Tóxico
Un relato Por David Alberto Muñoz El ambiente está muy tóxico. Un oleaje de egoísmo acapara el sentir de toda la gente. La ciudad se mira sudada, gotas de reproches caen por las mejillas hinchadas del mentado: me, myself and I. Nadie parece importar más que el pronombre “yo”. Yo necesito…yo deseo…yo crítico… Son tres listas puestas a la entrada de la ciudad mitológica, donde todos escribimos con la intención de logar simpatía para con nosotros, y destrucción para el prójimo. Así, camuflada de buenas intenciones, el suburbio se desliza con la presión alta en frustraciones, su rostro refleja a un niño haciendo berrinche mientras que otros la miran con cierta compasión. Es una ciudad tóxica, respirando gases venenosos provenientes de cada uno de sus propios habitantes. La contaminación es total, no hay escape, en el mismo momento del nacimiento de un nuevo ser, de su llanto proviene ese mal que ha destruido a la humanidad, me, myself and I. —No seas payaso, si tú no piensas en ti, a nadie más le importa. Todos somos egoístas, sí, quizás a distintos niveles, pero a cada uno de nosotros nos interesa ser los primeros en todo, a la hora de comer, a la hora de coger, de dormir. ¿Dime tú ni no es cierto? Además, hay que ser positivos. No todo es malo. La maestra de tecnología está enojada porque no le ofrecen contrato. El ebrio manager de Wal-Mart se estrelló por andar texteando y manejando pedo al mismo tiempo. A la muchachita que vive en la esquina le encanta ir a provocar a los viejos rabos verdes que se juntan todas las mañanas en el parque Oso a jugar ajedrez. Los gorditos que van todos los días al McDonald's siguen de metiches porque quieren saberlo todo, el cómo, el cuándo y el por qué. El ambiente está muy tóxico. Yo necesito cariño, respeto, amor… —Yo deseo una casa más grande, mejor sueldo, un carro nuevo… Yo crítico a Don Juan, porque es un sinvergüenza, nada más anda metiendo mano dónde puede… a Leopolda, porque es una presumida… ¿quién se cree que es la tipa esa tan coqueta? Nos mira a todos como si fuéramos sus sirvientas…Yo critico al volado de Narciso, que piensa que todas las mujeres andan locas por él…y tiene el descaro de creérselo, que es el tipo más hermoso sobre la faz de la tierra…y que me dices del al vanidoso de Adán que no hace otra cosa más que hablar de él, “soy el primer ser humano creado…”, me, myself and I…y la envidiosa de Eva que nada más se fija qué tiene uno o qué no tiene… —No seas así, es mejor dar que recibir ¿qué no? No, a nadie le importa las demás personas. Es la verdad, vivimos en grupito porque somos animales sociales, pero a la hora de la hora cada quién jala por su lado, hasta los familiares pueden hacer eso. Todos estamos concentrados en me, myself and I. Cuando nos acercamos a los demás con todo nuestro corazón, ellos nos rechazan, nos aniquilan antes de lograr cualquier acercamiento. —Todos tenemos problemas…tú no eres el único… Ya sé… —¿Entonces? ¿De qué te escandalizas? De lo tóxico que está el ambiente…sí…está muy tóxico…siempre andamos buscando a quién echarle la culpa de nuestros problemas. Los hombres culpan a las mujeres, las mujeres culpan a los hombres, los gays culpan al sistema patriarcal, las feministas culpan al machismo, el orden culpa al desorden, y debajo de cada pieza construida por nuestras propias imperfecciones, todo se vuelve mierda porque nadie quiere aceptar sus errores. —Tampoco…ya te pasaste… A lo mejor sí…pero me cuesta trabajo aceptar cuando veo a todo mundo nada más pensando en sí mismos…tan fácil que sería ayudarnos un poquito ¿no? —Sí hay gente que ayuda… Sí, pero al final de cuentas todo termina en el pinche me, myself and I. Es el tóxico venenoso que todos respiramos. © David Alberto Muñoz
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David Alberto MuñozSe autodefine como un cuentero, a quién le gusta reflejar "la compleja experiencia humana". Viaja entre 3 culturas, la mexicana, la chicana y la gringa. Es profesor de filosofía y estudios religiosos en Chandler-Gilbert-Community College, institución de estudios superiores. Archives
July 2021
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