Disparos
Un relato Por David Alberto Muñoz Las cosas estaban calientes. La policía no cesaba de buscar ilegales. Todos los días llegaba la fuerza policiaca del Sheriff Joe, a preguntarles a medio mundo quién era el posible asesino en serie de la 55 Avenida y la Clarendon, en Phoenix. Nadie decía nada. Todos tenían miedo. Incluso, el mismo Sheriff dijo en una conferencia de prensa. —If you have something to say, say it. You won’t be arrested. If you want to kill me that’s a different story. (Si tienen algo que decir díganlo, no vamos a arrestar a nadie. Si alguien quiere matarme, eso es otra cosa). Claro, bien sabía él que todos deseaban meterle un tiro por tantas redadas que había realizado. Ahora, de pronto, como no pueden encontrar a un criminal que está matando en un vecindario hispano, Joe necesita información, pero nadie se la quiere dar. —¡Qué se vaya a la chingada el pinche Sheriff! Primero nos da en toditita la madre, y ahora resulta que se va a portar muy buena gente con nosotros. Yo no le creo nadita de nada. —Ese señor es muy malo. Se llevó a Mariana, la hermana de Don Paco, el mecánico. No le importó que tuviera tres hijos y uno en camino. Así como estaba vestida la arrestó y la mandó para México, insultándola bien feo. Todos nos dimos cuenta. A la pobre mujer se la llevaron en camisón. Y ella les pedía que la dejaran nada más vestirse pero nada. Es muy malo ese señor. Los gabachos que vivían en el mismo vecindario pensaban de manera distinta. Quizás no lo expresaban porque era un número mayor de hispanos los que vivían ahí, pero muchos guardaban en su corazón un verdadero odio para los inmigrantes. —¡A mí no caen bien esa gente! I hate those people. Solamente vinieron a arruinar nuestra sociedad. Legaron con su cultura, sus costumbres. Sus casas siempre están sucias, en la yarda dejan todo, llantas usadas, botes de cerveza, televisiones viejas que recogen sólo Dios sabe dónde. ¡Los niños andan desnudos a veces, y lo peor es que no hablan inglés! “No sepo Inglish”. Dam Mexicans! Mientras tanto, el susodicho asesino en serie, seguía matando individuos. Los locales pensaban que pudiera ser un hispano, porque hay hispanos muy gandallas, que son drogadictos, que a lo mejor andan arreglando cuentas. Pero no, han matado niños, aunque hoy en día ninguna vida se salva guarda. Los gabachos piensan que es un Mexican just killing Mexicans or who knows, tal vez anglos too. Los negritos que han vivido siempre enclaustrados en una vida de violencia solamente desean que no les disparen a sus hijos. Y los asiáticos, siguen vendiendo productos de China. Joe, continuaba con su narrativa de que el único propósito era que se respetaran las leyes. Él no tenía nada en contra de los mexicanos. Incluso su esposa Ava, era bien querida en algunos círculos hispanos (eso decían algunos). Además, Joe es “America's Toughest Sheriff”, y este tipo no va a venir a dejar una mancha en el record del sheriff más temido del oeste. Cómo es difícil vivir en una atmósfera como esta. Donde nos atacamos unos a otros, y siempre queremos culpar al “otro” de lo que está sucediendo. —Help me and you won’t be arrested. El carro de los raspados ya no vende de noche. Camina todo el día por la vecindad y en la noche se refugia en su hogar para descansar. No nos dice que tiene miedo. Toda la comunidad está espantada. Las madres sobre todo, aún los varones, esos tipos machos que se creen la mamá de Chita solamente pretenden ser muy hombres, pero al final de cuentas también huyen junto con su familia a refugiarse una vez que se mete el sol. Parece no haber motivo. Se dice que el asesino usa carros distintos. A lo mejor es dueño de un lote de carros. Son carros relativamente caros, de esos que a veces la clase trabajadora compra solamente para que los demás digan, mira, tiene un BMW o un Mercedes. Es una comunidad de gente trabajadora. —Ahí vive Tommy, el conserje de mi escuela. —Está cerca de la casa de Jazmín, la novia de mi padrino. —Al menos las chamacas ya no salen de noche. Eso es bueno ¿qué no? Se ha parado la producción de chamacos. —Uno de los niños que mataron no tenía más de 12 años. Era hijo de Vanesa. Las cosas están calientes. Más de lo que ya estaban. Y lo peor es que la culpa sigue cayendo sobre los hispanos. —Indocumentados por favor. Aunque le cueste más trabajo. Sí, no importa lo qué pasa, la culpa siempre va a ser de nosotros. —Ojalá lo agarren pronto. ¿Quién será? No sé… otro loco… —Todas las noches se oyen disparos. ¿Por qué tenemos que culparnos unos a otros? © David Alberto Muñoz
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David Alberto MuñozSe autodefine como un cuentero, a quién le gusta reflejar "la compleja experiencia humana". Viaja entre 3 culturas, la mexicana, la chicana y la gringa. Es profesor de filosofía y estudios religiosos en Chandler-Gilbert-Community College, institución de estudios superiores. Archives
July 2021
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