Hipertextualidad: poesía, arte y periodismo
Víctor Manuel Pazarín Toda escritura, todo pensamiento y la vida misma es hipertextual, es decir, se construye con bases de distintas cosas para, luego, concentrarlas y hacer una reunión de las cosas. Sin embargo, las técnicas para realizar todo escrito son variadas y diversas, no obstante debe existir, finalmente una coherencia que vaya detallando lo escrito. Qué, Quién, Cómo, Cuándo Dónde y Por qué —las preguntas básicas del periodismo, son las mismas a las que todo texto responde— hacen a manera de hipertexto una recolección informativa para finalmente encontrar un discurso entendible, legible, manejable para cualquier lector, esas interrogantes logran que las estructuras sean un camino que conduzca. En realidad el hipertexto es como conducir un auto: cuando uno maneja hace distintas cosas a la vez, pero el fin es único: manejar el auto adecuadamente y llegar a un lugar. De ese modo, entonces, la vida misma y toda escritura es igual: tiene varios caminos pero una meta que se debe definir. Se ha dicho que “Todos los caminos llevan a Roma”, pero esos caminos por donde quiera que estén y de donde quiera que vengan siguen una meta y cada uno puede elegir o bien el destino nos lleva por tal o cual camino con tal de que llegue a Roma… Se habla de arquitectura de la escritura. No es algo nuevo. La escritura es arquitectura, de eso no hay duda y es un antiguo concepto que también se puede explicar de manera inversa: toda arquitectura es escritura. Y el hipertexto se parece mucho al Barroco, a la arquitectura barroca: muchas líneas y un camino. Muchos sentidos y un destino de la mirada. La poesía de largo aliento, esa que está expresada en poemas como “Piedra de Sol” de Octavio Paz, “Primero sueño” de Sor Juana Inés de la Cruz o “Muerte sin fin” de José Gorostiza son poemas arquitectónicos y son hipertextos… Pero quizás el mejor ejemplo de un poemas-hipertextos sean “La tierra baldía” y “Cuatro cuartetos” T. S. Eliot cuya arquitectura y acercamiento al concepto de hipertexto del que hablamos en es como el de la multimedia y el periodismo digital, ya que esos poemas (sobre todo “Cuatro cuartetos”) están edificados con una variedad muy amplia de información histórica, sensible y con infinitas imágenes y conceptos que, al final, responden a las preguntas básicas de todo texto que son las preguntas del periodismo tradicional. (“Cuatro cuartetos”, fragmento) El tiempo presente y el tiempo pasado Acaso estén presentes en el tiempo futuro Y tal vez al futuro lo contenga el pasado. Si todo tiempo es un presente eterno Todo tiempo es irredimible. Lo que pudo haber sido es una abstracción Que sigue siendo perpetua posibilidad Sólo en un mundo de especulaciones. Lo que pudo haber sido y lo que ha sido Tienden a un solo fin, presente siempre. Eco de pisadas en la memoria, Van por el corredor que no seguimos Hacia la puerta que no llegamos nunca a abrir Y da al jardín de rosas. Así en tu mente Resuenan mis palabras. Pero no sé Con cuál objeto perturbamos el polvo Que vela el cuenco en donde están los pétalos De rosa. Y otros ecos De hecho el concepto de hipertexto aparece desde hace mucho pero fueron los estructuralistas franceses quienes los utilizan como tal y a propósito en el siglo XX. Luego entonces el concepto y la utilización ya es, a estas alturas, un modo que en la actualidad emplea la multimedia pero que no es propio ni sólo de ésta, sino que hasta nuestro pensamiento es así: un constante hipertexto. El arte, la vida, y las nuevas tecnologías como nunca están tan ligadas y se han contaminado (en el gran sentido del término) para hacer que las cosas sean de otro modo pero finalmente del mismo como han sido: múltiples, emocionantes, intensas. El periodismo digital, ni duda cabe, emplea e implementa todo a su alcance para ser de ese modo: múltiple, emocionante, intenso pero concentrado… © Víctor Manuel Pazarín
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