México, un 16 de septiembre más
Por David Alberto Muñoz Recuerdo mi niñez, y las calles dónde crecí. Mis amigos de la infancia y yo nos reuníamos para jugar fútbol en la calle, organizar olimpiadas en todo el fraccionamiento, jugar a las escondidas y hasta perder el tiempo juntos mientras una tarde se convertía en una velada nocturna. Pasé muchas celebraciones del 16 de septiembre en mi tierra natal. En la escuela teníamos festivales, siempre vestían a alguien de Hidalgo, en cierta ocasión tuve la oportunidad de representar a Morelos en el día de la independencia. Es muy curioso el orgullo que siente un niño mexicano, cumpliendo con esa labor de celebrar a su país y a sus héroes de emancipación. Entre mis recuerdos borrosos, vienen a mi mente las veces que marché con la escolta llevando el símbolo nacional. Siempre me daban la posición del que daba las órdenes. No recuerdo cómo se le llama. —¡Atención escolta! ¡Cuarta conversión a la derecha! ¡Ya! Al menos así lo recuerdo. Tal vez, me daban la posición porque siempre he sido medio gritón, de cualquier manera me gustaba, me sentía muy orgulloso de que todos los lunes, saludábamos a la bandera, y yo era el encargado de dirigir a la escolta. Tengo presente que en una ocasión, me tocó ser al abanderado. No supe ni cómo pero cuando menos lo pensé, ya estaba con el símbolo nacional en los brazos. Recuerdo que mi cuerpo temblaba de nervios, me sentía emocionado pero a la misma vez temiendo no ser capaz de llevar con dignidad los colores de mí patria. Hoy, hace ya muchos años miro como la nación que me vio nacer, parece no haber cambiado, a pesar del mentado Facebook, la generación de los milenios, que nos dicen que son más apasionados, más optimistas y mucho más realistas, que las jóvenes actuales ya no sueñan con el príncipe azul, y los varones, parecen ya haber salido de aquel discurso machista que siempre ha afectado tanto a México. Eso lo pongo en duda. Pero al ver a mi país en su estado actual, no me dan ganas de celebrar la independencia de México. Lo único que nos queda como país, es nuestra cultura, sí, muy rica, muy desarrollada, pero nada más. Encontramos la cultura musical, la cultura culinaria, la cultura popular, así como la aristócrata, en cada estado, de todo tipo, una cultura quizás encerrada en discursos que lo único que logran es chocar los unos con los otros. Preguntó: ¿Dónde está la cultura indígena de nuestro país? No la pasan por televisa ¿verdad? Cuántos años han pasado y no hemos podido cambiar a nuestro gobierno. Es el mismo México que dejé hace más de 40 años, el jodido está más jodido, el rico con más privilegios, y los que tienen poder actualmente ya no es el gobierno, ahora son los narcos, éstos, controlan todo el dinero mientras la población sigue existiendo en medio de alegatos que sólo parecen contradecirlo todo, criticarlo todo, incluso a los propios mexicanos, inclusive, nuestra propia existencia. Quiero mucho al país de mi adolescencia, a mis experiencias que forjaron el carácter del hombre que soy actualmente. Y aunque siempre tengo ganas de gritar: ¡Viva México hijos de su chingada madre! Este año prefiero callar, y esperar como toda generación lo ha hecho, de que el llamado gigante dormido, despierte, y cumpla con su deber para con todos sus ciudadanos. Feliz 16 de septiembre, aunque cabe preguntar: ¿Qué celebramos este año? © David Alberto Muñoz
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David Alberto MuñozSe autodefine como un cuentero, a quién le gusta reflejar "la compleja experiencia humana". Viaja entre 3 culturas, la mexicana, la chicana y la gringa. Es profesor de filosofía y estudios religiosos en Chandler-Gilbert-Community College, institución de estudios superiores. Archives
July 2021
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