Whatever
Un cuento Por David Alberto Muñoz Encontró precisamente aquella mañana de invierno, sobre el buro del lado derecho de su cama, el teléfono de su mujer. No pudo evitar el revisarlo, después de todo, era la persona con la cual compartía los días y las noches, dormían en la misma cama, y además habían tenido cuatro niños preciosos. —No tiene nada de malo. Solamente estoy viendo que tiene mi mujer en su teléfono. No es que esté invadiendo su privacidad, ni nada por el estilo. Simplemente estoy viendo, es todo…—se convencía así mismo. Isabel, a quién le decían la Chabela, había escrito dentro de esa aplicación que se llama: MEMO. “Tengo ilusiones que nunca se me han cumplido”. De momento no supo qué pensar. Su cerebro quedó literalmente mudo, sin la menor fluidez de sangre para producir un pensamiento coherente. —¿Cómo es esto que Chabela tiene ilusiones que nunca se le han cumplido? What the hell is she taking about? Buscó más anotaciones. Las encontró. “El estar con Loreto, es sentirme like shit ante la vida. Sometimes I hate my life.” El enojo empezaba a controlar el cuerpo de Mario Loreto Guzmán Carranza. Quién trabajaba de custodian en la escuela primaria dónde asistían sus hijos, la Mendoza Elementary School. Él era un hombre responsable, que no había tenido la fortuna de estudiar, pero siempre había proveído para su familia. Le era fiel a su mujer. Siempre le había dado todo lo que estuviera al alcance de su mano. —¿Qué chingados te traes Chabela? Why are you saying this? De inmediato salió corriendo de su recamara. Tenía que confrontar a Chabela. Ya se le hacía raro que, desde hace semanas, ya casi no platicaban, nada más se saludaban casi como extraños. Además, hacía más de dos meses que no tenían intimidad. —De seguro tiene un amante. O a lo mejor se hizo lesbiana, eso les pasa a muchas mujeres después de varios años de matrimonio. Or maybe, tiene es enfermedad de postpartum, ¿cómo se dice? Cuando las mujeres se ponen depresivas, y ya no quieren coger con él hombre. La Chabela estaba sentada en una silla del patio de atrás de aquella pequeña casa. Fumaba un cigarro y tenía a su lado un shot de tequila. Se miraba con mucha paz. Una chola del barrio que había vivido y quizás, tuvo la suerte de casarse con el susodicho Loreto, que era más mexicano que Chicano, pero como le decía su tío Leno: —Peor estabas mijita. Al Salir Mario Loreto, ella lo vio con ojos de normalidad. La costumbre puede en ocasiones apaciguar las ansiedades nuestras, decía ella con voz de poeta. Él la miró con ojos de rabia. -- What’s wrong with you Loreto? Te miras como si hubiese visto al mismito Satan. —¿Qué quiere decir esto? Y le aventó el teléfono en las manos. Quizás algo sorprendida, Chabela se levantó casi por instinto, esa naturaleza de hembra salvaje que poseía, era Chicanita, era una bata loca, era del barrio. —¡No me vengas con pendejadas! What the fuck is wrong with you ese? Loreto la miró sin saber qué hacer o qué decir. Finalmente habló, con una voz casi de súplica. —¿No estás satisfecha conmigo? ¿Qué te falta? ¿Más dinero, más lujos, más ropa? Te he dado todo lo que puedo Chabela. No te doy más porque no puedo. I am not a rich man. I know what I do, but it is a decent job. ¿O no? ¿Me vas a decir que no trabajo de sol a sol todos los días para darte de comer, y cuidarlos a ti y a tus hijos? Chabela sonrió sintiendo mucha ternura por su hombre. Mario Loreto era un hombre bueno. Pero él, nunca podría entender la insatisfacción de su mujer. Nunca había gozado de un orgasmo con él. Y tal vez, sí, tal vez a veces pensaba en estar con otro, aquel loco del barrio que a todas les gustaba. —¿Qué quieres Chabela? Please tell me… —Nada Loreto, nada. Lo que pasa es que yo siempre quise estudiar y no pude like you. Pero no me falta absolutamente nada. —Entonces ¿por qué escribiste que estar conmigo es ser como shit and that you hate your life? Una mirada de silencio mezclada con un poquito de culpabilidad dejó caer la Chabela sobre Mario Loreto. -- Figure of speech…just figure of speech… Hubo una larga pausa…el tiempo pasaba sin querer pasar, se detuvo sin querer detenerse, por unas centésimas de segundo, ella casi le confiesa. “Necesito más placer en mi cama…” Se acercó a Mario Loreto. Lo besó con mucha pasión. Tomó sus manos y las puso sobre sus senos, y lo miró con todo el cariño que le tenía. —Soy mujer ese, a veces no sabemos ni lo qué queremos. ¿A poco no? Tú me lo ha dicho many times. It’s the truth. Sometimes we don’t know what we want. Soy una mujer nada más. Es todo ese, believe me. Esa mañana de invierno, se fueron a su lecho e hicieron el amor como nunca antes lo habían hecho. Y ella fingió tan bien aquel orgasmo, que casi se convence que esa fue la primera vez que gozo su cuerpo con la piel de su marido. Escribió por última vez, pero en esta ocasión, lo hizo en un pedazo de papel, que quemó más tarde, con el cigarro que fumó después de haber estado con Loreto. “Whatever ese, whatever, it doesn’t matter. Eso ya no importa…ya no importa… Whatever… © David Alberto Muñoz
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David Alberto MuñozSe autodefine como un cuentero, a quién le gusta reflejar "la compleja experiencia humana". Viaja entre 3 culturas, la mexicana, la chicana y la gringa. Es profesor de filosofía y estudios religiosos en Chandler-Gilbert-Community College, institución de estudios superiores. Archives
July 2021
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