Por Violant Muñoz i Genovés
¿Quién mató a Sarah Evans? Alfaguara Negra presenta al nuevo joven prodigio del thriller español: una intriga literariamente adictiva. San Francisco, 2018. A tan solo unos días de Navidad, aparece entre la niebla la cabeza decapitada de una chica en un callejón. William Parker, inspector de policía en excedencia e intento forzado de escritor, recibe la visita de la teniente Watson cuya intención es hacer que se reincorpore de inmediato para atrapar al asesino. Parker no quiere volver, pues sufrió demasiado en el último caso en el que se implicó y esa herida en forma de recuerdos y dolor aún no ha cicatrizado. Lo que sucedió en Los Ángeles le marcó para siempre, y ahora, con fobia a los ascensores y adicción al tabaco, intenta salir adelante escribiendo una novela que no termina de cuajar. Sin embargo, cuando la teniente le enseña una foto de la cabeza de la víctima, William empieza a hacerse preguntas: ¿dónde está el cuerpo? Casi sin darse cuenta, el inspector empieza a sacar hipótesis, traza bocetos mentales y llega a conclusiones prematuras. Ahora le es imposible apartar la mirada y acepta el caso sin dudar. Por otro lado, Fernando Fons, experiodista español y camarero en la Golden Soul Cafe, situada en una esquina de Fillmore Street, se entera de que su jefe estará fuera unos días y llegará a la cafetería una chica nueva, Amanda, para suplir su ausencia. Fernando la recibe con desagrado y reticencia, pero su actitud cambiará al descubrir que los dos tienen en común mucho más de lo que hubiese imaginado: Amanda también estudió Periodismo. Fernando le cuenta cómo llegó a ser periodista en Tavernes de la Valldigna, su ciudad natal, sus experiencias en el amor y cómo este hizo que se convirtiera en un gran profesional. Aunque Fernando muestra un carácter duro y autoritario, los miedos le hacen cosquillas en la nuca con Amanda al lado. Él sabe muy bien qué quiere en su vida y qué no, pero ¿hasta cuándo aguantará ese muro de asertividad que él mismo ha confeccionado para su propia protección? La noticia de un asesinato es tema de conversación en la Golden Soul Cafe, y el periodista de investigación que lleva dentro Fernando aflorará de nuevo para buscar esa verdad que la policía no es capaz de encontrar. En palabras del propio autor: “... Cuando era niño, no sabía qué quería ser de mayor, pero sí tenía una cosa muy clara: quería escribir un libro. Más tarde decidí estudiar música, y actualmente, me dedico tanto a la docencia como a la interpretación, y a escribir en mis ratos libres. En mi último curso del instituto, participé en un concurso literario y, al día siguiente de la entrega de textos, mi profesor de literatura vino a mi mesa para hablar sobre el mío. Me dijo que era muy bueno, pero que no se creía que lo había escrito yo y, por tanto, no valoró mi propuesta. Al principio me frustré, pero más tarde me sentí orgulloso, porque recordé que a Joël Dicker, uno de los escritores que más admiro, le había sucedido algo lejanamente similar con su primer libro. En 2020 empecé a escribir mi primera novela, pero la dejé a las 270 páginas. Sin embargo, un día le conté a mi pareja esa historia. Estuve más de una hora relatándole lo que había pensado con cada detalle y la vi sorprenderse, desconfiar de algunos personajes y encariñarse con otros, y erizarse al descubrir los giros y el final de la historia. Aquello fue determinante. Tenía que escribir esa novela. Entonces vi un anuncio del curso de novela negra que organizaba Cursiva en Penguin Random House y me apunté sin dudarlo. ¡Y ahora, unos meses después, me veo eligiendo la cubierta y leyendo las pruebas de mi novela que será publicada nada menos que en Alfaguara! Con 26 años voy a cumplir el sueño que tuve de niño. En “El último caso de William Parker”, nos adentramos en una historia hilada por cuatro tramas con sus respectivas ambientaciones. Hay dos protagonistas, William y Fernando, y cada uno tiene dos tramas: una del presente y otra del pasado. Las dos tramas del presente, narradas en primera persona por los protagonistas, comparten ambientación mientras que las otras dos, contadas por un narrador omnisciente, van por separado. San Francisco es la ciudad que escogí para la trama principal, la del presente. Llevo muchos años escribiendo historias menos ambiciosas en las que, en todas ellas, la acción se desarrollaba en Tavernes de la Valldigna, mi ciudad natal, y esta vez quise llevar a mis personajes más lejos. Fue como un reto para mí, pues quería ambientar esta historia en algún lugar donde no hubiese estado, y la primera imagen que me vino a la cabeza, no sé muy bien por qué, fue el Golden Gate Bridge. Lo siguiente que quise imaginar fue otra imagen, algo impactante, y una cabeza decapitada se plasmó en mi cerebro como los bocetos que el mismo William Parker traza para investigar. Ya tenía la premisa para mi novela, solo quedaba ponerme a escribir. He pasado incontables horas delante de la pantalla, recorriendo las calles de San Francisco en Google Street View, buscando el lugar perfecto para cada escena, y creo que el trabajo ha merecido mucho la pena. Ahora ya tengo un buen motivo para hacer ese viaje a California y hacer una ruta por los escenarios de “El último caso de William Parker”. La trama se desarrolla en 2018 por distintas razones. Por una parte, mi idea era que la historia fuera preCovid-19. No quería que la pandemia que tuvimos que sufrir (que estábamos sufriendo cuando empecé a escribir esta novela) estuviera presente a lo largo de la narración. Desde mi punto de vista, la historia sería muy distinta con las restricciones, distancias de seguridad, contagios, etc., y prefería un conflicto libre de estas problemáticas. No obstante, sí hago un par de referencias en el libro. Por otro lado, necesitaba una época bastante cercana por la fuerza de las redes sociales y la utilidad de la tecnología moderna. La Navidad es otro elemento importante en la novela, pues aparece la cabeza a cinco días para la festividad. Y no lo escribí así arbitrariamente, sino por razones dramáticas: para añadir escenarios más decorados, incluir ciertos comportamientos sociales y crear una especie de cuenta atrás hasta la fecha. La trama del pasado de William Parker transcurre en 2017 y se sitúa en Los Ángeles. Desde mi punto de vista, era importante que estos acontecimientos sucediesen en otra ciudad y otro año, sobre todo para que el lector diferencie las distintas tramas fácilmente. Por último, el pasado de Fernando Fons, como no podía ser de otro modo, transcurre en Tavernes de la Valldigna desde 1988 a 2018. Como ya he mencionado, mis anteriores historias sucedían en la ciudad que me ha visto crecer y convertirme en la persona que soy, y Fernando ya había aparecido en otra narración. Vi en él ese potencial que supongo que ven los escritores con sus personajes, y le hice viajar por cualquier motivo a Estados Unidos para meterse en “El último caso de William Parker”. Todos los lugares de Tavernes de la Valldigna que describo en el libro son reales, aunque me doy la licencia de crear la redacción de un periódico ficticio con el nombre de la montaña que protege la ciudad: Les Tres Creus. En cambio, todos los personajes de la novela, sin excepción alguna, son producto de una humilde imaginación que, aunque no sea así, los ve y los verá siempre reales...” Los personajes principales son dos: William Parker y Fernando Fons. William es inspector de policía especializado en asesinos seriales. Su personalidad, que dista mucho de la que fue en su día, lo llevará a investigar este nuevo caso con tristeza y remordimiento. En 2017 colaboró con la policía de Los Ángeles para atrapar al llamado asesino del ascensor, pero ocurrió algo que lo marcó hasta tal punto que se vio obligado a pedir una excedencia y mantenerse alejado del cuerpo durante una temporada. Adicto al tabaco y con fobia a los ascensores, William hará todo lo que esté en sus manos para resolver el caso aunque el odio, las injusticias y las horas de sueño intenten impedírselo. A pesar de tener un destacable pasado como periodista en España, Fernando trabaja como camarero en una cafetería de San Francisco. Servir cafés a gente con prisa no es exactamente su vocación, pero tuvo que irse de España por motivos legales y este trabajo, en el que su nombre no traspasa la del local, le viene como anillo al dedo. Fernando se muestra como una persona segura de sí misma, a veces un poco ruda y distante, pero con buen corazón. Gran amante del periodismo y cariñoso con su gato Mickey, se enfrentará a sus miedos con la presencia de Amanda, su nueva compañera de trabajo. El caso de asesinato que ocupa todos los titulares le removerá sus ansias de escribir y Fernando sacará el periodista que lleva dentro. Alexandre Escrivà , el autor, (Valencia,España, 1996) es originario de Tavernes de la Valldigna y siempre quiso ser escritor. Cursó estudios superiores de música y ha sido miembro de numerosas jóvenes orquestas, como la Joven Orquesta de la Generalitat Valenciana y la Joven Orquesta Nacional de España. Su trabajo musical ha sido reconocido con importantes galardones, como el primer premio en el V International Music Competition «Grand Piano in Palace» de Rusia (2021) o el segundo premio en el International Music Competition 2019 «Paris» Grand Prize Virtuoso de Francia (2019). Actualmente se dedica a la interpretación, compaginando giras y colaboraciones con la Banda Municipal de Barcelona con la docencia, y, cumpliendo su sueño, a la escritura. El último caso de William Parker (Alfaguara Negra, 2023) es su primera novela. © Violant Muñoz i Genovés © Mediâtica, agencia cultural
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