Conversación filosófica
Un cuento breve Por David Alberto Muñoz Dos filósofos dialogaban en un Café-Bar. Ahí, en medio de tazas de café, con copas de coñac, whiskey o vino tinto, junto con humo de cigarro, pipa o puro, un existencialista discutía sus personales perspectivas con un defensor del realismo filosófico. —En esta vida lo importante es el individuo. La historia ha sido hecha por individuos, no por ideas. —Pues yo creo que los objetos poseen una existencia independiente a los que los observan. —¡Claro!—expresa alegremente el existencialista—Somos los individuos, esos seres que aisladamente y personalmente, movemos toda la existencia humana. Punto final, las ideas surgen de los individuos. El filósofo realista pone cara de compunción. —¿Qué te pasa amigo realista?—pregunta el susodicho existencialista. —Hay algo que me aterra. —¿Qué es? —Que lo que vive y permanece dentro de la historia humana son las ideas, no necesariamente las personas, ya que los individuos se esfuman transformándose en materia distinta. Porque la materia nunca desaparece, sólo cambia su forma. Y nadie sabe con total certeza, qué sucede cuando el alma abandona este cuerpo. —Pero hermano, la existencia precede a la esencia. —Eso es especulación, lo único que sabemos es que, en esta existencia nuestra, lo único que ha permanecido siempre, son las ideas de las personas. Chingada… el existencialista dudó quizás por primera vez. Ambos se miraron directamente a los ojos, y decidieron beber una copa más, permitiendo que el alcohol calmase la angustia que ambos sentían. Y ambos, guardaron silencio. Como dijo el sabio maestro: “Yo sólo sé que no sé nada”. © David Alberto Muñoz
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David Alberto MuñozSe autodefine como un cuentero, a quién le gusta reflejar "la compleja experiencia humana". Viaja entre 3 culturas, la mexicana, la chicana y la gringa. Es profesor de filosofía y estudios religiosos en Chandler-Gilbert-Community College, institución de estudios superiores. Archives
July 2021
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