Emma Larissa fue por agua
Por Jesús Chávez Marín Silueta hacia el pensamiento Aparece el horizonte delineado por la luz, distinto cada día; una voz discreta y clara revela misterios que me iluminan al instante o que no entiendo; se quedan grabados en la sombra y años después esparcen su lección. Esto no siempre sucede, la memoria es frágil y el ruido la avasalla. Patrimonio plural La generosidad va como el agua entre las piedras y la arena, con su discreta frescura. Es el amor y el instinto de conservación del alma colectiva. Mujer nada contemplativa Socorro tuvo un accidente en carretera y quedó en silla de ruedas; cuántas veces ha lamentado no haberse muerto, sobre todo cuando la soledad se arremolina en su agitado corazón. Ella fue toda su vida una mujer de acción, ahora recuerda vivamente cada detalle. La noche que su madre murió asfixiada con el monóxido de un calentón, cuando mataron a balazos a su padre, cuando se enamoró de Rigoberto y la llevó a vivir de esclava doméstica a la casa de sus padres donde su suegra era la bruja maldita. Aquella madrugada que decidió largarse para siempre de San Francisco del Oro y venirse a Juárez, Rigo descubrió la huida y trató de regresarla, tuvo que defenderse a pedradas y lo dejó descalabrado gritando maldiciones. Su madrina fue de verdad El Hada Madrina para ella. Era una mujer muy alegre y de gran estilo. La llevó a muchos lugares, cenas, bailes, fiestas; era para ella la hija que nunca tuvo y de verdad la quiso como a una hija. Gracias a ella conoció al ingeniero Fernández, quien habría de ser el padre de sus tres hijas. Nunca se casó con ella porque él era casado, pero la cuidó bien, le puso una casa bonita y a sus hijos nunca les faltó nada, todo un caballero. Con el tiempo, Socorro hasta se hizo amiga de la esposa del ingeniero, y los hijos, los medios hermanos, se conocieron y llevaron buena amistad. Todo bien, hasta el accidente. Allí se terminó la vida para Socorro, porque ella no nació para mujer contemplativa sino para moverse recio por la vida, pero ahora ¿cómo? (Escrito con Araceli Loya, al alimón). Agustina Mendoza, mi abuela Por la calle pasa, con las dificultades de sus rodillas casi petrificadas, una mujer cuya memoria ya le dio dos vueltas al firmamento. Adiós, Aurora Azul intenso la madrugada, colores que aparecen como pinceladas en la abstracta luz me despiden de la ciudad, de la noche. Eco sereno La humildad no pareciera tener aprecio en un siglo de propaganda y oropel; sin embargo, el equilibrado conocimiento de las propias virtudes y defectos, ejercicio de la discreción y la autocrítica, hace que el trascurso de la vida sea elegante y justo. Al amanecer Muy quieta se mira el agua; las primeras luces que en la ciudad se prenden se reflejan con esperanza y beatitud. En cada casa se agitan, sin embargo, los pensamientos con la prisa del día que inicia. Es la hora de la energía renovada. También es la que eligen entre brumas la mayoría de los suicidas para irse, sin amor ni despedidas. Una puerta En la cítrica alborada se refrescan las últimas sombras de esta noche; la aventura de los sueños no siempre ha sido afortunada, pero esta vez hallé en una de sus regiones la imagen que había olvidado, el talismán con el que se abre la plenitud del día. Castidad Castidad nombre antiguo que fusiona lealtad e higiene. Se refiere al cuidado de las personas que se aman y al refugio para los hijos en su crianza, el ambiente que los educa y nutre hasta que sean fuertes para avanzar por sus propios medios. También al respeto hacia los demás, a la pureza de todos los amores, en cualquier preferencia de pareja y de familia. Templanza La templanza se refleja en la mirada y en la acción de quienes tienen un sentido natural de la justicia; es resultado de una vasta educación, la de vivir cada día con equilibrio y sencillez. Tomar de la naturaleza los elementos necesarios para la vida, transformarlos sin hacerle daño, producir bienes con ingenio y trabajo sin acumularlos desmedidamente y sin apropiarse de los frutos del trabajo ajeno, administrar la sana y sensata economía colectiva. En una hebrita de tiempo Una ligera fragancia me trajo aroma de tu cuello, que ya casi tenía olvidado, mezcla de la piel y aquel perfume. ¿Estás aquí? O es solo el rocío, inolvidable. Arte de la fotografía Agua que se imagina en el aire y, al impulso de su acalorado pensamiento, vuela. Casas que allá lejos parecen dibujos de una niña cuidadosa y en la vida guardan las ilusiones y los amores de sus habitantes. Verde oscuro de la floresta que desprende los últimos minutos de noche, por donde camina con vigor el fotógrafo. Él, Ella, extiende el ángulo de su mirada y concentra su alma en la primera estampa del día. Filippa Ayer sábado 21 septiembre 2013 cantó en el centro de la ciudad de Chihuahua Filippa Giordano, con su voz prodigiosa. Vestida de princesa color de rosa, cantó en italiano algunas clásicas; luego fue a cambiarse y salió de señora sexi con un vestido azul rey, dotando de vida nueva algunos viejos boleros en español; por último se disfrazó de mariacha y a pesar de ello lucía bonita y graciosa, con canciones italianas y mexicanas. Su expresión corporal, en pleno dominio, fina y educada. También muy bella con un elegante vestido de noche color negro la maestra de ceremonias, la diva Yolanda Miranda. Tortugas Ninja Si camino en medio del centro comercial, un pensamiento supersticioso me lleva al pasado: mis hijos niños, dos vecinas de su edad, y nosotros dos, entramos al cine. Es el estreno de Las Tortugas Ninja. Puedo sentir tan vivaz ese acto en el cuerpo, que de pronto se esfuman 30 años y compro los 6 boletos. La voz humana Hay una sombra o un reflejo en cada historia. La hermosa montaña aparece en el agua y agrega un símbolo; la luz del alba se serena en el lago como acuarela exacta del silencio; la silueta múltiple de la ciudad se hace una sola pieza con su materia en el dintel del misterio. Con asombro antiguo, hallo claridad en la voz de mi nieta, en sus primeras palabras, moneditas de plata que se oyen tan alegres y milagrosas. El reloj Cuando una mariposa negra de viñetas doradas llegue a tu jardín, habrás de iniciar un viaje largo y lleno de acechanzas Es posible que jamás regreses, pero hallarás regiones del mundo que ni en sueños hubieras conocido si te quedas. Si te quedas, la vida pasará tranquila y tediosa, o tal vez se detendrá en un punto muerto donde nunca te darías cuenta de que el reloj dejó de circular. Madrugada Salen al alba dos luciérnagas; el sol se alza radiante y a ellas nadie las mira. Vuelan agitadas, tratan de recuperar su luz que se ha vuelto sombra en el resplandor del día. Pereza Conozco a un hombre que vive solo en una casa grande, cada cuarto huele a muebles rotos, periódicos, basura, negligencia; pero él anda como pez en el agua. O su alma es confusa y turbia, o ya perdió toda esperanza. Adiós Esteban en pleno insomnio escribía una carta de despedida. Era una noche de sueños hechos polvo en la memoria. Un dolor arrebatado le ardía en los ojos y en el incierto valle de su futuro. Edward Hace tiempo que conocí un científico que se sentía El Galán de Chihuahua. Además de abordar a todas las mujeres que hallaba en cualquier lado, buscaba amores en internet. Las prefería rusas, güeras, altas y de ojos azules. Tenía un carácter de los mil demonios, todo le parecía mal, realmente era una piedra en el zapato. El jueves pasado estaba yo en una conferencia de literatura y recibí en el celular un mensaje suyo, una frase que decía “¿Qué haces?” Discretamente le puse: “Estoy en una conferencia”. Pero no me pareció correcto seguir escribiendo ni interrumpir mí atención al interesante tema literario que se estaba exponiendo. Más tarde se comunicó muy ofendido por no haber sido invitado al evento, y lo hizo con frases groseras, maleducadas y de mal gusto. Días después me lo encontré casi de frente en el Sanborns y, para mi sorpresa, fingió que no me había visto. Ups, me fui a otra mesa. Me puse a tomar mi café muy a gusto mientras revisaba mis comunicaciones recientes; en eso se levanta de su lugar una amiga mía, que es guapísima, y vino a saludarme muy contenta. Como lo conozco bien, de reojo miré que mi amigo (o ex amigo, ya no sé) el científico se mueve con intenciones de lanzarse a que yo le presente a esa dama tan atractiva, mi conocida de muchos años. Creo que pudo más su orgullo o quizás la soberbia, pues se quedó con las ganas, como aquel niño que se le antoja la paleta y se le cayó al suelo. Cuando mi amiga se regresó con sus amigos a su mesa, pensé: Qué necesidad tengo de estar aguantando a ese tipo tan pesado, no merece que me preocupe por su amistad; él contamina con amargura y ofensas. En ocasiones hasta lástima me da. Good bye. (Escrito con Cecilia Fernández, al alimón). A la orilla En un diente de león se concentraban los ángulos de una idea, pero llegó el ruido, el viento, el tiempo. Y la memoria voló dispersa. Las medicinas Amigo de nuestra ya mítica de tan lejana infancia: No me platiques tus enfermedades ni medicamentos, batallo para no pensar tanto en los propios. Esencia de la luz Una piedra, que siglos antes existiera en huesos y en el polvo oscuro de la sangre, guarda la belleza antigua y para siempre fresca. Dibujos al amanecer Tengo una idea aproximada del sol, de su trascurso. De que aparecerá en la alborada como milagro irrepetible. Y siempre serán para mí una sorpresa los colores que se pintan en la cámara oscura. Clorofila Un perro viejo pensaba: lo que sigue es la vida lenta y buenas dosis de dolor. Pero la esplendorosa memoria y la curiosidad lo revitalizaban. La Y griega Venía una tormenta y nadie la miraba, todos seguíamos al descuido caminando como si nada; la vida no se resuelve sola, ahora lo sé. Cultivar un enfisema es algo parecido a lo que entonces sucedió: fuimos tapizando de tedio aquel amor que antes habíamos sido capaces de alzar como un hermoso arco iris; hasta que el humo cristalizó en muchas formas perniciosas, la infidelidad, el desprecio, el incipiente alcoholismo. Una placa dura y tóxica nos separó sin remedio y, antes de que el odio llegara, cada quien marchó por su lado, hacia la honda distancia. Una esfera El año va pasando y ya estamos en noviembre, cuántas alboradas he visto en la marcha, siempre distintas en lo que pareciera el mismo rumbo, la misma vida. Cada minuto la esfera va girando y los colores vuelan desde la sombra hacia el blanco absoluto de la luz. Redactar la calle A ninguna hora se detiene este río de carros, la calle. Cuántos destinos circulan y paran un minuto en las esquinas donde hay semáforos en rojo; hilos del pensamiento suceden durante las horas del día buscando su redacción, la claridad. Arco iris Anoche una gota de agua cayó del aire confundida con la nieve de diciembre; arco iris fugaz en el aura de la montaña. Emma Larissa —Emma, ¿quieres que nos vayamos cantando? —No. —¿Quieres que vayamos platicando? —No —¿Quieres algo? —No. Quiero que nos vayamos así calladitos todo el camino. Junio 2019 © Jesús Chávez Marín
2 Comments
HUMBERTO QUEZADA PRADO
6/20/2019 20:23:29
Un placer leer estos textos, bien trabajados. Felicitaciones, amigo Jesús, espero seguir disfrutando los que siguen. Un abrazo
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Jason Torres
8/10/2019 16:18:12
Leí cada una de las pequeñas historias aquí, que bella experiencia hacerlo. Algunas me dejan pensando, otras me sacan pequeñas sonrisas y unas más tan solo me dejan maravillado del talento que demuestra. Gran trabajo Señor Jesús Chávez Marín!
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Escritor invitadoEn esta sección tendremos escritores invitados que compartirán su labor literaria con nuestros lectores. Archives
November 2024
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