Por Violant Muñoz i Genovés
El actor y escritor Pablo Rivero publica su cuarta novela, La cría, un thriller psicológico trepidante que sucede en 24 horas y destila un personal estilo cinematográfico. Como ya sucediera en sus anteriores novelas, Pablo maneja a la perfección el suspense psicológico, envolviendo al lector en un ambiente lleno de tensión y crudeza, con una ambientación muy real, sorprendentes giros en una trama asfixiante y no exenta de crítica social: ¿hacemos un buen uso de las redes sociales? ¿Sobre exponemos nuestras vidas y de la gente que nos rodea? ¿Estamos constantemente controlados? ¿Incitan las redes al odio? La historia reflexiona sobre la sobre exposición en las redes sociales, el sharenting y cómo los cánones de perfección impuestos por la sociedad pueden llevar a una violencia callada y cruel y a situaciones que nunca deberían suceder, como el acoso, los problemas de salud mental e incluso crímenes y suicidios. Una novela que refleja situaciones que bien se podrían haber sacado de los titulares de cualquier medio de comunicación. «...La idea de este libro viene de unos seis años atrás, cuando empecé a utilizar las redes sociales con mayor asiduidad y me di cuenta de la dedicación que conlleva. Era el auge de los blogs e influencers y la idea de hasta dónde se puede llegar para conseguir seguidores fue el motor de arranque. Algo tan común como terrorífico. La cría no pretende ser una lección de nada, es un thriller y los personajes muchas veces están llevados al extremo. No pretendo señalar un tipo de maternidad, de mujer o feminismo como el apropiado. Mi intención es poner el tema sobre la mesa y que cada uno haga sus valoraciones. Me doy con un canto en los dientes si al menos hago a los padres pensar en ello y estar alerta cuando detecten algún peligro para sus hijos...» ¿Hasta dónde llega el amor de una madre? La cría es una historia inquietante, turbia y aterradora con un ritmo muy rápido que mantiene al lector en vilo durante toda la historia. La cría expone diferentes temas actuales que nos hacen reflexionar y preguntaros si muchos de nuestros hábitos diarios son beneficiosos para nosotros y para los que nos rodean. La cría pone de manifiesto sobre todo dos tipos de mujeres y dos tipos de maternidad, que el autor no pretende juzgar, si no ponerlos sobre la mesa. Es un duelo desgarrador entre dos madres que tienen una visión de la maternidad completamente diferente. Por un lado Candela, teniente de la Guardia Civil ha intentado mantener a su hijo completamente alejado de la exposición de las redes sociales, en gran medida para protegerle de las críticas y de los comentarios dañinos y por otro lado Adriana ha expuesto a su hijo Lucas desde el día que nació, lucrándose monetariamente de la imagen de su hijo. Esto nos lleva a una pregunta: ¿qué es más peligroso: la exposición en las redes o intentar mantenerlos al margen? Comienza la pesadilla. Ha desaparecido Lucas, el niño más famoso de España. Con más de un millón de seguidores en redes sociales, protagoniza un popular anuncio de galletas junto a Sweet Bunny, un enorme y enigmático conejo de peluche blanco. Candela, una teniente de la Guardia Civil en plena crisis vital, toma las riendas del caso y comienza una trepidante cuenta atrás para determinar si se trata de un secuestro, un caso de violencia vicaria o si podría estar relacionado con los peligros del sharenting –la exposición de menores por parte de sus padres en internet–. En su búsqueda por resolver el misterio tendrá que sortear las intrusiones de Adriana, la madre del niño, y Judith, su hermana adolescente, ambas empeñadas en ser influencers de éxito. Sharenting es un término muy poco conocido pero que el autor utiliza como crítica principal en la novela. El sharenting es el término que se usa para definir el fenómeno cada vez mayor mediante el cual los padres publican fotos, audios, vídeos y demás imágenes de sus hijos en sus redes sociales sin ninguna consideración de seguridad y privacidad. Los datos son estremecedores: el 23% de los niños aparecen en las redes incluso antes de nacer, con instantáneas de las ecografías. El 81% de los bebés son expuestos con menos de seis meses de edad. Incluso en ocasiones, no solo los padres publican la vida de sus hijos en sus cuentas si no que les abren cuentas propias. Nacimiento digital es el término que hace referencia al hecho de que los niños “existen” antes en las redes sociales que en la realidad y cuando nacen están rodeados de pantallas, redes sociales y cánones de perfección establecidos. Según datos oficiales de Google, el 64% de los niños entre 2 y 5 años y el 78% de 6 a 11 años utilizan la tablet siendo Youtube la plataforma preferida para consumir vídeos online. «...Estamos criando niños infelices, insatisfechos de por vida sin ni siquiera haber empezado a vivirla, porque nunca serán lo suficientemente guapos, exitosos, ricos y talentosos, ni fuertes ni delgados para el mundo perfecto que os habéis inventado e imponéis a la fuerza. Los hemos lanzado al abismo sin paracaídas, así que cuando descubren que en el mundo real no existen filtros que los conviertan en todo eso, no son capaces de superarlo y su realidad se va a la mierda...» Muchas veces esta sobre exposición y uso de las redes sociales crea unos estándares de perfección con graves consecuencias como el bullying y el odio en las redes. Los acosadores basan su hostiga-miento en las características físicas de su víctima o en cuestiones relacionadas con la ideología, el sexo o la religión. Estos «haters» muchas veces se escudan en el anonimato y acosan de forma pública a las víctimas con comentarios públicos que en ocasiones pueden convertirse en agresiones físicas. Cada vez vemos más odio en las redes sociales ya que el anonimato, la deshumanización, la falta de empatía y el efecto arrastre son algunas de las razones que llevan a una persona a insultar en Internet. «...A mi hijo le estaban destrozando la vida, era un caso de bullying de libro y, sin embargo, nadie hacía nada. Al contrario, las represiones siempre eran para él. El psicólogo del colegio estaba igual de desinformado o más que los profesores y el resto de padres. Pero él era fuerte y fue aguantando. Siguió luchando hasta que por fin nos convenció para dar el paso, amparado por el criterio de varios especialistas. Hemos sabido que le daban porrazos contra la pared, lo tiraban por las escaleras, le decían que tenía barriga de mujer y no músculos de hombre, le levantaban la camiseta y le decían que cómo era posible que fuera por la vida de hombre cuando tenía tetas... Lo torturaron en vida de la manera más cruel posible. Esto hizo que no durmiese por las noches, tenía una jaqueca casi crónica, vértigos y malestar. Tenía miedo, mi hijo tenía solo trece años y vivía sumido en el terror por vuestra culpa...» Muchos de los niños que sufren bullying actualmente son los niños trans. El 90% de menores «trans» sufre algún tipo de acoso, según la primera Guía de Prevención de Acoso Escolar Transfóbico. Gracias a la novela de Pablo podemos reflexionar sobre el acoso que sufren muchos de estos niños por parte de otros niños incluso de los adultos y el dolor que esto provoca también en sus familias. Todo esto puede provocar graves problemas de salud mental. El uso de redes sociales está relacionado con un incremento en las tasas de ansiedad y depresión, con dificultades del sueño, y con problemas de autoimagen. El ciberbullying o acoso cibernético es un problema creciente: 7 de cada 10 jóvenes afirman haberlo experimentado. «...¿Sabes la cantidad de adolescentes que se suicidan al año por el bullying que practican adolescentes como tu hija, entre otras cosas por no pertenecer a ese mundo que tú promueves... por no encajar en vuestras normas y cánones estereotipados?...» En La cría podemos ver como se trata también el tema de la violencia vicaria que tiene como objetivo dañar a las mujeres a través de sus seres queridos y especialmente a través de los hijos. Mediante este tipo de violencia se pretende hacer daño con lo que más quieren unos padres provocando un dolor durante el resto de sus vidas. El anonimato y la perversión es otro de los temas que se trata en esta obra. ¿Hasta dónde llegan los contenidos que subimos a redes sociales? ¿Quién tiene acceso a ellos? ¿Con quién hablan nuestros hijos o nosotros mismos? Hay miles de personas que se crean perfiles bajo nombres e identidades falsas que usan para acosar y ponerse en contacto con muchos menores. En España está totalmente permito crear identidades anónimas en las redes sociales. El anonimato permite muchas veces, hacer declaraciones de forma libre, expresar opiniones sin miedo a ser juzgado por quién eres, pero puede ser usado por mucha gente de forma perversa y para aprovecharse de los más inocentes. Licenciado en comunicación audiovisual, Pablo Rivero es conocido por interpretar a Toni Alcántara en la serie de TVE Cuéntame cómo pasó, trabajo que combina con personajes en películas como De tu ventana a la mía de Paula Ortiz, Proyecto tiempo de Isabel Coixet, No me pidas que te bese porque te besaré de Albert Espinosa o La noche del hermano de Santiago García de Leániz. En teatro ha participado en montajes como La caída de los dioses, dirigido por Tomaz Pandur, Los hijos se han dormido, dirigido por Daniel Veronese, El sirviente, dirigido por Mireia Gabilondo, las tres en el Teatro Español, o Fausto, también de Tomaz Pandur, para el CDN, entre otras. Debutó como novelista con No volveré a tener miedo, un domestic thriller que tuvo una gran acogida entre los lectores y la crítica. Penitencia, su segunda novela, nos adentra en el mundo de la interpretación y la industria que lo rodea, que conoce muy bien, para dar profundidad a una envolvente trama de puro género. Las niñas que soñaban con ser vistas nos sumerge en una perturbadora historia repleta de intriga. La cría es su cuarta novela, con la que nos desvela los peligros del sharenting. (c) Violant Muñoz i Genovés (c) Mediâtica, agencia cultural
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Por Violant Muñoz i Genoves
Vuelve la gran Dama del crimen en España: Reyes Calderón una de las grandes pioneras del thriller en nuestro país y creadora de la saga de la jueza Lola MacHor, construye con maestría una extraordinaria novela que mezcla la trama policial con la mejor intriga psicológica. El Palacio de Hielo de Madrid habilitado cómo morgue provisional durante la pandemia, no puede cerrar sus puertas y regresar a su actividad porque el ataúd no reclamado de una anciana lo impide. El inspector Gustavo Salado y su ayudante Javier Jaso acompañan al supersticioso juez Juan Calvo a la inspección preliminar del cuerpo. El juez no imaginará que este sencillo trámite les deparará una gran sorpresa: en su interior hay un varón vestido con un caro traje a medida y luciendo un Rolex de oro en la muñeca. Ni mucho menos se trata de la anciana que consta en el parte de defunción y que en realidad está viva tras su paso por la UCI. Lo que parece una confusión de clasificación durante la crisis sanitaria, en la que muchos profesionales se vieron desbordados, les introduce poco a poco en un macabro juego: una cadena de muertos a cada cual más peculiar que tienen en común la firma, el certificado de defunción, de la doctora Paloma Padierna, una joven internista del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Los primeros indicios apuntan a esta especialista, que trató a los fallecidos durante su estancia en el hospital, y también el extraño nombre de un médico forense un tal Capit Alum de quien ningún colega ha oído hablar. Mientras tanto, la doctora Padierna, ajena a todo este asunto y agotada tras los duros meses de trabajo en el hospital, solo piensa en sus vacaciones. Necesita un descanso. Pero el asesino de los crímenes perfectos tiene otros planes para ella. Sin quererlo, la doctora se verá inmersa en un peligroso juego criminal que tendrá en jaque a los dos agentes de la policía judicial y el juez Calvo, deseoso de cerrar un caso cada vez más enrevesado. ¿Qué pretende el asesino? ¿ Ha actuado solo? ¿Está este caso relacionado con otras muertes? Jaso, que se estrena en su nuevo destino, avanzará la investigación sin perder de vista a la doctora, de quien te has sentido atraído desde el principio. Lo que ninguno de ellos imaginará es que la verdadera respuesta no solo se encuentra en el presente, sino también en el pasado, cuando los asesinatos de diversos jóvenes quedaron sin resolver ¿Llegará a tiempo el agente Jaso de atrapar al verdadero culpable? ¿Será este caso el más importante de la carrera del juez Calvo? ¿Qué le pasará a la doctora? Y es que, una vez comenzado este peligroso juego no habrá vuelta atrás para ninguno de ellos. Reyes calderón lo ha vuelto a hacer: nos mantiene pegados a las páginas del libro. Nos presenta una historia desarrollada en un contexto contemporáneo muy cercano al público, se enmarca en los peores momentos de la pandemia en Madrid, cuando la ciudad estaba colapsada por los estragos del covid19. Ya al comienzo, el misterio en torno a un féretro solitario y la figura de un juez supersticioso llama la atención del lector que difícilmente podrá levantar la vista de las páginas de esta adictiva novela. Con su estilo característico la autora consigue imprimir un ritmo trepidante a esta oscura historia con giros imprevisibles y nuevas incógnitas por resolver. El lector asistirá perplejo a un inteligente juego macabro de difícil solución, no en vano Reyes Calderón domina el arte de la novela criminal, ya que otras obras se ha adentrado con eficacia en los entresijos de las personalidades homicidas y las pesquisas policiales. Su saga protagonizada por Lola MacHor, todo un éxito de público, así lo atestigua. En "El juego de los crímenes perfectos” la autora desgranará las motivaciones de los psicópatas y analizará diversos escenarios donde aparecen algunas de las víctimas. La trama de este thriller cobrará sentido a medida que todas las piezas comienzan encajar, incluso, aquellas que parecen no estar conectadas. La autora no solo detallará los pasos dados por la policía y otros personajes, como la doctora relacionada con los fallecidos, posible víctima y sospechosa, sino que también terminará ofreciendo el punto de vista del asesino, un ser cuyo pasado también no ayuda a entender su nula empatía y personalidad. Con una prosa envolvente y una amplia diversidad de registros, la autora nos ofrece personajes alejados del arquetipo, llenos de contrastes, con rasgos muy humanos y cercanos a la cotidianidad. Incluso se vale de cierto sentido del humor a la hora de caracterizarlos, cómo es el caso del juez Juan Calvo, un detalle brillante que no ensombrece, en ningún momento la crueldad de los hechos delictivos que narran. Además, consciente de la solidez de sus personajes, la autora equilibrará el protagonismo de muchos de ellos, de esta forma la voz narrativa no sólo se fijará en las inquietudes del magistrado, sino también se centrará en las percepciones e intereses de los agentes, la doctora y el asesino. Esa multiplicidad de puntos de vista hará que entendamos las motivaciones y las personalidades de todos ellos sin que se pierda ni un ápice de suspense. Estamos ante una novela criminal llena de matices en la que, al final, el ritmo frenético irá en aumento porque una vez descubierto el verdadero culpable, darle caza no resultara para nada un juego. Reyes Calderón nos presenta varios temas en este adictivo thriller. Desde los asuntos universales como el amor, la venganza, la lealtad, la muerte, la maldad o el engaño, las macabras razones que tienen los asesinatos, el perfil de un psicópata asesino, la situación de la sanidad en España, el trabajo de los cuerpos policiales e incluso, el de de los propios jueces. Nadie como ella para sacar partido a las emociones, los sentimientos y los principales conflictos humanos. Un amplio espectro que transita desde la luz hasta la oscuridad, para el hilvanar esta trama de suspense. Así en "El juego de los crímenes perfectos" habrá sed de venganza, dominación, culpabilidad, miedo, maldad, violencia, arrogancia pero también lealtad, amor y alianzas inesperadas entre personas que nada tienen que ver. Todo crimen viene motivado por alguna razón, aunque nos resulte incomprensible. Conocerla no solo dará sentido a lo sucedido sino que también aportará pistas a los investigadores para dar caza al responsable. Desentrañar "El juego de los crímenes perfectos" será también una motivación para los lectores, quiénes incluso percibirán destellos al puro estilo de Alfredo Hitchcock. ¿Cómo funciona la mente de un psicópata asesino? ¿Qué le mueve a cometer esos crímenes? ¿Lo hace por placer? ¿Son todos unos narcisistas? ¿Pueden las mujeres encajar en ese perfil asesino? ¿Qué significa para ellos la escena del asesinato? Gracias a sus conocimientos previos, y a una rica labor de documentación criminal y psicológica de la autora, este libro por la la respuesta a todas estas preguntas. La doctora Padierna simboliza el nivel de saturación que vivieron los médicos internistas, y el resto de los sanitarios en general, en los peores momentos de la pandemia: falta de personal, cansancio, material y equipamiento insuficientes, hospitales sin camas disponibles para todos los enfermos de covid19, morgues improvisadas y hospitales de campaña. Algunos de estos elementos tienen mucho que ver con la trama criminal desarrollada por la autora. Cómo en anteriores ocasiones, se nos muestra de forma realista las relaciones que existen entre todos los profesionales implicados en la resolución de un crimen. Los pasos que deben dar los agentes de policía, la labor de los médicos forenses, la captación de pruebas, el papel de los magistrados y el límite de sus funciones forman parte de las situaciones narradas. Todo ello le otorga una gran verosimilitud a las escenas y a los personajes en su manera de hablar y comportarse. Reyes Calderón compagina su carrera como profesora universitaria con la escritura y la radio. Doctora en Economía y Filosofía por la Universidad de Navarra, ha sido profesora visitante en la Sorbona, en Berkeley (California) y University College of London. Es tertuliana en La linterna en la COPE con Ángel Expósito. Como escritora ha publicado doce novelas, en las que destacan "Las lágrimas de Hemingway", "Los crímenes del número primo", "El último paciente del doctor Wilson", "La venganza del asesino par", "Tardes de chocolate en el Ritz", “Las puertas del cielo" y "Clave Matisse" que han sido traducidas a varios idiomas. Ha sido galardonada con el Premio Abogados de novela por su obra "El jurado número 10" y el Premio Azorín de novela 2016 con "Dispara a la luna". (c) Violant Muñoz i Genovés (c) Mediâtica, agencia cultural Por Violant Muñoz y Genovés
En 1945 un grupo de niños huérfanos surcó Europa escapando de la crueldad de una guerra. Despojados de sus familias y de su inocencia vagaron por los caminos helados sin rumbo ni esperanza. Sin embargo, un grupo de hombres se organizó en torno a «La Orden» para salir en su ayuda y ofrecerles la que quizá si fuera su última oportunidad. Aquella última esperanza tenía la forma de cuatro simples semillas, que les fueron entregadas junto con un enigmático mensaje. Solo una de ellas, la cuarta, debía permanecer separada del resto. Son muchas las preguntas que cualquier persona se hubiera hecho al recibir una encomienda tan peculiar, pero solo había tiempo para creer. ¿Cumplieron aquellos niños su sueño porque desconocían que aquella encomienda era imposible? ¿Qué información encerraba aquella semilla, que casi un siglo después, pudo terminar provocando una auténtica disrupción del mercado agropecuario? A través de las páginas de esta singular y original novela el lector descubrirá las respuestas a estas preguntas, al tiempo que emprenderá un viaje de superación personal de la mano de Eduardo, el joven heredero de una empresa que parece destinada a desaparecer pero que, con su empeño y creatividad, conseguirá convertirla en punta de lanza de su sector. Para ello se apalancará en la tecnología de las criptomonedas y del blockchain, desarrollando una influyente red de distribución de productos agroalimentarios, solidaria, sostenible y próspera, con la que intentar sortear los más feroces intervencionismos gubernamentales y despojar a los intermediarios de su gran poder de negociación. La hora de la cuarta semilla ha llegado. José Luis Serrano, al autor su formación y experiencia empresarial no ha sido impedimento para desarrollar una inquietud por narrar historias relacionadas con la realidad que conoce. Un baby boomer del 70 que creció en un mundo en el que lo extraño era el cambio, hoy cree que ha llegado el momento de contarlo todo y para ello se sirve de un universo propio, que conoce en profundidad y en el que se ha empleado a fondo. “...Es compatible ganar dinero y desarrollar el planeta de manera solidaria y responsable...” Hay grandes historias por contar extraídas de una cotidianidad donde la realidad siempre supera a la ficción, y donde se encuentran esos grandes héroes que se escriben con minúsculas y grandes villanos cuyo papel conforman una parte sustanciosa de cualquier vivencia. Siente necesidad de transmitir su peculiar manera de ver la historia reciente y de plasmar las consecuencias de un profundo cambio de valores en la sociedad, y no necesariamente peores, sino distintos, aunque convencido de que las «etiquetas» son la trampa perfecta. .- Esta es su primera novela. ¿Qué se encontrará el lector en “La cuarta semilla”? Una historia que nos habla de la realidad actual. Y creo que, para dotar a esa historia de verosimilitud, lo mejor es ponerla en relación con otros hitos históricos, no demasiados lejanos. Una guerra mundial nos suena a tiempos remotos, pero solo nos separan de ella un par de generaciones. Acontecimientos de tal magnitud destruyeron muchas cosas, aunque sus propias cenizas fueron el abono perfecto para que otras semillas germinaran. Surgen entonces iniciativas para reinventar el mundo, nuevas organizaciones y redes para definir nuevos órdenes. .- Son tiempos donde todo cambia... Exacto. Esta época, carente de certidumbres, está tejida por micro revoluciones en diferentes ámbitos que crecen a razón exponencial. Asistimos sin percatarnos a caídas de estructuras tradicionales sin terminar de percibir las que nos sostendrán en un futuro. Quizás no sean estructuras rígidas sino maleables. Esta novela traza la experiencia de una familia que crece en torno al campo y que se enfrenta a este gran cambio invisible. Una crisis que no tiene nada que ver con la contundencia de las bombas sino con amenazas invisibles que ya circulan por las arterias de nuestra sociedad. .- La novela se centra en la historia de Eduardo para sacar adelante su empresa, haciendo un paralelismo con las vivencias de sus abuelos en la Segunda Guerra Mundial. ¿Por qué decidió a enlazar las dos historias? Creo que la verdadera gravedad de un asunto se percibe mejor en una posición relativa con respecto a otro. En la actualidad, el confinamiento internacional motivado por una severa pandemia ha sido percibido y vivido de manera traumática para la mayoría de las personas y nos situaba ante un enemigo invisible. Esta catástrofe y nuestro enemigo es de distinta naturaleza a una guerra mundial. Detectar al enemigo, su naturaleza y su ubicación es urgente para combatirlo. En la Segunda Guerra Mundial el enemigo estaba claro, así como sus efectos perniciosos. Hoy el enemigo no es tangible. Afrontamos los efectos de la tecnología sin percibir que en muchos casos acabará con nuestros empleos; encaramos las adversidades de un virus debiendo convivir con nuestro “Yo”, ese gran desconocido; desaparece el dinero físico y comienza una interconexión digital que suple a las antiguas conexiones fraternales. Creo que todo esto se entiende mejor hablando de historias reales paralelas. .- Tal como nos cuenta, utiliza acontecimientos del pasado para contextualizar la realidad actual. ¿Le ayuda a plasmar lo que quiere contar? Absolutamente. En primer lugar, hablar de una familia hace que se perciba la conexión secuencial lógica de acontecimientos. En la novela, los abuelos formaron parte de los “niños lobo” resultantes de la guerra. Han sido la primera generación de muchas empresas que han dado trabajo a muchos de nuestros coetáneos. Esto aporta la perspectiva ideal para analizar una realidad. Cada generación tiene su gran crisis y todas ellas tienen distintas características. Hay que permanecer atento a todo aquello que puede provocar cambios y tratar de identificar los frentes, la artillería actual y las consecuencias que esta posguerra dejará. De estos profundos cambios han hablado ilustres escritores como Charles Dickens, John Steinbeck, etc. .- ¿Cómo es el viaje que debe emprender el protagonista? La novela narra tres tipos de viaje. El primero es físico, geográfico, porque los personajes se mueven por ciudades europeas y del mediterráneo. El protagonista afronta un viaje inesperado mientras intenta escapar de una realidad para la que no estaba maduro. Cuenta un viaje en el tiempo, dado que la historia avanza a base de puntadas a un lado y al otro del umbral del siglo. Y en esas puntadas se va tejiendo un remiendo creativo que cierra el desgarrón del pantalón. La clave de la historia es cómo se remata el pespunte para evitar un cierre en falso, así como obtener las lecturas adecuadas de nuestros cambios como sociedad. Y nos habla de un tercer viaje, el interior. Eduardo experimenta un proceso mediante el cual alcanza un estado que es el que le empuja a tomar determinadas decisiones y a ver la vida desde la “roca del río” adecuada. .- La novela trata distintos temas como el mundo empresarial, la tecnología, y hasta la jardinería. ¿Qué relación tienen entre ellos? La vida en general está ordenada de manera biológica. Nuestro lenguaje está cuajado de expresiones relacionadas con el mundo vegetal. Expresiones como crecer, prender (emprendimiento), brotar, frutos, fértil, florecer, etc... El mundo empresarial nos habla constantemente del florecimiento del comercio, los frutos de las inversiones; el tecnológico nos cuenta cómo fluye la información por capilaridad, como hacer minería en busca de yacimientos y un largo etcétera. Sin embargo, he querido que la esencia de esta historia quede condensada en una semilla, la cuarta de las que un hombre sencillo y noble entrega a unos niños “lobo” como única manera posible de ayudarles. Así comienza esta historia y a ese momento es al que me gustaría que el lector volviera una vez acabada su lectura. .- Habla de la utilización de nuevas tecnologías como las criptomonedas en algo tan tradicional como es la agricultura. ¿Cree que ese es el futuro de ese sector? Nos encontramos en un momento fascinantemente peligroso. No pretendo caer en el mesianismo, pero sí intuyo que la humanidad no sabe bien dónde se dirige. Cada día surgen nuevos hallazgos impensables hace unas semanas y de estos descubrimientos se derivan nuevas aplicaciones que el hallazgo inicial no pretendía. No soy ningún experto en tecnología, pero sí he realizado una investigación durante años y me doy cuenta de que la tecnología blockchain, unida a otros hallazgos, están revolucionando la humanidad. La sociedad convencional sigue con su discurso, en el que aparenta un desarrollo medianamente normal de las cosas. Sin embargo, muchas de las víctimas de esta sociedad han desarrollado tecnologías capaces de tamizar el mundo con sus propuestas. En el mundo de la agricultura en concreto, ya existen iniciativas globales capaces de sostener toda la cadena de valor y obtener no solo grandes benéficos económicos, sino sociales. Ya es compatible ganar dinero y desarrollar el planeta de manera solidaria y responsable. Y esta posibilidad se abrirá paso a pesar de no ser demasiado bienvenida. «...Muchas de las víctimas de esta sociedad han desarrollado tecnologías capaces de tamizar el mundo con sus propuestas...» .- Para terminar, ¿qué hay de autobiográfico en la novela? En primer lugar, todo escritor plasma experiencias propias, emociones y sensaciones experimentadas en primera persona o sentidas al ser contadas por otros. Todas ellas son alojadas en una especie de “talega” emocional a la que acude para plasmar lo que quiere contar. Desde ese punto de vista uno escribe de manera autobiográfica siempre. En este caso he de decir que por motivos de mi trabajo (asesor financiero) durante décadas he ido acompañando a personas y empresas de muchos ámbitos y puedo deducir cuáles son sus emociones y sentimientos. He vivido cambios en el sistema monetario, grandes crisis empresariales y financieras y todas las consecuencias sociales que ello conlleva. Además, soy coach personal y ejecutivo certificado y he podido acompañar a mucha gente en sus procesos personales y corporativos. He cubierto para mi blog eventos mundiales empresariales y entrevistado a gurús mundiales de la superación personal. Este historial no es ni bueno ni malo, sino un lugar desde el que contar la realidad que percibo y la manera en que la siento. La historia nos cuenta que la mejor manera de hablar de una realidad es a través de las historias. Eso mismo representa la escenificación de la entrega de las cuatro semillas a aquellos niños. © Violant Muñoz i Genovés © Mediâtica, agencia cultural Por Violant Muñoz y Genovés
Una máquina de coser, portadora de un terrible secreto, hilvana la historia de cuatro generaciones de mujeres a lo largo de nueve décadas. Una ambiciosa saga familiar que conecta la España de la posguerra con la del #MeToo. Un emocionante homenaje a la resiliencia y la solidaridad femenina. Las herederas de la Singer abarca nueve décadas de la historia de España (desde los años treinta del s. XX hasta la actualidad) a través de las vidas de cuatro generaciones de mujeres pertenecientes a una misma familia. La original estructura de la novela, que rompe la línea temporal e intercala personajes y épocas de forma voluntariamente desordenada, permite conectar las vivencias de estas cuatro mujeres. Aurora, Águeda, Ana y Alba entenderán que es mucho más lo que les une que lo que les separa: un historial común de lucha, violencia y decepciones, pero también de amor, resistencia y, sobre todo, solidaridad femenina. Ana Lena Rivera ha escrito una obra ambiciosa y adictiva, anclada en su memoria familiar, que ofrece un fresco emocionante, realista y provocador acerca de lo que significó ser mujer en España durante el siglo XX y de cómo esto ha influido, de forma decisiva, en la experiencia femenina contemporánea. La autora parte de sus orígenes para elaborar, además, una sensual aproximación a su Asturias natal, tierra brumosa muy ligada a la mitología y la tradición. Una tierra de mineros y, también, de mineras, oficio invisible que la novela se encarga de reivindicar. Una vieja máquina de coser, portadora de un terrible secreto que acabará revelándose, será el objeto que conecte a las cuatro protagonistas. La resistencia de la Singer, incombustible al paso de los años, encarna el lazo inquebrantable que une a estas cuatro mujeres, así como su capacidad para levantarse después de cada golpe. Las herederas de la Singer constituye un homenaje a la resiliencia y la unión femenina y a todas esas mujeres que, pase lo que pase, se resisten a ser catalogadas exclusivamente como víctimas. «...La guerra no duró tres años, la guerra aquí comenzó con la revolución del treinta y cuatro, ahí empezaron años de sufrimiento y de muerte. Y después, ¡ay, después¡ No hubo época más mala que la posguerra: todo era trabajar y trabajar, día y noche, y pasar hambre, miedo y penurias. Y el hambre terminó, pero el miedo duró décadas...» Las herederas de la Singer supone un homenaje a los trabajos invisibles que tantas mujeres desarrollaron durante décadas. La novela divide su atención en dos ámbitos: el desconocido papel que las mujeres jugaron en la minería asturiana y la costura como actividad ligada al ámbito doméstico que fue vital para la autonomía económica femenina. Aurora (modista) y su amiga Ramona (minera) son buenos ejemplos de ambos campos: las dos desarrollan una profesión en una época ―la posguerra y la dictadura franquista― en la que las leyes, la educación y la moral imperante empujaban a las mujeres al interior de sus hogares, relegándolas a sus papeles de esposas y madres. Las herederas de la Singer descubren, por tanto, una realidad que las proclamas de la Sección Femenina quisieron invisibilizar: la de las mujeres trabajadoras cuyos ingresos supusieron el principal sustento de sus familias. La novela consigue así imágenes de impacto: Aurora ligada, incansable, al pedal de su Singer, cosiendo día y noche, y escandalizando a todo el mundo al comprarse una moto para llevar sus encargos, en una época en la que las mujeres no solían conducir. O Ramona, bajando al pozo rodeada de hombres, con mirada decidida. La historia de Ramona ejemplifica la desconocida, e injusta, realidad de las mujeres mineras. Oficialmente, ninguna mujer trabajó en una mina en España hasta 1996 ―después de una sentencia del Tribunal Constitucional―, pero la verdad es bien distinta: pese a que era ilegal, siempre hubo mujeres en la mina, solo que su presencia se borró de la historia. Fueron, como Ramona, trabajadoras invisibles, relegadas a tareas peor pagadas, pero igual de peligrosas, que las que desarrollaban los hombres. «...Cuando estalló la guerra y con los hombres en el frente, muertos o en la cárcel, ¿quién crees que sacaba el carbón? Pues las mujeres, claro. Los pozos no podían parar...». Escribía un crítico acerca de Yasujiro Ozu que, en su cine, «el universo entero cabe en una familia». En Las herederas de la Singer, un siglo de la historia de España cabe en las vivencias de cuatro generaciones de mujeres de una misma familia. Siguiendo una clásica estructura de novela río, la obra de Ana Lena Rivera se despliega a lo largo de noventa años en los que se sigue a cuatro personajes femeninos que se encuentran, finalmente, en la última parte del libro. De un modo similar a cómo sucede en la serie televisiva Cuéntame, la ficción aparece jalonada con acontecimientos reales, que forman parte de nuestra historia: de la revolución LA HISTORIA DE ESPAÑA, A TRAVÉS DE UNA FAMILIA minera del 34 a la pandemia de COVID, del Palmar de Troya a la caída de las Torres Gemelas, de la Guerra Civil a los atentados islamistas en Madrid. La novela rompe con la linealidad narrativa tradicional alternando líneas temporales diferentes e intercalando las vivencias de los cuatro personajes principales a lo largo de sus vidas. Este método de ruptura de la linealidad cronológica tiene, en literatura, ejemplos notables, como El dios de las pequeñas cosas, de Arundhati Roy, o Tomates verdes fritos, de Fannie Flag. En el cine español, Carlos Saura ensayó un método similar de confusión de líneas temporales en La prima Angélica o Cría cuervos, obras que subrayaban la intensa relación que existe entre el pasado y el presente. Las herederas de la Singer consigue conectar de un modo similar las vivencias de estas cuatro mujeres a través de dichos saltos temporales: las épocas pueden ser distintas, pero sus luchas siguen siendo las mismas. Ana Lena Rivera es asturiana de nacimiento, aunque lleva viviendo muchos años en Madrid. Estudió Derecho y Administración y Dirección de Empresas y, tras una carrera profesional emocionante en la empresa multinacional, inició una nueva etapa como escritora. Lo que callan los muertos (2019), la primera de las tres novelas dedicadas a la investigadora Gracia San Sebastián, le valió el Premio Torrente Ballester en 2017. Le siguieron Un asesino en tu sombra (2020) y Los muertos no saben nadar (2021). Las herederas de la Singer (2022) es su proyecto más personal hasta la fecha. Podéis escuchar la entrevista que le hice en mi programa de radio Calaix de llibres en este link: https://go.ivoox.com/rf/82838072 © Violant Muñoz i Genovés © Mediâtica, agencia cultural |
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