Por Miguel Ángel Avilés
Así reza un letrero, a la entrada de una oficina, donde se tramita la visa para ir al país vecino. De eso me di cuenta esta semana cuando pasaba por ahí, no sin antes suponer, primero, que era una campaña negra contra esos pobres animales. Pero no, más bien se trataba de una advertencia que lleva a cabo la instancia respectiva, con respecto al “coyotaje”, solo que uno no deja de sorprenderse cómo es que del lenguaje con propiedad o lenguaje formal, el Estado ha decido pasar al lenguaje coloquial tratando de que, el destinatario de su aviso, se ponga las pilas y no se deje madrugar por esta gente, nomás que, al mismo tiempo, incorpora como normal o irremediable una práctica que debería de desterrar más que el tratar de ahuyentarlos con estos llamados. De esa forma legitima su existencia y, sin combatir los males, reconoce que existe pero hasta ahí. La primera idea que me viene a la mente es que ciertas formas de la lengua oral están ocupando lugares en la lengua escrita que, además de ser conservadora, es portadora de la lengua culta y, por tanto, de la corrección lingüística. Quizá también responda a una estrategia comunicativa directa con la ciudadanía, usar su propio vocabulario porque otras no han funcionado, esto es, el cambio de registro formal a informal como estrategia de comunicación eficaz, desde su punto de vista. Puede ser, pero se corre el riesgo de que se perciba como una aceptación de la inmundicia. El usuario entonces se enfrenta a una contraexpetativa al leer estos avisos rotulados y serios ya que, si nos fijamos bien, aquellos ámbitos en los cuales se usa -o se usaba- un registro formal, se ha ido cambiando poco a poco al uso de registros informales, con variedades coloquiales y regionales, dándose, a sí mismos, licencias lingüísticas que antes la propia Secretaría de Gobernación censuraba o sancionaba por ofensivas, por ser apologistas, o por incentivar o promover conductas que son castigadas por la ley al detectar transgresiones en materia de corrupción del lenguaje . Es cierto que la oralidad suele irrumpir en ámbitos propios de la escritura, y mi asesor de cabecera en temas lingüísticos, es decir, el profe Luis Soto de la UNI, nos recuerda, a modo de ejemplo, aquel anuncio escrito en un folder pegado con cinta scotch sobre la taquilla de boletos de la estación de tren local: "El tren de primera sale como a las 11, el de segunda como a las 3". Algo parecido leían los habitantes de esta ciudad en los años sesenta y setenta al ver pasar ese carromato enrejado y un tanto viejo pero muy veloz que conducía ese singular comerciante, diariamente, en busca de algún parroquiano interesado en su negocio: "Vendo o compro gallinas, según convenga". Pudieron ser estos modelos transgresores de la escritura los cuales inspiraron a los asesores de nuestras instituciones para llevar esos tan contundentes anuncios que han terminado por privilegiar el fondo más que la forma, si con ello se alcanzan los propósitos que tiene ese aviso leído recientemente. Insisto: puede que el objetivo que tienen esos llamados, se esté logrando. La dependencia que recurra a este lenguaje más llano y sin rodeos, no habrá de perder el tiempo diciendo que "La persona que sea sorprendida realizando alguna conducta sancionada por la ley, será remitida ante la autoridad competente" o citando una frase aleccionadora de un héroe patrio. No. Estás, ahora, no andan con rodeos ni con formalidades tampoco. Al que ganó la licitación o le encargaron rotular esa nueva oficina de Relaciones Exteriores, vamos a decir, a ese le pide que, ya entrados, que le incluya una consigna que haga entrar pánico a esos grupos delincuenciales que rondan estas dependencias o a esos enganchadores de los que quieren ir para el otro lado y que de paso sea mucho más efectiva que cualquier campaña preventiva. Supongo entonces que, con mucha originalidad, y luego de quebrarse la cabeza toda la noche, el también publicista, escribió: "DI NO A LOS COYOTES”. A la mañana siguiente, las letras aún frescas se veían espectaculares y así la dejaron, sin importar su ambigüedad semántica, ni reparando en la posibilidad de que, de esta forma, el Estado muestra su rendición con respecto a lo que le corresponde perseguir a él y solo a él y deja en manos del ciudadano el combate de estas malas prácticas. Vivimos, sin embargo, en la nube de la simulación, en la que todo parece estar bien, aunque poco funcione en la realidad. Con esa ordenanza no inhibirán a nadie con ese modus vivendi y seguirán ahí haciendo de las suyas porque al final del día son meros placebos que aparentan atacar el problema, pero este luego regresa por más que parezca que la cosa ahora si viene en serio, como para muchos parecía. Por mencionar un último ejemplo de estas tácitas confesiones de las apariencias institucionales que se guardan, aquella instancia puesta en marcha por la Secretaría del Trabajo en el sexenio pasado y que, en la entrada del inmueble donde operaba, podía leerse algo así: “OFICINA PARA ABATIR EL REZAGO” Este nunca se abatió y dicho rezago, como de seguro pasará con los coyotes, gozan de cabal salud, hasta a la fecha. De cualquier manera, creo que como país ya dimos un paso. Aunque no sé si para atrás o para adelante.
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Por Miguel Ángel Avilés
El primer amigo que yo tuve fue en el kínder pero jamás pensé que, eso de la amistad, pudiera durar para siempre. Simplemente nos encontramos en el camino de una vida temprana y así seguimos hasta la fecha luego de más de cincuenta años de conocernos. Aquel primer encuentro fue de la vida real, debo de aclarar, según yo inmisariamente pero ahora hay que aclararlo porque con esto de la tecnología creemos o nos han hecho creer que vivimos dos realidades diferentes. Eso a mí me desconcierta. Tanto así que he tenido que dejar a un lado está seriedad que me caracterizaba para soltarme riendo cuando leo que, digamos, en Facebook mengano o zutano está solicitando mi amistad como si fuera un extraño pese a que tengo años de conocerlo. Pero así es esto. Me refiero a esto de las redes sociales en donde pocos se han salvado de caer o se han perdido de las bondades que ofrece, según se quiera ver. Hago esta distinción porque hay quienes, sin matices, arremeten contra estos espacios, con el principal argumento de que aquí se viene a perder el tiempo y que impera la frivolidad. Ay sí. Es cierto que no es la versión atenéica en la era cibernética pero tampoco es la irremediable trinchera de la perdición. No. Y ya dependerá del uso que le de cada quien para apostarle al ocio o a la ociosidad que no se la voy a decir aquí porque me da harta flojera, pero hay una gran diferencia. De las desventajas ya han hablado mucho y son ciertas. Tampoco seré quien ahonde en ellas pues no se trata de hacer una campaña de odio, otras más, como si ya no hubiera suficientes en el ambiente político e ideológico de este país. De sus virtudes menos disertaré. Ya Mark Zuckerber y sus compañeros de la Universidad de Harvard, las pudieron haber contemplado y si después los usuarios agarramos monte, ya no es su culpa, al menos en cuanto lo que ahora puede significar para los que, nomás por hacer el daño, llamaré los abolicionistas. Acaso nomas diré que para lo que yo lo uso, a mi si me ha sido útil. Si mis pasos por estas redes están llenos de insignificancias, ni para donde hacerme porque eché a volar mis intervenciones y ahora, como dijo un humilde filósofo tabasqueño, ya no me pertenezco. Para atrás ni para agarrar reversa, aunque tampoco quiero. Y es que mis objetivos están a la vista, con tal de que después no anden gastando en hackers o “piratas informáticos” simplemente para averiguar qué tramo. Hago amigos o busco reencontrarme con amigos, comparto mi (in)producción literaria, opino sobre algún tema, aunque ya me autocensuré en lo político desde hace dos años antes que los antimotines digitales o los neofundamentalistas de la computación me dejaran peor que al Bulto, ese personaje en la película dirigida por Gabriel Retes. Es en lo primero en donde me quiero detener y que significa la máxima razón por la que continuó estoico en lo que es mi muro pero que antes pudo ser mi diario , una carta, la memoria , el currículum ,el periódico mural , la pinta en una pared ,el desplegado o una simple expresión de afectos, confesiones ,sentimientos o reclamos . Me refiero a hacer amig@s o buscar el reencuentro con los que ya eran pero los tratas en otras sintonías o los habías perdido por largos años y aquí están otra vez . Al respecto se dice que unos simulan y otros no se muestran tal cual son. Pue’que sí. Pero ya dependerá de las habilidades o la corazonada de cada quien para detectarlos y mandarlos a volar por donde vinieron como al embaucador que quiere venderte un artículo pirata como si fuera original o a ese político engañabobos de los tantos que hay en el mundo, que se oferta como el gran transformar de un país, mas sus acciones de gobierno se acercan más a los postulados de Milton Friedman que a los de un verdadero demócrata. En mi caso, aunque quisiera, no puedo de una forma en la vida real y de otra en la llamada realidad virtual. Imposible . En las palabras de la reconocida estadista Lupita Dalessio, soy tranquilo y pacificador, pero al mismo tiempo irreverente y revolucionario; feliz e infeliz,realista y soñador; sumiso por condición,.. mas independiente por opinión. Porque soy así, con todas las incoherencias que nacen en mí y de ningún otro ni por influencia de nadie. Con estas cartas de presentación aparecí en sociedad y aquí sigo, con la fortuna de que así como me encontré a mi querido amigo de kinder que se llama Anibal, así también en esta virtualidad me he encontrado con amigos y amigas que, sin conocerlos en persona ya los aprecio y me río o me duelo con ellos como si lo hiciera en un café, en el barrio, en la sombra de un corredor, en una cantina o en esa plaza vacía, donde nada vendía, el vendedor. Me río mucho, por ejemplo con Don Gilberto Tovar cual si fuera mi amigote de toda la vida y jamás lo he visto en carne y huesos pero he sabido de él y su guitarra lo necesario, para apreciarlo. Pero a la vez se me parte el corazón al enterarme que una de mis contactos con quién hice migas este año como si fueran muchos, fue vencida por el cáncer del que no me contó esa noche que me dijo del orgullo de su padre, de su trayectoria en el periodismo impreso y en la radio y de su decisión de abandonar ese oficio cuando cambió el concepto de decir la verdad y solo había que obedecer órdenes y alabar las acciones de los malos gobiernos. Se llamaba Martha y le decían Maru. Les digo que yo apenas la conocí hace muy poco, en plena era virtual que también permite la risa transparente y el dolor sincero frente a las ocurrencias de algunos y la partida de Maru quien pudo ser tan amiga de mi como lo es el Aníbal o a lo mejor por unos instantes lo fue, sin darme cuenta. Por Miguel Ángel Avilés Ante la ola de delincuencia común y organizada que están viviendo algunas ciudades, propongo que las autoridades encargadas de protegernos, retomen la idea de ese programa puesto en práctica desde hace mucho en la capital del país, conocido como el “HOY NO CIRCULA" y se implemente el "HOY NO TE ASALTAN", o el “Hoy no te roban”, según como les haya ido. Mi humilde planteamiento es este : aprovechando la cercanía que, al parecer, mantienen algunos policías con malhechores, la autoridad facultada debería celebrar un convenio con estos últimos y, a su vez, con nosotros los ciudadanos, en los que se estipule que se podrá realizar una verificación delincuencial luego de la cual , si ya hemos sido víctima de algún delito, nos podrán dar una ficha de determinado color que deberán de pegar los conductores en su carro y los peatones en su frente o en un cachete, en cierto día de la semana, misma que los delincuentes, sujetándose al acuerdo de voluntades previamente firmado , deberán de respetar y abstenerse de atracarnos y así podremos salir tranquilos a la calle al traer ese pegoste. Así, y echando mano de cualquier medio de comunicación, que bien puede ser un spot en radio, un desplegado en el diario de mayor circulación, una cápsula por la tele, o un perifoneo en las colonias, nos pudieran anunciar: Los ciudadanos nacidos, radicados o que se encuentren de paso en ciudad, sean mexicanos o extranjeros, deben dejar de ser asaltados de lunes a sábado de las 2:00 a las 24:00 horas, con base en el último dígito numérico de sus credencial de elector y/o del color de la calcomanía de circulación permanente que le fue entrega en su verificación delincuencial, con excepción del transporte local público de pasajeros cuya restricción será de las 6:00 a las 19:00 horas.( Porque después de esta hora, ya dejan de circular) La restricción aplica de acuerdo a lo establecido en la siguiente tabla: CALENDARIO CIUDADANO PARA QUE NO SEAN ASALTADOS o ROBADOS Lunes Amarillo*(5 y 6) Martes Rosa* (7 y 8) Miércoles Rojo* (3 y 4) Jueves Verde* (1 y 2) Viernes Azul* (9 y 0) Sábado El primer sábado de cada mes los ciudadanos con engomado color amarillo y terminación 5 y 6. El segundo sábado de cada mes los ciudadanos con engomado color rosa y terminación de 7 y 8; El tercer sábado de cada mes los ciudadanos con engomado color rojo y terminación de 3 y 4; El cuarto sábado de cada mes los ciudadanos con engomado color verde terminación de 1 y 2; y El quinto sábado, en aquellos meses que lo contengan, los ciudadanos con engomado color azul y terminación 9 y 0, así como matrículas que carecen de números o automotores con permisos de circulación. También, si el Estado ya reconoció su incapacidad de protegernos en nuestra seguridad y patrimonio, lo mejor que podemos hacer, es crear una especie de fideicomiso, en virtud del cual, nosotros los ciudadanos, transmitamos bienes, cantidades de dinero o derechos, presentes o futuros, de nuestra propiedad a cualquiera de los tres niveles de gobierno-así con la misma disposición y confianza que pagamos el predial, las placas, la tenencia , los impuestos - y estos a su vez, con esa excelsa coordinación que tienen , en apego al artículo 21 constitucional, administren o inviertan los bienes en beneficio propio o en beneficio de un tercero, llamado delincuencia organizada (o desorganizada). Sé que resultará extraña esta nueva carga fiscal, pero poco a poco nos iremos acostumbrando y no tardará mucho para que, cada inicio de año, y con cierto reniego, podamos comentar: “¡maldita sea!, ya se va a vencer el impuesto delincuencial y no ido a pagarlo. Ojalá haya una prórroga para que no me vayan a saquear la casa o me metan una serie de golpes contusos, en varias partes de mi cuerpo, al dar la vuelta en una esquina, por no traer mi calcomanía del HOY NO TE ASALTAN, a la vista. En cambio, ya pagado el tributo, evitaremos, cuando menos ,los sustos o atentados a nuestra integridad que nos provocan los asaltos o la tristeza y desolación que trae consigo un robo, ya sea por parte de los delincuentes comunes(los llamados malandros), los delincuentes de cuello blanco (el servidor público corrupto, que , según dicen , ya no hay) y los delincuentes de cuello azul( en ocasiones más peligrosos que los comunes pero dicen que ya se están acabando), clasificación está en la que pudiera incluirse a uno que otro policía que, sobre todo durante la noche, pululan en sus unidades, en espera de atracar al ciudadano luego de anteponerle cualquier pretexto para que se detenga. Se trata, pues, de hacer más llevadero este periodo por el que el que atravesamos y así regresar a los tiempos donde reinaba la paz, en tanto se consolidan esas políticas públicas tan de vanguardia en pro de nuestra seguridad. Claro que esta idea es inacabada, no me quieran dejar todo a mí. Por eso propongo que, para regular todo lo no previsto en esta propuesta, se constituya el comité organizador del programa HOY NO TE ASALTAN que puede estar compuesto por un representante del respectivo municipio donde decidan implementar, un representante de la sociedad civil, uno de la COPARMEX, un representante de la policía o de la guardia nacional, un representante de la Secretaría de Educación Pública, un representante bancario (para que asesore sobre el fideicomiso y de paso nos cuente su experiencia en asaltos), un representante de los asaltados y un asaltante de reconocida trayectoria ya . Ya que se eche a caminar el programa será conveniente también que se integre un Consejo Ciudadano Asesor, con carácter de organismo auxiliar, autónomo, independiente y honorífico, representado por ciudadanos de los sectores privado y social, a fin de garantizar los principios de transparencia, rendición de cuentas, legalidad, eficiencia y honradez de los servidores público que intervengan y el uso que se le dé a los recursos tanto por estos como el sector delincuencia beneficiado , de conformidad a los objetivos y lineamientos generales del programa. Los nombramientos puede hacerlo directamente la autoridad o a propuesta de la ciudadanía o de la banda que tenga georeferenciadas la honorable autoridad. En cuanto al vocal ejecutivo que habrá de supervisar y evaluar el desarrollo y resultados de este innovador programa, no estoy muy seguro si deba ser alguien del sector público o de la delincuencia organizada. Tampoco me queda claro, hasta ahora, si deba nacer de una iniciativa, de un decreto, de un acuerdo, de una drástica imposición, o de un sorteo, o de una rifa, o de una tómbola, o de una consulta directa nacional, estatal o municipal o a mano alzada. Por eso es muy importante la participación de ustedes. Y no es que quiera yo deslindarme tan pronto de lo que apenas doy a conocer, pero, en realidad, son muchas las dudas que todavía me asaltan. |
Miguel Ángel AvilésMiguel Ángel Avilés Castro (La Paz B.C.S. 1966.). Es abogado por la Universidad de Sonora. Practica el periodismo y la literatura desde 1990. Archives
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