En esta noche estamos muy agradecidos por la presencia de cada uno de ustedes. Por el apoyo a este proyecto que surgió hace 11 años, cuando en la mesa de mi casa, me quejaba que nadie me quería apoyar. Y mi esposa me dijo, “vamos a hacerlo nosotros solitos”. ¡En la madre! Y sí, lo hicimos, decidimos comenzar a tener un encuentro de escritores y hacerle un espacio a todos aquellos que escriben, y además, darle homenaje a un escritor reconocido que fuera inspiración para muchos de nosotros.
En esta noche, al celebrar 11 años de trabajo, deseo mencionar no solamente a las instituciones que nos han apoyado económicamente, Chandler-Gilbert Community College, Arizona State University, School of International Letters and Culture, Virginia G. Piper Center for Creative Writing, School of Transborder Studies, Undergraduate Student Government/El Concilio, Mache (Maricopa Association of Chicanos for Higher Education), sino también a personas claves, que siempre me han apoyado. El Dr. Manuel de Jesús Hernández, quién fue y sigue siendo mi profesor de literatura chicana, pero que con el paso del tiempo, se convirtió en mi colega, y en estos últimos años es simplemente mi amigo. ¡Gracias Manuel! Cada año tengo que mencionar un apoyo necesario e irreparable, sin el cual no estuviéramos aquí. El trabajo de mi esposa, Mireya Muñoz, quién entre paréntesis ha diseñado todas las camisetas del evento, y todos ustedes lo han visto a lo largo de estos años, siempre está presente dándole animo al loco de su marido. A mi hija, Mirita, que la mayoría de ustedes conoce, quién en los últimos años ha venido desde su lugar de residencia a apoyar al chiflado de su padre. Y a cada uno de ustedes, compañeros escritores, que cada año han utilizado esta plataforma para presentar su trabajo creativo. Este encuentro ha sido creado hasta cierto punto para ustedes, la comunidad hispana que vive en los Estados Unidos de América, para lograr hacer una presencia permanente y una voz que se escuche con toda la fuerza de nuestro idioma. Esta noche, le damos tributo a una gran mujer, a una gran escritora, a alguien que ya es un icono dentro de las letras mexicanas, pero no solamente dentro del entorno de nuestra hispanidad, ya que Laura ha roto las barreras culturales, y su trabajo se conoce en todo el mundo, y esto lo digo literalmente. Laura Esquivel nace en la ciudad de México, ha escrito varias novelas, pero se le conoce mundialmente por Como agua para chocolate. Fue galardonada con 10 premios Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. Tanto la película como el libro, que entre paréntesis ha sido traducido a más de 38 idiomas, tuvieron mucho éxito en diversos países. Y en 1994 le otorgaron el Premio ABBY (American Bookseller Book of the Year), galardón que por vez primera fue concedido a una escritora extranjera. Pero en esta ocasión desearía hablar de otros aspectos de nuestra tributada, Laura Esquivel. Descubrí, que Laura vive en Coyoacán, barrio muy conocido de la ciudad de México, yo viví en Migue Ángel de Quevedo, ya hay algo en común, ¿no? Pero eso no es todo, también descubrí, que tanto Laura como su servidor, vivimos en el mismo fraccionamiento, el Fraccionamiento las Américas, Naucalpan Estado de México. Ayer por la noche bromeábamos, y Jordi, su sobrino, me decía, “ya puedes decir que eran vecinos”. ¡Óyeme, me encanta la idea! Esta noche desearía hablar no de los logros comerciales, ni académicos de nuestra invitada, que son muchos. Más bien, quiero mencionar algunos aspectos que quizás no se mencionan con frecuencia sobre el trabajo de Laura Esquivel, y que a mí en lo personal, me han impresionado. En su ahora trilogía, Como agua para Chocolate, El diario de Tita, Mi negro pasado, representan no solamente una infinidad de temas a estudiar y a comentar, la familia mexicana y sus costumbres culturales, la cultura culinaria, el matriarcado de una mujer cuyas relaciones prohibidas con un hombre de color, la llevaron a crear ese carácter impositivo y draconiano. La liberación sexual de Gertrudis, esa muchacha que desnuda huye del rancho en busca de su libertad sexual, el machismo tan mexicano, la imposición de una tradición que dice que la hija más chica deberá cuidar a la madre en su vejes, y nunca casarse, en fin, infinidad de temas para futuras disertaciones. Sin embargo, lo que más me ha impresionado a mí, es la forma en la cual Laura profundiza en el vivir humano, lo que yo llamo “la compleja experiencia humana”. Se adentra dentro del corazón para mostrar las luchas sociales, los conflictos familiares, personales y, sobre todo, el deseo de amor que existe en el corazón de todos nosotros. Su discurso descansa, no solamente es presentar la a veces rara situación humana, esa locura en ocasiones irracional totalmente relativa, sino que logra proponer una alternativa, una posible solución al raro existir nuestro, tomando en cuenta las condiciones actuales de los humanos. En Mi negro pasado, encontramos el desarraigo, la obesidad y el consumismo vacío, dentro de María, personaje central de esta novela, quién ya no cocina, quien parece haberse entregado a una vida dónde ya no fluyen los espíritus de sus antepasados, pero también, quien descubrirá el más profundo de los sentimientos, y cito: “el amor”. Cierro la cita. Considero que Esquivel presenta un discurso mundial, un anhelo que no sólo se puede ver dentro de la cultura mexicana. Sobre todo, en la actualidad cuando Andrés Manuel López Obrador ha llegado a la presidencia del país. Todo México tiene esperanza en él. Sino de igual manera, en el mundo dónde vivimos, donde encontramos gente con problemas, con sufrimientos, con opresiones y esa mezcla de la alquimia que trasforma el sabor de los alimentos, no es otro elemento más que el amor, el cariño con que las personas cocinan para sus seres queridos, y que alrededor de una mesa pueden compartir con sus prójimos, con sus amigos, ese mismo sentimiento, y al menos intentan, de esta forma, vivir en un mundo mejor, de paz, tolerancia y respeto. Este trabajo es una verdadera épica de mujeres de distintas generaciones, llenas de pasión, quizás motivadas por distintas razones, pero unidas al final de cuentas por ese sentimiento el cual considero todos buscamos. Laura, es un honor tenerte entre nosotros, para mí el privilegio más grande de haberte tenido como nuestra homenajeada, ha sido el poder convivir brevemente contigo, el escuchar tus palabras, tus consejos, tus observaciones, el aprender de un ser humano que punga por la justicia, y por la libertad no tanto social, aunque está incluida, sino también, por ese mágico manto espiritual que tu trabajo ha dejado sobre cada uno de aquellos que te hemos leído. Muchas gracias, desde lo más profundo de mi corazón. Es un honor para mí presentarles a la homenajeada en el Onceavo Encuentro de Escritores en Los Estados Unidos de América, Laura Esquivel. © David Muñoz
1 Comment
Mario Sandoval
9/20/2018 18:46:48
Felicidades David!, sin duda el encuentro fue un gran logro, la Sra Esquivel es todo un Rock star de la literatura, enhorabuena, solo un pequeñisimo favor, excluyeme de los que tienen esperanzas en Andrés, por lo demás Un abrazo!
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David Alberto MuñozSe autodefine como un cuentero, a quién le gusta reflejar "la compleja experiencia humana". Viaja entre 3 culturas, la mexicana, la chicana y la gringa. Es profesor de filosofía y estudios religiosos en Chandler-Gilbert-Community College, institución de estudios superiores. Archives
July 2021
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