jorge y Teresa Valdivieso, y muchas y muchos más; agradecidos además a colaboradores, estudiantes creativos, editores asistentes, diseñadores, técnicos y patrocinadores de Culturadoor. De todas y todos ellos hemos aprendido, de sus escritos, sus habilidades, inteligencias así como de la experiencia humana y nos han permitido abrirnos puertas no solo en la academia, sino en la vida social así como en ferias de libros, congresos, simposios, por distintos países y continentes. Destacamos el agradecimiento al portal “Peregrinos y sus letras”, desde Phoenix, por ofrecernos durante años un espacio para nuestros escritos gracias a la certera dirección de su fundador, finado recientemente, el Dr. David Alberto Muñoz, autor, colega, compadre y además amigo entrañable de aventuras literarias y vivenciales. El agradecimiento es extensivo a quienes ahora coordinan y continúan con Peregrinos como la compañera de vida de David, su esposa Mireya Carpinteyro y los nuevos editores Daniel Vargas Minerbi y Graciela Silva Rodríguez quienes nos siguen publicando y promoviendo. Sean pues bienvenidas y bienvenidos a este nuestro sitio, lleno de nostalgia por los textos antiguos y producción añeja, pero también pleno de energía y dinamismo frente al futuro, por la obra que viene, por fungir, ya, como punto de encuentro. Esperamos nos visiten con frecuencia y reaccionen a los contenidos, nos comenten, critiquen, sugieran o envíen nuevo material, para ello se puede utilizar la opción “contactos” o comunicarse a nuestras redes sociales. Éste es desde hoy nuestro punto de reunión digital, pero esperamos se extienda al mundo real, al táctil y humano, en torno a lo que nos interesa y apasiona: el amor a las letras, al conocimiento y al humanismo que nos permita transformar desde nuestro interior hasta lo mundos externos, inmediatos y lejanos, que nos afectan. Seguiremos pues “poecronicando” por aquí, por allá y acullá coincidiendo siempre en éste nuestro nuevo portal: los esperamos con gusto!: http://manuelmurrietasaldivar.com/index.php Por Manuel Murrieta Saldívar La madrugada del 25 de junio mi teléfono empezó a recibir llamadas incesantes desde distintos puntos del país de colegas con quienes estudié en Arizona State University (ASU). Ya de mañana, correos electrónicos y redes sociales ardían y confirmaban la fatídica noticia: el fallecimiento en Phoenix del querido y admirado profesor David William Foster. Nos tomó por sorpresa, aunque sabíamos de su añeja enfermedad asmática, de su edad surcando los tardíos 70, pero también de seguido confirmábamos su fortaleza en la enseñanza y su participación continúa, tanto en USA, España o Argentina, en congresos y conferencias, siempre lúcido e incansable. Un ser así, imaginábamos, no puede morir tan de repente, y menos en un jueves cualquiera, tan simple y cotidiano a pesar de la pandemia, un ser así, es más, no debe morir. Pero fue inevitable: la memoria se activó, los recuerdos afloraron hasta la década de los noventas del siglo pasado cuando, felices, decenas de estudiantes nos graduábamos bajo la tutela del maestro a quien ahora recordábamos como un homenaje espontáneo. Carlos Rivera, desde Nueva York, me despertó exaltado entre lágrimas rememorando el ambiente de debate y discusión que se generaba en las clases, sobre todo las de tema “queer” que Foster introdujo. El chicanista Manuel de Jesús Hernández, desde la misma Tempe, luego de confirmarme el deceso, destacó la pérdida para la chicanidad ya que el fallecido no sólo aprobaba la continuidad de los estudios chicanos, sino que además los defendía autorizando nuevas plazas y traduciendo obras al inglés como la afamada novela Peregrinos de Aztlán de Miguel Méndez. El doctor Jorge Valdivieso, desde Scottsdale, compañero de vida de la recordada y finada doctora Teresa Valdivieso, rememoró la amistad, solidaridad y fraternidad de académicos, sostenida durante décadas, los tres verdaderos pioneros de la enseñanza del español a nivel posgrado en Arizona. Luis Soto, desde El Paso, Texas, me contó sobre su admiración a la autoridad de Foster en la teoría literaria, su prestigio en la intelectualidad norteamericana y latinoamericana. Este tsunami de memorias, al mismo tiempo, se replicó en miles de amistades, profesores, especialistas que alguna vez escucharon las cátedras fosterianas tanto en USA, como en México, Brasil y Argentina cuyas culturas y literaturas fueron su especialidad, junto con el feminismo y la literatura gay, produciendo docenas de obras de análisis y de investigación. En mi caso, ya contagiado por esa avalancha, me transporté hacia mis momentos claves con David Foster en Arizona: mi llegada a Tempe--la entonces para mí retadora ciudad universitaria--como estudiante de intercambio entre mi Universidad de Sonora y ASU en lo que él tuvo mucho que ver; sus primeras clases y revisiones a mis ensayos escolares; las posteriores propuestas para publicarlos o su invitación para participar en proyectos de gran envergadura, donde aún estamos incluidos, como la enorme antología Latin American Writers on Gay and Lesbian Themes: A Bio-Critical Sourcebook, donde me asignó reseñar la obra de Carlos Monsiváis. Comprensible con mi trayectoria periodística traída desde México, facilitó mi vocación de no restringirme a la formalidad académica sino también a desarrollar la creatividad y el periodismo callejero que bullía en español en el Valle del Sol arizonense. Ante la tumultuosa reacción en las redes sociales, y haciendo un resumen de anécdotas, esculqué y encontré en mis archivos caseros distintas fotos que reactivarían a detalle mis remembranzas. Y, claro, me atrevería a compartirlas haciendo el recuento más cálido y explícito puesto que marcaban mi vida académica y personal. Así, encontré una donde estamos mirándonos frente a frente durante el primer simposio de marxismo y literatura en ASU, del cual mi maestro fue pionero a principios de los 1990. En otra, estamos parados y radiantes de gusto minutos después de que yo hiciera mi defensa de tesis de doctor en 1998, en la que Foster fue mi asesor y director. Ya más reciente, 2012, hay una que muestra nuestro encuentro en Madrid, España, recibiendo mi libro de crónicas sobre Estados Unidos, La gravedad de a distancia, que en parte él inspiró. Al postearlas en mis redes se comprobó su influencia y prestigio: han sido de las más comentadas y obtenido cientos de reacciones de cariño y dolor desde distintos confines del continente. Hubo otras fotografías que no compartí para no saturar ni excederme, como aquella de la última vez que nos encontramos precisamente en su querida ASU. Se trataba del homenaje a la autora chicana Margarita Cota Cárdenas, organizado por el otro David que también ya se nos adelantó, el prolífico David Muñoz de quien recibí en aquel entonces, noviembre de 2016, una especial invitación para estar presente en el evento haciendo viaje especial desde California. Foster, atento a las lecturas, escuchó la mía y en silencio afirmaba sí, sí, como simpatizando con la trama de mi historia sobre los avatares de un estudiante extranjero que supera el choque de migrar a USA. Sonrió, nos acercamos y nos dimos el abrazo, yo casi sospechando que sería el último y por eso se tornó en uno más fuerte, cálido y nostálgico sobre todo por estar rodeados de los auditorios y salones de clase donde transcurrí años de estudio y él décadas de enseñanza. Como para despedirnos, le pregunté precisamente sobre sus cátedras, qué novedades, qué giros teóricos, cuándo las concluiría y me respondió con su frase lapidaria que de seguro repetía y tenía preparada: “ya sabes que yo no me jubilo, a mi me sacan muerto de un salón de clases y con los pies por delante”. ¡Y me temo que lo cumplió! … Por supuesto, no existen gráficas de otros momentos trascendentes porque no se pensó en ello, no hubo cámara o sucedieron como parte de la rutina sin darles la importancia que representaban. Por ejemplo, las varias veces que me becó y con lo cual pude obtener mis grados de maestría, de doctor y primeros puestos de “TA”, el cotizado y peleado puesto de “Teacher Assistant”. Es por eso que yo lo acusaba, entre broma y en serio, de ser el culpable de que dejara México y se me abrieran las puertas en USA, como sé lo hizo con muchos. “Hey, miren, existen norteamericanos sensibles, solidarios y respetuosos de lo diferente, de lo moreno y mexicano”, repetía en mis regresos a casa. En asuntos de vida personal, cierta ocasión fue contundente cuando le planteé una crisis de nostalgia y romance que ponía en riesgo mi continuidad como estudiante de posgrado. A todas luces ya experimentado en estas lides, me energizó ahí en su propia oficina, mirándome recio y con el mejor consejo: “mira Manuel, te puedes encontrar otros amores, aquí o allá, yo solo te recuerdo que aquí hay otra beca para ti”. Decidí ahí mismo continuar con los estudios, perder muchos amores en el sur y ganar otros nuevos en el norte, además de nuevos empleos, nuevos libros y nuevos viajes por el mundo hasta el presente de hoy. Y como ya lo describió Valdivieso en su telefonema, recibí también generosidad y solidaridad cuando patrocinó nuestros proyectos alternativos y estudiantiles como lo hizo con otros, grupos de teatro, simposios, visitas de escritores de fama, clases extras de verano. Llegó al extremo de permitirme ausencias de semanas, bajo la promesa de recuperar lo perdido a mi regreso, para asuntos urgentes de paisanos en problemas legales o tramitar documentos relacionados con mi licenciatura en Sonora. Destaco especialmente sus donativos para nuestra humilde y sencilla publicación estudiantil, Culturadoor, que fundé junto con estudiantes mexicanos, chicanos y latinos de nuestro departamento de lenguas. Su mecenazgo no solo fue económico—¡hasta adquirió suscripciones que las regalaba a otros lectores!--sino motivacional pues colaboró con sendos artículos exclusivos para nosotros dando prestigio a nuestra incipiente publicación. Ya graduados y con mayor madurez, Culturadoor creció y se consolidó como uno de los primeros portales electrónicos de literatura y periodismo cultural en español y de temas migrantes, chicanos, latinos en el suroeste norteamericano. En esta modalidad, Foster volvió a colaborar con un magnífico ensayo titulado “A Vanishing Phoenix Chicano Barrio”, que aún se conserva en este enlace: http://www.culturadoor.com/?p=4516. Es un extenso documento, que incluye fotografías tomadas por él mismo, sobre la desaparición de los barrios chicanos, mexicanos, muestra de que nuestro maestro miraba hacia México y Sudamérica, pero nunca olvidó la chicanidad de su ciudad, de su querida Phoenix, de la “finiquera” en donde habitó, en el mero downtown, la mayor parte de su vida. No sorprende entonces que, por esta convivencia, aflorara entre nosotros una relación más allá del trato alumno-maestro. Hubo visitas a su maravillosa residencia, propuestas de trabajo en Phoenix College, nombrarme su asistente personal por una temporada, cartas de recomendación para puestos definitivos—como el que ejerzo hoy en California State Univ-- y hasta invitaciones a su cueva de trabajo, un sofisticado departamento instalado en la parte alta de un edificio del downtown Phoenix. Era uno de sus lugares favoritos de lectura y escritura, como lo confirmé la única vez que lo visité, un piso tapizado de libros, escritorio para computadora, ventanales al cielo y sendas botellas de vino. Así, consolidada cierta amistad, y conociendo él las costumbres de la etiqueta mexicana, me propuso que no le hablara de “Usted” en repetidos diálogos. Insitía: “somos amigos Manuel, me puedes tutear, llámame David”. Sin embargo, a pesar de intentarlo varias veces, a fin de que se arraigara de manera natural mi forma de abordarlo, nunca lo logré y por ende me atreví a explicarle: ”Lo siento profesor, no me sale, ¡siempre será usted para mí el doctor Foster!”. En efecto, no lo pude tutear en definitiva porque me ganó el respeto a su sabiduría, a su influencia y poder intelectual y a hasta su disciplina de la cual también aprendí. Sí, siempre será Usted el Dr. Foster, el maestro, el ser que moldeó parte de mi vida intelectual, que cambió mi destino, un ser que nunca se olvida al quedar incrustado en nuestra mente y corazón, que acaba en eso que llamamos posteridad…o quizá eternidad… Keyes, California, julio 2020
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