Por Jesús Chávez Marín
Acuario Como tu carácter es dado a la terquedad, te aferras a que tu planeta regente sigue siendo Saturno; pero ya no lo es: este siglo es y será Urano. Eso significa que tu natural nobleza y buen humor te llevarán a viajar por varias ciudades de México durante los próximos 12 meses. Capricornio O vertiginosa cabra montesa o dócil animal doméstico, tu armonía está entre esos extremos. Tu elemento es la tierra, es tuyo el campo y todos sus animales: el oro que tantas veces dilapidaste con generosidad, regresará a tus manos, solo si el amor también regresa. Escalofrío El relámpago se miró lejano y hasta acá llegó la brisa, energía del agua o frescura que vuelve; un sonido abstracto. Ganas de creer Un eclipse funciona como superstición voluntaria o tradicional para explicar algunos actos renunciando a la lógica, que siempre da más trabajo la mentira es más ligera. Lyn May Don José García Rivas iba todas las tardes al cine a ver películas de clasificación heavy. Esa misma noche escribía su reseña piadosa contra las nalgas de Lyn May, el descaro de dos adúlteros, lo técnicamente buena aunque moralmente perniciosa y poco recomendable de ese filme endemoniado. Adalberto Almeida y Merino Había una vez un obispo que fingió ser de izquierda, maiceando pastorales de base, pobretones ilusos y hasta uno que otro guerrillero inofensivo. Pero cuando Pancho Barrio, un matalote maleducado y soberbio, se lanzó para gobernador por el PAN, el obispo casi exigió a la grey entera que votara en masa a favor de aquel prócer. Abnegación académica Una señora muy presumida no tenía nada que hacer y se puso a doctorarse en recursos humanos y desde entonces ya no hubo quién la soportara en la oficina, se sentía la trompa de falopio del ferrocarril. Pero su soberbia declinaba al llegar a su casa, pues su marido nunca la supo apreciar y por lo tanto, según ella, tenía que hacerle todo mientras agarraba la onda. Zen Caminar hacia el origen del día, meditar en la región del sueño y el olvido. Mi nieta Emma Larissa La felicidad es sencilla, se detiene con serenidad y silencio, agua que se guarda a la orilla de un río sin estancarse, antes de seguir su cauce infinito. Nicotina Era el típico payasito de la fiesta hasta que el alcohol vencía los resortes de su voz, entonces se volvía un amasijo de estupidez y terquedad tan insoportable que la mayoría de las veces terminaba golpeado. Amanecía sin memoria y deudor de múltiples agravios. La sencillez Por el llano va una liebre, en su mirada oscilan cerros, hierba, arroyos; el instinto y la memoria evocan en su plexo la esfera llamada paraíso. El infierno voluntario El celoso da vueltas prisionero en un cubo de espejos interiores donde se reflejan personas imaginarias que tocan a su amor. Ciega es la flecha de la verdad: una de ellas no es imaginaria y la palabra "su" fue borrada del mapa. El declamador sin maestro Había un señor que aprendió a rimar y medir las sílabas del idioma español, pero escribía puras boberías; no se le ocurría otra cosa que celebrar la belleza de mujeres tan falsas como sus arrebatos líricos, mensajes seudorreligiosos y preceptos morales. Lo malo es que publicaba muchos libros. Las redes Pregunta Jenifer a su amiga. ―Oyes y tu novio ¿es virtual o presencial? Carmen Marín Al inicio de la marcha miré una montaña que no existe en esta región, solo un instante la vi. Su silueta arbolada siguió en mi mente algún tiempo más, fue tal vez un efecto de la luz o quizá la imagen física de una novela que mi madre me leyó cuando era un niño, hace de esto ya muchos años. Sport show El boxeador cayó muerto, convulsionando. Sus circuitos nerviosos grabaron el aullido de la multitud, el ansioso placer del espectáculo. Pero te extraño Y no es que te extrañe tanto, lo que pasa es que vivo intoxicado de tnato bolero ranchero y tanto José José, me identifico en canciones bien ardidas. El oficio conyugal Te cuidaré, dijo él, posesivo; ella quedó prisionera. Te cuidaré, dijo otra a otro; con los años, este olvidaba respirar si ella no estaba. Igual que Marco Antonio Vázquez, tengo en mi libro tu nombre Al interior de tu mirada llego cada vez que despunta el alba, unas sombras dibujan la silueta de las palabras que te escribo. Y se miraba cada semana en el Google Había un escritor angustiado por la fama, la que creía tener y la que otros tenían: calculaba los niveles de cada cual y protagonizaba algunos actos culturales para sentir el ambiente. Pero nadie lo entrevistaba, ni le consultaban cosas, ni salía en la tele. Sus libros eran muy malos. Y los lectores, escasos y selectivos. Cada vez se pone más difícil ser abuela ―Ya dejen el Nintendo, voy a llevarlos por una nieve al Supercoldy. ―Claro que no, abuela. El Nintendo ya ni existe y esa es pura manteca con azúcar, tiene un millón de calorías. Esencia que va Cuando pasa el río, en la ribera queda un dibujo de su trascurso. Luego el agua será viento, carne o lumbre, otras sustancias en el suelo. Elogio de la lógica En la meditación de la caminata me doy cuenta de que la mente es sencilla y clara. Parece que consiguiera mantener a raya las tormentas, el cuerpo se equilibra. Listo, venga el día completo. La suicida ―¿Por qué te vas? ―Ya nada me emociona. ―La vida es bonita. ―No para mí. Nunca lo fue. ―¿No te importo? ―Sí, pero. No sé. Adiós. De pronto resplandece la verdad, cuando alguien la busca Aparece el horizonte delineado por la luz, distinto cada día; una voz discreta y clara revela misterios que me iluminan al instante o que no entiendo; se quedan grabados en la sombra y años después esparcen su espléndida lección. Esto no siempre sucede, la memoria es frágil y el ruido la avasalla. Mi abuelita Agustina Por la calle pasa, con las dificultades de sus rodillas casi petrificadas, una mujer cuya memoria ya le dio dos vueltas al firmamento. Adiós, Martín. Adiós, Javier. Azul intenso la madrugada, colores que aparecen como pinceladas en la abstracta luz me despiden de la ciudad, de la noche. Las raíces del siglo Llegó un hombre al centro de la ciudad y no hallaba un gran árbol que estaba en la plaza, lo habían derribado. Cayeron dos siglos al olvido. © Jesús Chávez Marín
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Escritor invitadoEn esta sección tendremos escritores invitados que compartirán su labor literaria con nuestros lectores. Archives
July 2023
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