Por Lázaro Fierro El escribir trae consigo múltiples beneficios: estimula la memoria, mejora el humor, incrementa la capacidad comunicativa, fortalece la autodisciplina, aumenta la creatividad, amplía el léxico y sirve de terapia. Las autoras de la antología Mujeres crisálidas han utilizado a la escritura para obtener al menos uno de los beneficios arriba enumerados. Con su producto final nos dan la oportunidad de atisbar en lo más recóndito de sus pensamientos, de sus sentimientos y de sus vidas. En cada uno de los poemas y en cada una de sus narraciones se puede palpar la experiencia vivida, el dolor sentido, el amor disfrutado, el camino recorrido. Mientras escriben cada letra, cada palabra, cada verso, cada estrofa, cada párrafo, su interior sangra, sus cuerpos vibran, su memoria sufre y se extasía a la vez, sus horizontes se expanden y su angustia se disipa. Al leer Mujeres crisálidas, el lector no solo encontrará solaz, también tendrá la oportunidad de vivir cada una de las experiencias en el libro contenidas. Conocerá los eventos que inspiraron a sus autoras y se identificará con más de una de las situaciones expuestas en la obra. Sabrá de la guerra civil en el Líbano, descubrirá la pirekua, sentirá el amor por los hijos, verá cómo se pinta un lienzo con solo palabras, sufrirá como lo hacen los migrantes y entenderá que la vida, por complicada que sea, vale la pena vivirse. Mujeres crisálidas es un ejemplo más de que si se quiere, se puede. Mujeres con tan diversos historiales se unen para hacer uno de sus sueños realidad, escribir un libro que haga sentir orgullosos a propios y a extraños y, a la vez, mandar un mensaje a todos aquellos que han sido desalentados por su propia gente, a aquellos de baja autoestima que piensan que lo suyo no tiene valor, a los que piensan que por no ser acaudalados no pueden compartir su sentir en un libro a que sigan su ejemplo y dejen que la luz escondida en su interior irradie e ilumine hasta el último rincón del pensamiento ajeno. Calaveritas para las antalogadas 1 La Muerte está embarazada y anda en busca de pañales. Como no encontró en Tucsón que se brinca pa Nogales. Allá no encontró pañales. Se llevó gran decepción. Mas se encontró a la cantante del grupo de la Ilusión. Se la trajo para el norte, mas no la llevó al panteón. La trajo pa que cantara en su corto Redemption. Después la unió con un vato (de seguro aún la anhela) para que formara un dueto al que llamó Piel Canela. También la llevó al Chase Field en una Serie Mundial a que cantara con garbo el gran himno nacional. Y ahora sin más perorata ha venido del panteón a presentar ante ustedes a Jiménez, Concepción. 2 La Flaca quiere una foto del camposanto y su dique, por eso se fue hasta el sur a un pueblo llamado Iquique. Sabía que allá hay una actriz que además fotografiaba. En el diario la encontró donde ella trabajaba. Como supo que enseñaba a los niños la actuación, pensó que sería perfecta pa que actuara en su panteón, y de paso le escribiera los diálogos de su guion. Actriz de Teatro Bravo no culminaba su meta. Se convirtió en directora de Producciones Planeta. La muerte vino contenta tocando muy bien la armónica a traerles desde Chile a la autora Vilches, Mónica. 3 La Muerte estaba agotada, porque se cansa la Flaca, y se fue de vacaciones a ciudad de Cuernavaca. Allá que escucha una voz como la de ave canora. No era un pájaro cantando, era la declamadora. Era su primera vez; no era la cosa más grata. No se le quebró la voz, mas le temblaban las patas. Fue tan buena su actuación ante el público si par que el jurado decidió darle su primer lugar. Aparte de declamar ahora comparte su canto. En las Noches de Tertulia caen, presas de su encanto. La Parca trae buenas vibras que por aquí fluirán. Y aquí les presenta a ustedes Mayath S. Catalán. 4 Desde su pequeño pueblo del estado Michoacán huyó de la Muerte un día la joven de Coalcomán. Se vino a Estados Unidos corriendo a veces de prisa. Poco sospechaba entonces que sería una gran poetisa. Lloraba en la tumba un día sufriendo desconsolada porque una Letra de arena la dejó Amor-a-tada. La Flaca la consoló y le prendió cuatro velas, pidiéndole le escribiera alguna radionovela. Se presentó en Hermosillo. En San Luis le dio a la diana. En la cárcel Cananea y hasta en la Dominicana. La muerte no vino hoy para cantarles un aria. Está aquí pa presentarles a su María Candelaria. 5 La Muerte quería unos ojos que tuvieran mucho brío, así que se fue a Jalisco a traer los tapatíos. Sabía dónde se encontraban porque tiene muchas mañas. Caminó ella derechito al Instituto Cabañas. Artes plásticas miró y las llevó hasta Peñasco. Al desierto ella le dio de pinturas un chubasco. Y se fue a Dallas también, sin albur, mis amiguitos. De allí se fue hasta una playa, la que llaman Rosarito. La llevó después la Flaca a que viera sus portales. Quería que los decorara con tres o cuatro murales. Y al final la trajo aquí a platicar con la banda. Reciban con gran aplauso a la pintora Yolanda. 6 La Muerte no quería ir a México, capital. No quería perder cartera ni el tesoro virginal. Mas sufría mucho la pobre allá en oscuro panteón y fue a buscar masajista que le arreglara el tirón. Ya estando más aliviada, la amarró con una soga y la obligó a que le diera también las clases de yoga. Disfrutó biomagnetismo, también kinesiología. Y en sus huesudas patitas le dio reflexología. Ahora viene muy contenta volando entre muchas aves a presentar esta noche a la autora Celia Chávez. 7 La Muerte fue a Monterrey y no gastó nada en moda. Y es que ya llevaba todo, no crean que fue por ser coda. Su madre le había pedido le encontrara una poesía. Supo que allí habían escrito Madre mía, siempre mía. Llegó a la universidad Autónoma Neoleonés en busca de periodista que al menos fuera dos tres. Se puso feliz la Flaca, le brincó hasta el corazón, al ver que su candidata también sabía locución. La llevó al 44 pa que hiciera un comercial, mas la astuta muchachita que se adueña del canal. También en la 1190 trabajó de locutora. Eso fue en sus tiempos mozos, antes que fuera señora. Y ahora la Flaca, orgullosa, se presenta en esta tierra a darle la bienvenida a la autora Mayra Sierra. 8 La Muerte se fue la sierra, hasta un río natural, en busca de una escritora que estaba en verde maizal. En cuanto topó con ella, dijo: «Será para mí». Le encantó su sangre yaqui, rarámuri y otomí. Había crecido en peñascos del Valle del Mezquital. Después se mudó a un pueblito muy jesuita y colonial. Llegó hasta el Valle del Sol para surgir de cenizas. Es como gran ave fénix, pero con alas cobrizas. Ella dice que un poema es un momento vivido. En pergamino lo escribe y a la historia da sentido. La Flaca quiso salir de su singular teocali a traerles a la autora Aguilar S., Magali. El Mtro. Lázaro Fierro es originario de La Caña de Agua, Municipio de Atoyac de Álvarez, Gro. Méx. Es maestro normalista, maestro catedrático, pasante de Derecho y posee una Maestría en Educación Bilingüe cursada en la Universidad Estatal de Arizona (ASU por sus siglas en inglés). El Mtro. Fierro ha escrito libros como El México real, Letras de arena y De tinta y sangre. El Mtro. Fierro creó una estrofa poética a la que llamó tetrástrofo birrimo.
1 Comment
Magali Aguilar Solorza
10/30/2020 13:37:37
Muchas gracias estimado maestro Lázaro Fierro, es un honor para esta humilde golondrina, figurar en sus versos. Excelentes calaveras literarias.
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Escritor invitadoEn esta sección tendremos escritores invitados que compartirán su labor literaria con nuestros lectores. Archives
July 2023
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