Por Manuel de Jesús Hernández-G.
Residente de Tempe, Arizona Estimadaoxs Noticias readers, staff, faculty, students, and community people: Comparto aquí algunos pensamientos con el propósito de traerte, lector o lectora, serenidad durante la condición humana actual. A medida que tratamos de dar sentido a nuestra vida cotidiana bajo una pandemia que pone en peligro la vida, ayuda recordar que Estados Unidos, nuestro país, surgió de las ideas de la Era de la Ilustración, un movimiento intelectual dominante en los siglos XVII y XVIII. La Ilustración incluyó una serie de ideas centradas en la soberanía de la razón y la evidencia de los sentidos como las principales fuentes de conocimiento así como ideales avanzados como la libertad, el progreso, la tolerancia, la fraternidad, el gobierno constitucional y la separación de la Iglesia y el Estado. El Humanismo Renacentista y la Revolución Científica son los dos pilares de la Era de la Ilustración, y uno puede reclamar esta última, con seguridad, como al centro de los Estados Unidos en su expresión en la Constitución y otros documentos fundacionales. A partir de la lucha por los derechos civiles de los 1960 y los 1970, las ideas de la Ilustración y la Constitución se han extendido para incluir a los indígenas anteriormente marginados, a los afroamericanos esclavizados, a los mexicano-estadounidenses conquistados y subordinados y a los otros hispanos o latinaoxs conquistados o inmigrados. Tengo aquí en mente los neorriqueños y los puertorriqueños que jamás han logrado obtener la independencia. En 1898 pasaron de ser colonia de España a ser colonia de Estados Unidos y, a partir de 1917, han experimentado una diáspora, a veces circular, desde la isla a la región continental estadounidense. Todos los otros grupos latinos han sido inmigrantes y siguen llegando como las caravanas originadas en Centroamérica. Desde la escuela primaria hasta la escuela secundaria en Boyle Heights, ELA, Califas, me encantó escuchar a mis maestros, blancos o euroamericanos en la mayoría, hablar en clase sobre el movimiento intelectual arriba mencionado y sus ideas—la Ilustración. De hecho, durante el recreo mañanero y el almuerzo, a veces me encontraba yo en la biblioteca abriendo y leyendo enciclopedias y buscando libros en los estantes sobre el tema. Llevaba a cabo yo la misma búsqueda de lectura en la biblioteca comunitaria local, llamada Benjamín Franklin. A lo largo de mis años de pregrado y posgrado en la universidad busqué aprender sobre las ideas fundacionales que hicieron posible a Estados Unidos, particularmente su forma vía el diálogo gubernamental y la siempre presencia en los periódicos, la radio y la televisión, tanto en inglés como en español. Además de mis estudios en literatura y cultura hispana del mundo hispánico como estudiante de pregrado y posgrado, me inscribí en un programa de posgrado en Cultura de Occidente durante los años en que estuve estudiando para un doctorado y colaboré para fundar un área de estudios de posgrado en Estudios Chicanos/Latinos en español. Deseaba yo precisar los antecedentes intelectuales, el surgimiento y la resonancia de la Ilustración en el mundo y en mi barrio esteangelino. Tal vez hecho posible gracias al ascenso y la presencia de las redes sociales (FB, Twitter, Parler, What's Up, etcétera), veo que hoy en día hemos caído en varios discursos sociales, de gran impacto, pero basados en conspiraciones. De hecho, uno de ellos condujo a la toma violenta del edificio del Congreso de los Estados Unidos. ¡Increíble! A pesar de que he estudiado y aprendido de otros movimientos intelectuales que surgieron después de la Era de la Ilustración, no he rendido, o voy a descartar, mis creencias tomadas del Renacimiento y la Revolución Científica. ¿Voy a dejar de creer en la soberanía de la razón y la evidencia de los sentidos como las principales fuentes del conocimiento y los ideales humanos como la libertad, el progreso, la tolerancia, la fraternidad, el gobierno constitucional y la separación de la Iglesia y el Estado? No. ¡Absolutamente no! A continuación, comparto parte de un artículo, que se publicó hace unas semanas, donde se proporciona una visión actual para entender la pandemia de hoy en día, las teorías de la conspiración, y la muerte de más de 500.000 estadounidenses, muchos de ellos mexicoamericanos y latinos, por el Covid-19. El artículo se titula “Conspiracy Theories Are an Integral Part of Western Culture” (Las teorías conspirativas son una parte integral de la Cultura de Occidente) y es de la autoría del Dr. Manfred Gerstenfeld. Lo cito en parte: (para aquellos con un marcado interés en leerlo, pueden encontrar el artículo completo vía del adjunto dado abajo) Las estadísticas han estado disponibles durante años sobre el porcentaje de personas que son religiosas y las que son seculares en los países occidentales. Recientemente, se disponía de datos sobre el porcentaje de occidentales en algunos países que creen en teorías conspirativas sobre la pandemia. En 2015, mucho antes del inicio del coronavirus, el Washington Post informó que el 50% de los estadounidenses creía al menos una teoría de conspiración. The Guardian informó que el 60% de los británicos cree al menos una teoría de la conspiración sobre cómo se maneja el país o la veracidad de la información que se les ha dado. Según el 2012 WIN-Gallup International Global Index of Religiosity and Atheism, el 66-69% de los ciudadanos británicos no son religiosos. Combinando las cifras, hay que concluir que muchas personas seculares creen en las teorías conspirativas. En vista de los altos porcentajes de que se trata, también se puede concluir que la irracionalidad es una parte integral de la sociedad. Es decir, el Occidente está tan lejos de los objetivos de la Ilustración. La cifra alemana de personas que creen en las teorías conspirativas es menor que la del Reino Unido y los Estados Unidos, pero sigue siendo sustancial. La agencia de prensa alemana DW sugirió que un tercio de la población cree en teorías conspirativas en un país donde la ausencia de religiosidad es del 69-70%. Un porcentaje aún mayor de creyentes en teorías conspirativas se encuentra en Francia. Hasta el 76% de los ciudadanos franceses cree en las teorías conspirativas. Esto es en un país donde la mitad de la población es irreligiosa. En varios países donde se suponía que la Ilustración había penetrado a gran profundidad, existe una creencia generalizada, a menudo mayoritaria, en las teorías de la conspiración. Las estadísticas combinadas indican que este pensamiento ha permeado a sus poblaciones seculares de una manera marcada. (traducción mía; https://besacenter.org/perspectives-papers/conspiracy-theories/). Al citar y compartir el artículo, no significa que yo esté de acuerdo con todos los temas mencionados y argumentados en él. La razón requiere que considere el contenido del artículo, pero, al mismo tiempo, no acepte yo todas las posiciones y los valores dados. De igual modo, la razón también pide que rechace las teorías conspirativas que dañan a la sociedad estadounidense y a la comunidad de naciones mundial. Por último, algunos pueden afirmar que los Chicanaoxs y Latinaoxs no forman parte de la Cultura de Occidente, pero Ramón Saldívar y otros intelectuales del suroeste mexicoamericano calificarían y explicarían un espacio dentro del Occidente para los chicanaoxs. Y, ¿quién puede decir que, en el mundo multipolar de hoy, la cultura occidental es el centro hegemónico? Nos leemos, El Meño
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July 2023
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