Muros y paradojas
Por David Alberto Muñoz Recuerdo su mano puesta sobre el hombro de Diego mientras éste lloraba como niño chiquito inconsolablemente. No entendía con certeza qué pasaba. Llegaron unos hombres uniformados a su casa. Casi golpean a Diego, su esposa se asustó mucho. Sus hijos corrieron para resguardarse detrás de su madre y yo simplemente permanecí como testigo ocular de un común incidente. Sucede todos los días. Hoy por la mañana vi cómo dos carros de policía detenían un autobús que en apariencia era de una escuela. Traía impreso WEST ACADEMY. Pude ver que dentro del vehículo estaban personas escondidas dentro de los mismos asientos. El chófer, ya esposado, con cara de cólera maldecía su suerte mientras los oficiales de la ley se encargaban de hacer su trabajo. Sí, eran indocumentados. —¿Cómo sabes? Eso es algo que se sabe y punto. —¡Racista! Mujeres y niños fueron sacados de aquel autobús que se convirtió en cómplice del crimen de intentar ingresar personas “ilegales” al país. Algunos niños lloraban, las madres procuraban de la mejor manera acallar el temor de sus hijos. Los hombres presentes con rostro de gravedad simplemente observaban cómo su viaje había llegado a su fin. Me imaginé que algunos bien pudieran ser de Centroamérica, cuántos meses pasaron en una aventura la cual nadie sabía terminaría este día y de esta manera. Escuché por ahí, que el gobierno federal ha gastado billones de dólares en la protección de su frontera, más que cualquier otra de las agencias policíacas. ¿Te imaginas? Pese a todo lo que han intentado hacer, leyes anti-inmigrantes, ahora la mentada construcción del muro, redadas y demás, la gente tiene mucho miedo. Sin embargo, sigue viniendo a un país al cual todos critican. Eso es una verdadera paradoja. Todo el mundo habla mal de los Estados Unidos pero todos desean llegar aquí. —¡Óyeme! A mí no me incluyas. No todo el planeta desea vivir en los Estados Unidos. La población inmigrante ha cambiado. Ya existen profesionistas, doctores, abogados, empresarios, ingenieros, técnicos de comunicación, artistas de todas clases, músicos, actores, escritores que escriben en español y en inglés, seres que arrastran una herencia hispana. Algo curioso ha sucedió en los últimos 10 o 20 años. Si antes el hablar español era una afrenta al discurso oficial de los USA, hoy en día ya casi es un requisito. Los hispanos han invadido literalmente la cultura estadounidense. —Te recuerdo que antes del tratado de Guadalupe Hidalgo mi familia ya vivía en este suelo. Los que nos invadieron fueron ellos, no nosotros. Sí, tienes razón. Hoy en día la cultura hispana ya es parte del mainstream del país del tío Sam. Es curioso ver cómo la celebración mexicana del Cinco de Mayo ya es toda una institución estadounidense. Aunque no hay certeza en mucha gente cuál es el motivo de la misma, todos se unen con el colorido mexicano, se escuchan mariachis tocando música folclórica, se comen taquitos, enchiladas y las famosas chimichangas que yo no conocía hasta pisar suelo rojo azul. Se beben margaritas y existen tequileras locales que producen el brebaje que al menos cuando yo era niño era la bebida de los albañiles. Las distintas culturas se juntas para “celebrar”, ritual universal perteneciente a toda la raza humana. No podemos evitar que la gente continúe intentado pasar al otro lado. Tampoco podemos eliminar las injusticias y el alto grado de discriminación existente. No obstante, las culturas continúan bogándose, las nuevas generaciones brotan con nuevas mentalidades, con un aprecio muy particular para ambos lados de la frontera. Además, los mexicanos toman Bud-Light, los gringos prefieren Corona, la raza inmigrante ya se viste de shorts para ir al Mall de compras o va regularmente a los juegos de béisbol o fútbol americano, mientras que los anglos sajones organizan mariachis, hablan español como pueden y al menos intentan entender nuestra cultura. —¡Qué quede claro, algunos, no todos! Sí, es verdad, el nuevo emperador ha mandado todo su poder para arrestarnos y mandarnos al otro lado. No todos somos criminales, no todos hemos violado la ley de este ya, nuestro país. Nuestros hijos han nacido aquí, nuestra vida ya fue hecha aquí, ¿por qué se llevan a las madres de familia? ¿Por qué deportan a hombres cuya única falta ha sido trabajar para sostener a sus hijos? ¿Por qué se está portando el emperador tan mal? No se dan cuenta que así, con violencia, con ese odio que brota de sus rostros, sólo lograran la antipatía de muchos inmigrantes. ¿Qué es los Estados Unidos? ¿Qué representa este suelo rojo azul? Somos libertad, pero con condiciones. SI contradices la voz real del mandatario, no eres patriota, no eres estadounidense, eres un hijo de la mala vida y sólo quieres dañar y destruir a la nación. Somos gente de todos colores, de todas ideologías, de distintas maneras de vivir, pensar, y hacer y desplazarnos, pero todos creemos en algo: la justicia, y el respeto para el “otro”. ¿Qué va a pasar? Ojalá no nos matemos antes de darnos cuenta lo que realmente estamos destruyendo… © David Alberto Muñoz
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David Alberto MuñozSe autodefine como un cuentero, a quién le gusta reflejar "la compleja experiencia humana". Viaja entre 3 culturas, la mexicana, la chicana y la gringa. Es profesor de filosofía y estudios religiosos en Chandler-Gilbert-Community College, institución de estudios superiores. Archives
July 2021
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