COVID-19
Un cuento por David Alberto Muñoz —¿Qué pasó compadre? ¿Cómo va su día? —¡Órale compadre! ¿Qué anda haciendo por acá? No ve que nos dijeron que no saliéramos de nuestra casa. —¿Y usted que está haciendo compadre? —Eso es distinto. —¿Por qué? —Pues porque soy yo… jajaja… —¡No maches compa! Ya en serio, yo salí porque me aburrí de estar encerrado en la casa. Todos estamos bien. —Pues igual nosotros, pero la verdad no entiendo bien lo que el gobierno quiere que hagamos. ¡Qué el virus es peligroso! Pero, no se preocupen, todo va a estar bien. Yo quizás no entienda mucho de estas cosas, pero creo que es una cuestión de salud, ¿cómo dicen en México? Salud pública, pero los administradores hablan tanto de números, estadísticas que a veces me pierdo. Aunque es verdad, la mayoría son médicos, a excepción de los políticos. —¡Ah, esos políticos! Creo que lo mismo me pasa a mí. Por momentos cobro una seguridad que hasta yo mismo me sorprendo, pero al rato, no sabes si cobrar calma o de plano paniquearte. —No le he contado compadre. —¿Qué cosa compadre? —El otro día la Guillermina fue de compras al Walmart. Y me contó con lujo de detalles lo que vio. A mí se me figuró como una película de esas del fin del mundo. ¿Sí sabe de cuáles digo? —Sí compadre, hay un montón de películas de ese tipo. ¿Cómo les dicen? Apocalípticas… —Exacto… pues como le contaba, llega la Guillermina al mentado Walmart, y de pronto se da cuenta. Ni siquiera estaban tocando música. Los anaqueles vacíos. Y no solo los de papel de baño, servilletas, también, la comida, sí, el pan, las latas que no se hacen malas, salchichas, atún, carne, en fin. Había como unas cuatro o cinco personas. Y un silencio compadre, de esos que te congelan los huesos y no logras expresarte de ninguna manera. Le confieso compadre, que Guillermina me dijo, sentí bien feo, no sé por qué. Pero ya sabe usted cómo es la comadre, luego luego fue y le dijo al encargado pon música, siempre hay alguien recibiendo a la gente, ponle vida a este lugar. Es demasiado grande para que se mire de esta forma. Ah compadre… sentí ñañaras. ¿Cómo la ve? —¡Híjole! Está canijo. Han estado pasando tantas cosas. Pinche virus. ¿No sabía compadre que ya hasta cumbia le compusieron? —¿No? ¿En serio? No se mide la raza. —Si hasta ganas dan de bailarla. —Pues sí compadre, pero creo que tenemos también que ver las circunstancias, ¿qué está pasando realmente? —Eso, que ni qué. —De pronto, el presidente se pone muy cariñoso. Obviamente, no quiere perder la elección. Y ahora, sale como el superhéroe, el único capaz de no solamente ayudar sino también el único capaz de liberar a toda la nación. —No se ha dado cuenta compadre que todos en la conferencia de prensas tienen que alabar al mentado emperador del imperio rojo azul. Porque si no, ya saben lo qué puede suceder. — You’re fired! —Yo sé compadre que tengo que tomar responsabilidades por mi mismo y en algunas situaciones por mi familia. Pero hay muchas otras cosas. No he podido ir a trabajar. ¿Por qué? Porque según ellos, no desean contacto social por los próximos meses. ¡Óigame compadre! ¿Cómo voy a pagar mi mortgage? Además, mi carro, el de Guillermina, yo sé que ella trabaja también, pero los gastos son muchos compadre, usted bien lo sabe. Al rato los muchachos van a estar en edad de colegio. ¡Y eso no es todo! Los ahorros para nuestro retiro compadre. No es que sea mucho dinero, usted lo sabe, pero es dinero nuestro, que por años y años lo hemos ahorrado para tener algo. ¡Chingada madre! —Están cerrando todo compa. Tiendas, restaurantes, gimnasios, conciertos, juegos deportivos, cualquier tipo de negocio, es mejor que esté cerrado. Las consecuencias económicas, el presidente lidiara con ellas a su tiempo. Mientras tanto, ¿nosotros qué? —¿Sabe? Algo que me ha llamado la atención es la forma de reaccionar de la gente, del pueblo en general. Se paniquean todos, a veces al mismo tiempo. Yo no sé usted compadre, pero yo con esta mente de conspiracy theories que tengo, a veces pienso que el gobierno no nos está diciendo todo. Debe de haber algo atrás que no quieren decir por algún motivo. Ya saldrá, todo sale a superficie. Porque fíjese bien compadre, que dizque todo está bien, que deben de calmarse. Hay que tener cuidado, todo bajo control. Yo me pregunto, cuidado de ¿qué? Pues que hay que lavarse las manos más seguido, que hay que desinfectar el espacio dónde estamos trabajando. Esto debemos de hacerlo todos los días, con la amenaza de un virus o sin la amenaza. Manteniendo limpios nuestros lugares de trabajo, y desinfectando nuestras manos lo más posible, eso mantiene la salud en las comunidades. ¿O no? Es mejor, por lo tanto, no ir a restaurantes, porque al estar en comunión con los demás, los microbios se comparten. Por lo mismo, hay que tener cuidado. —Las cosas están muy raras compadre. Por momentos, la realidad, la verdad, ese elemento en el cual todos creen, parece desaparecer. Vea simplemente a nuestro emperador, una sola verdad, un solo punto de vista, una sola realidad. A veces pienso que es quizás las generaciones. ¿Cómo dicen por ahí? Generation gap, creo que en México le dicen, una brecha generacional. ¡Ah! Las cosas han cambiado, somos gente de una generación ya pasada. Pero eso no quita nuestro deseo de entender qué está sucediendo. —¿Quién sabe compadre? ¿Quién sabe? De lo que sí podemos estar seguros, es del cariño de nuestras familias y de nuestros amigos. A veces nos metemos demasiado en toda esa mierda que nos dan, de que algo va a pasar, de que el mundo se va a terminar, de que todo se está desvaneciendo. Bueno ¿y? Si se va acabar el mundo, nadie puede hacer nada para cambiar eso. Si los gobiernos ya están encontrando resistencia interna, cuidado compadre, pueden venir cosas feas, la verdad. Pero por el momento, creo que lo que debemos de hacer es simplemente disfrutar de nuestros seres queridos. Ya mañana, los dioses dirán. Ambos hombres guardaron silencio mientras sus miradas se encontraron en medio de un soplo al corazón. Esas realidades vividas, esas verdades encontradas, aquellas mentiras aprendidas, esas formas de ser, quizás, impuestas por nuestra cultura, invadida por la que descubrimos al entrar a suelo de nuestros ancestros. El planeta se confundía al querer cargar el peso, la necesidad de desnudar lo que esté sucediendo. Aunque quizás, ya no pasaba nada, todo ya estaba escrito. Tal vez, esta civilización desaparecerá, pero lo que permanecerá es el poder de la vida. —Así es compadre. El mismo aroma de vida despertará futuras generaciones que seguirán haciendo lo que nosotros hemos intentando: explicar más lógicamente, nuestra compleja experiencia humana. —Bueno compadre, me retiro. A ver hasta cuándo nos vemos. —Me parece bien compadre. ¿Nos damos la mano? ¿El abrazo? —Aunque digan que hay que tener cuidado. Yo no puedo decirle buenas noches a mi niña, sin darle un beso. —El beso está bien para su chamaca. A mí, deme un abrazo. —¿Oiga? —Oigo… —¿Por qué le abran puesto corona? —Para joder y seguir el chiste. —¿Cuál chiste? —El del meme del virus, creo que es el más popular, donde ves la imagen de un virus acompañado de la cerveza corona. No sé porque le pusieron así. Pero ya hasta piñatas tenemos sobre el mentado virus. —Así es… el corona virus… —COVID-19. —Chingada… a ver ¿qué pasa? © David Alberto Muñoz
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David Alberto MuñozSe autodefine como un cuentero, a quién le gusta reflejar "la compleja experiencia humana". Viaja entre 3 culturas, la mexicana, la chicana y la gringa. Es profesor de filosofía y estudios religiosos en Chandler-Gilbert-Community College, institución de estudios superiores. Archives
July 2021
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