Por Violant Muñoz i Genovés
Fernando J. Múñez, autor del bestseller La cocinera de Castamar, nos transporta con su nueva novela a los mundos ocultos del Medievo, donde los personajes se enfrentarán a demonios antiguos que aún perviven entre nosotros: los prejuicios, las ideas irracionales y los dogmas inamovibles. Los Diez Escalones rinde homenaje a El nombre de la rosa de Umberto Eco, mientras nos atrapa con una maravillosa historia de amor prohibido. Una abadía remota. Un amor prohibido. Un crímen que puede cambiarlo todo. Reino de Castilla, 1283 d. C. Alvar León de Lara, cardenal obispo de la curia romana, vuelve a petición de su antiguo mentor a la abadía de Urbión, un lugar que fue su hogar y donde fue instruido. El religioso se siente honrado de haber sido llamado por don Rafael, pero no puede evitar sentir una mezcla de dolor y nostalgia. Alvar, aunque es un hombre de fe y comprometido con Dios, abandonó la abadía con el alma rota por un amor imposible. Todo aquello sucedió hace veinte años y, a pesar del tiempo transcurrido, nunca lo ha olvidado. Sin embargo, el protagonista está ansioso por pisar la abadía y reencontrarse con su admirado maestro, a quien profesa un gran afecto. De camino al reino de Castilla, Alvar se preguntará cuál es el motivo por el que don Rafael le ha pedido acudir a su lado. El cardenal no podría imaginar jamás lo que le aguarda entre los muros de aquel santuario. Nada más pisar la abadía, Alvar detectará la atmósfera de tensión creciente. Su llegada provocará el entusiasmo de don Rafael y la curiosidad del joven Mario, que le asistirá en todos sus requerimientos. En cambio, contar con la presencia de un representante del Vaticano no causará la misma alegría entre el resto de la comunidad cisterciense. Monjes que antaño fueron sus compañeros se mostrarán falsamente cautivados por la estancia del cardenal. Otros desconocidos para él destacarán por su desconfianza e indiferencia. Alvar, observador e incapaz de renunciar al poder de razón, no tardará en comprobarlo. Su fina intuición no le falla. ¿Qué sucede en aquel lugar sagrado? ¿Acaso los monjes no estaban al tanto de la invitación de don Rafael? El protagonista de esta historia desea saber por qué ha sido requerido, pero poco le será contado. Su mentor quiere revelarle algo que cambiará el curso de la cristiandad, aunque, misterioso y cauto, le aguarda a esperar. Por desgracia, el cardenal descubrirá por su cuenta que su sola presencia desencadenará la tragedia. Sospechosas muertes gobernarán la abadía, mientras Albar tratará de dilucidar el significado de un hallazgo imprevisible, un codiciado libro que podría tener la impronta del propio Jesús y cuyo contenido pondría en cuestión los cimientos del cristianismo. Nada sería igual, aunque todo podría ser más justo. Dicha obra no solo traerá de cabeza a los monjes de la abadía, sino que obligará al cardenal a una pelea por su supervivencia. Junto a Mario, que actuará como un fiel discípulo, Albar se enfrentará a enigmas tras puertas ocultas, crímenes inexplicables, símbolos que conducen a pistas y pistas que conducen a trampas. El suyo será un descenso vertiginoso que le enfrentará a su querida Isabel, una mujer casada que desgarró su corazón; a la intransigencia de los cobardes, a la lucha por mantenerse entre los vivos y, finalmente, a los Diez Escalones. Fernando J. Múñez lo ha vuelto a hacer: regalarnos una sorprendente novela de época que nos invita a reflexionar y nos mantiene en vilo desde la primera página. En esta ocasión el autor ha elaborado un thriller costumbrista que arrastra al lector hasta los mundos ocultos del Medievo. A través de una voz narrativa coral, que abarca el punto de vista su protagonista, pero también los de distintos personajes, el autor logra adentrarnos en el pensamiento medieval, repleto de prejuicios e ideas irracionales. Los lectores empatizarán con personajes, profundos e intensamente humanos, que deberán enfrentarse a dogmas inamovibles y superar todo tipo de conflictos para sobrevivir o alcanzar su libertad. En realidad, esta novela nos demuestra que muchos de los antiguos demonios de aquella sociedad medieval también persisten hoy en día. Algunas ideas y valores que se explican –y cuestionan– en este thriller perspectivista tienen un reflejo en el mundo que vivimos: el machismo, la codicia, el clasismo, el fanatismo religioso o el odio a todo aquel y aquello diferente. La dualidad entre la vida y la muerte y la violencia desmedida serán otros de los temas de esta excelente novela. Los Diez Escalones es una historia polifónica de personajes, amores y crímenes que conducirán al protagonista hacia lo inesperado, pero también al reencuentro con un pasado doloroso y a un viaje hacia el interior de su espíritu: una odisea, en verdad, al alma misma del género humano, que desafiará sus principios y amenazará con destruir todo lo que ama. Con una constante tensión narrativa, el autor nos regala una trama de misterio y detectivesca, con giros mayúsculos, a la vez que alimenta el apasionado amor prohibido entre Alvar e Isabel. Este personaje femenino, con una fortaleza arrebatadora, realizará un recorrido único hacia el redescubrimiento de la mujer que fue. Es una figura dramática, decepcionada en el amor y esclavizada por las reglas sociales medievales, pero que posee un espíritu inquebrantable. Al igual que Alvar, ella adoptará un rol activo convirtiéndose en la heroína de esta historia. La de Alvar e Isabel no es la única relación que llamará la atención de los lectores. Destaca la unión que se establece entre el cardenal y el joven Mario, quien encontrará en él a su añorado maestro, de quien aprenderá y a quien admirará. El vínculo entre ambos y la intriga que hábilmente diseña el autor son un guiño a la genial novela El nombre de la rosa, de Umberto Eco. En ese sentido, el vínculo entre ambos y la intriga que hábilmente diseña el autor se asemejan a obras tan geniales como El nombre de la rosa, de Umberto Eco. Un sublime referente literario de cuya tradición bebe la novela Los Diez Escalones. El autor entretiene al público, mientras lo conquista con sus vastos conocimientos y consolida un estilo narrativo ya visto anteriormente en él. De hecho, los seguidores de Fernando J. Múñez podrán detectar semejanzas entre el actual y su anterior libro, más allá de la impronta que siempre deja el autor. «...Las dos novelas están en un constante diálogo. Así, en ambas, la acción externa y sus personajes con sus eventos son el armazón para profundizar sobre los mismos temas de calado. Aunque La cocinera de Castamar habla de la pobreza y del esclavismo y Los Diez Escalones sobre la xenofobia o la intolerancia religiosa, las dos obras abordan estos problemas como crítica para suscitar una reflexión posterior...», según palabras recientes del autor. Para Fernando J. Múñez, su nuevo libro es «...una extensión de La cocinera de Castamar, pues pone en valor la crítica a estos prejuicios e ideas totalitarias que sesgan nuestra capacidad de razonar adecuadamente de una forma más concreta...». Además, el autor vuelve a construir personajes maltratados por la vida o por una sociedad injusta e imperfecta. De nuevo el amor es el lenguaje universal sanador que puede –aunque no siempre– superar las dificultades y, como en su anterior novela, los lectores podrán disfrutar viendo la transformación y la fuerza de una mujer valiente, que se revela ante la estructura patriarcal y contra el machismo que lo alimenta. La ambientación de Los Diez Escalones resulta extraordinaria. Lectores podrán recorrer todas las estancias y rincones de la ficticia abadía de Urbión, similares al de otras construcciones reales, a la vez que se verán atrapados por una narración con un gran nivel de detalle. El público tendrá la sensación de encontrarse entre aquel cónclave del Císter, de percibir la inquietud del silencio o descubrir cómo era el claustro, la iglesia, las celdas, la casa del abad, la botica o la cocina de la abadía. Además, de la misma manera que la ambientación destaca por su realismo, también lo hace por la desbordante imaginación del autor. En su afán por avanzar y aclarar los hechos, Alvar y su discípulo se adentrarán por un oscuro mundo subterráneo lleno de puertas ocultas, necesitado de llaves maestras y donde se toparán con una fascinante biblioteca. Aunque la abadía es el principal escenario donde acontecen la mayoría de los hechos, también se refleja el recorrido que realiza el cardenal en tierras de la Península Ibérica y tras salir de Roma. Así, al principio de la novela se cita el Camino de Santiago y lugares como Burdeos, los Pirineos, Roncesvalles, Pamplona, Logroño, la catedral de Santo Domingo de la Calzada, el monasterio de Yuso en San Millán de la Cogolla, la serranía de Neila y Burgos. Sin embargo, Urbión centra casi toda la acción de esta novela. Los Diez Escalones sobresale por sus múltiples niveles de lectura y la labor de documentación del autor. Esta emocionante ficción también puede considerarse una novela histórica, ya que Fernando J. Múñez acierta aportando datos que la contextualizan en la época del medievo. En cualquier caso, merece una especial mención la vertiente filosófica y teológica de esta obra. Por ejemplo, al igual que Mario, los lectores tendrán el privilegio de conocer y reflexionar con los conocimientos que argumenta Alvar o sabrán cómo se organizaba o cuáles eran las reglas que regían la comunidad cisterciense. El autor mencionará y dará protagonismo a Agustín de Hipona y a otros eruditos, contará aspectos referentes al simbolismo religioso o revelará el significado de indicaciones o frases en latín. Además, otro punto fuerte de esta novela es el grado de simbolismo de algunos elementos que enriquecen el argumento y la reflexión final. En ese sentido, destaca la Iglesia como símbolo del máximo poder; el libro como ejemplo de la sabiduría suprema y también como instrumento para justificar ataques violentos; la humilde cruz que esconde don Rafael y que adopta el papel de una llave que todo lo abre o los mismísimos diez escalones, que resultan preceptos religiosos abiertos a la interpretación. Con este bagaje, la novela tiene todos los ingredientes para cautivarnos hasta su última página. A Fernando J. Múñez (Madrid, 1972) le comenzó el gusto por la escritura desde muy niño. Con catorce años empezó su primera novela, y sus primeros guiones de cine con dieciocho. Tras licenciarse en Filosofía, dirigió sus primeros cortometrajes y completó su formación académica en Cinematografía en Estados Unidos. En 2012 dirigió el largometraje Las normas, proyectado en el festival de Alicante y la Seminci de Valladolid. Empezó su carrera literaria en el año 2002 y en el mundo de la literatura infantil y juvenil, donde tiene una amplia trayectoria. En 2019 publicó su primera novela para adultos, La cocinera de Castamar, a la que la sigue, en 2021, Los Diez Escalones. © Violant Muñoz i Genovés © Mediâtica, agencia cultural
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