Alma de poeta
David Alberto Muñoz Ayer me decían no tener alma para ser poeta, mientras mis letras emanaban palabras torpes, como verbos conjugados sin sensata medida, simples dicciones vividas de un vaivén dañado, fluyendo en medio de una loca y afónica vida. Los pechos desnudos de una hembra reñían, excavando mi propio atisbo morboso de deseo, repudiando esa atención exigida, tan indagada, al compás absurdo de un ritmo perdido, incriminando soplos, delirios y suspiros. Ayer me decían no tener alma para ser poeta, mientras mis ojos observaban lo antes vivido, las imágenes lloraban sobre mi rara voluntad, produciendo sangre de polvo convertido en añico, gestando placer, delirio y olvido. Con olfato de garduña, ella robó mi ido letargo, olvidando las necesidades cargadas sobre mí, procurando besar los labios de un ser prohibido, ocultando aquel fatal intervalo descubierto, donde la serpiente duerme entre el polvo y el sentir. Ayer me decían no tener alma para ser poeta Y yo decidí jamás buscarla… Yo no soy poeta, más bien yo soy un garrobo, nauseabundo camino solo por entes desérticos, intentado vomitar mis propias entrañas existidas, lamiendo mis propias heridas con palabra ajena, la palabra de aquellos que me dicen: Tú no tienes alma para ser poeta. © David Alberto Muñoz
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David Alberto MuñozSe autodefine como un cuentero, a quién le gusta reflejar "la compleja experiencia humana". Viaja entre 3 culturas, la mexicana, la chicana y la gringa. Es profesor de filosofía y estudios religiosos en Chandler-Gilbert-Community College, institución de estudios superiores. Archives
July 2021
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