Foto: Osvaldo Cataño | CNL-INBA
Rito Ella quiso: recorrerte reconocerte repasarte retenerte, traspasar la frontera de la piel y el deseo. La noche con su capa negra de lentejuelas los cubrió. Sólo yo pude verlos y supe lo que sentían. Miré cómo en sus espaldas escribieron signos extraños en un alfabeto para ellos desconocido. Sólo yo supe interpretar el rito. Si la montabas era tu yegua desbocada. Irían juntos aprisa y juntos. Quebrada de Piedras Blancas El agua era helada, ardía la tierra bajo Kukulkan; nuestros cuerpos entrelazados, tu columna palpitante en la arcada y nosotros resistiendo la corriente. Estuve viva, plena entre tus fuertes brazos, mi Señor, cómo no rendirme si estuve cautiva, cómo parar si llevaba prisa. Baja el río y entre sus piedras pequeñas charcas donde tú y yo entregados al sublime deseo olvidamos a los peregrinos que nos rodeaban hambrientos. Árbol Jugaremos con las palabras mientras nuestras piernas continuarán trenzadas como las raíces de un viejo árbol con sus ramas acariciando el cielo, un árbol grande; árbol de una calle donde se cruzan las personas que no se miran ni se saludan, pero que al pasar bajo él les cambia el semblante descubren el sentido de su andar, árbol testigo de las soledades de confidencias y primeros besos que lleva tatuados algunos corazones, árbol donde trepan los niños cuando quieren alcanzar las estrellas; un árbol que siempre será árbol y no mesa ni banca ni libro, así nuestras piernas continuarán trenzadas como las raíces de un viejo árbol. Adónde me llevarán mis pies después de esto, por qué morir de sed junto a la fuente si te tengo. Tu aliento de moras y lulos quedará impregnado a mi cuerpo, te necesito más que ayer ahíto, tus manos acariciando mi piel. Si pudieras verme tu recuerdo en mi sexo aquí estoy otra vez bajo el laurel. O Sol solecito, pelota del mundo, ponme calentita como la paila a la arepita. El amor llegó con tus rayos y entre aguapanela y buñuelos nos tomó presos, así naranjas y amarillos tiñeron los días aquellos que nunca volverán. Sol, en tu Ombligo está la O con la que habré de Ornar mi Obsoleta Oscuridad. Gravitatoria La roca yace suspendida sobre la mar diletante y sobre la roca un castillo deshabitado. Cielo azul con enormes nubes blancas. ¿Por qué yace suspendida si pesa tanto la roca? Invade tu cuarto cálido por la tarde: Y tú, ¿dónde estás si la roca ocupa todo el espacio? No es inerte, respira y te observa desde su impenetrable estructura. La roca que yacía suspendida sobre la mar: ocupa tu universo, te absorbe, inescrutable realidad. Besos Besos en tu cuello y labios, besos en tu ombligo y ojos para que sueñes bien, besos en tus nalgas pero besos que apenas rocen tu piel, besos soplados en tus ingles, besos en mi pubis, besos en tu fuente, besos en tu pozo, besazos en tu mina, besos en tus cumbres, besos en tus dunas, besos en tus grietas, besos en tus islotes, besos en tu rada, besos en tu frondoso bosque, besos en las crestas de tus montañas blancas, besos en tu bahía abandonada, besos en la sal de tu meandro, besos en tu cenote sagrado, besos en el inicio de tu monte, besos en tu puente gótico, besos en tu primera palabra de la mañana, besos en tu último pensamiento de la vigilia y besos en tu primera palabra y gemido del encuentro, besos en tus manos surcando mis deseos, besos en tus deseos transformándose en mis dedos y besos en tu primera palabra y gemido del reencuentro, besos en tus manos surcando mis deseos, besos en tus deseos que se transformarán en mis dedos, besos en mi despedida que será para hallarte de nuevo, besos en los dedos que se escriben en otras lenguas, besos en el deseo de hallarte para quedarme aquietada, besos sobre tus besos para aplacarte la nostalgia, besos y más besos para despertarte la necesidad, besos sobre tus sábanas matutinas, beso tu sudor de la tarde, besos sobre la toalla que ha de secarte, beso tu sudor tras la carrera, beso tu gota de sal aguada que corre en el surco de tu espalda, beso tus lágrimas de gozo sobre la almohada, beso tu nalga izquierda porque es más fría, beso al beso y te beso cuando te entiendo, te beso cuando te pienso en los lugares que no imaginas, beso la calidez de tus axilas y vuelo, te beso cuando me voy y me vengo cuando te beso, y simplemente te beso para no olvidar tus labios, y mi nombre que pronuncian tus labios, te beso para recordarte, para sentirme viva, te beso una y otra vez y no paro de besarte, te beso para tocarte de otro modo... Y desespero y beso y desisto y recurro a mis dedos... Ahogada de besos y besos pero hundida en tu erotismo, besoza, besucona, besada, besotina, besalinda, besolar... ***Del libro: Besolario, Universidad Autónoma Metropolitana, 2015, de Citlali Ferrer. ***Citlali Ferrer. Ciudad de México,1963. Estudió danza y teatro en las escuelas del inba. Licenciada en Artes Visuales, Centro Morelense de las Artes. Premios: Festival Internacional de Teatro en Nueva York, 1980. Mención honorífica en el Concurso de Cuento de la Casa Universitaria del Libro, 1990 y en el Edmundo Valadés, Iztacalco-inba, 1996. Becaria de Jóvenes Creadores, fonca-conaculta, en el área de Literatura, 1998-1999. Becaria de Apoyo a residentes en Morelos, conaculta-fonca-Instituto de Cultura de Morelos, 2002-2003. Becaria de Artes por todas partes, 2005. Becaria en Colombia, del programa de Intercambio de Residencias Artísticas, fonca-conaculta- Ministerio de Cultura de Colombia, 2006. Publicaciones: El enigma de una jornada colección: Letras de Pasto Verde, Orizaba, Veracruz, 1996. Corazón Roto colección: La hoja Murmurante, Toluca,1998. 11:00 a.m.-Mujer al sol colección: Gato encerrado, UAM-Xochimilco, 2000. Políptico, UAM-Xochimilco, 2006. Cazadoras de Mariposas, La coyotera editores, 2009. Ocho para escoger, La coyotera editores, 2011. Es profesora en el Centro Morelense de las Artes y Coordinadora académica de la Escuela de Escritores Ricardo Garibay.
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Escritor invitadoEn esta sección tendremos escritores invitados que compartirán su labor literaria con nuestros lectores. Archives
July 2023
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