Protest
Un relato Por David Alberto Muñoz Yo nunca había ido a una protesta, de verdad. Esta fue la primera. He visto algunas por televisión. Mi abuelo me contó a las que él asistió en los años 60s. Era la época de los hippies, de hacer el amor y no la guerra, de los derechos civiles. En la escuela nos han enseñado documentales de cómo trataban a los negros, el odio que se ve en el rostro de mucha gente, es algo que yo no puedo entender, incluso a los mexicanos. Vi un letrero que decía: “No Mexicans, Women, or Dogs Allowed”. La primera vez que lo vi, sentí muy feo. Nos compararon con perros, y aunque yo quiero mucho a mi pet, yo sé que no lo hacían con buenas intenciones. Pensaban que los mexicanos éramos animales, sin ningún derecho. A mí me ha tocado ver, cómo personas me miran con mucho desprecio, con asco casi. Y pues yo siempre me baño. Mi Mom me enseñó que tenía que estar siempre limpio, si no tenía ropa nueva, era mi responsabilidad salir a la calle limpio. Era el orgullo de mi mamá, estar limpio. No entiendo el porqué de esa mirada… Siempre he escuchado historias sobre la discriminación en el país del tío Sam. Es como que la esclavitud dejó una mancha negra en la historia del país. Los blancos, y no todos, debo de aclarar, porque hay unos que nacieron en el lado equivocado de la frontera, pero hay unos, que en realidad se creen superiores a todas las demás razas, y ahora con todo lo que está sucediendo, esa herida que yo pensé ya estaba sanada, se abrió nuevamente, y no sé qué va a pasar. Entre más la rascas, más sangre brota, despierta el odio y el coraje en muchas personas. Y si he de ser sincero, de ambos lados existen resentimientos muy profundos. Yo participé en la marcha: March for our lives, y me dicen que desde las que hicieron en contra de la guerra de Vietnam, ha sido la más numerosa. Y lo creo, lo vi con mis propios ojos. Hombres, mujeres, niños, y sobre todo, muchos jóvenes, mucha juventud protestando. ¿Qué protestamos? La falta de seguridad en las escuelas. Yo estoy en High School, en el 11 grade. Crecí en el barrio, soy Mexican-American, y desde que tengo uso de razón, mis amigos se han ido muriendo uno a uno. No solamente en las calles de mi barrio, sino también dentro de las escuelas. No se siente seguro uno, es la mera verdad. Hemos crecido con temor, nuestros parents siempre nos decían, no salgas muy tarde a la calle, cuídate de los carros que andan por ahí, si oyes disparos en la escuela, escóndete…y creo que fue precisamente con la matanza del Florida School Shooting, que todos nosotros abrimos lo ojos, y nos dimos cuenta que todavía vivimos en los mismos tiempos que mi abuelo. Los políticos no hacen nada. Puro cuento, hablan y hablan y hablan, pero nada de acción. El racismo no ha desaparecido. Esta vivito y coleando. El gobierno no se preocupa por nosotros, la juventud, this nation is disintegrating! Eso es lo que pienso. Todo mundo le echa la culpa a todo mundo. Pero yo creo que todos tenemos algo de culpa. No importa a qué grupo pertenezcamos, todos estamos involucrados en el problema. Seas blanco, café o de color. Al ir protestando nos encontramos con personas que defienden el derecho constitucional a poseer armas, y me gritaron insultos, con mucho coraje. ¿Qué les he hecho yo? ¿Qué les hice? No me conocen y yo no los conozco. ¿No sería mejor sentarnos a platicar civilmente, en lugar de gritar injurias y desprecios? ¡A gritos y majaderías no se consiguen las cosas! ¿O no saben eso? Sería tan fácil para el NRA ganarse a tanta gente como nosotros. Simplemente permitiendo que exista el universal background check gun control. No estamos en contra del mentado derecho constitucional. Pero no, se entercan en que no. Hablan de los padres de la nación, de un derecho casi sagrado. No entiendo, sería tan sencillo complacer a tanta gente… Además, también sería muy simple para los políticos, pare el mismo presidente, echarse a la bolsa a todos los dreamers, que les den papeles, this is their nation too. Pero no, se entercan en ser gente que discrimina por lo de los documentos, o por el color de la piel, o porque las mujeres son menos que ellos, y a mí me parece que esa actitud, es puro orgullo mal habido. No entiendo muchas cosas todavía. Cuando eres joven quizás no te das cuentas de cómo trabajan las cosas en realidad. Pero en la escuela nos enseñaron sobre los derechos constitucionales, los derechos civiles de las personas, nos han metido hasta la coronilla, que todos somos iguales, y que en “América”, no se discrimina a nadie. Pero cuando salimos al mundo verdadero, al mundo real, vemos injusticias, desafueros, sinrazones, y la mera verdad, lo que está pasando en los Estados Unidos necesita cambiar, si realmente deseamos que el mentado melting pot siga vivo. Do you know what I’m trying to say? Creo que al final de cuentas, nada ha cambiado, las cosas siguen igual. Como que el país retornó cincuenta años atrás. Los jodidos siguen jodidos, los que tienen el poder, siguen en el poder, y nadie hace absolutamente nada. Yo quisiera que las cosas cambiaran. Que no hubiera tanta matanza, casi cada semana vemos una, como que ya nos estamos acostumbrando, es más fácil demonizar a los demás que tratar de entenderlos. En cuanto cumpla 18 años me voy a registrar para votar. Creo que mi generación está despertando. Al menos yo, seguiré luchando para que las cosas mejoren. ¡Denme esa oportunidad de ser alguien de la cual tanto habla América! El pinche: American Dream! Me llamo George Moreno, tengo 16 años, y yo participé en the March for our lives. Espero se haga algo esta vez…porque si no se hace nada, nos vamos a matar todos, unos a otros…lentamente…yo no quisiera eso… © David Alberto Muñoz
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SILENCIO
David Alberto Muñoz ¿Por qué a veces no me dices nada? Será porque en ocasiones las palabras no amparan ¿Por qué a veces no me dices nada? Será porque existen momentos donde enfada mi presencia Cuando ni tú misma sabes que desenterrar ¿Por qué a veces no me dices nada? Porque siento que te pierdes en tus propias desconfianzas Y te niegas a sentir el cariño de los demás, prefiriendo destruirte a ti misma Flagelando las espaldas de tus deseos y trastornos ¿Por qué a veces no me dices nada? Es que en ocasiones no sabes qué decir Andas a ritmo de golondrina Intentando huir hacia el sur de tus propios santiamenes Pretendiendo que es, aquello que no es ¿Por qué a veces no me dices nada? Porque tal vez todo está en mi loca mente depravada He construido un muro de papel Y deseando fundirme, dentro de mis propias verdades Busco esos momentos de carne, lujuria, y concupiscencia Dónde al menos por segundos aceptes esto, que a veces ni yo mismo sé comprender ¿Por qué a veces no me dices nada? Porque a veces no sabes que hacer… © David Alberto Muñoz Dreamer
Por David Alberto Muñoz No recuerdo exactamente cuándo me di cuenta. Tal vez siempre lo he sabido. Pero la primera vez que me cayó como balde de agua fría, fue cuando en la escuela nos dieron una aplicación para una beca. Sí, ya sé que en México le dicen solicitud. Mi papá me lo ha repetido 30 mil veces, pero nosotros aquí le decimos aplicación, y ¿qué quieren pues? Todos estábamos bien emocionados. Era nuestro último año de High School. Todos queríamos ir al colegio, a la universidad. No sólo la maestra Tossello, la que nos daba English, nos impulsaba. También Mr. Jiménez, y Mrs. Agí, ella era oriental, pero hablaba muy bien el español. Después descubrí que su familia también vino de México, pero sus padres eran de Japón, llegaron a México de alguna manera, y eventualmente toda su familia se estableció en suelo rojo azul. Me acuerdo muy bien, que los maestros, los administradores, todos nos decían que debíamos ir al colegio. Porque actualmente los trabajos nada más pagan lo mínimo. Lo que le pagaban a mi papá, que era guardia de seguridad en un almacén, dónde llevaban mercancía de no sé dónde ni qué era. Pero mi padre trabajaba toda la noche, además conocía personalmente al dueño, Mr. Harris, y el señor lo quería mucho. Yo quería estudiar arquitectura. Siempre me gustó hacer como edificios con los Legos, ¿sí sabe de cuáles? De acuerdo con el Mr. Tinney, yo tenía potencial de ser un buen diseñador de edificios, plazas, parques y demás. --But there is something that you will need Javier—me dijo Mr. Tinney--You need a college degree. Otherwise, no carriera. Understand? —Sí Mr. Tinney. I understand. Necesito un diploma de colegio. En aquella época yo andaba muy alborotado con la Betty. Una Homie del barrio que le decían la Nena, porque siempre andaba muy bien vestidita, muy limpia, y se miraba bien chiquita, ni parecía que iba en High School, más bien a mí se me figuraba como que estaba en Middle School. Era una Homie bien inteligente, y bien bonita. Pero medio cabrona también, bueno, creo que todos en el barrio éramos cabrones, pero la Nena, no sé, tenía algo, como me decía mi Mom: —Esa muchachita tiene porte. Pégate con ella en lugar de andar saliendo con la Bruja, que no nada más está bien fea, pero siempre anda de ofrecida. Las viejas ofrecidas no valen mijito. ¿Oyó? A mí nada más me daba mucha risa. Pues como decía, me dieron la aplicación y me fui muy contento a mi casa a llenarla y a decirles a mis papás. Cuando les pedí mi número de seguro social, fue cuando los dos pusieron cara de funeral, como si alguien se les hubiera muerto. —¿Qué onda Jefe?—le pregunté. Mi Mom, casi se pone a llorar. Yo no entendía, pero fue cuando me dijeron que yo no tenía papeles. Que me habían metido al país cuando apenas tenía dos años de nacido. —Tú no te has de acordar Javier. Estabas muy chico. Pero todos nos venimos para acá porque tu padre no tenía trabajo en México. Bueno, él se vino antes, y duró casi dos años antes de mandar por nosotros. Precisamente tú acababas de nacer cuando él se vino para acá. Trabajó en los files, de lava platos, incluso se paró en el Home Depot más de una vez, sólo para sacar algo de dinero. Con el tiempo, conoció a Mr. Harris, y ese gringo siempre se ha portado muy bien con todos nosotros. Es ya, como miembro de la familia. ¿A poco no? Eso fue lo qué pasó. --But Mom! What am I going to do? ¿Qué voy hacer? Mis padres se voltearon a ver uno al otro como preguntando lo mismo. Para solamente abrazarme ambos y decirme con mucho cariño: —Dios no nos ha dejado mijito, no nos puede dejar ahora. De eso ya hace casi 6 años. Voy a cumplir 25 años este mes. Y de esos 25, 23 los he pasado en estas tierras. Este es mi país. Incluso, después que me di cuenta que no tenía papeles, me metí en el Army. I went to Afghanistan. Peleé por mi país. Yo sé que mi herencia es Mexican, pero no conozco otro país más que este. En el Army si me recibieron ¿no? Pero ahora, todos los políticos se están haciendo pendejos y no quieren ayudarnos. Es una mierda la política. No me parece justo. Yo no escogí venir a este país. Yo crecí pensando que estas tierras eran las mías, el suelo que me había visto nacer. Y de pronto, nos echan en cara eso de los mentados papeles. No es justo, la verdad no es justo. ¿A poco no se habla tanto de la justicia en este país, de los derechos civiles de las personas, de la igualdad de razas? ¿O no? Eso es puro cuento, a la hora de la hora, nada más lo que les conviene. Y pues, parece ser que nosotros no les convenimos. No sé qué va a pasar. Sobre todo, ahora con este President que lo único que quieres es dividir y deshacerse de todos nosotros. Yo nada más quería ser arquitecto, estudiar, hacer una carrera, y vivir en paz con todos. A mí no me importa el color de tu piel, ni tu creencia religiosa, eso es asunto tuyo, yo lo único que quiero es que me den la oportunidad, como todo el tiempo nos enseñaron en la escuela que nos la iban a dar. Eso es todo…sentimos mucha incertidumbre, mucho temor a veces…porque siendo más americanos que el mismo hot dog, sentimos el rechazo de la gente. Yo no he hecho nada malo, yo sólo quería ser arquitecto… © David Alberto Muñoz No record
A short story By David Alberto Muñoz My name is Amanda Miller. I was born practically in a foster home. My Mom dropped me as a baby in front of a Fire Station in Phoenix, Arizona. They tell me I was practically a new born, not even 24 hours when they found me. Since that time, I have been traveling from home to home, searching for the perfect family. But unfortunately, that never happened. When I turned 18 years of age, my Dad at the time, Mr. Nelson, told me I needed to find my own home, my own way of supporting myself, because the state would not be paying for my expenses any more. “I guess you won’t be getting any money either…right Dad Nelson?” I don’t think he liked what I told him very much. Because after saying that, he told me I had a week to get out of his house. It has been like that since I can remember. The names have changed, I even went into Mexican homes, with names like Gonzales, Martinez, even people with French names, like Durand, or Moreau, but I only lasted a little bit of time. If you ask me why, the only answer I can give, is they didn’t like me at all. Since I can remember I have been abused, physically, emotionally, and sexually especially. And from everyone, not just one person, or sex, males and females, many of my foster Dads and Moms, my siblings, anyone who could get inside my bed at night used to do it. It was always the same. “You are such a beautiful girl Amanda. Let me see your body. It is just a game. OK? Don’t tell anyone, it is going to be our secret.” And slowly but surely, the game turned into rape…many…many times. People used to blame me for everything that happened in the house. It didn’t matter which house. It always ended with me being the guilty one, the bad behaved, the terrible girl that doesn’t want to learn. They used to hit me hard, with a belt, with a whip, with their bare hands, in my behind and sometimes with my undies down. It hurt a lot! It never mattered how hard I tried to fight back. They always made me do what they wanted. It got to the point I got used to it. I learned to use my body in order to get more food, more privileges, more things for myself. “If you don’t buy me what I want Dad Adams, I am going to tell Mom Adams what you have done to me.” “Shut up stupid girl!” Sometimes, even though I would tell my Mom, she would not believe me. She would slap me in the face and said to me: “Don’t invent fantasies about your Dad or he will punish you for being such a bad and ungrateful girl.” When I started going out with boys, I learned all boys are the same. They all want to touch you. They all want to do things to you. I don’t think there is a single man that truly wants to help you. And all of them tell you the same thing. “It is going to feel good. Don’t worry.” But that is not so. What they do is hurt you. Even the ones I liked hurt me. If not physically, emotionally. When I got pregnant, I was only 16 years of age. And my parents at that time were very religious. They kicked me out of the house. The state told me I did something bad, something that was illegal, a terrible thing. “I’m sorry Amanda. We don’t know if we are going to be able to find you another home, because now you have a baby, another mouth to feed. That costs money you know.” I always wondered who was my Mom, my real Mom. I always wanted to ask her. Why did you leave me? I guess when I had my child I knew. I could not support him, and I could not give him a good life. I left my son with a foster family. They told me they adopted him and that he is happy now. I am not sure about that. I never saw him again after I turned him into the agency. I don’t even know his name. I am 20 years old. My last foster family disappeared. The state, all the agencies that used to help me also went away. I didn’t finish High School because it was very hard moving around all the time. Sometimes 3 or 4 times in the same year. So this is how I end up selling my body in the streets. I’m still young and I guess I am not bad looking. Sometimes I find good customers. They pay me $20 or sometimes even $30 dollars, and they buy me dinner, and take me to a nice hotel. And if they are like a sugar Daddy, they would even buy me clothes. I like that. There are some bad ones too. They hit me and do weird stuff to me. Things I don’t like to do. Well…I never really liked to have sex, maybe only once or twice. I don’t know…But this feeling is from the beginning. They all came into my bed when I was a kid, and I assumed that was what every girl must do. Now I know different… My name is Amanda Miller. I don’t even know who registered me as their kid…I don’t know why my name is Amanda…sometimes I get hungry…but I got a customer coming by…I hope he is a good client…I hope he doesn’t hit me…I hope he treats me right… *** “Last night, around 3 o’ clock in the morning, the body of a prostitute was found in the corner of Van Buren and Central Avenue. She was a woman of approximately 50 years of age. Police said they knew the victim. She had been working the area for at least 20 years if not more. Her body showed signs of rape, and physical abuse. The only possession she had was a card, in which a name was printed. It read: Amanda Miller, I am 20 years of age. It is believed by police that she used to advertised herself like that, as a young kid. And perhaps, the last customer decided to take some type of ill revenge against her. No record exists in our state of such a woman. May she rest in peace. In other news…” © David Alberto Muñoz |
David Alberto MuñozSe autodefine como un cuentero, a quién le gusta reflejar "la compleja experiencia humana". Viaja entre 3 culturas, la mexicana, la chicana y la gringa. Es profesor de filosofía y estudios religiosos en Chandler-Gilbert-Community College, institución de estudios superiores. Archives
July 2021
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