Por Violant Muñoz i Genovés
Ana Alcolea, Premio de las Letras Aragonesas 2019, cuenta el paso de la vida en una narración que nos retrotrae a la dictadura española, justo cuando se cumplen 45 años de la muerte de Franco y revive los primeros años de la Transición. "...De pequeña yo siempre brindaba por la salud de Franco ..." así arranca la historia de Margarita, una mujer madura, escritora de éxito, vuelve a su ciudad natal para vaciar la casa de sus padres. Mientras, en las noticias, retransmiten en directo la exhumación del cadáver de Franco, que marcó la vida de tantas generaciones de españoles. Es un piso pequeño, en un barrio obrero, como corresponde a la familia a la que ha pertenecido. De las cuatro personas que vivieron en la casa, solo queda Margarita. Su abuela, su madre y su padre han ido muriendo por ese orden. Es hija única y debe realizar la tarea ella sola. Está casada, pero su marido está de viaje constantemente y no la acompaña en este viaje tan extremo que es el de los vacíos, el de las sombras y la oscuridad. Su hijo, Roberto, está estudiando su año de Erasmus en una ciudad de la costa italiana. Los objetos que encuentra (el frasco de cristal sobre el tocador de su madre), la música (el disco de Víctor Jara), los olores que permanecen en la ropa, las cartas, los viejos pasaportes la van transportando a diferentes momentos de su pasado vividos en el piso. Un caleidoscopio emocional que provoca que se vaya mezclando en su memoria lo personal, los reproches a sí misma y a los fantasmas de sus muertos que viven en sus recuerdos, con la Historia con mayúsculas en que se enmarca su vida y la de su familia. Una abuela que vivió todas las guerras del siglo, una madre y un padre que nacieron justo antes de la guerra. Y ella, la protagonista y narradora en primera persona, que tenía trece años cuando murió el dictador. Sus recuerdos la llevan a intentar entender las actitudes de su familia hacia todo lo que estaba pasando. Y también la suya propia. En esta obra asistimos a una lección histórica sin quererlo, sin darnos cuenta. Se nos narran los últimos 50 años de una manera tragicómica, a modo de catarsis emocional colectiva en la que asistimos a la pompa y boato de Franco durante la Dictadura, pero también a su salida por la puerta de atrás y casi a puntapiés del Valle de los Caídos. Una manera magistral de sacudirnos nuestros propios fantasmas, un acercamiento a nuestra memoria histórica más reciente desde nuestros recuerdos más íntimos, aquellos que quedan prendidos en los aromas de nuestros sentimientos. ¡Brindemos por ello! Ana Alcolea, nació en Zaragoza en 1962, es licenciada en Filología Hispánica y diplomada en Filología Inglesa. Ha sido profesora de Lengua y Literatura durante más de veinticinco años, y ha publicado ediciones didácticas de obras de teatro y numerosos artículos sobre la enseñanza de Lengua y Literatura. Adora conocer otras culturas y otras lenguas. En 2009 aparece su primera novela para adultos, Bajo el león de San Marcos. En Anaya ha publicado las novelas juveniles El medallón perdido, El retrato de Carlota, Donde aprenden a volar las gaviotas, El bosque de los árboles muertos, La noche más oscura (VIII Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil, White Ravens 2012 y Premio CCEI 2012), El secreto del galeón y El secreto del espejo (ambos recomendados por la Fundación Cuatrogatos); y dos libros infantiles: El abrazo del árbol y Castillos en el aire. En 2016 fue galardonada con el Premio Cervantes Chico y recientemente con el Premio de las Letras Aragonesas en el 2019.
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