Quién contacto con quién y me pierdo en los albores del tiempo. Y lo hago con una sonrisa prendida en mi rostro al recordar cuanto camino hemos recorrido.
Viste una de mis reseñas compartidas en el Facebook y me escribiste vía Messenger, ya que la distancia física es grande y recuerda a una película: tú en Texas, yo en España. Conversamos sobre una posible colaboración en “Peregrinos y sus letras” y no dudé en decirte que sí, en una época anterior a la web actual. Cuando tu proyecto echaba a andar, años ha… Entre risas y alguna que otra preocupación, compartimos letras y vivencias. Conozco a tu mujer y tu hija aún sin haberlas visto jamás, y tú serías capaz de reconocer a la mía si te la encontraras. Con la feliz coincidencia de nuestros apellidos, pasamos a ser familia de letras, lo que en mi tierra llamamos “lletraferits” (heridos por las letras). Y te estoy agradecida por todo cuanto me enseñaste y compartimos. Aprendí alguna que otra técnica literaria de tu mano, disfruté de los escritos de mis compañeros y vi como se difundían mis trabajos. Crecimos como personas y como profesionales, se amplió la plantilla de colaboradores e hiciste realidad tu sueño de provocarnos con tu “…A escribir se ha dicho!...” Cada vez que me enfrento a una página en blanco, el aliento de tu empuje en aquellos primeros días en los que yo no me veía a la altura me acompaña, me provoca y me reta a llenar la página de letras. Tus enseñanzas se solapan con mis escritos, y en sus renglones juega al escondiste tu eterna sonrisa. Esa que nada ni nadie pudo truncar hasta el final, y que hoy renace en las nuestras, en la de todos quienes te recordamos con aprecio y devoción. Nos enfrentamos al reto de seguir con tu legado, no va a ser fácil, parte del engranaje necesario era tu gran carisma, por suerte para nosotros supiste prender un poquito de él en cada uno de nosotros. Seremos fieles a tus enseñanzas, y espero estar a la altura. Y si me atranco en la página en blanco, recordaré los besos de canela que a modo de saludo yo te mandaba y que tú convertiste en un cuento. Una manera de hacernos presente con ese sabor en la vida del otro. En cada galleta de canela, en cada plato con esa especie tu sonrisa, nuestras risas, algún que otro quebranto, nuestras charlas y nuestras letras seguirán haciéndote presente a mi lado. Porque hay personas que nunca mueren, son eternas en los corazones de otros. Y somos muchos los que de un modo u otro, estamos tocados por tu bendita locura literaria. Gracias, y mil veces gracias, por todo David, “primo” nos vemos en el otro lado. © Violant Muñoz © Mediâtica, agencia cultural.
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Violant Muñoz i Genovés
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July 2024
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